Miel y Fuego

Ciento cincuenta y dos imágenes de Zen. Tengo una carpeta con ciento cincuenta y dos fotografías de Zen en mi computadora. Y si soy franca son muy buenas. Tal vez me guste burlarme a su costa pero ¿Sinceramente? Si alguien es tan atractivo es casi imposible no sea tan narcisista como él. Claro, eso no significa que seré compasiva con Zen o algo así. Molestarlo es uno de mis entretenimientos principales, después de todo. Pero siento que hice la elección correcta al pedirle a Jaehee que me enviara sus fotos favoritas de Zen. Bien, nunca creí que terminasen siendo tantas. Pero son un excelente material. En algunas no lleva nada sobre el torso y en otras usa ajustada ropa que se moldea a su cuerpo. Perfectas para captar cada postura posible.

- No podía esperar menos de ti. –le hablo a una de las fotografías de Zen que miraban directamente a la cámara con una sonrisa de aparente inocencia.

Los pasos de Saeyoung en el corredor me distraen por un momento, tengo la puerta abierta de mi estudio y me he olvidado de ponerme los audífonos después de hablar con Jaehee. El impulso de salir de aquí e ir a ver qué está haciendo él me tienta pero debo terminar con mi trabajo primero. Mis ojos vuelven a las fotografías y me detengo en una en donde se nota que está practicando alguna línea de un musical. La postura es perfecta y un profundo suspiro escapa de mis labios. Si termino pronto con esto podré hacer lo que realmente deseo. Por suerte Zen es un excelente modelo para mis diseños y algo me dice que se volverá loco de felicidad cuando le diga que lo use como fuente de inspiración para el diseño de un nuevo personaje. Mi mano dibuja sobre el papel los primeros bocetos y mis ojos van del cuerpo de mi amigo hacia los trazos que estoy haciendo. A tientas vuelvo a ponerme mis audífonos y la música me encierra en mi mundo personal. El cabello blanco, los ojos rojos, el cuerpo elástico y flexible. Zen es el perfecto modelo para lo que tengo en mente.

No sé cuánto tiempo, pero la mesa vibra y me hace dar un respingón. Me quito los audífonos y miro la foto de la fuente de mi inspiración sonriéndome.

- ¡Zen! –saludo, soltando el lápiz.

¡Una distracción! ¡Amo las distracciones alrededor del trabajo!

- Princesa ¿Tanto te alegra escuchar mi voz? –juega- No me digas... ¿Se te aceleró el corazón?

Una carcajada nada disimulada escapa de mis labios y descanso mi cabeza contra el respaldo de la cómoda silla ejecutiva de Saeyoung me compró el mes pasado.

- ¡Oh, no tienes idea! –le sigo el juego, permitiendo que el sarcasmo gotee junto con mi buen humor- ¿No has pensado ser la voz de algún audiolibro de romance? Las chicas lo amarían. –susurró.

Y soy sincera. Algunas novelas vienen a mi cabeza donde Zen sería la perfecta voz del narrador, embelesaría a tantas mujeres que cundiría el caos. Me gusta la idea, debo decírsela a Saeyoung, le encantará saber que podríamos sacar una tajada de las ganancias.

Repentinamente me siento la malvada bruja que promete dulces a los niños...

Tal vez la malvada bruja que promete Zen a las inocentes fans.

Eso era más letal ¿No?

- No creo que sus corazones lo resistirían. –y él teatraliza su preocupación- Me encerrarían por tantas damas hospitalizadas.

La sonrisa en mis labios se ensancha con solo oírlo. Este hombre es demasiado entretenido.

- Oh, Zen, eras justo la motivación que necesitaba. –mi mano ha vuelto al papel antes de darme cuenta y ahora los bocetos son mucho más claros y precisos, hay mucha más energía y vitalidad en el personaje, como si estuviese tomando personalidad.

Ahora tiene una sonrisa pícara, una mirada romántica pero pecaminosa, toda su postura demuestra que está cómodo en su cuerpo.

- Mi jefe ha estado presionándome todo el día para ver los bocetos del último personaje que le prometí y apenas decidí que raza sería. –admito.

- ¿Raza...? Espera, si llevas todo el día así ¿No te estás saltando comidas, verdad?

Oh gran hermano mayor Zen... Nunca falta tu protección.

Ahora que lo pienso... La aplicación de la RFA que creó Saeyoung tiene aspectos personalizados para cada usuario. Algo me dice que la mía tiene la modalidad de hacer que cada miembro del grupo esté pendiente de mis horas de sueño, comida y si me ha dado el sol esta semana.

- Desayuné con Saeyoung y Saeran esta mañana ¿Tú crees que mi esposo no va a estar vigilándome? Te recuerdo que creo no uno, sino dos robots-mascotas con el objetivo de protegerme y cuidarme. No puedo estar en mejores manos.

Hay un tono de orgullo en mi voz, Saeyoung es un genio, en un puñado de días había creado a Umbra y a Meowy. La habilidad de sus manos e intelecto son increíble. Cuando estoy ajetreada Umbra, el RoboDog que por suerte ya no escupe fuego, estaba pendiente de recordarme tomar un descanso, caminar un poco y no olvidar de cuidarme a mí misma. Por eso, Meowy, el RoboCat, estaba usualmente con Saeyoung haciendo exactamente la misma tarea. Así que era virtualmente imposible que olvidara de cuidarme a mí misma, tenía demasiadas personas y hasta una máquina pendiente de mí.

- Y sobre lo otro, estoy a cargo del diseño y animación de unos personaje para un juego de fantasía y romance. –me encojo de hombros, mirando los bocetos terminados, eso bastaría para que mi jefe aprobara la idea- Necesito una motivación para terminar con un broche de oro.

Y así iniciar con mi otro proyecto. El que realmente quiero hacer.

- No se diga más, princesa. –Zen suena encantado de poder ayudar- ¿Qué tal un paseo en motocicleta conmigo?

Me impulso al borde de la silla y estoy segura que mis ojos se han dilatado de la emoción.

- ¿En serio? –jadeo- Júralo. Zen. Júralo. –si estuviese frente a mi movería mi dedo índice contra su nariz hasta fastidiarlo- ¡Un paseo a toda velocidad!

- No sé si Saeyoung...

Oh no...

- No a toda velocidad. –tampoco soy suicida- Pero si rápido, por la carretera que rodea la ciudad ¿Si? –me esfuerzo por sonar lo más tierna posible, como la hermana menor que nunca tuvo- ¿Por favor? ¿Con una cereza encima? Me harías la mujer más motivada y feliz si aceptas.

La risa de Zen suena animada al otro lado de la línea. Ya estoy celebrando en silencio mi victoria antes de que él acepte con resignación.

- Astuta.

¿Y él cómo rayos cree que conquisté a Saeyoung si no fuese por esa específica característica? Eso, mi persistencia y enorme paciencia. Claro.

Los pasos de mi esposo alejándose del corredor a su oficina captan mi atención. Y conozco el significado de ese sonido firme que resuena sobre la madera. Un suspiro se ahoga en mi garganta y niego en silencio.

- Y ahora, gracias a ti podré continuar con mi trabajo. –le halago.

Yo aquí, alimentando un ego que ni en mil años se moriría de hambre. Pero se lo merece, ha sido una gran fuente de inspiración. Solo por esta vez le lanzaré todas las flores que Zen desea.

El impulso de correr hacia Saeyoung quiere vencer cuando termino la llamada. Pero me concentro en lo que hago. La mención de la motocicleta de Zen me ha dado una idea y agrego rápidos bocetos de un gran lobo negro, del tamaño de un oso, bastante ágil y de pelaje salvaje con ojos rojos ¿Quién quiere un caballo en un mundo de fantasía si puede tener un lobo demoniaco? Me obligo a escanear todos los dibujos y enviarlos a mi jefe, estoy algo distraída pensando en lo silenciosa que esta la casa. Saeyoung suele hablar en voz alta cuando está trabajando. Eso, sumado a los fuertes pasos en el corredor que escuché minutos antes solo es señal de que algo mayor ocurre. No tardo en enviarle un mensaje a mi jefe para pedirle que revise mi trabajo y me dispongo a recorrer la casa hacia la oficina de mi esposo.

El aire frío se cuela en mis piernas y asciende por debajo de mi falda al segundo que doy un paso dentro, el sistema de ventilación para tantas computadoras vuelve la oficina de Saeyoung en una zona de perpetuo invierno. No está atendiendo a su trabajo, lo noto porque su mirada está por encima de la pantalla y sus dedos juegan con algunas piezas o engranajes en lugar de estar en el teclado. Él esta serio. Mortalmente serio. Y eso no es bueno.

- ¿Saeyoung...?

Él finge no escucharme. Realmente está molesto. Aunque tiene sus audífonos puestos, no está escuchando música. Así que está pendiente de mí. Pero al mismo tiempo finge ignorarme. Así que algo ocurrió entre el desayuno y este momento. Bien. No es propio de él ponerse de esta manera. Aunque Saeyoung es el tipo de persona que al acumular demasiado estrés puede ponerse arisco, en especial si no ha dormido y los pensamientos negativos lo vencen, este tipo de actitud en particular solo se debe a una cosa. Además, esta postura me recuerda a la época en que se atrincheró conmigo en el departamento de Rika e intentaba apartarme de él a toda costa.

Lo cual no es buenas noticias.

Pero las cosas no son como antes. Así que tendrá que esforzarse mucho más si cree que tiene el derecho de ponerse de esta manera conmigo ¿Acaso la experiencia no le indicó que soy una de las personas más perseverantes que existen en este planeta?

Me acerco a él por atrás. Le doy crédito por fingir que está trabajando. Pero conozco esos hombros perfectamente bien y están completamente tensos. Me acerco un poco más. Ahora están rígidos de lo tensos que están. El suspiro en mi garganta se contiene. Bueno ¿Quiere jugar de esa manera? Bien ¡Juguemos! Acorto la distancia en dos grandes zancadas y antes de que pueda hacer algo lo abrazo por atrás y mis labios van directamente al costado de su cuello. Saeyoung jadea entre la sorpresa y el gusto, lo que sea que estaba en sus manos se cae al suelo y rueda lejos de nosotros. Una sonrisa victoriosa se asoma en mis labios y puedo sentir como late con fuerza su pulso bajo mi boca.

- No es justo... -se queja, aferrándose a mis brazos.

- Tú no eres justo. –le corrijo, dándole una pequeña mordida en el cuello para que todo su cuerpo se relaje y se deslice sobre la silla.

No voy a permitir que este enojado conmigo por algo que seguramente no tiene sentido. En realidad, no voy a permitir que tenga pensamientos negativos, mucho menos sobre nosotros. No me importa lo que sea, debe estar alucinando si cree que voy a darle el lujo de apartarme o hundirse en sí mismo. No sé qué ocurre pero definitivamente debe ser algo que podremos solucionar.

Saeyoung hace girar su silla y me jala hasta sentarme en su regazo. Hay una mirada cargada de reproche y diversión en sus ojos cuando me abraza y sus manos se cuelan por debajo de mi camiseta hasta tocar mi piel y abrazarme por la cintura. Le gusta sentirme de esa manera, directamente bajo sus dedos cuando me estrecha contra su pecho y yo definitivamente disfruto el contacto de este tonto genio. Mis brazos rodean su cuello para apretarme más contra él, juego con algo de trampa, lo sé, porque apoyo mi pecho contra el suyo y por el sonrojo en sus mejillas sé que se ha dado cuenta de algo.

- No llevas sostén. –jadea con genuina sorpresa y sus manos suben por mi cintura hacia mi espalda confirmando su argumento.

- Claro, estoy en mi casa. –respondo tranquila, complacida al notar lo tentado que esta por echar un vistazo hacia mi escote- Y esta habitación es muy fría. –susurro, presionándome más contra él- Así que tienes que calentarme. En realidad...

Me separo solo un poco y le quito la chaqueta deportiva. Él intenta protestar pero también le quito la camiseta de manga larga con algo de brusquedad. Sus lentes se caen ligeramente por su nariz y logro atraparlos. Una sonrisa de disculpas asoma en mis labios cuando se los pongo en el puente de su nariz. Pero él luce sorprendido. Ahora solo lleva una fina camiseta de tirantes y su piel se eriza por el aire acondicionado. Pero cuando lo abrazo otra vez, apoyándome del todo contra su cuerpo, por fin se da cuenta de mis intenciones. La fina tela que nos separa no disimula el frío que mi cuerpo siente. Así que presiono más mi pecho contra el suyo y guío sus manos otra vez bajo mi ropa para que me abrace por la cintura.

- El calor corporal es la mejor forma de subir la temperatura ¿No crees? –susurro contra su oído.

La mezcla entre un grito ahogado y alguna palabra en un idioma alienígena sale de su boca. Asumo que intentó decir una palabra, porque sonó como mi nombre, una protesta, una maldición y todo eso mezclado al mismo tiempo. Sus dedos tiemblan ligeramente contra mi piel, presa de los nervios. Este es el mismo Saeyoung que casi se desmaya cuando tiempo atrás le pregunté si quería que le hiciera un show privado frente a una de las cámaras de la CCTV o que salió huyendo, presa de los nervios, cuando me negué a acomodarme la falda después de que esta se subiera en uno de nuestros juegos.

- ¿Y Saeran? –pregunta, parece estarse debatiendo entre ir por una caminata o buscar mis labios.

Sinceramente espero que se decida por lo segundo.

Mis ojos van directamente al reloj en la esquina inferior derecha de una de las pantallas más cercanas.

- Aun debe estar en la consulta de su psicólogo. –respondo- Pero luego de eso irá directamente a casa de Yoosung a pasar el rato.

- No sabía que eran tan amigos. –sus manos se están relajando, vuelven a mi cintura donde me acarician suavemente.

- No creo que podamos adelantar teorías. –me separo un poco, sentándome mejor en su regazo para mirarlo a los ojos- Pero creo que podrían llevarse bien. Además, le pedí a Yoosung que invitara a Saeran a cenar, así que volverá tarde.

Él asiente, sé que una parte de él se preocupará siempre por su hermano, pensando si estará bien o seguro, si algo podría pasarle porque él no está cerca para vigilarlo. Saeran tiene un largo camino para recuperarse y sanar sus heridas. No solo estuvo en cientos de situaciones que nadie debería haber experimentado, sino que técnicamente estuvo aislado de una dinámica social sana y bajo un coctel de drogas que él nunca pidió. Por eso insistí tanto en que él viviera con nosotros, ni Saeyoung ni yo podríamos estar en paz sin saber que él está bien. Además, esta casa es lo suficientemente grande para darle la privacidad que puede necesitar. Yoosung es una gran elección para ayudar a Saeran, es alguien increíblemente amable y dulce, con quien es virtualmente imposible no sonreír. Además, tienen demasiadas cosas en común, hasta en formas que muy poca gente se daría cuenta. En el fondo, tengo la esperanza de que una amistad entre ambos sea una buena influencia no solo para Saeran.

- No es justo. –repite Saeyoung sacándome de mis recuerdos. Su agarre se vuelve firme y sus labios encuentran un espacio en mi camiseta para besarme al costado de mi cuello- Creo que tengo derecho a enojarme un poco... por tonto que parezca. –se queja casi infantil.

Así que es consciente que sea lo que sea que pasa no es algo serio. Un suspiro de alivio escapa de mis labios y lo abrazo con más fuerza. A veces temo despertar un día y no encontrarlo. Él es el tipo de persona que se esforzaría demasiado por mantenernos seguros a Saeran y a mí, a costa de sí mismo.

- No creo que tengas derecho a enojarte conmigo. –sentencio, tomándolo del rostro, sus ojos ámbar lucen ligeramente confusos cuando hablo- Soy increíble. –le recuerdo.

Una risa animada escapa de sus labios. No niega mis palabras, pero se divierte al oírme tan segura de mi misma. Me permito una sonrisa victoriosa. Esto me gusta, oírlo reír sin forzarse a sí mismo es musical para mí.

- ¿No es eso un poco ególatra de tu parte? –aventura, aunque sé que no lo dice en serio.

- Disculpa. –apoyo teatralmente una mano en mi pecho- Pero debo ser bastante increíble no solo para haber conquistado a un Dios, sino por haberme casado con él en tiempo record. Así que permíteme alardear de ello.

Ahora debo aferrarme a los brazos de la silla para no caer. Saeyoung ríe a carcajadas por mi argumento, dejando caer su nuca hacia atrás. Me uno a él, aunque más contagiada por el cómo se ríe a por encontrar mi argumento gracioso. Porque hablo en serio. Bajarme a un Dios a mi cama es una cosa pero ¿Casarme con él? Alguien debería darme un premio. En especial cuando ese Dios luchó tanto por apartarme de su lado.

- No sé cómo lo haces. –me dice, sus lentes se han resbalado hasta la punta de su nariz- Pero escucharte desaparece cualquier duda de mi cabeza.

- Soy tu mezcla perfecta entre sacerdotisa y bruja personal. Por ti hago curaciones y hechizos. – sentencio, acomodando sus lentes con cuidado, mis dedos se entretienen en el marco llamativo que tan bien lo define.

La primera vez que vi una foto de él usando estos lentes reparé en esta combinación que gritaba peligro. Casi como si tuviese una cinta de seguridad y la palabra "Precaución" rodeando su mirada. Al inicio pensé que era algo geek, lo que hizo que inmediatamente repara en él. Solo el tiempo me indicaría que era una advertencia muy literal. Pero hay premios muy grandes en la vida que están atrás de este tipo de cintas.

- Cada día agradezco que te quedaras conmigo. –captura mi mano y apoya su mejilla sobre la palma de la misma- A veces temo mi buena suerte y...

Lo estoy mirando con seriedad y él se corta inmediatamente. Ahora es Saeyoung quien sonríe con disculpa. Los malos hábitos no desaparecen, lo sé y para él es muy difícil olvidar todos esos pensamientos negativos y pesimistas sobre sí mismo o su vida. Por lo menos ahora los expresa en voz alta y no los oculta atrás de sus bromas.

- Para mí fue el destino. –le digo- Saeran fue quien me guio hacia ti...

- Había más gente en ese chat, te guio a nosotros. –me corrige.

Punto a su favor.

Una sonrisa ladeada aparece en mis labios.

- Ya, pero ¡Pobre de mí! Me di cuenta que a Jaehee no le gustaban las chicas. Así que tuve que ir por la otra persona con lentes e inteligente.

Bromeo totalmente. Y sus ojos ámbar se calientan, parecen miel bajo la chispa de la diversión. La sonrisa en sus labios es astuta y su agarre se vuelve tan firme que atrae mis caderas a su cuerpo, montándome sobre las suyas. El aire escapa de mis labios antes de darme cuenta y se nota que ha encontrado otra fuente de diversión.

- ¿Ah, sí? –sigue mi obvia broma- Creo que puedo conseguir un traje similar al de ella y una peluca... -medita, juguetón- Aunque no podré cumplirte con la parte de su... -mira su pecho.

Yo contengo la risa.

- Delantera. –opto por este casto sinónimo, si, Jaehee tiene unos grandes pechos bien ocultos bajo su ropa ejecutiva- Pero ¿Bromeas? –me muerdo el labio inferior- Te verías mucho mejor que ella en esa ropa.

Y hablo en serio.

Saeyoung se da cuenta porque vuelve a sonrojarse y se pone nervioso. Usualmente sus bromas sobre vestirse de mujer son para incomodar al resto, para engañarlos ¿Conmigo? Ya debería saber que lo único que va a lograr es que yo le señale lo hermosa o atractiva que se ve.

- Estás muy astuta hoy. –me regaña.

Oh, todo porque él estaba todo meditabundo y algo enojado, me forzó a sacar mi mejor arsenal para recuperar su alegría.

Y... porque me gusta ganarle al Rey de las bromas.

Una sonrisa orgullosa se asoma en mis labios, pero me corto cuando el vibrar de mi celular nos toma a los dos por sorpresa. Por un segundo me propulso hacia atrás, olvidando que no hay un respaldo atrás de mí, pero Saeyoung mantiene su agarre firme en mi cintura, así que termino con la espalda arqueada, mirando el mundo al revés. Solo con algo de esfuerzo me las arreglo para tomar el celular del bolsillo de mi falda y elevo mi rostro en búsqueda de mi esposo. El cabello de fuego y la mirada de miel caliente se asoman por entre mis pechos con una picardía que hace que mi alma caiga hasta el Inframundo.

¿Qué...?

Me hace una señal y recuerdo que he contestado. Rápidamente acerco el celular a mi oído y escucho la voz de mi jefe. Ni siquiera lo escucho del todo, Saeyoung juguetonamente muerde la tela de mi ropa, justo sobre mi esternón. El roce de sus dientes eriza mi piel.

Oh no...

Ahí está el humor sádico de mi esposo.

- ¿...Me estás escuchando?

Yo doy un respingón, la boca de Saeyoung viaja hacia un costado de mi pecho y siento su aliento caliente por sobre la tela de mi camiseta. Al parecer recuerda muy bien que no llevo sostén y la habitación es helada. Mi corazón se dispara y la alarma en mi mirada debe divertirle porque sonríe más a gusto.

- Creo que hay mala conexión... -susurro, intento mantener mi voz normal.

- Reunión. Chat. Ahora. –y mi jefe cuelga.

El celular casi resbala de mis dedos cuando Saeyoung sube y me besa en el mismo lugar en donde yo lo besé antes, justo sobre la vena palpitante de mi cuello. Un suspiro escapa de mis labios y mis dedos se aferran a sus brazos.

- Tengo una reunión... -susurro y sueno increíblemente frustrada.

- Oh, claro. –él se separa fingiendo tranquilidad.

Sádico. Sádico. Sádico. Mil veces sádico.

Me voy a vengar.

Pero...

- Podría no ir... -aventuro.

Saeran no llegará en mucho tiempo...

Hay que aprovechar ¿No...?

Saeyoung sonríe con aprobación, ni siquiera me forzará a ser cumplida con mis labores.

Pero...

¡El proyecto que quiero hacer!

Me separo de golpe y a tropezones me paro, acomodando mi falda.

- Esto es importante. –sentencio, casi corriendo fuera de la oficina que repentinamente parece un sauna para mí- Muy importante.

- ¡No te olvides de ponerte sostén! –se burla.

- ¡Obviamente! –casi gruño, exasperada.

Y redirijo mis pasos hacia nuestro dormitorio. La carcajada de Saeyoung desde el corredor es suficiente aviso para saber que me ha visto. Pero no lo miro. Aun con un poco de dignidad me pongo un sostén y arreglo mi ropa para que mi jefe no se dé cuenta que estuve a punto de botar el trabajo por tener un encuentro apasionado con un travieso demonio. Cuando vuelvo a mi estudio, noto que Saeyoung se ha sentado diligentemente en el gran cojín que hay en la esquina. Me sonríe con fingida inocencia. Él sabe que su presencia me pone nerviosa después de lo que hizo. Pero yo finjo tranquilidad y me encamino a mi computadora. Acepto la videollamada y me doy cuenta muy tarde que no está conectado el headset. La voz de mi jefe sale por los parlantes en un grito poderoso que hace a Saeyoung casi levantarse.

- ¿Se puede saber qué es esto?

Mis ojos no se apartan de la cámara, me mantengo tranquila. Pero lejos de la vista de mi jefe extiendo la mano para detener a mi esposo de lanzarse a mi supuesto rescate. No desvío mi mirada pero noto que Saeyoung está equilibrándose entre estar sentado y parado. Una pequeña sonrisa se forma en mis labios, pero la disimulo bien mientras mi jefe sacude los bocetos que hice y los golpea como loco antes de seguir gritando. Cuando puedo le lanzo una mirada a Saeyoung y noto que el gracioso genio ha desaparecido y el agente secreto, letal y peligroso está presente. Mi mano se agita para llamar su atención e intento calmarlo, le hago una señal de que todo está bien. Pero no ayuda que mi jefe grite diciendo que eso no es lo que me pidió y que ya estoy en mi último plazo. Lo dejo hablar, atenta. Esta es la primera vez que Saeyoung escucha una de mis videollamadas del trabajo, así que esta impresionado, enojado y luchando por confiar en mí en lugar de atacar a mi jefe, con suerte verbalmente pero posiblemente por medio de sus habilidades de hacker.

Lo que él no entiende es que estoy acostumbrada. Mi jefe es explosivo. No grosero, pero grita demasiado. Una pequeña dinamita lista para destruir todo a su alrededor.

- ¡Son solo borradores! ¡Borradores! ¿Qué se supone que haga yo con estos bocetos a medio hacer...?

Mi mente se desconecta ligeramente. Por norma general los artistas somos sensibles, tenemos los sentimientos a flor de piel y los trasmitimos por medio de nuestro arte. Letras, música, actuación, dibujo, no importa. Por medio del talento que fuese damos nuestro corazón y alma. Pero la razón por la que no desistí con Saeyoung es esto, soy paciente, me mantengo tranquila. No improvisé a su alrededor cuando los problemas cayeron sobre nosotros. En realidad, es gracias a gente como mi jefe que pude mantenerme tranquila cuando Saeyoung intentaba apartarme de su lado tiempo atrás. La experiencia me ha hecho entender no las palabras, sino el lenguaje corporal de la gente ¿Qué me dicen sus gestos? ¿Qué trasmite su mirada? Con Saeyoung podía ver sus miedos, dudas, temores y un profundo sentimiento cálido queriendo alcanzarme. En el caso de mi jefe, que posiblemente ha dormido cinco horas en toda esta semana, con estrés, no sabe si lograremos tener todo para la fecha prometida, puedo ver un mar de frustraciones y miedos. Solo está dejando salir todo su estrés y casualmente yo estoy en su camino. Pero eso no entiende Saeyoung, que por suerte la cámara no lo capta o mi jefe saldría corriendo por la mirada que está lanzando.

Cuando los gritos terminan y mi jefe deja de recordarme a la caricatura de un toro embravecido, me adelanto y tomo el mail que he impreso previamente, suponiendo que esto podía ocurrir y con toda la calma del mundo acerco el papel a la cámara y recito de memoria.

- "Necesito que me envíes los bocetos del nuevo personaje, el resto lo discutiremos antes de avanzar más. No necesitas apresurarte porque va a ser un personaje secundario del cual abriremos la ruta en una expansión para mantener al público pendiente" –bajo el papel para asomar mi mirada- Ahí están los bocetos. –anuncio y retiro del todo el papel.

Saeyoung contiene una carcajada entre sus manos, desde su posición puede notar el rostro repentinamente pálido de mi jefe que ha drenado todo su enojo y ahora se sonroja de vergüenza.

- Yo...

- Espero que no haya olvidado el número de mi cuenta bancaria. –le ayudo, con una amable sonrisa.

Hey, seré paciente pero no samaritana o ingenua.

Mi jefe parpadea con sorpresa y luego asiente en silencio.

- He pensado llamarlo Zeiv, -mis ojos miran el boceto aunque se exactamente qué he dibujado- es un asesino, un elfo oscuro, con piel de ébano, cabello blanco y ojos rojos. Ágil, atlético, diestro en dos espadas, su compañero de caza es ese lobo demoniaco.

Zen fue el perfecto modelo para un personaje así, carismático, seductor, divertido de escuchar ante su seguridad excesiva. Mi jefe puede ver las posturas de Zeiv, pícaro y divertido, peligroso y atrayente. Las jugadoras querrán su ruta desesperadamente cuando vean que no podrán tenerlo en la primera parte del juego. Así que insistirán por él, pagarán cualquier extensión para poder jugar su ruta porque se revelará poco de él, será un personaje secundario pero con una voz atractiva e hipnótica. Mi jefe parece disfrutar de la idea y yo sonrío con orgullo. Ahora está de buen humor.

- Tengo una sugerencia para dos personajes más para la expansión. –comienzo, esto era lo que quería hacer desde el inicio, mi proyecto, me muerdo el labio inferior pero procedo con seguridad- No deben aparecer mucho, así que no debemos cambiar muchas cosas.

Mi jefe se pone alerta, un poco a la defensiva.

Mis manos vuelan hacia un dibujo pintado y detallado de dos gemelos dándose la espalda uno a otro. El primero se ve ligeramente más corpulento y un poco más alto, saludable, cabello rojo oscuro y ojos dorados, luce una gran sonrisa, divertido y con mirada cínica. Como todos los personajes del juego es una mezcla de fantasía y erotismo a la vista, con pantalones de montar a la cadera y correas cruzando su pecho desnudo. El otro hermano tiene el cabello blanco y parece frío y cruel, sus ojos son aguamarina, lleva ropa de cacería oscura, parece un depredador y una correa roja rodea su estilizado cuello.

- ¿Qué...?

Por mi mirada periférica noto a Saeyoung paralizado en su lugar. Me tiento y le echo un vistazo. Una sonrisa amplia se forma en mis labios al notar que está completamente rojo, he mostrado el dibujo de forma que él también pueda verlo también. En la parte de arriba, sobre el pelirrojo, se lee "Zero" y el albino tiene el nombre de "Orez". Muy lentamente giro el papel y Saeyoung contiene un jadeo. Los mismos personajes, sí, pero el pelirrojo tiene orejas de tigre y la boca abierta mostrando sus colmillos, tiene una cola en tonos rojizos con líneas oscuras que se enreda en la pierna del personaje, sigue luciendo divertido a pesar de las garras en sus manos y el cómo sus hombros y brazos muestran líneas negras y rojas en la parte trasera, como si alguien hubiese pintado con acuarelas sobre su piel. El albino tiene orejas de lobo, letales caninos y luce más pálido, como de mármol, resaltando más su mirada, su cabello ha crecido ligeramente, se ve salvaje y parece que está a punto de aullar. En ambos personajes se admira el pelaje cubrir sus brazos, desde las puntas de sus dedos alargados y con garras hasta sus codos. Aunque diferentes, ambos se ven imponentes y se notaba un aire familiar entre ambos. Aun quiero dibujar a "Zero" con lentes.

- Queríamos pequeñas misiones para subir las habilidades de la protagonista ¿No? Bueno, Zero sería quien da esas misiones y puede darle información de su interés romántico. Algo así como un agente secreto. Orez sería algo así como un cazador. Si la protagonista no hace progresos, cada cierto tiempo él la cazaría. Orez nos daría opciones de finales malos.

- Ya... -no hay mucha seguridad en su voz- ¿Por qué los rasgos animales?

- Ellos son teriomorfistas. En el juego tenemos elfos y elfos oscuros, ángeles y demonios. Bueno, esta es una raza de criaturas que se pueden transformar parcial o totalmente en algún mamífero. Zero en un tigre y Orez en un lobo ártico. –noto que aún hay duda en la mirada de mi jefe- Zero es un werecat, un hombre tigre y Orez un licántropo, un hombre lobo. Pero en lugar de ser una maldición o especies por separado, son una misma raza. Ambos son gemelos, tienen mucho en común y al mismo tiempo son diferentes. Y podrían ser rutas románticas en la siguiente expansión. –giro el papel para mostrar otra vez su forma humana- La gente ama a los gemelos. –tiento.

Sé que hay parte de culpa por haberme gritado cuando mi jefe asiente con resignación y accede a pensarlo. Pero sé que ese es un sí y me comprometo en escanear las imágenes más tarde para que las vea mejor. Esto es lo que quería desde el inicio, siento mis manos picarme, quiero dibujarlos, desarrollar sus personajes, hacerlos especiales, únicos. Cuando la videollamada termina estoy tentada en tomar un lápiz.

- No entiendo...

La voy de Saeyoung me corta y giro mi silla en su dirección. Él luce perdido, no hay humor en su mirada, pero tampoco está avergonzado o emocionado. Solo hay intriga, confusión, su cerebro intenta unir las piezas a gran velocidad pero se nota que la principal le falta. Eso es raro para él. Así que espero un poco, confío en su mente. Él busca el hilo por donde iniciar su búsqueda.

- Cuando te vi viendo fotografías de Zen era por que estabas creando un personaje basado en él. –concluye, suena lógico y cuando asiento, continúa- ¿Por qué él?

Eso me sorprende.

- ¿Por qué suspirabas cuando lo veías? –no hay reproche ni enojo en su voz, hay un poco de...

¿Miedo...?

Mis ojos se abren con sorpresa.

Por eso estaba así.

Y aunque sabía que era imposible y algo tonto, él se sentía inseguro.

Saeyoung es de las pocas personas que no le molesta que su pareja admire el atractivo de alguien más. Si le digo que Yoosung se ve adorable cuando lo molesta, él me dará un largo discurso que apoyará mis palabras. Y cuando le comenté que Jumin tenía una voz atractiva y distante, Saeyoung me contó una anécdota donde una llamada de este a las tres de la mañana casi le hizo caerse de la cama. Esa es de las cosas que me más gustan de él, somos un equipo que encontrará la parte divertida de todo, que confiamos en el otro. Así que ahora es mi cerebro quien trabaja rápidamente ¿Qué tiene Zen de diferente? Él es su amigo, lo ha ayudado a que se hiciera famoso...

Oh.

Mi mirada se suaviza cuando la clavo en él. Esta vez no me contengo y salto de mi silla, avanzo hacia él y lo abrazo, cayendo sobre su cuerpo. El gran cojín que sirve de silla de repente parece un tipo de cama pequeña. Las manos de Saeyoung me toman con fuerza de la cintura, parece que es ahora él quien teme que desaparezca. Mi tonto genio.

- Te amo. –le susurro, tomando su rostro.

No es que él crea que Zen me va a robar de sus manos o yo me enamoraré de él. Son unos celos diferentes, son inseguridades que han estado ahí por demasiado tiempo. Zen ha sido por años lo que él no había podido ser. Saeyoung, viviendo en las sombras, mientras Zen vivía bajo la luz, los reflectores, siendo conocido mientras mi esposo luchaba por borrar su rastro. Aun ahora, por culpa de su padre, debe mantener un perfil bajo, no atraer demasiado la atención del posible próximo presidente. Bueno, eso va para Saeran también, por supuesto, es el tipo de vida que debemos tener.

Mi mano con la alianza de matrimonio toca su mejilla y sonrío.

- Suspiraba porque sabía que el personaje gustaría y podría meter a mis gemelos al proyecto. Suspiraba por ellos. –explico- No he olvidado lo triste que sonabas cuando me dijiste que si desaparecieras no habría una marca en el mundo que fuese tuya. Si pudiera le pondría a una estrella tu nombre... -me sonrojo y bajo la mirada, algo apenada- Pero puedo crear un personaje inspirado en ti, uno que vivirá en el corazón de muchas personas, que será recordado. El arte nunca desaparece... -aventuro, dándome cuenta que suena algo tonto cuando lo digo en voz alta.

Porque vendrán otros personajes, otros juegos y podrán olvidarse de ese amor ¿No? Aunque quiero diseñar a estos gemelos de tal forma que los jugadores no puedan apartarlos de su mente, que la gente sienta sus almas conectadas a ellos y los mantengan cerca de su corazón ¿Era una idea demasiado descabellada? La mano de mi esposo me hace encontrarme con él. La mirada de Saeyoung parece brillar demasiado y tardo un segundo en darme cuenta que esta conmovido hasta el punto de las lágrimas. Eso solo empeora mi sonrojo y aparto la mirada sin saber exactamente qué decir.

- Eres maravillosa. –me susurra, tomando mi mentón para que lo mire y me pierda en sus ojos ámbar.

- Quiero hacerte inmortal con los medios que tengo a mi alcance. –mi voz se vuelve firme, segura- Aunque sea un pedacito vivirá eternamente en uno de mis personajes. Y... -ladeo el rostro- Francamente pienso que te queda esos rasgos de tigre.

Saeyoung levanta las cejas y una sonrisa flora en sus labios.

- ¿Ah, si...?

- Bueno. –me apresuro- Ya sé que te gustan los gatos y los perros. –lo señalo con mi dedo índice- Y que te empeñas más con los gatos porque eso molesta a Zen y a Jumin. Pero no me satisfacía la idea de hacer a "Zero" como ninguno de esos dos animales porque no te pareces enteramente a ninguno de los dos. Y... de repente vi a los tigres, que van con tu cabello y... -me muerdo el labio inferior- bueno, obviamente es más erótica la idea de un depredador grande y... -mis mejillas están ardiendo, así que veo hacia el techo para calmarme- Con Saeran fue más fácil, aunque salvaje y distante, él busca desesperadamente alguien en quien apoyarse y cuando lo hace es increíblemente leal, eso me hizo pensar en un lobo y para darle contraste a "Orez" lo hice con cabello blanco. –respiro un poco más calmada y busco sus ojos- Si lo hago bien serán personajes que la gente no olvidará.

- Pero me basta con vivir en ti, en la persona que amo.

- Pues... No lo hago solo por ti. –le recuerdo- También es por nuestro Saeran.

Su sonrisa se agranda.

- Me gusta cuando la llamas así.

- Él también es mi hermano. –le recuerdo, no me parece que este diciendo nada extraño- Mi familia son ustedes dos y él tal vez no diga mucho, pero sé que le gustará la idea... o haré que le guste.

- Le encantará. Solo es un poco...

- ¿Tsundere? –aventuro el término japonés- Me pregunto... ¿Será genético?

- Malvada. –me acusa, atrayéndome más contra su pecho- No me agrada tu jefe, tal vez deba darle una lección...

- Deja a mi jefe fuera de tus castigos divinos. –ruego, rodeando su cuello- Si, es temperamental, pero tiene gran reconocimiento en la industria.

- Podría hacer un juego para ti, sería un éxito. No tendrías que trabajar con alguien así.

Y sé que lo dice en serio, si se lo propone podría crear una nueva experiencia en juegos de romance. Lo sé.

- No es por alardear... -juega, sus dedos se meten bajo mi falda y acarician mis muslos- Pero las cosas que hago...

Mis caderas se ondean ante la ascendente caricia.

- ...suelen ser maravillosas. –jadeo en respuesta sin darme cuenta.

No es justo.

No lo es.

Saeyoung sonríe de lado y yo creo que moriré de vergüenza.

No es justo... sus hábiles dedos están distrayéndome demasiado rápido. Si hace eso puede lograr que diga lo primero que estoy pensando. Y por la forma en que sonríe, parece que he despertado su capacidad de tener en el borde a su víctima hasta volverla loca.

Y ahora su víctima soy yo.

- Entonces... -se estira, mordiendo mi labio inferior antes de susurrar contra mis labios, totalmente desvergonzado- Tal vez deba hacerte a ti algo ¿No? –y sus dedos dejan un camino cálido por mis muslos.

Su cabello rojizo cubre ligeramente sus ojos ámbar. En este momento siento que veo llamas de fuego sobre oro fundiéndose en miel. El aire escapa de mis labios y me apoyo mejor sobre él. El recorrido de sus dedos no tarda en desviarse hasta mis caderas, siguiendo el borde de la falda hasta llegar a la parte delantera. Mi cuerpo se calienta demasiado rápido, la presión de su tacto me tienen expectante y no se desde qué punto he estado mordiendo mi labio inferior pero está palpitando bajo mi agarre.

Y sorpresivamente sus dedos bajan en picada por mi cadera.

- Dios... -jadeo, arqueándome hacia él.

- Aquí estoy. –me susurra ególatra, antes de girarnos para recostarme en el cojín y cubrirme con su cuerpo- ¿Recuerdas cómo me provocaste en mi estudio?

Asiento, sus dedos no se mueven, puedo sentir sus nudillos tocar mis muslos o mejor dicho son estos últimos los que están apretando su mano en búsqueda de mayor contacto ascendente. Pero él no se mueve, solo sonríe divertido.

- Voy a disfrutar a profundidad que eres mía, mi Diosa. –roza sus labios con los míos apenas un segundo, haciéndome protestar- Pero... Este es tu castigo.

Y puedo jurar que es una promesa cuando lo veo descender entre mis muslos y solo su cabello queda en mi periferia. Mis ojos se cierran cuando me dejo llevar. Definitivamente debo provocar más la ira de este Dios.

¡Saludos criaturitas diurnas y nocturnas! ¿Se nota que él es mi ruta favorita?

A honor de todas las dibujantes que son fans de Seven, quise hacer a MC parte de su gremio. También que ese es el tipo de trabajo que en ciertas circunstancias puede hacerse desde casa y por eso se justificaba que cuando todo ocurrió, ella pudiese mantenerse en movimiento o encerrada. Además ¡Los dibujantes de este fandom son geniales! Pero como yo no dibujo, por lo menos pude hacer a la protagonista una ¿No?

La idea de los personajes inspirados en Saeyoung y Saeran se me vino por la idea que vi de orejas de gato en Seven y de perrito en Saeran. Así que quise llevarlo un poco más allá.

Además, por medio del arte, es como demostramos que Saeyoung dejó marcas en nosotros ¿No?

¡Nos leemos!

Nocturna4