Muérdago

Entró en aquella sala de descanso donde, en sus tiempos libres y si no había una guerra en la cual servir, tanto guerreros como cadetes podían pasar un rato, reunirse, tomar té o leer un libro; siempre y cuando, claro, no tuvieran algún entrenamiento o cosa importante qué hacer.

Se le quedó viendo, su cabello largo y negro, sujeto en una cola de caballo baja. Ella adornaba un diminuto pino de escritorio.

Contuvo el suspiro, pero se encogió de hombros. Si tan sólo fuera un guerrero, digno de ella.

Si tan sólo Reiner no hubiera hecho... ¡Lo que sea que hizo! ¡Reiner no debía ser el titan acorazado! ¡Ese titan era suyo!

Jamás podría explicarse qué fue lo que pasó como para que Marley decidiera darle tan importante titan a alguien tan mediocre, según su perspectiva, como Reiner Braun; pero gracias a eso, Porco se sentía inferior.

Ella era una guerrera, marleyana honoraria, ¡Era la poseedora del titan carreta! Y él sólo era un simple soldado más en el ejército marleyano. No era digno, no de ella, no de esos ojos adormilados que le hacían sentirse en otro mundo, ni de esa sonrisa que borraba toda la mierda racista en la que habían nacido y crecido.

No quiso distraerla, ella estaba tan concentrada en decorar con motivos navideños aquella sala, y aparte, ella era superior a él. Dio un paso atrás.

—¡Porco! —dijo ella al escuchar cuando él, sin querer, golpeó una silla.

—H-hola, Pieck —dijo, tartamudeando —t-te est-tá q-quedando b-bien.

Sonrió —gracias, aunque... —observó la pequeña caja donde tenía los adornos que colocaba—. Aún me falta colocar esto, ¿Me ayudas?

No iba a negarse, pero cuando vio la sonrisa de ella —¡Sí! —salió velozmente de su boca.

Ambos adolescentes se dedicaron a proseguir con las decoraciones, siendo Porco el encargado de poner los que irían más en alto.

Una vez que terminaron, se quedaron sentados en el suelo entre la mesa de reuniones y la puerta, observando las decoraciones.

—Gracias, Pokko.

—¡No me llames así! —replicó el joven.

—Bueno, bueno, ya —dijo ella entre risas, agitando la mano para tranquilizar la irritación de él.

Suspiró —entonces, el Jefe de Guerra y tú irán a la isla.

—Si —respondió con seriedad —Marcel y los demás no han completado aún su misión, y Marley quiere que nos aseguremos que todo marcha bien... —bajó la mirada.

—Dilo —pronunció bruscamente —o completar la misión ustedes dos si es que ellos fueron capturados o asesinados.

Puso su mano en el hombro de él —Marcel está bien, ya lo verás.

—Lo sé —respondió él—. Él, Annie y Bertholdt seguramente están a punto de conseguir el titan fundador, el Sr. Zeke y tú seguramente perderán su tiempo en ir por ellos.

—Olvidas a Reiner.

Desvió la mirada, y se cruzó de brazos —¡De seguro es su culpa que después de casi cinco años todavía no puedan volver!

Se colocó frente a él, y extendió su mano hasta la mejilla del joven para hacerlo mirarla a los ojos —Zeke y yo traeremos a Marcel y los demás, y también al titan fundador, lo prometo.

Esbozó una sonrisa a medias, sólo ella tenía la habilidad de desarmarlo por completo —sé que así será.

Pieck desvió sus ojos hacia la caja donde antes estaban los adornos, y que ahora estaba vacía con excepción de —olvidamos esto.

—Te iba a preguntar, ¿Qué es esa cosa?

—Se llama muérdago, es parte de una tradición navideña, se supone que si alguien está parado bajo uno de estos, debes besarlo.

—¡Qué tradición tan estúpida! —exclamó sonrojado, cruzándose de brazos nuevamente, y volteando la cara una vez más... Y al sentir los cálidos labios de Pieck en su mejilla, su sonrojo aumentó exponencialmente, al tiempo en que su expresión de enojo pasaba a una de sorpresa total.

—Estabas bajo el muérdago, ¿Ves cómo no es una tradición estúpida? —dijo ella entre risas—. Será mejor irnos, tengo qué ver al Comandante Magath y a Zeke.

Ambos se pusieron de pie, primero él, quien extendió una mano para ayudarla a ella. Dejó que ella avanzara primero hacia la puerta.

—¿Vienes, Pokko? —preguntó intrigada desde el marco de la puerta, donde se detuvo antes de salir.

No respondió. Apretó los puños, y se acercó velozmente a ella, tomando con suavidad el rostro de Pieck entre sus manos, y uniendo de manera sorpresiva sus labios a los de ella.

Quizás apenas fueron un par de segundos, pero para él, era un bello instante que quisiera congelar en el tiempo para que jamás terminara.

Se separó de ella muy a su pesar, y se quedó contemplando su rostro, esa expresión dulce y ahora sorprendida ante el impacto de lo que acababa de hacer —es que... estabas bajo el muérdago.

F I N


¡Yayyy! Creo que este es mi primer PoPi 100% PoPi, porque en "Menage a trois" eran ZekexPieckxPokko, y lo mismo en el fic del cumpleaños de Pieck.

Y este que es mi primer PoPi, se lo dedico a mi waifu Aredhiel, mi vida, sé que te encanta este par así que, para ti, mi vida! Te adoro! Y bueno, éste es tu primer obsequio y va para noche buena... así que mañana que es navidad tendrás tu otro shot, cual regalo debajo del árbol xDDD

Espero les haya gustado, y nos leemos en el siguiente fanfic.

Besos!

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