Un pequeño especial de Navidad para aquellos que se aburren en estas fiestas como yo ;A;

Quizá haga uno de Año nuevo en unos cuantos días, en donde haré un crossover de varias historias. Además las historias hoy presentes no necesariamente están relacionadas.

Bleach no me pertenece.


Sora...

Cuando Sora escuchó aquellas palabras, una sonrisa siniestra y un pequeño tic en su ojo aparecieron en su rostro.

Si no fuese porque Aizen estaba cerca, seguramente ya hubiese estampado al murciélago contra el suelo e intentaría arrancarle el número cuatro de su pecho.

— ¿Puedes repetirlo de nuevo?— le preguntó al cuarto espada.

—Tercero, ya te lo dije. Esa mujer es interesante.

Y la actitud defensiva crecía en su interior, haciendo que dijera las palabras que le sentenciarían frente al castaño unos cuantos días después —Ella es mi hermana— respondió.

—No se parecen— dijo Ulquiorra sin perder la calma.

Aquella charla terminó ahí, pues un día más tarde apareció Ichigo listo para rescatar a Inoue.

Aunque Ulquiorra estaba listo para detenerlo, Sora no se lo iba a dejar tan fácil.

— ¿Qué haces tercera?— le preguntó el murciélago a su compañero.

—Proteger a mi hermana de un idiota como tú— respondió con calma para desenfundar su katana.

Ulquiorra no se sorprendió, aunque esa no sería la última cosa que diría antes de pelear —Bien, pero debes de comprender que deberás asesinarme y seguramente los shinigamis traten de matarte después.

Sora se encogió de hombros —No me importa, yo saldré con vida de esta— dijo antes de mirar hacia atrás y ver a Orihime junto a Ichigo e Ishida —No pienso dejarla sola ante esos dos— agregó, solo para ver como su hermana se sonrojaba.

Después de aquellas palabras la batalla comenzó, al principio parecía que Ulquiorra tenía la ventaja con su segunda resurrección.

Pero el amor de un hermano mayor puede ser un feroz power up.

—¡No me rendiré!— bramó Sora al levantarse de entre la arena —La dejé sola y después intenté asesinarla, luego Aizen recuperó mis memorias para que la convenciera de ayudarnos y ahora ¡Voy a protegerla!

La energía del tercer espada comenzó a ser inmensa y su primera resurrección fue dejada atrás, dando paso a la segunda.

Y de entre la arena surgió Sora, quien se había convertido en una gran serpiente.

—¡Cero!— exclamó Inoue para atacar con fuerza.

Ulquiorra cayó por un instante al suelo ante el nuevo poder de su enemigo, quien no tardó en apresarlo con su cuerpo.

—Es tu fin— le dijo la serpiente de arena mientras comenzaba a cargar un segundo cero.

Ante esas palabras la cuarta espada no respondió, dejando intrigado a Sora, quien dejó de reunir energía.

—Si Aizen-sama pierde y tú sigues con vida, ¿Qué harás?

—Nada, solo cumpliré con mis últimas órdenes — respondió Ulquiorra.

Sora rio al escucharlo —Aunque técnicamente quien lo derrote será tu nuevo jefe.

—Entonces lo obedeceré sin chistar.

—Ya veo— mencionó para comenzar a soltarlo —Le derrotaré y me ayudarás a descubrir cuál de esos dos mocosos es más propenso a intentar enamorar a Orihime.

Ulquiorra miró con extrañeza a Sora, pero antes de que dijese algo, Inoue se marchó, dejándolo sumido en confusión.

Poco después y cuando Aizen yacía bajo la primera división, Sora y Urahara convencieron al murciélago de ir a vivir una temporada al mundo humano, con la intención de sustituir a Ichigo en su función de shinigami sustituto.

El antiguo cuarto espada aceptó sin tener muy en claro porque le pedían eso a él, pero pronto descubrió el motivo detrás de todo: ser un comodín en la ahora compleja situación de los cuatro mosqueteros.

Pero pronto las consecuencias de llevar al Mundo Humano a un hollow con un naciente corazón en su mano surgieron.

Y aquella noche, durante la cena todo estalló.

—Me siento atraído hacia Orihime— soltó el murciélago.

De inmediato Sora comenzó a toser y la joven se sonrojó con fuerza.

—¡¿De qué hablas?!— le cuestionó Sora.

Ulquiorra se mantuvo calmado antes de fijar su mirada esmeralda en Orihime —Que deseo establecer una relación de noviazgo con ella, si es que esta emoción es correspondida.

La adolescente sonrió ligeramente —U-Ulquiorra, yo...

Pero su hermano la interrumpió —¡Sobre mi cadáver!

Ante sus palabras Ulquiorra suspiró para levantarse —Si ese es su deseo, lo cumpliré— dijo para entrar en su segunda resurrección.

Sora por su parte tomó su katana, pero antes de atacarse mutuamente, Inoue se atravesó.

—¡Es solo un decir, Ulquiorra!— exclamó preocupada.

El murciélago de inmediato regresó a su forma base, rápidamente analizó el comportamiento de Sora y llegó a una conclusión —Ya veo, lamento este malentendido, pero mis intenciones con Orihime son sinceras. Nunca podría comportarme como un humano promedio y hacer algo como engañarla o ser posesivo— dijo sereno.

—Compruébalo — le retó el hombre, aun sin fiarse.

Ulquiorra ante sus palabras le entregó su espada —Puede matarme, no pelearé si no es su deseo— le aseguró.

Sora por su parte tomó la katana y apuntó al cuello del murciélago.

—¿Cómo sé que no lo haces por cumplir órdenes?

—Nunca miento, si he ocultado información es porque no consideraba necesario decirla.

Sin embargo, antes de que Sora pudiese hacer un movimiento, Orihime lo llamó —Hermano, por favor deja a Ulquiorra... él me gusta— le pidió.

Ante esas palabras Sora gruñó para bajar la espada.

—Está bien, pero cuidarás de ella con tu vida ¿Entendido?— le dijo el antiguo tercer espada a Ulquiorra, quien asintió.

La cena continuó en un pequeño silencio, aunque después Sora pudo ver como su pequeña hermana reía al escuchar al murciélago hablar sobre su trabajo y su peculiar forma de tratar con las personas.

Soltó un pequeño suspiro al ver lo que aparentaba ser una sonrisa en el hollow.

Quizá había perdido una batalla, pero estaba casi seguro de que sería más fácil lidiar con Ulquiorra como cuñado que con Ichigo.

Aunque no tenía idea de que el Kurosaki vivía una situación demasiado similar a la suya.