Dislamer(?): Los personajes no me pertenecen, pertenecen al Manga/Anime Sekaiichi Hatsukoi y son propiedad de Shungiku Nakamura.
¿Cómo podría mantener mis sentimientos al margen?, si tan solo te dieras cuenta que con una simple mirada tuya, aunque sea por un pequeño instante en que nuestros ojos se crucen… logras hacer que mi sangre suba a las mejillas, yo nunca imagine que algo así pudiera pasarme, aun siendo un mangaka que se especializa en el manga Shojo.
Estos pensamientos rondaban por la mente de Yoshino Chiaki, alrededor de las 3:00 am, sentado en la cama que compartía con Hatori desde hacía poco tiempo; sin saber porque exactamente, había despertado a esta hora y luego de dirigirle una mirada a su compañero de lecho ya no había podido conciliar el sueño, todo por contemplar el espectáculo ante sus ojos,
Pero, ¿Cómo es que de repente eres capaz de desatar todas estas emociones en mi interior? Al principio, de verdad llegue a pensar que mis reacciones se debía únicamente a tu declaración de amor, sin embargo, analizándolo bien me doy cuenta de que desde siempre he tenido gran temor de que algún día Tori se aparte de mi lado, ahora, después de casi un año de estar junto a ti de esta forma puedo llegar a asegurar que él día en que me apartes de tu lado, será el día en que la vida dejara de tener sentido para mí.
Porque no puedo imaginarme junto a nadie más que a ti, mi amigo, mi compañero, mi pareja y mi amante… por supuesto todo esto es demasiado vergonzoso para decírtelo de frente y sin embargo, es mi mayor anhelo que seas capaz de comprender estos sentimientos con solo una mirada.
Ahora que te veo dormido, por fin comprendo y experimento en carne propia las escenas que tantas veces dibuje para mis historias:
La protagonista despierta de su sueño y mira a su lado a su amado, aquel con quien se siente segura, protegida, amada… y una sonrisa leve curva sus labios. Con suavidad acaricia el rostro de quien la ha hecho reír, llorar, gritar, soñar… solo para acercar su rostro al de él para dejar un tierno beso en la frente de él dueño de su corazón…
Sin darme cuenta, mi rostro ya se encontraba a escasos milímetros del de Hatori, únicamente para plantar en los labios de éste un pequeño y rápido beso, o al menos ese era el plan, por decirlo de alguna manera. Antes de separar sus labios Hatori tomó mi rostro entre sus manos para evitar que me alejara. A pesar de lo repentino de las acciones de Hatori, no pude resistirme a la calidez de sus manos y a la intensidad que profundizaba lo que había empezado como un simple rose de mi parte, perdí totalmente una batalla que nisiquiera me había esforzado en luchar y me deje llevar por aquellos labios ya conocidos por los míos. Sin darme cuenta fui recostado suavemente de nuevo en la cama, solo que ahora totalmente prisionero debajo de aquel hombre al que torpemente había incitado.
-¿Qué estas tratando de hacer? ¿Acaso buscas seducirme, Chiaki?-susurró en mi oreja al tiempo que comenzaba a morderla.
No pude evitar estremecerme al escuchar mi nombre con aquella voz dulce y seductora a la vez, me costó toda mi fuerza de voluntad no emitir ningún sonido audible, aunque estoy seguro de que Tori lo sabía, mi solo estremecimiento fue suficiente para que volviera a tomar posesión de mis labios, poco a poco sentí como su lengua se hizo hueco dentro de mi boca, profundizando el beso, a la par que las grandes, cálidas y hábiles manos de Hatori acariciaban mi abdomen por debajo de mi piyama y ascendían hacia mi pecho.
-…To To, ¡TORI!-grité incapaz de contenerme al sentir una mano intrusa colarse dentro de mis pantalones.
-Yoshino, estas duro incluso desde antes de que yo…
-¡Cállate!-grité avergonzado, aunque era cierto, no me gustaba que él fuera consciente de las reacciones que causaba en mí y mucho menos las de este tipo. Para mi sorpresa en lugar de causarle disgusto, mi atacante se rio por lo bajo.
-Sabes que lo quieres tanto como yo, tu pequeño amigo ahí abajo te delata- dijo con voz ronca mientras comenzaba a lamer mi cuello.
-Tu sabes mejor que nadie que no es pequeño-dije esto sin pensar, y cuando me di cuenta de mi lapsus estupidus mi rostro se tiño de rojo y cerré los ojos, yo sabía que Tori me estaba viendo y que probablemente se estaba riendo de mí, pero yo no podía sostenerle la mirada y menos después de lo que acababa de decir.
Antes de poder anticipar cualquier cosa solo sentí los cálidos labios de él sobre los míos, en un rose lento y suave incluso tierno, algo bastante peculiar viniendo de Tori
-No seguiré a menos que me lo pidas-susurró con sus labios aún muy cerca de los míos. Esto era… de verdad embarazoso, por más que quisiera negarlo, yo deseaba que él me tomara ahí mismo, mi cuerpo pedía a gritos el rose de las manos de Tori acariciando cada rincón de mí, pero mientras mi cuerpo se desesperaba aún más mi mente estaba en blanco total, ¿cómo decirlo de una forma que no fuera tan... penosa?
-Co… continua-susurré y acto seguido tomé una almohada y con ella cubrí mi rostro.
-Lo siento, no te escuche-canturreo Hatori. De verdad que éste hombre era sorprendente, podía volverse tan irritante, tan dulce, tan seductor e irascible en tan poco tiempo…-Dilo solo una vez más, para mí, quiero escucharte…-ronroneaba.
-¡Maldita sea!, solo continua-dije tratando de que no notara el claro cambio en mi tono de voz.
-Que continúe… ¿Con qué?-dijo esto después de una traviesa risita que me hiso estremecerme debajo de él.
-No me hagas decirlo, por favor-supliqué, sabía que moriría de pena si tenía que decirlo yo…
-Está bien, pero ya no hay retorno…-dicho esto comenzó a crear un camino de besos que descendió desde mi cuello hasta mi abdomen…
Con esto perdí toda aquella inseguridad que tenía al principio y me dedique a reaccionar ante los estímulos de Hatori, no valía la pena negar que yo también ansiaba su tacto… quería el calor de su cuerpo cerca del mío, quería tenerlo a mi lado para siempre, que nunca se alejara de mí. Lo que más deseo es que él sea solo mío.
