Hola a todos. Esta es la primera vez que me decido a escribir. Esto me salió de pronto por allí al ver una imagen -que no se relaciona en nada con esto, pero ya qué- que me inspiró por su tristeza & etc etc etc. Un montón de cosas aburridas.
Espero que les agrade, no soy tan buena escribiendo, pero algo es algo.
Es un ItaSaku, pero también hay algo de SasuSaku, ya verán ya...
Sin más que decirles, espero les guste.
Disclaimer: Naruto no me pertenece, si no M.K.
~ Y duele ~
capítulo único
—Cásate conmigo
—Hazlo.
—¿Eh?
—Promételo
—Cásate conmigo
—Sé feliz
—Si
—Sakura, te amo.
La arulló entre sus brazos, con el corazón saltándole de alegría. Al fin estaba tomando el camino correcto, al fin podría obtener lo que tras muchos esfuerzos quería lograr. Secó las lagrimas que caían de sus ojos y selló su boca temblorosa con un beso salado.
Era suya por fin.
Un llanto, un llamado, una pequeña luz en medio de la oscuridad. ¿La lámpara?
—Shh, amor, tranquila. Ya llegó mamá.
Abrió sus ojos insomnes, siempre alertas y con sigilo corrió la sábana que tapaba su cabeza. Allí la sostenía. Entre sus brazos yacía el bulto, la bebé.
Cabello suave, azabache, ojos expresivos, negros y piel delicada, morocha.
Una vez más, cerró los ojos y bloqueó sus sentidos para no oír el llando de la infante, ni el de ella. Gimiendo y sollozando.
Porque era su hija.
Su postura floja, su cabello opaco aún con el brillo del atardecer, sus labios resecos, sus ojos rojos, las lagrimas secas en sus mejillas y su corazón destruído.
El día en que lo había asesinado había firmado su sentencia de tortura. Una tortura que ella con la suya propia le hacía sentir. Había asesinado al verdadero amor de su esposa, Sakura Uchiha.
Lo supo siempre, pero se había enamorado de ella inevitablemente, aún sumida en su luto interminable, aún sabiendo cuando lo amaba a él. Aún sabiendo que su amor no era suyo.
Aún sabiendo que lo odiaba. No pudo cambiar nada. No pudo cambiarla.
La había atado a él por medio de la promesa que él le había hecho prometer, que egoísta.
Al menos, aún estaba a su lado.
Y no importaba si debía aprovecharse de esa promesa dolorosa entre él y Sakura. Él mismo estaba demasiado corrompido por la oscuridad como para que le importase. Tal vez en un futuro, le importase más, pero ahora no era el momento.
Y en las noches, acostados en la cama, estrechándola en sus brazos, dentro de su calidez, la oye murmurar.
—Itachi.
Y duele.
Porque es su hermano quien la poseyó por primera vez, porque fue su hermano que aún después de haberla capturado como rehén, seguía teniendo encerrado su corazón aún después de haber muerto, porque era su hermano el padre de la niña, porque era su hermano quien un vez más le quitó lo que más deseaba y lo que más quería.
Porque es su hermano a quien Sakura ama.
End.
