EXTRAÑAR AL AMOR

Era el cuerpo número...ya no lo recordaba.Tantos cuerpos, todos para poder olvidarlo.Aunque ya no le importaba, sabía que su nombre lo llevaba tatuado a fuego en el pecho. El roce lujurioso con el que había comenzado todo, llevandolos a una cama de sábanas blancas, donde después se arrepentía de todo, ya no le importaba. No había caso, por más que hubieran sido besos, le habían robado el alma y lo habían dejado vacío en un suspiro.

Era increíble como alguien tan inocente podía hacer que su cabeza y su mundo dieran vueltas y quedaran de revés. Él había hecho que todas sus creencias, todos sus ideales se fueran practicamente al infierno, todo por él, todo por una simple mirada y una sonrisa de ángel...esos ojos que lo habían cautivado desde un principio, llenos de vida, una vida que al comienzo había querido destruir. Una mirada que cuando comenzó a mirarlo con amor le quitó el aire...y pensar que era apenas un chiquilloque según él ni siquiera sabía lo que era ese sentimiento...quién era él para decir eso, cuando él mismo era un iceberg, frio como el hielo, que no demostraba ninguna emoción? (claro que eso fue hasta que lo conoció y se enamoró locamente de él...eso era óbvio)

Pero eso era común, tan común como gritar su nombre en el orgasmo en vez de gritar el nombre de la persona con la que estaba en ese momento...hace tanto que no era feliz con cosas simples como observar su sonrisa tan lobuna, angelical y sensual a la vez...y pensar que se sentía un idiota pensando eso!!! No podía hacer nada, estaba enamorado a pesar de todo lo que sufrió antes de conocerlo, ya nada tenía sentido sin él. Estaba estúpidamente enamorado, cuando al comienzo esa no había sido su intención.

Maldita sea!!! No debería haber pensado en vengarse de esa manera, no con él!! Debería haber sabido adonde se metía, no dejarlo adueñarse de él hasta proclamarse dueño de sus sueños...y el maldito timbre que no para de tocar lo estaba poniendo definitivamente histérico!!
Parecía que su compañero nocturno de cama ya se había marchado. En su cama, un billete con un nombre que ni siquiera recordaba, diciéndole lo fantástica que fue la noche con un número de teléfono abajo, pero que no era el teléfono de su ex. Suspirando, caminó hasta la puerta y cuando la abrió...

Frente a él solo quedó la vista de dos maletas, porque el dueño de ellas ya lo estaba abrazando desesperado. Y sus ojos brillaron de nuevo, cuando bajó su boca desesperado para besar la de su amor, que le pedía perdón desesperado por no haber creído en él, por haberse dejado llevar por las idioteces de sus amigos. Angustiado, esperó que su beso fuera correspondido, y sonrió aliviado cuando su compañero lo besó de vuelta con desesperación, recorriendo el cuerpo que tanto queria con las manos suaves y cuidadosas, que antes se comportaban tan violentas y despreocupadas.
Y después de una larga sesión de cariños, solo dos frases se escucharon en el recinto:
-te extrañé, desgraciado gryffindor
-lo sé...yo también, mi serpiente venenosa
debería acostumbrarse...su mundo volvía a girar de nuevo.

FIN