Si solo hubiera sabido que era amar las cosas hubieran sido diferentes, Kikyo.

Muy diferentes.

Jamás te hubiera intentado matar. Tú no habrías muerto.

Pero todo fue mi culpa, yo creí saberlo todo. Pero en realidad no sabía nada.

Para empezar, ni Onigumo sabía lo que era el amor. Esa obsesión no era amor.

Solo soy una máquina de destrucción y odio. Jamás fui amado. ¿Como querías que supiera que era amar si jamás nadie me había amado?

Al principio no comprendía el por qué esa opresión en mi pecho cada vez que te veía con aquel híbrido. Pensé que eran los sentimientos de Onigumo pero después de un tiempo entendí que no era por eso. Era algo más, algo crecía dentro de mi.

Al verte cada vez más cerca de Inuyasha mi odio crecía, pero mis sentimientos por ti también aumentaban.

¿Por qué elegiste a ese inútil? ¿Acaso te gusta sufrir? ¿Por qué todavía lo amabas si sabías que él amaba a Kagome? Eres una tonta Kikyo, bueno, somos unos tontos, porque ese también era mi caso.

Decidí no sentir más dolor así que eliminé mi corazón humano junto a mis sentimientos por ti, o eso creí.

Después de haberte ''matado'' la primera vez no me sentí feliz, me sentía terrible. Por primera vez sentí dolor y desesperación.

Fue ahí donde me di cuenta de que esos sentimientos no le pertenecían a Onigumo, me pertenecían a mi.

Muy dentro de mi aceptaba poco a poco aquellos sentimientos, pero aún así, ¿Como te demostraría cuanto te amaba?

No encontré una respuesta, así que solo seguí causándote daño.

Una razón por la que odiaba a esos humanos era porque tenían envidia, ellos eran felices y yo no.

Si yo no era feliz nadie lo sería.

Y logré eso, sembré caos en todo el Sengoku, debo admitirlo, se sintió muy bien.

Pero el volverme poderoso me hizo olvidar mi verdadero objetivo, conseguir tu corazón. Me obsesioné con el poder ¿Sabes por qué? porque olvidaba mis debilidades y entre ellas estabas tú.

De verdad Kikyo, no sabes cuanto me dolía que no me amaras.

Si solo hubiera sabido lo que era amar no habría cometido errores.

Mi última salvación era la perla. Pedí me deseo pero no me lo concedió, eso lo esperaba.

Pero una pequeña parte en mi interior tenía aquella esperanza e que se cumpliera, quería ser feliz, aunque sea por unos segundos, quería estar contigo.

Ahora a punto de morir me doy cuenta de aquellos sentimientos.

Pero ya es muy tarde.

No podré estar contigo Kikyo.

¿Por qué todos pueden ser felices y yo no?

Acabo de aceptar mis errores. Entonces por qué... ¡¿No puedo ser feliz?! ¡No me importa sobrevivir, después de todo ya no estás aquí! ¡Quiero ir contigo! ¡Quiero estar a tu lado! ¡Quiero contarte las cosas que nunca dije! ¡Quiero expresarte mis sentimientos!

Quiero amarte, Kikyo...

De repente una extraña calidez comienza a inundarme.

¿Acaso esto es lo que se siente estar en paz?

¿Acaso podré verte de nuevo?

Al parecer es así.

Estoy feliz, aunque estoy muriendo, estoy muy feliz.

Podré verte de nuevo Kikyo...

Y esta vez no cometeré más errores.