/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/
DISCLAIMER: TODOS LOS DERECHOS DE LA SAGA DE "THE KING OF FIGHTERS" SON PROPIEDAD DE SNK PLAYMORE, ASI COMO CUALQUIER MENCION A OTROS JUEGOS DE LA MISMA COMPAÑÍA. NO ME LUCRO DE NINGUNA MANERA AL ESCRIBIR ESTA HISTORIA.
. .+* Este fanfic forma parte del Tercer desafío #EsDeFanfics* + . .
Un drabble hecho por diversión para un reto de la página EsDeFanfics. Ya tenía ganas de escribir algo de estos dos, quizás en un futuro me anime a hacer algo más largo y más serio (y mas yaoi por supuesto :v). Optè por poner "Bandeiras" en lugar de "Banderas" pues me parece que suena mejor, la verdad ya ni se cual es el nombre correcto.
/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/
Primer encuentro
El trayecto a Tokio había sido largo, pero el viaje prometía; Estaba seguro que los ineptos del dojo Kyokugen estaban aquí para entrenar, sólo tenía que averiguar dónde rayos estaban ahora. Desde la rama del árbol donde tomaba un descanso, Eiji observó a la gente pasar apresurada por la acera. Nunca llevaba un reloj, pero su estómago le hacía saber que se había saltado la hora de comer. Estaba cerca del lugar donde Takuma y compañía iban a entrenar, pero aún no habían llegado. Tal vez si supiera que hora era podría darse el lujo de ir a comer algo antes de que llegaran.
Y entonces lo observó. No era el reloj que estaba buscando sino una silueta que destacaba de entre las demás personas. Era otro ninja como él, aunque tenía un aspecto que no había visto antes, comenzando por su piel marrón, algo bastante inusual de encontrar en Japón. Por seguridad colocó una mano en una de sus dagas, nunca se sabía que podía ocurrir. Lo observó con curiosidad, estudiando su aspecto y lo atractivas de sus facciones extranjeras, aunque sin dejar de estar alerta por cualquier posible emboscada. Pero el ninja de piel obscura tan sólo se sentó a descansar bajo la sombra del mismo árbol donde Eiji se encontraba. Parecía que no se había dado cuenta de su presencia, el joven chico tenía un aspecto pensativo, como si algo estuviese atormentándolo. Quizás podría aprovechar su distracción para su beneficio, utilizando sus técnicas de intimidación Kisaragi.
— Supongo que ya no hay muchos ninjas en Japón… —dijo Bandeiras suspirando y descansando la cabeza en el tronco del árbol— No puedo creer que haya sido todo en vano…
— Oye, tú —Bandeiras levantó la vista y se cruzó con el ceño fruncido de Eiji, quien sostenía un kunai en dirección suya— Si me dices que hora es, intentaré no clavártelo en un pulmón.
El moreno no contestó, tan sólo se limitó a señalar con el brazo la plaza central que estaba a un par de calles de distancia y en donde un enorme reloj podía observarse perfectamente desde donde estaban. Eiji sólo bajó su daga para pasarse la mano por la cara en desesperación, seguro había quedado como un tonto.
— Gracias, supongo —fue lo único que alcanzó a decir antes de echarse a correr por los techos, feliz de que le quedasen al menos un par de horas para llenarse la barriga antes de que sus rivales aparecieran.
Bandeiras parpadeo un par de veces mientras lo observaba alejarse, tal vez le tomó demasiado tiempo darse cuenta de lo que había ocurrido. ¿Había sido ese un ninja? ¿Y en plena ciudad? Sin pensárselo dos veces, subió el árbol con agilidad para alcanzarlo. No iba a dejar que la oportunidad se le escurriera de entre las manos. Tal vez incluso si lograba convencerlo de entrenar con él, finalmente haría su sueño realidad.
