Nyaaaa
Me estreno aquí con este pequeño drabble de Kuroshitsuji (algo deprimente, pero en fin...)
Disclaimer. Los dos personajes que aparecen en este relato no me pertenecen, le pertenecen a la maravillosa y talentosa Yana Toboso, a la cual admiro más que... casi cualquier otra cosa xD
Gracias a los que comentéis, y a los que sólo leáis también :3
Disfrutad de la lectura *O*
Se había vuelto adicto. Se había vuelto adicto a todas y cada una de sus furtivas miradas. Aunque fueran de odio, aunque fueran de indiferencia. Lo importante era que le miraba. Que en ese fugaz instante en el que aquellos pares de piedras preciosas se desafiaban – zafiros y rubíes- él se sentía especial.
Amaba a aquel demonio al que había jurado su alma. Amaría cada centímetro de su cuerpo, cada exhalación que saliera de sus labios, cada elegante movimiento. Para siempre. Y no le importaba que él no le amara. Le bastaba con quisiera su alma. Con que anhelara algo que era suyo y que él pudiera proporcionarle. Ciel sabía que pronto llegaría el momento.
El último día, un 14 de diciembre, Sebastian le había sentado en un prado al borde de un acantilado. Las rosas negras esparcidas a su alrededor se le antojaban clarísimas, blancas a la luz de la luna; y los ojos que le miraban con respeto desde la misma altura, eran de un carmesí tan oscuro como su alma. Como el alma que Sebastian deseaba tanto.
"Feliz cumpleaños, Bocchan"
Ciel, sonriente, había expresado con desamparo
"Gracias, Sebastian. Supongo que es irónico, ¿no? El día del aniversario de mi nacimiento es el día en que va a llegarme la muerte"
Sebastian se acercó a él y le quitó el parche con cuidado, dejando a la vista la marca del contrato que los había unido. Y por el cual ahora se separaban.
"Sebastian" murmuraba "¿Duele?"
El mayordomo había sonreído tierna y compasivamente.
"Un poco, sí. Pero le evitaré el máximo dolor que pueda"
"No"
Sebastian le había mirado, confuso.
"No evites que duela. Quiero que el dolor de haber estado vivo se quede grabado en mi alma"
Sebastian se había sorprendido. Pero después había hincado la rodilla en el suelo y llevado la mano al corazón. Como tantas otras veces había hecho. Esa sería la última, Ciel lo sabía.
"Entonces, Bocchan..."
Ciel había observado con ojos vacíos el rostro de su mayordomo acercándose más y más, hasta que solo había podido distinguir el brillo de sus ojos. Se había visto reflejado en ellos, y eso le había bastado para ser feliz. Verse a sí mismo en él era... no podía describirlo. Tan solo había sabido que en ese momento quería morir para hacerle feliz. Porque si moría, Sebastian tendría su alma. Porque eso era lo único que el demonio quería, ¿verdad?
Antes de quitarle lo único que aún lo retenía a su lado, Sebastian había sonreído con melancolía.
"Oh, Bocchan, como me habría gustado hacerle feliz. Como me habría gustado que supiera mis verdaderas intenciones con usted"
Ciel había abierto los ojos de golpe.
"Como me habría gustado que me correspondiera" seguía susurrando mientras comenzaba a arrebatarle algo que ya no anhelaba tanto. No como a la criatura que lo guardaba. Ya no.
"Lo amo" había susurrado a la misma vez que el último soplo de aire se escapaba de los pulmones de Ciel. Y ya no entraba ninguno más.
Notas finales
Un drabble (y cortito) para ir empezando ewe
Que creo que no está nada mal, he intentado evitar el máximo OoC posible (aunque con lo corto que es, ni siquera se puede hacer OoC a posta ¬¬ ):3
Agradecería un review o algo...
Arigatou n_n
