Nunca en su vida había estado más inquieta como en ese momento, si pasaba un momento más esperando, juraría que se arrancaría el cabello.
Ella, la fuerte y ruda Astrid Hofferson, se encontraba temblando completamente en su pequeño baño, estando a la merced de una pequeña varilla de plástico, solo eran cinco minutos de espera, pero ella llevaba, quien sabe cuanto tiempo, ahí pensando.
Se encontraba a solas en su departamento, ese que compartía con su novio desde hace ya tres años, Hiccup, su romance comenzó cuando eran jóvenes e iban a la secundaria, pasando de ser los mejores amigos para terminar confesando que ambos se tenían sentimientos el uno por el otro, por suerte o destino ambos decidieron asistir a la universidad de Berk y ya llevaban un año viviendo juntos y disfrutando de su vida universitaria.
El estudiaba para ser un gran medico, después de todo quería ayudar a todos como fuera posible y curar a las personas le había dado esa oportunidad, usualmente tenia que estudiar mucho, pero se esforzaba mucho en ello .
Ella estudiaba para ser una profesora, después de todo le gustaban mucho los niños y enseñar se le daba bastante bien, aunque muchos de sus amigos bromeaba diciendo que era una dictadora y por eso todo el mundo le hacia caso.
Pero no es así como quería comenzar a interactuar con niños, con un considerable retraso en su periodo, se maldijo mentalmente, ella e Hiccup jamás habían sido descuidados, pero claro el alcohol en una noche de celebración por haber pasado sus materias lo cambiaba todo.
No es que ella no quisiera tener hijos, claro que los quería y de ser posible con Hiccup, a quien amaba muchísimo, pero no tan pronto, sentía que aún tenía muchas cosas que hacer y ser madre definitivamente no era su prioridad.
Por un momento sintió nauseas, llevaba así un par de días y luego de descartar que fuera un simple resfriado, cayó en cuenta de que podría tratarse de un embarazo.
Aprovecho que ese día salía antes que Hiccup y corrió a su departamento luego de haber comprado una prueba, lo más secretamente que pudo y llevaba ahí encerrada en el baño desde quizás quien sabe cuánto.
Se miro al espejo, tratando de tranquilizarse nuevamente, pero en su mente comenzaron a aparecer un montón de situaciones, desde que Hiccup la abandonaba hasta que este aceptara todo con alegría.
— Porque me suceden estas cosas a mi. — Soltó en un gran suspiro.
Se miro nuevamente al espejo, dándose pequeñas palmadas en el rostro, tratando de darse ánimos así misma para ver el resultado.
En cuanto tomo la prueba en sus manos, cerro con fuerza sus ojos como si así pudiera cambiar el resultado a su favor, miro lentamente, sintiendo que su cuerpo comenzaba a colapsar.
Ahí estaban las infames dos líneas que marcaban positivo, maldijo en voz alta, sintiendo ganas de gritar, pero se contuvo al escuchar ruido en el departamento.
Guardo silencio, tratando de oír, esperando tener, aunque fuera un momento más a solas antes de tener que hablar con Hiccup, por lo menos esperaba pensar en que decirle.
—¿¡Astrid, estas en casa!?—
Contuvo el aliento, mientras tomaba todas las cosas que había utilizado y las guardaba en un lugar donde sabía que Hiccup no miraría y trataba de concentrarse en sus propios pensamientos.
Salió del baño, para encontrarse con su novio, quien estaba en la cocina con una amplia sonrisa en su rostro, de ellos el castaño era quien se encargaba de cocinar, lo que ambos agradecían.
—¿Qué ocurre?— Pregunto tratando de no sonar nerviosa
En cuanto Hiccup la vio salió corriendo en su dirección y la abrazo con fuerza, para luego besarla con pasión.
Le devolvió el beso, envolviéndose en aquel amor que ambos se tenían, olvidando, aunque fuera por un momento sus preocupaciones, comenzó a pensar en que, si Hiccup le quería tanto, entonces nada podría salir mal y un bebe ya no le parecía tan mala idea.
—¿Estas contento de verme?— Le soltó de una forma coqueta cuando por fin se separaron.
—Siempre estoy contento de verte, My Lady— El le respondió de regreso, le sostuvo ambas manos con delicadeza, mientras se separaba un poco más de ella.
—Tengo algo que decirte.
—Tengo algo que decirte.
Soltaron ambos al mismo tiempo, miro a su novio, quien aún lucia una radiante sonrisa en el rostro, supuso que él tenía mejores noticias que ella, suponiendo que las suyas eran malas noticia.
—Adelante, tu primero. — Le dijo intentando devolverle la sonrisa, aunque sintió que tal vez se veía bastante forzada.
—Astrid, tengo excelentes noticias.— Comenzó a contarle llegando a casi dar saltitos de la emoción —¡Me dieron la beca en el extranjero!, ¿puedes creerlo? de todos los postulantes, decidieron dármela a mi... esto es... la verdad no se que decir.
Se sintió sorprendida por la noticia de Hiccup, tanto que no sabía cómo reaccionar, ¿debía sentirse feliz?, claro que estaba feliz por él, incluso ella misma le sugirió que postulara, pero eso lo cambiaba todo.
—Me dijeron que esta todo listo— Continúo contándole el con emoción —Que prácticamente debo decidir cuando marcharme, aunque por supuesto no me esperaran por siempre, asi que deberia ser pronto...
pero ella ya había dejado de escucharlo, su mente se desconecto completamente, ¿que se suponía que haría ahora?, las nauseas volvieron a su cuerpo, llevándose inconscientemente una mano al vientre.
—¿Qué pasa? —le dijo el mientras pasaba de su gran sonrisa a mirarla con preocupación.
—Si te preocupa que nos separemos, ¡descuida! ya pensé en algo...
Al mirarlo estaba segura, tenia que decirle, aunque arruinara todas las cosas entre ellos.
—Hiccup… yo… quiero terminar.
he vuelto con un nuevo fanfic y regresando a mi antiguo nombre, hablando del fic, es una temática ya tocada dentro de los fanfictions de httyd, pero espero que les guste de todas formas, llevo pensándola desde hace unas semanas y pues no he podido dejar de escribir.
primer capitulo, algo corto, pero introductorio de alguna forma, supongo. ya los próximosserán de mi largo habitual.
