Ola a todos!!!

Esta es la primera historia SasuSaku que escribo asique... no se como habrá quedado para vuestro gusto jeje. Bueno, para comprobarlo, les dejo que lo lean y luego me den su comentario sobre que les ha parecido. Sin más, ¡qué comience la lectura!

Devolviendo la luz a tu corazón.

Un día lluvioso se cierne sobre la Konoha Gakure no Sato. Las nubes grises, llenas de pequeñas gotas de agua sucia, los rayos que ocasionan el roce entre ellas y la sensación de fracaso reinaban en el lugar. En una pequeña casa, sobre una mullida cama de edredón rosa, se encontraba tirada una joven que parecía dormir a simple vista. Pero no, ella no dormía, sólo mantenía los ojos cerrados para dejar escapar las traviesas lágrimas que desprendía su dañado corazón. La chica de cabellos rosados y cortos, de unos ojos verdes como las más exquisitas esmeraldas, aunque ahora eran una mezcla de rojos y verdes, una mueca de dolor era lo que se reflejaba en su boca, que ahogaba los pequeños sonidos que producía su llanto, convirtiéndolo así en un llanto silencioso, como si de un funeral sobre su cuerpo se tratase. El sonido de una voz algo grave se podía oír desde su habitación, pero ella no lo quería escuchar, no quería nada de lo que estaba viviendo y sufriendo.

-¡Sakura-chan, baja onegai!- El grito cada vez se oía más alto, como acercándose a ella.

Sakura ni siquiera se inmuto cuando un chico de cabellos rubios como el sol y ojos azules como el cielo abrió la puerta de su habitación, se sentó en el borde del lado de la cama donde ella estaba y empezó a acariciarla el pelo, de una manera más delicada que él sabía. Ella continuo con su llanto en el silencio, no quería preocupar a la persona que lo había dado todo por ella, que siempre la salvaba y que ella siempre trato de tan mala manera. Él era su único apoyo en el mundo en estos momentos, pero no por ello iba a hacerle caso, ni siquiera era capaz de mirarle a la cara. Ella había vuelto a fallar, le había vuelto a fallar a su equipo, había vuelto a ser un estorbo, como un día le dijo el amor de su vida.

-Sakura-chan, tienes que salir de casa. Llevas más de una semana aquí encerrada y eso no te hace ningún bien.

-Déjame en paz, Naruto. No quiero salir de aquí el resto de mi vida, no quiero volver a ser un estorbo para nadie, no quiero volver a ser una carga más para ti.- Ahora se mezclaban su llanto y sus palabras, a las que les costaba mucho salir de sus labios.

-Tú no eres un estorbo y salvarte la vida es mi deber. Sakura-chan, sabes que eres una persona muy importante para mí, que no quiero que te pase nunca nada malo y, si está en mi mano impedirlo, haré lo que haga falta. Aparte, tú no eres un estorbo, eres una gran kunoichi, una gran shinobi médico que ha salvado muchas vidas y que le queda toda la vida para seguir ayudando a la gente, como a mí por ejemplo.- Naruto le ofreció una de sus grandes sonrisas, no quería seguir viéndola en ese estado.

-Gomen nasai, Naruto. No debí haberte mentido sobre… el plan de matar a… Sasuke-kun.- No podía pronunciar ni siquiera su nombre, y su llanto iba en aumento.

-Tranquila, sé que lo hiciste por un buen motivo, que no querías preocuparme y que querías sentirte bien contigo misma. Demo, tenemos que olvidar el pasado doloroso y seguir adelante para crear un futuro mejor, del que podamos sentirnos orgulloso.- Por fin las palabras del rubio empezaban a hacer efecto en la deprimida kunoichi.

-Naruto, yo… Arigato, por preocuparte tanto por mí. No me lo merezco, y menos de tu parte.

-Te lo mereces, y mucho, pues sin ti muchas de las personas que en estos momentos están trabajando en la villa no podrían hacerlo, pues estarían muertos ya. Ahora vístete y vamos a dar una vuelta, hemos quedado todos los novatos para hacer un balance sobre los últimos acontecimientos.

-Yo… no puedo ir, todos me odian por lo que les hice, y no les culpo por ello.

-No Sakura, ellos no te odian. No te voy a mentir, si que están algo resentidos por haberles echado así de la misión, demo sabes que ellos nunca te podrían odiar. Ino incluso está preocupada por ti, y eso le da miedo a Shikamaru.- Los dos rieron un poco.

-Tiene que tener una cara la cerdita de preocupación… Está bien, te acompaño a esa reunión, demo… te puedo pedir un favor.

-Claro, aquí estoy para lo que quieras. Sabes que eres como mi hermanita pequeña y caprichosa a la que le concedo todos sus deseos.- Naruto puso su mejor sonrisa, y a ella le hizo feliz ese acto.

-Ya que me lo vas a conceder, que sean dos.- Naruto se empezaba a arrepentir de sus palabras, esperaba que no fuera nada caro, porque se veía sin comer algunos días ramen de Ichiraku.-El primero… no quiero que me dejes sola, no hoy onegai.

-Eso está hecho. Te prometo que no estarás sola, ni hoy ni nunca mientras yo viva.

-Y el segundo… -Sakura le miró con cara de picardía, haciendo estremecer a Naruto.-Me dirás todo lo que hables con Hinata.

-¡¿Nani?!- Eso sí que no se lo esperaba, y se empezó a sonrojar levemente, mientras ella reía por lo bajo. Parecía que su humor iba mejorando.

-Bueno, si me dejas, podre vestirme.- Le lanzó una mirada asesina al ver que Naruto no reaccionaba, haciendo que el joven shinobi fuera a esperarla abajo.

Sakura se puso su habitual vestimenta: la camiseta roja, su falda rosa y sus mallas cortas negras debajo, sus sandalias ninja negras de tacón. Se peinó, se lavó la cara queriendo quitar el rastro de las gotas saladas que antes salieron de sus ojos, se puso su banda que la reconocía como kunoichi de su villa y salió a su encuentro con su compañero de equipo. Ambos salieron de la casa de Sakura, aunque los dos iban en silencio, algo raro para la gente que les conocía y le veía paseando sin discutir ni insultarse.

Había pasado una semana desde que habían vuelto de su última misión. Naruto, Sakura, Kakashi, Yamato, Kiba, Sai y Lee regresaron a la aldea con nuevas noticias: Sasuke era un caso perdido y, si realizaba su amenaza de destruir Konoha, ni el propio Naruto se iba a oponer a pararle los pies. Desde el mismo día en el que volvieron a la villa, Sakura no había salido a la calle, pues tenía miedo de que todos la tacharan de traidora, y ella misma sabía que no podía oponerse a algo que sabía que era real. Se había convertido en una traidora en el mismo momento en el que, por culpa de su corazón, no había sido capaz de matar al renegado Uchiha Sasuke. Pero lo peor de todo era que le daba miedo el rechazo de sus compañeros al haberles traicionado de esa manera, teniendo la oportunidad perfecta y desaprovechándola por todavía seguir amando a una persona que sólo trae dolor y desgracia a este mundo. El momento se acercaba, su pesadilla más reciente estaba a punto de empezar, pero debía de ser valiente y aceptar lo que quisieran hacer con ella, pues estaban en todo su derecho. Todos estaban allí ya, los nueve novatos volvían a reunirse después de tanto tiempo, aunque con algunos cambios y el agregado grupo de Gai. Sakura notó como las miradas de todos se clavaban en ella, como la desgarraban sin poder ella evitarlo pero, al sentir la mano de Naruto sobre su hombro, logró tranquilizarse un poco y armarse con todo el valor que ella poseía por naturaleza.

-Ya que estamos todos reunidos, declaro abierta la reunión de "los novatos". Este nombre es muy problemático.- Shikamaru fue el primero en hablar, mientras que Ino se abalanzaba contra su amiga de la infancia.

-¡Sakura, me tenías muy preocupada! ¿Por qué no me contestabas al teléfono ni me abrías la puerta?- La acosaba Ino a preguntas mientras la asfixiaba con su efusivo abrazo.

-Has hecho un buen trabajo trayéndola, bakka.- Le dijo Kiba a Naruto.

-Ella tenía tanto derecho a estar en esta reunión como cada uno de nosotros. Ella sigue siendo parte de esto, os guste o no.- La defendió él, ganándose una lucha de miradas con Kiba.

-Dejemos las peleas para otro momento y empezamos a ponernos serios.- Comentó Neji.

-Eso no es problema para ti, siempre lo estás.- Naruto intentó suavizar el ambiente dejando ese tipo de comentarios, que hacían reía a unos pero enfurecían a otros.

-Yo he leído en un libro que deberíamos juzgar a Sakura por sus delitos.- Les propuso Sai.

-Haruno Sakura, ¿qué fue lo que paso exactamente con Uchiha Sasuke para que nos traicionaras de esa manera?- La pregunta por parte de Shino sorprendió a más de uno de los presentes, incluida la propia Sakura.

-Lo primero de todo…- Decidió terminar con esto lo más rápido posible, no quería quedarse allí si no era bien recibida.- Gomen nasai, siento no haber podido cumplir con mi misión. Es cierto que tuve la posibilidad de matar a Sasuke-kun, demo también es verdad que no pude hacerlo, que no tuve el valor necesario para romper con el pasado y desobedecer a mi corazón. Sé que no tengo derecho a seguir formando parte de esta misión, demo os pido otra oportunidad. Yo quiero, realmente quiero, formar parte del grupo y actuar como tal, ya no por separado, sino todos juntos, como lo hace un verdadero equipo.

-Tenemos todo el derecho del mundo a expulsarte de aquí, puesto que has fallado en la misión y herido a tus propios camaradas… -Todos clavaron las miradas en el joven Nara.- Demo, también es verdad que debe ser muy difícil tener que matar a una persona que ha sido tan importante en tu vida y que al final decidiste cargar con el peso tú sola. Tú no eres la única que lo hubiera dejado con vida. Muchos de los que estamos aquí no lo hubiéramos conseguido tampoco, solo por no veros ni haceros sufrir ni a Naruto ni a ti.

-Yo tampoco hubiera tenido el valor para hacerlo, porque, aunque ya no me gusta como antes, no hubiera soportado la idea de que odiases durante toda tu vida.- Le dijo Ino volviéndola a abrazar, y esta vez, ella también correspondió gustosa el abrazo.

-To… todos sabemos lo que…- Todas las miradas se clavaron en la joven Hyuuga, que había pasado desapercibido antes, y se sonrojó de inmediato al sentir las miradas sobre ella.- Quiero… quiero decir que yo…- No podía articular más palabras, y más sabiendo que Naruto estaba, por primera vez desde que se declaró, delante de ella.

-Hinata, todos sabemos que tú serías incapaz de ponerle un dedo encima a… Oye, ¿ya lo podemos decir, no?- Todos afirmaron con la cabeza.- Nunca podrías ponerle un dedo encima a Naruto, bueno, si no es para besarle y cosas de eso.- El comentario de Ino sonrojó de Hinata era enorme, pero lo que más sorprendió a los presentes es que Naruto también se había sonrojado un poco.

-Y nosotros que pensábamos que Hinata nunca se atrevería a decírselo. Bueno, sólo tuvimos que esperar cuatro años insignificantes.- Todos estallaron en risas por el comentario de Tenten. En vez de parecer una reunión sobre Sasuke, se estaba convirtiendo en una discusión sobre los sentimientos de Naruto y Hinata.

Aprovechando que todos estaban entretenidos con otro tema, Sakura se fue de allí, necesitaba pasear para estabilizar sus pensamientos y sus sentimientos en su corazón y su cabeza. Caminó por toda la villa, y pudo observar como el movimiento de los shinobis se estaba intensificando en esos días, cada vez tenían más misiones y los entrenamientos eran mucho más fuertes, sobre todo en los pequeños genin, pues la guerra ya había sido declarada. Sakura siguió su camino, hasta llegar al campo de entrenamiento número tres, donde empezó todo. Se sentó encima del tronco situado en medio, mirando hacia el oscuro cielo de ese día, tan oscuro como su interior, pues estaba hecho un total caos. ¿Por qué? ¿Por qué no puedo dejar de amarle? Esas preguntas eran las que rondaban su cabeza, esas preguntas trastornaban su vulnerable alma, la rompían en pequeños trozos, la confundían más, la hacían sentirse peor persona por traicionar a las personas que verdaderamente se preocupan por ella.

Naruto.

Su nombre fue el primero que le vino a la mente. Él siempre había sido su mayor apoyo, por ella había hecho muchas locuras, sólo porque ella se lo pedía y, ahora que podía ser capaz de devolverle el favor, no es capaz de matar a Sasuke.

Sasuke.

El gran amor de su vida. ¿Valía tanto sufrimiento por él? ¿Valía traicionar la confianza que todos habían depositado en ella? ¿Valía la pena perder a las personas que más les apoya por su culpa? Esa era la respuesta que necesitaba encontrar, esa misma era la que no quería llegar a reconocer, ella sabía la respuesta pero no se atrevía a ni siquiera a pensarla. Él jamás regresaría a Konoha, el jamás volvería a ser el de antes, ya no tenía luz en su corazón, sólo venganza y oscuridad eran el material de su alma. Sus compañeros ya lo habían asumido, incluso Naruto lo había asumido, Sasuke jamás volvería a ser uno de los novatos, ni volvería a formar el equipo siete con ellos.

Pasaron varias horas, que para Sakura fue como si sólo hubieran pasado algunos minutos, pues estaba perdida en sus pensamientos y sacando las conclusiones favorables para todos, aunque eso signifique arrancarse el corazón y enterrarlo junto al hombre que jamás pudo olvidar y jamás lo hará. Con la noche llegando a la villa, Sakura se levantó y empezó su camino de regreso a su casa, para volver a encerrarse a llorar como lo estuvo haciendo la última semana. Las luces alumbraban toda Konoha, el camino a su casa era muy visible, excepto en un trozo, unos pocos metros antes de llegar estaba totalmente oscuro. Sakura no tenía ningún miedo de pasar por allí, ella era una chica valiente que no le temía a la oscuridad y era lo bastante poderosa como para poder darle su merecido si alguien intentaba pasarse de listo aprovechando la situación. Pero hoy no, hoy ni siquiera se había puesto a mirar por los caminos que iba ni lo que había en ellos, en sus ojos sólo estaba el momento en el que vio dos ojos rojos clavarse sobre los suyos verdes, unos ojos que solo tenían dolor. Llegó a su casa, atravesó a oscuras todo el pasillo hasta llegar a su habitación y, una vez dentro, se tiró sobre la cama, sin importarle que aún estaba vestida, y volvió a su nueva rutina: llorar, llorar por alguien que no merece la pena, que nunca se ha preocupado por ti como lo hacen tus amigos, llorar por tener el sentimiento más maravilloso del mundo con una de las personas más buscadas y crueles que existían; por él, por él lloraba. Y así, llorando por él, se quedó dormida esa noche. Aunque ella estuviera dormida, unos ojos rojos como la sangre, con aspas negras en el centro, estaban observándola dormir, pero nadie se dio cuenta de ello.

Otro día comenzaba en Konoha, pero hoy sería un día mejor. El cielo era azul y con algunas nubes blanquecinas jugaban en él, el sol brillaba con tal fuerza que parecía que se apagaría al quedarse sin energía, pero, ante todo, era un bonito día. Sakura se levantó de su cama y miró por la ventana, parecía tener más ánimos que ayer, pero no sabía el motivo. Decidió no pensar mucho en eso y aprovechar que se encontraba de buen humor para visitar el hospital de Konoha y aprovechar para revisar el estado de Tsunade y visitar a Karin, que desde que se cambió de bando se habían vuelto muy amigas, pero no había ido a visitarla desde el día que llegaron. Como ya estaba vestida y no tenía hambre, salió directamente a la calle y tomó el camino más largo para llegar al hospital, hoy quería disfrutar de ese maravilloso día. Pasó por esa calle que en las noches estaba oscura pero que de día era muy iluminada, paró en seco al notar que un trozo de tela hondeaba con el suave viento que se soplaba en ese momento. Se acercó para comprobar de que era esa tela y lo que vio le dejó sin palabras, y más al mirar en la misma dirección en la que estaba: era su habitación. Se guardó ese trozo de tela en uno de sus bolsillos y continúo su camino, ahora mucho más deprisa que antes. Llegó al hospital rápido, y lo primero que hizo fue ir a visitar a Karin, algo le decía que ella sabría el motivo por el cual alguien de su organización había estado en Konoha, más exactamente, vigilándola a ella. Abrió la puerta de la habitación despacio, y observó como Karin estaba perdida en sus pensamientos mirando la ventana que tenía al lado de su cama. Aunque ya había pasado una semana, Karin estaba todavía ingresada, aunque ahora su aspecto era mejor y se la veía bastante recuperada del ataque recibido por Sasuke.

-Buenos días, Karin.- Saludó Sakura mientras Karin saltaba de la impresión.

-Buenos días, Sakura. No te había oído entrar.- Le dedicó una pequeña sonrisa.

-Gomen ne, no quería asustarte. ¿Qué tal te encuentras?

-Ya estoy mucho mejor, demo no me quieren dejar salir de aquí, piensan que me voy a escapar o algo por el estilo.

-Es normal que lo piensen, después de todo, eras parte de Akatsuki.

-Eso era antes, y yo sólo me uní a ese grupo por… Sasuke-kun.- El silencio invadió la habitación, parecía como que el nombre de ese chico era tabú para ellas dos.

-Karin, ¿puedo preguntarte una cosa?

-Claro, Sakura, somos amigas, ¿o no?

-Sí, tienes razón.- Ahora era ella quien sonría, pero de repente cambió su sonrisa por el más serio de los rostros.- Karin, ¿sabes si Akatsuki planeaba algo contra Konoha?

-No, sólo contra Naruto-san. El plan de Akatsuki era reunir a todos los bijuus para crear otro más fuerte y acabar con todas las naciones shinobis. Demo… Sasuke-kun si… quería entrar en la villa y destruirla.- Sakura ahogó un grito poniendo su mano en la boca.

-¿Qué planeaba hacer exactamente Sasuke-kun?- Tenía que saber por qué anoche estuvo espiándola y no la mató, ya que ella estaba indefensa.

-No lo sé con exactitud. Lo único que sé es que Sasuke-kun quería venganza por la muerte de su clan y, para ello, destruiría a los más altos cargos y a todos los que se le pusieran en medio.

-¿Alguna vez habéis estado dentro de la villa?

-No, por lo menos como grupo. La primera vez que yo vi esta villa fue con vosotros, aunque Sasuke-kun si habló alguna vez sobre ella.

-¿Y Sasuke-kun entró alguna vez sin ser visto?- No quería saber la respuesta, pues le asustaba terriblemente saber que era cierto lo que suponía.

-No lo sé, Sakura. Demo él algunas veces se iba solo y volvía varios días después con mejor humor, demo no nos contaba a donde iba ni lo que hacía. Gomen ne, Sakura, siento no ser de mucha utilidad.- Agachó su cabeza apenada.

-Has sido de mucha utilidad, Karin. Arigato. Ahora, tengo que irme, tengo asuntos que resolver, demo prometo volver otro día a visitarte.

-Arigato Sakura. Él único que viene es Naruto-san y… me llega a sacar de mis casillas, creo que es peor de lo que era Suigetsu.- Las dos soltaron una leve risa.

-Te prometo que la próxima vez te presentaré a una amiga con la que creo que os llevaréis muy bien, sois muy parecidas. "Ino cerda y tú os haréis grandes amigas".

-Me gustaría conocer a una tal Hyuuga Hinata, Naruto-san hablaba mucho de ella últimamente. ¿Acaso es su novia?- Sakura no sabía que contestarle. Ayer se fue tan deprisa que no sabe lo que paso con ese par.

-Eso será mejor que se lo preguntes al propio Naruto, yo no puedo decírtelo. Sayo.- Sakura se marchó de allí, dejando de nuevo a Karin metida en su mundo.

-"Sasuke-kun, Sakura te ha descubierto. Al final, acabaras siendo enterrado en tu propia oscuridad que tú mismo has creado. Espero que Sakura no lo permita, y sé que ella es la única que te devolverá la sonrisa".- Pensaba Karin mientras miraba el mundo desde su habitación.

Sakura siguió con sus labores en el hospital: visitó a varios enfermos y, por último, fue en busca de su maestra, quien se encontraba siempre bajo la supervisión de Shizune. Entró en la habitación y, tras saludar a su compañera, empezó a revisar a Tsunade en busca de algún síntoma de mejoría, pero no halló ningún indicio de ello. Salió del hospital y puso rumbo a casa de Naruto, tenía que contarle sus sospechas sobre Sasuke y sus planes contra la villa. Pero, al llegar a la puerta de su casa, se empezó a debatir si debía o no decírselo, pues no estaba totalmente segura y no quería alarmar a su amigo tontamente con sus disparates. Por otra parte, no quería volver a cargar ella sola con el peso de todo, y sus amigos le habían dicho que siempre podían confiar en ellos. Se empezó a retirar de la puerta cuando escuchó unos ruidos raros provenientes de la casa del rubio, y Sakura empezó a preocuparse. Haciendo caso a su instinto femenino de que había problemas en esa casa y, conociendo a Naruto como ella le conocía, habría hecho alguna tontería. Sakura abrió la puerta de golpe y se quedó sorprendida de lo que estaba viendo, si estuviese allí Ino hubiera hecho unas cuantas fotos y las hubiera colgado por toda Konoha. Hyuuga Neji, el genio del clan Hyuuga, tenía agarrando a Naruto del cuello mientras Hinata estaba inconsciente en el sillón de la pequeña sala. Neji, al ver que Sakura había entrado por la puerta, cesó su flujo de chakra por su mano, evitando que Naruto recibiera un poderoso Kaiten por parte de él.

-Sa… Sakura-chan, ¿po… podrías ayudarme, onegai?- Le rogaba Naruto con el poco aire que aún conservaba en sus pulmones.

-¿Qué ha pasado aquí?- Preguntó la kunoichi mientras corría para ver el estado de Hinata.

-Naruto intentó aprovecharse de Hinata-sama.- Le contestó Neji mientras le dirigía una mirada de odio al rubio.

-¡¿Nani?!- Sakura se quedó a cuadros al escucharse eso. Conocía a Naruto, sabía que a veces era un poco pervertido y eso, pero jamás se esperaría que le dijesen algo así de él.

-E… ¡Eso es mentira, Sakura-chan!- Naruto intentaba escapar del agarre de Neji, pero este le apretaba más cada vez.

-¡No mientas, Uzumaki! ¡Lo vi con mis propios ojos!- Le gritaba Neji.

-Yo… yo no la hice nada malo, se desmayó sin más.- A Naruto cada vez le quedaba menos aire que respirar, y eso lo notó Sakura.

-Neji, suéltale onegai.- Le pidió de buenas Sakura.

-¡No pienso soltar a este desgraciado!- Su agarre se hizo más fuerte, la cara de Naruto se estaba poniendo de una tonalidad azulada tirando a malva.

-Deja que aclare lo sucedido. Mira, si lo que tú dices es verdad y Naruto ha intentado propasarse con Hinata sin el consentimiento de ella, yo misma le daré una paliza que jamás olvidara, te lo prometo.

-Está bien.- Neji soltó a Naruto, cayendo este al suelo y recuperando poco a poco el oxigeno.

-Naruto, ¿qué ha pasado con Hinata? Y más vale que digas la verdad.- Preguntó Sakura, mientras Neji activaba su línea sucesora para comprobar que él decía la verdad.

-Pues, estábamos aquí hablando tranquilamente, bueno, más bien era yo el que hablaba y ella me escuchaba, como siempre.

-¿De qué estabais hablando, Naruto?- La pregunta iba con doble intención, ya que gracias a Karin, ella también quería saber lo que sucedía con esos dos.

-Hablábamos sobre la última misión, le contaba todo lo que paso en ella, pero de repente me acordé del por qué había venido a mi casa.

-¿Ella fue la que vino, por su propia voluntad?- No le cuadraba a Sakura que Naruto se intentara aprovechar de la inocente Hinata, y más que ella no le hubiera consentido, pues, si una cosa esta clara, es que Hinata se muere por Naruto desde hace mucho tiempo y que le dejaría que él la hiciese cualquier cosa, no por nada llevaba más de 4 años esperándolo.

-Hablábamos de cuando ella se declaró y… casi la matan.- Naruto agachó la cabeza, no le gustaba recordar aquella experiencia tan dolorosa.

-¿Y qué pasó a continuación? Sigue, onegai.- Por como lo contaba Naruto, parecía que estaban hablando de una de esas telenovelas que tanto le gustaban a ella, pero Neji no aguantaría mucho más sin darle un puñetazo.

-Cuando saque el tema, ella empezó a sonrojarse mucho. Je, me gusta mucho cuando se sonroja, se pone más guapa aún de lo que ya es.- A Sakura le faltaban unas palomitas para estar perfecta, pero Neji ya no aguantaba más.- Yo la dije que… que ella también me gusta mucho y que… si quería ser mi novia. Ella me dijo que si y entonces… -Una sonrisa adornaba su rostro, se veía la felicidad que desprendía.- La bese y luego se desmayó.

-¡¿Y Por qué la tenías en brazos cuando llegue yo a buscarla?! ¡Responde!- Neji ya estaba de pie. Si algo le molestaba de verdad era que le estuvieran mintiendo en su cara.

-La iba a llevar a su casa, no creí conveniente que la encontraseis aquí inconsciente, porque sabía que no me ibas a creer y me harías picadillo.

-Yo me creo la versión de Naruto, le conozco y no creo que la fuese a hacer nada malo a Hinata. De todas formas, y para confiarnos todos, la haré una revisión médica rápida y luego la podrás llevar de nuevo a casa, Neji.

-Está bien, demo date prisa, Hiashi-sama la castigara duramente si no llegamos pronto.- Dijo Neji de mala gana.

Después de hacerle una revisión rápida y confirmar la teoría de Naruto, acompaño a los dos shinobis a la mansión Hyuuga, no quería que Naruto acabase muerto de la paliza que le podían dar Neji y Hiashi cuando llegaran a la puerta. Al llegar, Sakura inventó una excusa para que no la regañaran ni a Hinata ni a Neji, y Naruto se salvaría de cualquier consecuencia negativa frente al líder del clan y, si todo iba bien, futuro suegro. Se despidió de Naruto a mitad de camino, quería estar un rato solo y, por más que insistió el rubio shinobi, ni fue capaz de convencerla. Caminó despacio, recorriendo cada milímetro de las calles de su hermosa villa, disfrutando de esos momentos de soledad y recordando de nuevo sus propios problemas que había apartado mientras ayudaba a Naruto. Por fin se estaba acercando a su casa pero, al pasar por la misma calle oscura de siempre, se detuvo a observar el más mínimo movimiento que se pudiera percibir pero, no pudo encontrar nada. Como no estaba del todo tranquila, decidió que esa noche haría de vigía de su propia casa, esperaría la llegada de Sasuke allí mismo y, esta vez, no dudaría de sus acciones ni de sus deberes con sus amigos. Las horas pasaron lentamente para la kunoichi de pelo rosa y el sueño la estaba venciendo en la guerra, pero no se daría por vencida, no esa noche. En uno de los momentos en los que su cabeza empezaba a caer al igual que sus párpados, una misteriosa sombra se posicionó tras ella y Sakura, en un ágil movimiento, se levantó del suelo empuñando un kunai y lo colocó sobre el cuello del enemigo, pero este, que era más rápido que ella, se echó hacia atrás y lo esquivó sin problemas.

-Pensé que no te enterarías nunca de mi presencia.- Dijo la extraña sombra, pero Sakura la identificó inmediatamente, no por nada era la más inteligente de las kunoichi de su generación.

-Muchas cosas han cambiado desde que te fuiste, Sasuke-kun.- Una pequeña luz proyectada por la luna dejó al descubierto la identidad de la sombra, aunque ella ya supiese de quien se trataba desde que escuchó su voz.

-¿Hoy no vas a irte a dormir? En estos momentos te estás convirtiendo en una molestia.- Le dijo con su mismo tono arrogante de siempre.

-No, hoy tengo un plan mejor para dejar de ser una "molestia" como tú dices.- Sakura se lanzó directa hacía él, pero de nuevo Sasuke volvió a esquivarla fácilmente.

-Cada día te pareces más al dobe de Naruto, te dejas llevar por tus sentimientos y, si no lo has aprendido aún, un shinobi deja sus sentimientos lejos de la batalla.

-Mira quién habla, el mismo que abandonó su hogar por buscar una venganza inútil.- Esas palabras hicieron más efecto en Sasuke de lo que ella misma se esperaba.

-Cuando tú puedas entender mi dolor, podrás entonces juzgarme.- Activó su Sharingan y se dirigió a ella con su katana en las manos.

-Tú tampoco sabes lo que yo he sufrido por tu culpa, ni de las tonterías que he hecho Naruto por salvar tu trasero, y así lo agradeces. No entiendo por qué, aún después de todo lo que me has hecho, sigo con los mismos sentimientos de antes.- Ella también fue en su dirección con su kunai en la mano.

-Mi importa muy poco lo que hayáis hecho por mí el dobe y tú, jamás os he pedido ayuda.- El ruido de los metales al chocarse llamó la atención de varios vecinos de los alrededores.

-Entonces, paga por todo.-La voz de Sakura era de una gran rabia contenida.

Sus ojos se encontraron al igual que sus armas, pero esta vez todo era distinto, Sakura no mostraba ni miedo ni inseguridad como la última vez, estos mostraban fuerza y seguridad, confianza en ella misma y en sus posibilidades de vencerle. Por su parte, Sakura buscó en la mirada de Sasuke algún rayo de esperanza que la ayudase a devolverle la luz a su corazón frío y oscuro. Se separaron y ambos retrocedieron un par de metros atrás. Sasuke puso su sonrisa arrogante de siempre, Sakura no le iba a derrotar, ella seguía siendo la misma kunoichi inservible de antaño, una fan suya que sólo buscaba su reconocimiento y amor. Pero lo que no se esperaba Sasuke en ningún momento fue que él cayese en una trampa, no lo vio venir y ahora estaba totalmente paralizado. Una carcajada de loco salió de su boca, pero a Sakura no hizo caso y se acercó despacio a su contrincante.

-Si piensas que por qué me hayas puesto un sello paralizador no voy a poder vencerte estás muy equivocada.- Sasuke intentó usar su Amaterasu, pero no funcionaba.

-No lo intentes, no puedes ni moverte ni usar ningún ninjutsu ni genjutsu, has caído en mi trampa desde un principio.- Se acercaba lentamente a él, ya sólo estaba a unos escasos centímetros de su presa.

-No… no puede ser, tú no me puedes vencer a mí, soy superior a ti.- Intentó usar el Tsukuyomi, pero tampoco pudo hacerle el famoso genjutsu.

-Sólo una pregunta antes de matarte y eliminarte de mi vida para siempre, ¿por qué me diste las gracias ese día?- Sakura puso el kunai sobre el estómago del Uchiha.

-¿De verdad lo quieres saber? No te arrepientas luego.- Intentó persuadirla, pero no lo consiguió.

-Sí, quiero saberlo. Llevo demasiados años esperando una respuesta sobre ese "gracias".

-Clávame el kunai y te lo responderé, pero conociéndote, no serás capaz de… -Sangre empezó a salir de su boca y de su estómago, sorprendiendo al Uchiha.

-No te puse el sello paralizante por nada, ni preparé esta trampa de sellos que incapacitan el chakra para perder mi tiempo. Quiero saberlo.- La mirada de Sakura empezaba a aguarse, las lágrimas amenazaban por salir de un momento a otro.

-Te… te dije eso porque yo… quise contestarte a tus sentimientos que… me declaraste aquél día.- Cada vez perdía más sangre y su vida se escapaba poco a poco.

-¡¿Y por qué un gracias?! ¡¿Por qué un "no me interesas" o "nunca saldré con una chica como tú"?! ¡¿Por qué un maldito "gracias"?!- El dolor era cada vez más grande, y él era capaz de sacarla de sus casillas.

-Porque… esa era mi forma de… decirte que me sentía… agradecido de que tus… sentimientos fueran sinceros y… no como el del resto de mis fans porque… yo también los correspondo.- Sasuke cayó al suelo, pero aún estaba con vida.

-¿Correspondo? ¿Qué quieres decir con eso?- Las lágrimas ya caían como cascadas por sus mejillas, le estaba confesando que él sentía lo mismo que ella.

-Por… por culpa de… no poder llegar a… olvidar ni olvidar… todo lo que hiciste por mí, yo… no he sido capaz de… atacar esta patética villa. Demo, ahora que… me has derrotado tú, a la… única persona que no dañaría de Konoha, yo… por fin volveré a ver a… mis padres y a Itachi, volveremos a ser una… familia.- Sasuke cerró sus ojos, dejando ver por última vez un rayo de luz entre esos ojos azabaches que enamoraron a la kunoichi.

Sakura estaba perpleja, no sólo había descubierto que Sasuke la amaba, sino que si no hubiese estado ella en la villa, él la hubiera destruido sin importar a quien matase por el camino, tanto amigo como enemigo. Sakura lloraba desconsoladamente sobre el cuerpo del Uchiha, mientras una fuerte lluvia caía sobre su cabeza y la empapaba.

Después de todo, si consiguió devolverle la luz a su corazón, aunque fuera antes de quitarle la luz de su vida.

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¿Qué les ha parecido? Yo pienso que debería darle una continuación, aunque sea solo como un capítulo dos, es que no me gustan los finales tan tristes. Pero si os ha gustado este final, asi se queda y lo doy por terminado. Gracias por leerlo y espero sus reviews.

Sayo!!!