Autor: Kami-cute.
Summary: El pensamiento de dos enamorados secretos. Dios, en lo que me he metido. Ni yo mismo lo sé.
Advertencias: Ninguna, por ahora.
Declaimer: Card Captors Sakura no me pertenecen. Son de la imaginación del equipo productor de anime y manga CLAMP. Si me pertenecieran, ni duden que ahora yo sería Kami Taisho de Li ¬
Notas de autor: Inventé esta historia por dos razones. Primera: hace rato que intentaba escribir algo con capítulos hechos en POVs. Y segundo: esto surgió de lo ocurrido con una muy amiga mía. Que, raramente, se enamoró del mejor amigo. Y el mejor amigo, de ella. ¿Doesn't it cute?
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x…. Throbbing New Love ….x
(Palpitante nuevo amor)
POV. Shaoran
Hace 7 años que la conozco. Y desde ese entonces, supe que era la mujer de mi vida. Pero de igual manera sé que me es imposible besarla, acariciala, susurrarle palabras al oído y decirle cuanto la amo. Solamente porque ella es mi mejor amiga.
Hace poco entendí lo mucho que la amo. Comencé a darme cuenta cuando ella me confesó estar enamorada de otro. Desde ese momento, mi alma no es mía y mi corazón palpita herido.
En ese momento, no quise entender razones. Estando solo, lloré desesperadamente. Grité hasta quedarme afónico. Golpeé cada cosa que se cruzó en mi camino y maldije la vida misma. Todo eso y mucho más. ¿Por qué, Shaoran? Porque no quería perderla. No quería resignarme a entregarle cada parte de mi ser y que ella, le entregara todo a otra persona.
Luego de un tiempo, comencé a pensar con claridad. Por primera vez, me sentía celoso. Y de nadie más que de mi propia mejor amiga. Tenía celos que de alguien más que yo pudiera quererla con demasiada intensidad. De que pudiera decirle dulces palabras al oído y de que la pudiera tener entre sus brazos. De que fuera un tonto quien se llevara ese tesoro. Aunque el tonto había sido yo...
Estaba enamorado, ¿qué más decir? Estaba loco por mi mejor amiga y era horrible. ¿Por qué ella no entendía? Me contaba todo. Cada palabra, cada beso, cada caricia. Y yo, luego terminaba haciéndome más trizas. Muriéndome porque ella no sentía lo que yo. Ella no me amaba. Muriéndome por esas dulces sonrisas, las insuficientes frases de cariño, las delicadas caricias, la inusual forma de ser. Todo lo que me encantaba de ella y que, ahora, tenía dueño.
Eso era de esperarse. Siempre lo supe. Ella quería ser amada, quería ser necesaria para alguien, quería ser especial. Ya no podía esperar, ya no podía seguir soñando despierta, ya no podía soportar el mismo vacío que yo siento. Era de esperarse. Ella es hermosa. Con su cabello castaño claro y corto. Con sus ojos jades rebosantes de vida. Con sus sonrisas poco disimuladas. Por todo. Ella siempre fue hermosa.
Y yo, la perdí por no decirle. La perdí por ocultarlo. Por cobarde. Por miedoso. La perdí. Perd´su amor. Y no podía hacer nada. Pero no quería resignarme y lo quería remediar. ¡Ella era mía! Algo dentro mío lo gritaba fuerte cada vez que la veía con ese otro. Algo me pedía a gritos que la besara. Algo me gritaba que fuera y le dijera cuanto la amaba. Pero, no podía. Ella era mi mejor amiga.
¿Podía destruir su felicidad por recuperar la mía? No tenía derecho ni moral. Pero me era imposible controlarme. Quería ir y decirle todo, sin ocultar ni guardar nada. Exigirle que me amara. Pedirle que me besara. Rogarle ese cariño que me había quitado de las manos. Mierda. ¿¡Sakura, qué hiciste conmigo!?
Sakura Kinomoto es la causante de todo. Es su culpa. Y éste termina siendo el peor castigo. Y, al mismo tiempo, el más dulce. Un castigo sabor cereza.
