Regresé (: Emm, bueno, no tengo mucho más que decir, la verdad. Después de más de un año sin poder hacer nada, la inspiración volvió a mi después de sus largas vacaciones y, vamos, que no es el mejor fic del mundo, pero es un comienzo. Las extrañé, lo juro, a las que aún siguen ahí a pesar del tiempo y a las que se quieran integrar.
Gracias por seguir ahí. Las quiero.
R.S.B
P.D: digamos que esto no es one shot. Digamos que probablemente sea mi espacio para poner aquí todo lo que se me venga a la mente. Se llama Un dos tres, porque no tengo mucho inspiración a estas horas de la noche. Pero me gusta mucho. Por si acaso, es un conjunto de viñetas de temas variados así que puede haber cualquier cosa, ustedes solo recen para que no salga nada mal (:
Realidad
Hermione siempre estuvo conciente de que todo esto iba a suceder. Siempre supo que en algún momento toda la relativa normalidad que habían tenido hasta ese punto debía derrumbarse para darle paso al oscuro e incierto futuro que les deparaba, no solo a ellos tres, sino a todo el mundo mágico.
Había estado siempre tan alerta al más mínimo detalle para salir de improvisto ―. A ordenar los libros, a guardar la ropa, a aprender hechizos.―, que no le sorprendió en lo más mínimo que esa docena de mortífagos apareciera en la boda y los obligara a salir de ahí en cuestión de segundos.
Pero que estuviera preparada, nunca significó que quisiera que sucediera tan rápido.
Fue como un balde de agua fría, si es completamente honesta, fue como si un hilo invisible amarrado a su pecho la halara hacia la realidad y la devolviera de golpe a la vida que le había tocado vivir.
― ¿Estás despierta, Hermione?
La voz de Ron a su lado la exalta un poco y espanta los malos pensamientos de su mente. Tiene que voltearse un poco para verlo a la cara y es un tanto incómodo, la verdad, hacerlo sobre los almohadones en los que Ron, en un arranque de caballerosidad, la obligó a dormir.
― ¿Qué sucede, Ron? ― pregunta en un susurro para no despertar a Harry. Es un verdadero milagro que haya podido conciliar el sueño después de los intensos dolores en la cicatriz.
― Estaba pensando en que… ― responde y hace una pausa indecisa, como si no supiera como expresarse. Se escucha nervioso y Hermione lo mira fijamente y lo incita a seguir con una sonrisa tranquilizadora.
― ¿En qué?
Ron la mira de vuelta y cuando lo hace ― con esos ojos azules y enormes que tiene.―, algo dentro de ella se mueve con una fuerza tal que tiene que desviar la mirada para no sonrojarse. Esos temblores han sido constantes aquel verano y Hermione siente que va a vomitar cada vez que apararecen.
― En que no me despedí de ellos ― responde, y Hermione tiene que preguntarle de nuevo porque no entiende nada de lo que dice.― Estaba pensando en eso. En que antes de irnos de la fiesta, no pude despedirme de mi familia y ahora me arrepiento de haber estado tan preocupado comiendo pastel.
La broma del final no hace que la chica sonría. Al contrario, la declaración de Ron hace que frunza el ceño porque no se esperaba ese comentario. Ron nunca se ha caracterizado por ser la persona más expresiva del mundo si de su familia se trata y verlo así, tan vulnerable a lo que pueda pasar, la descoloca y deslumbra a partes iguales.
No sabe si sonreírle para calmarlo o besarlo de una buena vez y calmar la desesperación que la carcome por dentro.
"Las cosas en las que piensas, Hermione, por Merlín"
― Todo va a estar bien, Ron. ― dice, en cambio, para tranquilizarlo.
― ¿Cómo puedes estar tan segura? ― pregunta con un tono de necesidad agobiante ―. Voldemort se ha infiltrado hasta en el ministerio y ya no se puede confiar en nadie, y...
― Lo sé, porque estamos juntos, Ron ― responde y al ver que se puede malinterpretar, aclara ― Los tres, digo, tú, Harry y yo. Los tres. ― se siente como una estúpida después de terminar, pero Ron está tan ocupado con sus divagaciones, que no cae en la cuenta de su nerviosismo. ― Y mientras eso siga así, nada puede pasarnos.
Hermione no está segura de nada de lo que dice, pero Ronald asiente casi inconcientemente y sigue mirando el techo de Grimmauld Place con aire pensativo. Un bostezo le arruga el rostro y las diminutas pecas casi invisibles que tiene en las nariz se le acentúan un poco a la luz de la luna que entra por la ventana del salón.
Hermione sabe desde hace mucho tiempo también que lo que siente por el chico pelirrojo acostado a su lado ya no es solo un simple cariño de amistad. Es algo más. Es un algo que le revolotea en el estómago, le sube por la garganta y le llega a las mejillas hasta encendérselas. Es un algo inexplicable que no aparece en sus libros y la hace sentir insegura.
― Hermione, cuando salgamos de aquí, quiero que me prometas que no vas a exponerte.
― ¿Exponerme? ― pregunta confundida.― ¿Exponerme a qué?
― A que algo malo pueda pasarte. ― responde con seriedad y con el ceño fruncido ―. Sé que de ahora en adelante vamos a estar expuestos a un peligro constante, estoy conciente de eso, pero... pero no quiero que tú te expongas aún más. ― continúa, aún mirando el techo ― No si yo no estoy ahí para ayudarte.
A Hermione le da un vuelco en el estómago después de la última frase.
― No soy tonta, Ron, no voy a hacer nada que me ponga en peligro. ― dice ―. Pero si tú o Harry me necesitan, ten pon seguro que no voy a dudar en hacerlo.
Ron se da media vuelta para volver a mirarla y le toma la mano con fuerza. Hermione no se lo esperaba y abre los ojos, sorprendida.
― Tienes que prometérmelo, Hermione. ― Le ordena, con tono desafiante ―. No mi importa si yo o Harry o el mismísimo Merlín estamos en peligro, mientras no sea estrictamente necesario te pido que no te expongas.
― ¿A qué se debe tanta preocupación? ― pregunta un tanto enfurruñada porque nunca le ha gustado que le den órdenes.
― A que nunca me perdonaría si te pasa algo.
La sinceridad de Ron es desconcertante y Hermione no encuentra palabras para rebatirle. Ronald toma su silencio como un si y no vuelve a decir nada más hasta quedarse dormido. A Hermione le cuesta un poco hacer lo mismo, quizás porque está demasiado ocupada intentando descifrar cuando fue que aquel pelirrojo de carácter prepotente se convirtió en el hombre que es ahora o quizás sea porque Ron no le ha soltado la mano.
Sea cual sea la razón, no es mucho tiempo el que pasa antes de que el sueño la venza y haga que cierre los ojos.
También sabe que la imagen de Ron pidiéndole que sea cuidadosa y tomándole la mano, no se le va a borrar de su mente en mucho tiempo.
En mucho mucho tiempo.
En mis pensamientos, Ron siempre ha tenido esa necesidad de preocuparse por la gente que ama, a pesar de lo fastidioso que puede llegar a ser, sé que detrás de todo eso hay alguien así, como el que acabo de describir.
La escena es del séptimo libro, cuando Harry despierta y ve que las manos de Ron y Hermione están muy juntas y se siente un poco solo. La leí y me inspiré, gracias a Dios.
En fin, muchas gracias por leer, en serio. Si quieren decirme algo, el globito amarillo de allá abajo sirve y no es necesario decir que me harían muy feliz (:
R.S.B
