Fairy Tail y sus personajes no me pertenecen, son propiedad de Hiro Mashima.
Este fic responde al desafío por San Valentín "Mi Querido San Valentín" de Motín Fanficker. Será un fic con 7 capítulos con las temáticas dadas por el grupo. Estas son: Secuestro — Coleccionista — Stalker — Celopatía — Voyeurismo — Hifefilia — Dependencia
Hay que terminarlo durante el mes de Febrero, así que a ponerme las pilas!
AN: Debido a la naturaleza del desafío Lyon estará con mucho OOC. Trataré de ir desarrollando progresivamente el cambio de su personalidad, pero son pocos capítulos, así que en un punto el salto será bastante pronunciado y caeré en el OOC.
ADVERTENCIA: Esta historia tendrá contenido adulto en capítulos futuros: violencia y escenas de sexo.
Capítulo 1: Secuestro
Juvia odiaba la lluvia.
Cada vez que el cielo dejaba caer el agua torrencial, la maga recordaba el sentimiento de soledad que la había azotado gran parte de su vida. Para ella el mal tiempo siempre eran malas noticias, abandono, aislamiento, desamparo, desamor… No había consuelo en la lluvia.
Esa tarde gris no era excepción. Si bien no era su propia magia la que provocaba las precipitaciones (pues ya hace tiempo había dejado de tener ese efecto), sus emociones estaban teñidas de ese color oscuro que adornaba el cielo.
Una vez más, ya perdiendo la cuenta de la cantidad, Gray-sama había despreciado sus sentimientos. Juvia creía que podía soportar su rechazo, que podría seguir con su optimismo y buen ánimo con solo amarlo profundamente, pero ya no era suficiente. Juvia necesitaba amor, quería que él la amara, que vea lo bueno que ella tenía para ofrecer, lo tomara y atesorara. Que la valorara, la cuidara, protegiera.
Las gotas de lluvia resbalaban por su cabello, dibujaban el contorno de su rostro, para luego recorrer el largo de su cuerpo. El frío la abrazaba, con la ropa pegada a su piel, la temperatura haciéndole recordar cruelmente la mirada helada de su amado.
— Juvia-chan — Escuchó que alguien la llamaba. Sus ojos azules se desviaron del cielo oscuro y se dirigieron a quien llegaba a su lado. El rostro de Lyon, iluminado por un farol que le daba un halo cálido a su figura, mostraba una profunda preocupación. — ¿Qué haces aquí, debajo de la lluvia? — El chico llevaba en su mano derecha un paraguas negro bastante amplio que utilizó para cubrir a la maga, quedando ambos bajo su amparo.
— Juvia solo está pensando… — Dijo con un hilo de voz muy suave, que delataba su sufrimiento.
— ¿Sucedió algo? — Preguntó él y buscó su mirada. La chica de cabellos azules, fijó sus ojos en el espacio entre sus zapatos y luego de una pausa breve movió la cabeza en gesto negativo.
— No, no sucedió nada. Juvia debe ir a su casa. — Se separó de la protección del paraguas que él ofrecía, su cuerpo recibió nuevamente las frías gotas del cielo.
— Te acompaño. — Le ofreció con una sonrisa amable. — No es necesario que sigas mojándote.
— El agua no le hace daño a Juvia. — Comentó ella mientras comenzaban su camino hacia Fairy Hills.
— Supongo que no, eres una maga de agua. — Concedió él viendo hacia el frente. — Pero por la mirada en tus ojos, creo que algo de dolor te provoca.
Continuaron su camino en silencio, acompañados solo por el sonido monótono del ambiente lluvioso. Juvia se sentía extraña, todavía tenía la sensación de vacío en su interior, provocada por la escena con Gray en el gremio, pero a su vez, un sentimiento cálido comenzó a extenderse en su pecho. Sus ojos se dirigieron sutilmente al mago de cabellos blancos que caminaba junto a ella, sujetando el paraguas en medio para protegerlos a ambos del clima. El chico tenía una sonrisa serena en su rostro y sus ojos también poseían ese tiente helado que reconocía en su eterno amado, pero había algo más en ellos… A diferencia de Gray, Lyon estaba feliz. Feliz de estar a su lado.
— A Lyon-sama no le molesta la compañía de Juvia. — Pensó y una sonrisa se dibujó en sus labios, al tiempo que sus mejillas tomaban algo de calor.
— Te ves más bella cuando sonríes. — Escuchó que le decía. Se sintió cohibida por el halago y mantuvo su mirada en el suelo. — Desearía que nunca tuvieras esa expresión que vi hace un rato. — Siguió Lyon. Juvia no se dio cuenta en ese momento, pero las palabras siguientes estaban teñidas de oscuridad. — Haría lo que fuera por proteger tu sonrisa, Juvia.
El enorme edificio de dormitorios de las chicas de Fairy Tail se irguió en la proximidad. La maga sintió que la soledad se aproximaba junto con la cercanía de su hogar y se detuvo en su lugar. Lyon avanzó un par de pasos, antes de voltear a verla…
— ¿Qué sucede?
— Juvia… — Se abrazó a sí misma y sintió que su corazón se aceleraba. No debía pedírselo, no era correcto abusar de la amabilidad de Lyon, quien siempre se mostraba atento con ella. — Juvia no quiere estar sola.
— ¿No hay nadie en los dormitorios? — Preguntó él y miró al edificio que tenía algunas luces encendidas — ¿Quieres que llame a alguien para que venga a… — Antes que finalizara la pregunta, Juvia movió su cabeza en negativa.
— Lyon-sama. — Hizo una pausa, reunió valor y lo miró a los ojos, la vergüenza la invadió, pero sentía que podía confiar en él. Lyon no la lastimaría — ¿Se quedaría con Juvia?
— Claro que sí.
Juvia se sorprendió al ingresar a la casa del chico de Lamia Scale, la decoración, los muebles y la disposición, eran como ella había imaginado su propio hogar alguna vez. El estilo clásico y elegante, los colores celeste pastel y blanco, la alfombra que decoraba el suelo, la araña de cristal colgada del techo, la cortina pesada de color azul oscuro que cubría los inmensos ventanales. Era como entrar a sus propias fantasías.
Sus ojos recayeron en el decorado de los muebles, los cuales tenían tallados delicadamente en la madera la forma de un copo de nieve y gotas de agua, muy similares a la ornamentación de su hogar…
— Lyon-sama, su casa en muy elegante.
— Me alegra que te guste. — El chico se acercó a ella y le indicó con la mano para que lo siguiera. — Luego te mostraré el resto, pero antes deberías cambiarte esas ropas empapadas.
— Oh, Juvia olvidó ese detalle. — Le respondió apenada y rió con algo de vergüenza. — No trajo ropa para cambiarse.
— No te preocupes por eso. Creo que tengo algo para prestarte.
Lo siguió subiendo las escaleras, admirando cada detalle del lujoso lugar. Juvia se mordió el labio inferior, mientras seguía al anfitrión por un extenso pasillo que tenía varias habitaciones a ambos lados. La majestuosidad de la casa, seguía impresionando a la maga elemental, quien se sentía a gusto en un ambiente tan similar a su propio estilo.
Finalmente, entraron a una habitación casi al final del pasillo. Dentro Juvia se sintió extraña, si no fuera por la ausencia de peluches, lo que veía era muy similar a su dormitorio en Fairy Hills. Incluso la cama era muy parecida a la propia. Negó con la cabeza, desechando el pensamiento, estaba claro que tenía gustos similares al chico de Lamia Scale, era solo una coincidencia...
— ¿Es esta su habitación, Lyon-sama?
— Oh, no. Este es solo un cuarto de huéspedes. — Le respondió mientras abría el ropero. — Mi habitación está en el piso de arriba. — Sacó del mueble un vestido y Juvia sintió que se petrificaba en su lugar. Un escalofrío la recorrió, mientras sus ojos se fijaban en la prenda que le mostraba.
— Ese vestido…
— Sí, lo sé — Respondió él y admiró el atuendo que adornaba la percha. Sus ojos se suavizaron y Juvia notó una mueca muy extraña en su rostro, como si el vestido le diera cierto placer. — Es igual a uno de los tuyos, ¿Cierto?
Juvia dio un paso hacia atrás y asintió con la cabeza lentamente. Ciertamente, el vestido era exactamente igual a uno de los que usó durante los Grandes Juegos Mágicos, uno color negro, decorado con dos filas de botones dorados, el cinturón de cuero y los bordes de cuello y muñecas de una piel blanca. Además, colgado de la percha podía ver un sombrero muy similar al que usó en esa época, con la mariposa dorada a un lado.
— ¿Por Qué Lyon-sama tiene algo así? — El chico la miró fijamente y le sonrió de lado. Inconscientemente, ella estaba alejándose, caminando con lentitud hacia la puerta que tenía a sus espaldas.
— ¿Porqué no? Cuando lo vi, quise comprarlo. — Una risa divertida escapó de sus labios y la maga de agua sentía el miedo recorrer su interior.
— Pareces asustada, o ¿No te gusta el vestido? Puedo elegirte otro…
Juvia observó el interior del armario. La respiración se le atoró en la garganta y su cuerpo comenzó a temblar involuntariamente. Todas las prendas que colgaban del barral eran idénticas a las que ella tenía en su casa. Sintió que se mareaba y el pánico le hacía nublar la visión, ¿Qué significaba aquello? ¿Por Qué Lyon tenía esas cosas?
— No tienes que temer, amada mía. — Le dijo Lyon, dejando el vestido colgado de la puerta del armario y comenzó a caminar hacia ella. La espalda de Juvia dio contra la puerta, su mano buscó el picaporte para abrir y salir corriendo. — Son solo vestidos, ropa, que me ayudan a recordar a la persona que tanto amo.
— Sí, Juvia entiende. — Forzó una sonrisa. Giró el picaporte, mas la puerta no se abrió. — Pero cree que es mejor marcharse… Mañana tiene que ir a una misión y…
— No, no, no mi bella Juvia. — Le dijo con tono de regaño, al tiempo que se acercaba peligrosamente — No es correcto mentir así. — La puerta no se abría y el mago se movía por la habitación como un león dentro de una jaula, el pánico invadía los sentidos de la chica de Fairy Tail, quien no tenía idea de como escapar de ese lugar. Sus ojos oscuros se fijaron en el ventanal y la ruta de escape iluminó su mente atormentada de miedo — Sé muy bien que no tomaste misiones, pues Gray hace muy poco que regresó de una.
— Pero Juvia realmente prefiere marcharse, Lyon-sama. L-Le agradece su hospitalidad, pero…
— Lo lamento, amada mía. — Suspiró, bajando sus hombros y su postura perdió la actitud de amenaza que hasta solo unos segundos la había asustado. — No puedo dejarte ir. — La miró fijamente, sus ojos oscuros mostrando cierta emoción que Juvia no supo definir — No dejaré que vuelvas a Fairy Tail. Allí te hieren, te lastiman. — La maga de agua levantó la mirada a la ventana, calculando el espacio hacia ella, decidida a cambiar su forma a líquido y salir de allí, atravesando el cristal. — Yo nunca te lastimaría como el idiota de Gray. He decidido que voy a cuidarte. Te quedarás aquí y serás mi princesa, ¿Qué dices, Juvia? ¿No es acaso lo que querías?
— Juvia lo siente, Lyon-sama. Pero se irá de aquí — Invocó su cambio, pero este no se dio. Su cuerpo seguía tan sólido como el de cualquier otro humano. Asustada, alzó su mano hacia arriba — ¡Water Nebula! — Pero tampoco pudo invocar su magia de esa manera. — La magia de Juvia…
— Anulada. — Respondió el dueño de la casa con una sonrisa. — Es un sistema de seguridad muy útil. — Se acercó a ella con una diminuta sonrisa que no traía nada de tranquilidad a la maga elemental. — Soy el único que puede usar magia dentro de esta casa. Ahora, amada mía, cámbiate el vestido, cenaremos juntos.
— Juvia tiene otras formas de luchar. — La chica se puso en posición para defender su libertad, pero el de cabellos blancos lanzó una escalofriante carcajada.
— Eres tan adorable, mi hermosa Juvia. — Aún riendo, levantó su mano y la temperatura comenzó a bajar en la habitación. La respiración de la maga de agua producía un pequeño vapor que salía de sus labios, mientras sentía sus ropas mojadas contagiarse de ese hielo que desprendía el cuerpo de Lyon. — ¿Estás segura que quieres luchar contra mí? ¿Sin magia, en total desventaja?
Juvia quiso arremeter contra su captor, pero éste era más rápido y la esquivó. Sus ataques se sucedían uno tras otro, mientras la temperatura disminuía, la chica sentía que su cuerpo se rendía ante el cansancio de sus inútiles golpes, sumado al agotamiento que le producía el frío cada vez más intenso. Trató de pensar en Gray, en como al entrenar juntos, lograba hacer que el frío de él no interfiriera en sus ataques, pero con Lyon era diferente. Su hielo era más profundo y, probablemente, su compañero de cabellos negros nunca había usado su poder al máximo contra ella. Gray realmente se había cuidado de no lastimarla.
Finalmente, la maga de agua cayó rendida al suelo, sin haber podido tocar ni un solo cabello de su contrincante. Él se acercó para acuclillarse frente a ella. En su rostro volvía a mostrar esa expresión serena y sonrisa amable que Juvia conocía…
— ¿Cómo pudiste pensar que yo lucharía contra ti? ¿No ves que solo quiero cuidarte?
— Lyon-sama… — Le costaba hablar, el aire helado le hacía temblar cada centímetro de su piel y le lastimaba la garganta. Levantó la cabeza para mirarlo fijamente. — Deja ir a Juvia
— No puedo. — Le dijo, su voz sonando como si de verdad lo lamentara. — No puedo dejar que vuelvas a sentirte sola, que Gray te siga lastimando. — Lyon llevó una mano a su propio pecho, sus ojos negros penetrantes mirando los azules de ella. — Me duele ver tus sentimientos heridos, me duele físicamente, Juvia. — Tomó sus manos entre las suyas. Ella no pudo resistir la acción, pues sentía la intensidad del hielo en sus articulaciones entumecidas. — Te amo. Te amo demasiado. No voy a dejarte ir.
CONTINUARÁ…
Gracias por haber leído hasta acá!
Como puse en mi nota de autor del comienzo, lamento mucho escribir a Lyon tan OOC, de verdad!
Para compensar lo que le sucederá a este pobre chico a lo largo de la historia, escribiré un LYVIA para él. Pero para esto falta (es un reto que tengo para Abril, así que habrá que esperar)
También lamento que Juvia la vaya a pasar tan mal, pero la prefería de víctima antes de victimaria (que era lo más fácil, ya que ella sí tiene actitudes que se ajustan mejor al reto en cuestión, pero la Juvia que tengo en mi imaginación es dulce y tierna, no la veo como una acosadora demente)
Por último, ¿Va a haber versión en Inglés de esta historia? Todavía no lo sé. Dependerá de la aceptación que tenga en Español. El tema de Lyon me preocupa y temo que me tiren tomates en ambos idiomas. Así que por el momento, solo en Español.
