Disclaimer: Ni la historia ni los personajes me pertenecen. La historia le pertenece a la autora Gigi256 y los personajes son de Richelle Mead, yo solamente me encargo de traducirla.
Capítulo 1 "Objetivo Localizado"
Me encontraba de pie mirando hacia la ventana. Sabía que la información que teníamos era correcta, finalmente teníamos una locación sólida. Hemos tenido esta información durante semanas, pero las formalidades burocráticas y la planeación nos tenían detenidos hasta este momento. Ahora de pie en el frío aire otoñal de Portland, estaba esperando cualquier señal. Esperábamos el momento perfecto para atraparlas.
A pesar de la quietud, sentía mi sangre bombeando, mi corazón latía rápidamente cómo no lo había hecho en meses. Mi nueva vida, la que había estado viviendo durante el último año resultaba aburrida. No era para lo que había entrenado, pero órdenes eran órdenes. Estar de regreso en el campo de batalla me hacía sentir vivo de nuevo.
Me refugié en las sombras, cerca de uno de los árboles altos que se encontraban a la orilla de la calle. Tenía un punto de vista perfecto de su ventana y confiaba en la información que teníamos mientras planeábamos nuestro siguiente movimiento. Había otras personas en el departamento, y el papeleo para involucrar a los Alquimistas era una pesadilla. Hubiera sido más fácil hacerlos salir que entrar en una casa llena de humanos. Sin embargo, a esta hora de la noche, eso sería imposible.
Un grito frenético y crujidos provenientes de la habitación de nuestro objetivo me pusieron alerta. Eran sonidos débiles, pero aun así eran audibles para mí y mi equipo. Incluso en la oscuridad de la madrugada, pude distinguir una sombra cruzando la ventana. Instintivamente, sostuve la empuñadura del arma en mi cinturón. Como el líder de esta misión, mi instinto era actuar de inmediato. Un enemigo mayor atacando era algo que no podía ser ignorado. Sin embargo, algo me impidió entrar en acción. A pesar de los gritos de la chica, no sentía que hubiera alguna amenaza inmediata. Los gritos habían parado, aunque podía captar los sonidos de una conversación. Me di cuenta de la postura de ataque que algunos de mis colegas habían tomado y les hice un gesto para que se detuvieran. Obedecieron de inmediato confiando en mi juicio.
Un momento después, una lámpara iluminó la habitación. Una muchacha joven con cabello oscuro se puso de pie junto a la ventana completamente a la vista. De acuerdo a la documentación, sabía que debía de tratarse de Rose Hathaway. Puede que ella no fuera nuestro objetivo principal, pero era una buena señal de que Vasilisa Dragomir estaba cerca. Rose estaba platicando con alguien que se encontraba fuera de mi campo de visión, seguramente Vasilisa. De repente, con el movimiento de su cabello oscuro, una segunda figura apareció en la ventana. Esta vez era una muchacha pálida, alta y rubia. Se encontraba de frente a Rose, quien estaba de espaldas a nosotros. Era fácil de identificar.
Ladeé mi cabeza casualmente para hablar por el sistema de radio—. Objetivo confirmado, esperen por…
Vasilisa se inclinó sobre su compañera, la boca presionada contra el cuello de Rose. A los ojos de quienes no sabían nada, parecía un beso. Sin embargo, la verdad era más inquietante aunque no menos íntima. Rose dejó caer la cabeza hacia atrás, sin duda alguna en respuesta a la marea de endorfinas llenando su sistema.
Mis compañeros y yo nos dimos la vuelta para alejar nuestra vista de aquel acto reprobado por nuestra sociedad. Algunos permanecieron en silencio, otros murmuraron con disgusto. Mi reacción inicial a semejante tabú se transformó en admiración. Si bien esto estaba en contra de las costumbres de nuestra sociedad, aun así Rose estaba asegurando la vida de Vasilisa. Estaba protegiendo a su amiga aún a costa de su propia fuerza y su reputación. No muchos de los que nos encontrábamos presenciando semejante acto de amistad y lealtad estaríamos dispuestos a hacer lo mismo. Pasó solamente un momento antes de que la rubia retrocediera. Podía ver sangre manchando sus labios. Vasilisa se dio la vuelta y salió de la habitación mientras Rose se recargaba contra la cama en busca de apoyo. De repente Rose se puso de pie y se asomó por la ventana. En ese momento, una de las lámparas cercanas que se encontraba apagada parpadeó cobrando vida. El cambio repentino fue suficiente para llamar su atención y para rebelar mi posición ahora expuesta.
Fijó sus ojos en mí y retrocedió lentamente evitando mirarme a los ojos. Esperé que pensara que yo era simplemente un estudiante de universidad parrandero pasando por ahí y no una amenaza. Con sólo 24, era una teoría plausible para mi presencia cerca del campus universitario. Sin embargo mi suerte no era tanta.
Se alejó de la ventana agarrando rápidamente unos objetos antes de salir de la habitación. Esto era, iban a escapar. Si las perdíamos ahora, quien sabría cuando las encontraríamos de nuevo.
Hablé a través de la radio una vez más—. Listos equipo, están emprendiendo la huida. Quiero saber el momento exacto en que salgan de la casa.
En menos de un minuto escuche el crujido de una voz a través del auricular—. Señor, salieron por el frente, se dirigen rumbo al este hacia Brown.
Reuní a mi equipo planeando rodear a las chicas y bloquear su rumbo de escape. Me sitúe delante de ellas para detener su escape, mientras otros esperaban para cercarlas por detrás. La fuerza no sería necesaria.
Las localicé casi de inmediato. La vista sería casi cómica si no hubiera sido demasiado seria. Vasilisa, descalza, parecía ser lo único que sostenía a Rose mientras escapaban. Normalmente hubiera esperado exactamente lo contrario. Rose miró varias veces en mi dirección, se dirigían hacia el Honda verde detrás del cual me encontraba yo.
Cuando estaban a 10 pies de distancia, me puse de pie y salí a su encuentro. Ambas chicas se detuvieron, paralizadas momentáneamente. En el momento justo, los otros miembros del equipo salieron a la vista bloqueando todos los puntos de escape. Rose los miró brevemente y volvió a concentrarse en mí. No sabía si me consideraba el líder del grupo, la amenaza mayor indicada por mi estatura, o si simplemente me consideraba la única cosa interponiéndose entre ellas y su vehículo de escape. Pero una cosa era segura mientras me miraba con una feroz determinación, no se rendiría sin luchar.
Se encontraba débil y superada en número, y por lo visto carecía de entrenamiento ya que aún con todo eso en contra estaba lista para empezar la pelea. Situó protectoramente a Vasilisa detrás de ella—. Déjenla en paz, —su voz era casi un gruñido—, no la toquen.
Lentamente di un paso hacia ellas, manteniendo mi expresión en blanco y mis manos a la vista para demostrarle que no tenía intención alguna de hacerles daño—. No voy a…
Se lanzó hacia mí. Era un movimiento de principiante, pero el cual no me esperaba de la débil chica. La había subestimado. Mi sorpresa no fue suficiente para evitar que contrarrestara semejante maniobra torpe. Estaba más débil de lo que había supuesto, y mi simple bloqueo la hizo tambalearse. Perdió el equilibrio y comenzó a caer. Tan rápido como mi movimiento inicial, la sostuve del antebrazo manteniéndola erguida.
Me miró a los ojos furiosa justo antes de que reparara en las marcas de su cuello. Una vez más estaba sorprendido por todo lo que estaba dispuesta a hacer para proteger a su amiga. No solamente por lo que había visto a través de su ventana, sino por cuan valientemente se había entregado a una batalla que debería de saber pérdida. Ya estaba dispuesta a dar su vida si eso significaba que Vasilisa tenía unos cuantos momentos para escapar, para vivir. La miré a los ojos una vez más. Vi el fuego en su mirada. Admiraba eso. Tenía potencial para ser una gran Guardiana. Solamente esperaba que aún hubiera una oportunidad para ella.
Cuando se dio cuenta que había estado mirando hacia su cuello, se tocó la herida y las yemas de sus dedos se mancharon de sangre. Se cepilló el pelo con los dedos para cubrir las marcas antes de sacudirse lejos de mi agarre. La dejé ir. Hubiera sido fácil detenerla, pero me quedé sin habla al ver que estaba lista para continuar peleando. Se preparó para el siguiente movimiento cuando una pálida mano se extendió para aferrar la de ella.
—Rose, —la voz femenina era apenas un susurro—, no.
Como si fuera alentada por alguna fuerza invisible, Rose relajó su postura. No era exactamente una señal de rendición, tanto como una de resignación. La observe durante un momento más solamente para estar seguro de que no atacaría de nuevo antes de centrar mi mirada en la persona detrás de ella. Recordé el protocolo y la costumbre reverenciando como señal de respeto.
—Mi nombre es Dimitri Belikov, —sus ojos se ensancharon, sin duda en respuesta a mi acento ruso ya que no tenían razón alguna para reconocer mi nombre—. He venido para llevarla de regreso a la Academia St. Vladimir, princesa.
Espero que este primer capítulo haya sido de su agrado. Si es así háganmelo saber, sus reviews son importantes.
