The storm is in my heart.
Era de noche, la luna emanaba su delicada luz, bañando con ella a cada ser en las oscuras calles de Bucarest, ahí me encontraba yo merodeando por las calles, con la esperanza de hallar alguna distracción a altas horas de la noche. Que sorpresas da la vida, encontrarte en plena calle fue una chispa en mi vida, dinamita que estalló.
No recuerdo cuando fue la última vez que nos vimos, no esperaba que llegaría el momento de nuestro reencuentro, el día en que nos separamos teníamos claro que eso era lo mejor para ambos, sin embargo… te encontré un poco más delgada, fue mirarte y derrumbarme. Creí haberte olvidado después de tanto tiempo, es triste darme cuenta que otra vez me equivoqué. Como te va Elizabeta? Susurro para mí mismo esa pregunta, deseando que el viento te la haga llegar. Tus ojos no me engañan, eres feliz, me pregunto cómo me veo ante tus ojos, después de todo a mi puerta el amor nunca volvió. Tú fuiste la última persona a la que me atreví a amar, en realidad nunca te deje de amar. No pude entregarle mi corazón a nadie porque tú aun lo tenías entre tus manos. Ninguno de los dos se percató de ese trágico detalle.
Fue un encuentro tan pequeño que no pude sincerarme y decirte te he extrañado como nunca imagine. A tu lado se encontraba Roderich, la prueba de que me habías dejado en el olvido. Ante mis ojos pude apreciar la hermosa mirada que solías dedicarme solamente a mí con la diferencia que iba dirigida al chico de anteojos. Sé que eres feliz y yo tengo miedo a quedar solo porque no he encontrado a alguien que me llene igual que tú. Nadie podría superar la belleza de tu cabello y la sinceridad de tus ojos, la delicadeza de tu andar y tu inigualable fuerza. Te he perdido, me duele aceptarlo. Eres feliz con Roderich, y esa felicidad evita que te des cuenta de mi presencia porque estas perdida en sus ojos. Esa misma felicidad que le profesaste en ese momento me ofreció la oportunidad perfecta para huir de dicha escena, no soportaría que me dedicaras una mirada diferente a las que solías darme antes de separarnos.
He vuelto a casa, me encuentro en el silencio de mi oscura habitación. No debimos separarnos, fue un error, ahora lo sé. Tantas veces en el pasado creí haberme arrepentido de muchas cosas, pero hasta esta noche experimente lo que es estar arrepentido de corazón. Fue un hechizo en mi vida, o al menos ese nombre le daría a ese evento inesperado. Solo tú haces posible que pueda sentir magia alrededor de mi ser. Me doy cuenta que he deambulando dentro de mi hogar hasta entrada la madrugada, he terminado mi recorrido de desesperación en el balcón de mi habitación. La luz de la luna alumbra mi rostro, le dedico una mirada al paisaje de mi ciudad natal, puedo sentir el viento sobre mi piel, de repente siento como pesadas gotas se deslizan sobre mis mejillas cayendo sobre mis manos, levanto nuevamente el rostro notando el hermoso cielo despejado, la tormenta está en mi solitario corazón.
