Yo: Wii! Aqui yo de nuevo! Esta es una historia que se me ocurrio en uno de los tantos dias crappy que me han tocado
Yuki: Y es que no ha dejado de llover en una semana completa xD
Yo: Pero en fin... Este fic va dedicado a Peque Saltamontes ... Le debia haber puesto un fic Spamano que hice con ella pero a falta de inspiracion *no puede termina el epilogo* le pongo este como digamos "Anticipo" por el fic tan lindo que logramos hacer x3
Yuki: Bien esperamos que les guste! Con mucho amor y cariño!
Hetalia no me pertenece (por desgracia xD) Es del asombroso Hidekaz Himaruya :D y lo sera hasta que Mexico sea uno con Rusia (?)
Comenzaba a hacer frio en las calles. Una chica que aparentaba no mas de 20 años de cabello castaño y un curioso rulo asomando de su cabello, caminaba tranquilamente por las calles de Italia, esperando que algo interesante pasara en su aburrida y, a parecer de ella, horrible vida. Todos los días vivía con un aburrimiento terrible, solo disminuido por las tonterías que hacia su hermano menor. Siempre vivía a la sombra de este ultimo, al que todo mundo quería por su actitud y facilidad de hacer amigos. Ella odiaba eso pues la mayoría de la gente la veía como una inservible y una chica grosera incapaz de hacer amigos.
-Tsk…. Bastardos….. –mascullo al llegar a la fuente, sentándose al borde de esta y observando el cielo estrellado mientras escuchaba el agua caer. Era la noche perfecta para pasar el tiempo sola…. Y como no hacerlo si toda su vida había estado sola…. Aun rodeada de personas se sentía sola. Bajo la mirada por un momento esperando encontrar alguna respuesta a la tristeza que sentía. Miro hacia la hermosa fuente en la que estaba sentada….. La Fontana de Trevi que se veía simplemente hermosa a la luz de la luna e iluminada por las luces dentro de ella. Pronto, decidio que no seria mala idea lanzar una moneda, asegurando que pronto volveria. La lanzo, pero justo en ese momento al otro lado de la fuente un hombre castaño, alto y hermosos ojos verdes había arrojado una moneda con la misma intención que la de la italiana. Lo que ninguno de los dos sabia es que regresarían a la fuente por una razón diferente a la que en un principio los había llevado hasta ahí.
Ella soltó un bufido de resignación sabiendo que su deseo de cambiar su vida no se cumpliría ni aunque el cielo se cayese. Decidió alejarse de ahí y volver a su casa pues estaba comenzando a hacer frío y no quería enfermarse. Había un atajo pero era demasiado peligroso ya que ahí por lo general los ladrones salían de noche. Pero a ella no le importo, quería llegar a su casa antes de congelarse en el frío que comenzaba a hacer en las calles de aquella bella ciudad, además tenía que dormir temprano ya que tenía que salir hacia Silicia en la mañana por asuntos de su trabajo. No paso mucho tiempo cuando de repente, un hombre con un pañuelo cubriéndole la cara se puso frente a ella, impidiéndole el paso.
-No deberías caminar sola por aquí a estas horas, cara mia – dijo el tipo acercándose peligrosamente
-Y debes aprender a no molestar a una chica con frío, cazzo... – contesto ella con el semblante mas serio que de costumbre frunciendo el ceño – Sal de mi camino, maledizione!
-No lo creo querida…- el tipo la acorralo contra la pared y comenzó a tocarle las piernas – Te parece si nos deshacemos de ese frío que tienes? – dijo mirándola con libido
-Bastardo! Apártate! Imbécil no me toques! – decia ella tratando de zafarse, pero en ese momento en sujeto comenzo a besar su cuello y desabotonar su blusa, sin dejar de tocar sus piernas – Maledizione, cazzo! Apartate! – gritaba comenzando a llorar.
Cerro los ojos preparandose para lo que venia pero de repente sintio como aquel tipo era alejado bruscamente. Estaba tan asustada que no pudo abrir los ojos, solo atinando a escuchar golpes y ruido por todos lados. Cuando hubo total silencio sintio como de nuevo alguien se le acercaba, pero podia sentir que no era alguien malo y más cuando escucho una voz masculina llamandola.
-Oye… Estas bien? – pregunto el dueño de esa voz que por el acento debia ser algun español. Poco a poco abrió los ojos encontrándose con otro de un hermoso color esmeralda-No te hicieron nada o si?- pregunto revisando su cuello, lo que ella no tomo bien.
-No me toques pervertido! – grito antes de darle un cabezazo
-Oye! Tranquila! Solo te estaba revisando!
-Maledizione! No te me acerques, español bastardo!- grito
-Eh? Como supiste que era español?
-Por tu acento, idiota! En Italia no se habla ese español a menos que vengas de España, duh!
-Hehehe…. Creo que tienes razon- le contesto el castaño sonriendo – Me llamo Antonio por cierto – se presento extendiendo su mano a la italiana que lo miro con cierta desconfianza pero después estrecho su mano
- Soy Isabella Va….- se detuvo al darse cuenta de que el otro no habia dicho su apellido- Solo Isabella… - termino de decir tratando de sonreirle al español
-Es un placer – contesto el español con una sonrisa amplia
-Por cierto….Grazie…..- susurro la chica
-Eh? Oh! Por nada! No iba a dejar que ese tipo te hiciera algo malo – le contesto el español sonriendo. Ella se perdio por un momento, embelesada por la sonrisa de aquel que la habia salvado, mas pronto cayo en cuenta de que tenia que regresar a su casa
-Mi dispiace! Debo irme! – dijo levantandose y dandose la vuelta para irse, pero el español la tomo del brazo
-Antes de que te vayas… Te gustaria salir alguna vez? No lo se…. Quizas a tomar un café?- pregunto. La italiana fruncio el ceño y lo penso por un momento.
-Claro… Nos vemos mañana temprano en la cafeteria cerca de aquella fuente- contesto sin pensar, dandose cuenta de que habia aceptado cuando ya tenia compromisos. Pero hubo algo que le dijo que podia cancelar lo que tenia planeado. En fin, Silicia no se moveria de lugar. Le sonrio al español casi por inercia, para después desaparecer. Antonio simplemente se habia quedado maravillado con aquella chica. Aunque planeaba salir a España la mañana siguiente, decidio cancelar su compromiso pues no era un asunto de vida o muerte… O al menos para él no lo era…
Al día siguiente, Isabella se levanto extrañamente feliz pues en ella era algo común levantarse de malas y lanzar insultos a toda cosa viviente que se le cruzara. Pero no lo hizo.
-Buongiorno! – saludo bastante alegre en cuanto llego a la cocina, sorprendiendo a su abuelo y su hermana
-Ve~ Ciao, sorella!- saludo Felicia, la hermana menor de Isabella y su gemela
-Porque tan alegre hoy, Isabella?- pregunto el abuelo de ambas italianas
-No lo se, nonno… Solo… Lo estoy! –contesto con una sonrisa, ayudando a su hermana a preparar el desayuno
- Ve ~ Sorella! No tenias que irte hoy a Silicia?- pregunto Felicia mientras hervía la pasta
- Decidí cancelarlo… Olvide que tenia un compromiso hoy – dijo sonriendo mientras preparaba la salsa de tomate, que era su fruta favorita
- Yo digo que la verdadera razon por la que te quedas es porque seguramente anoche encontraste a alguien y quedaste de verlo hoy, o me equivoco?- dijo su abuelo con una sonrisa pícara. A veces Isabella odiaba la habilidad de su abuelo para adivinar las cosas… O sus informantes en toda Italia, como quieran verlo.
-CHE? De nuevo estuviste espiándome, maledizione? – grito la chica completamente furiosa
- Pues…. No… Tu reacción acaba de contestarme – contesto el abuelo soltando una sonora carcajada pues había logrado que su nieta confesara sin siquiera saber acerca de la situación
-P-pues…. Si! Algun problema con eso? – contesto la chica totalmente sonrojada- Ya no se puede tener privacidad, maledizione! - grito y arrojo un tomate directo a la cara de su abuelo, dando justo en el blanco
- Ve ~ Sorella…. No te enojes con el abuelo- trato de calmar las cosas Felicia, pero no consiguió mas que un golpe en la cabeza de parte de su hermana – Ve ~ Porque me pegaste? – dijo sobándose el lugar donde habia recibido el golpe
-Porque a los dos les gusta hacerme la vida imposible! –mira a su abuelo- Felicia si puede salir con chicos e incluso chicas pero yo no puedo salir ni con mis amigas? Eso demuestra que el es mas importante para ti que yo?- sin darse cuenta las lagrimas comienzan a salir de sus ojos- Estoy harta de ustedes, maledizione! En cuanto yo salga de esta casa no vuelven a verme en su vida! – dijo y luego corrió a su habitación dando un sonoro portazo.
- Ve ~ Crees que este bien? – pregunto la italiana menor notablemente preocupada por su hermana mayor
- Tranquilo…. Estará bien…. –contesto su abuelo dejando salir un largo suspiro
Mientras en su habitación, Isabella preparaba una maleta con sus cosas; dispuesta a salir a Silicia pues ya no soportaba la vida que llevaba. Pero algo la hizo detenerse en el acto. Tenía una cita, y como buena italiana no podia faltar a ella, además de que no podia perder la oportunidad de hacer un nuevo amigo. Puso el seguro a la puerta y luego se metió a la regadera para tomar una ducha. Cuando salio y fue a su armario, se encontró con un gran problema… No tenía idea de que ponerse, agregándole que casi no tenía ropa pues su abuelo le compraba más a su hermano que ella. Escogió una falda azul corta arriba de las rodillas y una blusa de tirantes blanca que resaltaba su figura. Se puso unos zapatos de tacón bajo color gris, cepilló su cabello, tomó sus llaves y salió de la casa sin siquiera mirar a su abuelo y a su hermano que la veían con la boca abierta debido a la forma en como iba vestida.
Tal como habían acordado la noche anterior, Antonio estaba esperando dentro de la cafeteria por la chica. Tenia una rosa roja en la mano, consejo de un amigo suyo que casualmente era francés. No podia dejar de ver la rosa con una enorme sonrisa pues sin siquiera proponérselo había conseguido una cita con una chica linda. De repente, Isabella entró en la cafeteria, volteó y vio al español sentado en una mesa junto a la ventana. Se acerco y se sentó frente a el sin evitar sonreirle.
-Ciao… Perdón por la tardanza pero tenia ciertos asuntos que atender- le dijo rogando que le creyera
-Oh… Claro! No hay problema! Aun así no llevo mucho tiempo aquí- le contesto el español sonriendo ampliamente- Que vas a querer?
-Un cappuccino, per favore… - contesto Isabella. Antonio pidió un café y el capuchino de la italiana. Cuando el mesero se fue, el español no pudo evitar darle la rosa a la chica.
-Para ti… Espero que te guste…- dijo notablemente sonrojado
-Grazie… Es mi favorita… -contesto ella igual o quizas más sonrojada que Antonio
-Vaya! En serio? Al parecer mi amigo tenia razon! Debo hacerle caso a ese francés mas seguido
-Un francés!- Isabella fruncio el ceño y soltó la rosa en el acto- Como que tu amigo es un francés, bastardo! Son unos pervertidos!
-Si… Suele ser pervertido a veces pero es buen amigo- contesto el español sonriendo despreocupadamente. Después de eso el mesero llego con el pedido de ambos, dejándolo sobre la mesa- Cuéntame de ti… Hace cuanto que vives en Italia?
-Desde que soy una niña… He vivido con mi abuelo y mi hermana menor desde que tengo 7 años… Aunque hace unos cuantos años me fui a Silicia por asuntos familiares… Regreso a Roma solo a visitar a… Lo que me queda de familia… -contesto viendo en todo momento su vaso – Y que hay de ti? Que te trae a Italia?- ella misma se sorprendía de la amabilidad con la que le contestaba al español, dado que todos la conocían por insultar a cuanta cosa existente y por existir. Pero habia algo en aquel chico sentado frente a ella que la hacia cambiar.
-Pues… Vine de vacaciones- contesto con una sonrisa- Mi familia me presiona demasiado así que decidí darme un tiempo libre mientras las cosas se calman en casa- dicho esto dio un sorbo a su café- Aunque la verdad no tengo ganas de regresar…
-Ah si? Y porque…. Digo! No es como si me interesara ni nada por el estilo es simple curiosidad- se sonrojo y trato de escudarse bebiendo de su capuchino
-Ellos quieren que me case con una chica de Bélgica, todo para que el negocio familiar crezca… Pero el caso es que yo no quiero- dicho esto dio por terminado el tema pero una duda le surgió- Porque dices que vienes a visitar a lo que te queda de familia?- pregunto Antonio. Isabella lo miro, y se dio cuenta de que podia confiar en el… Por primera vez, sentía que podía confiar en alguien
-El caso es que, cuando era pequeña mis padres se fueron de viaje a Silicia, pero ni mi hermana ni yo queríamos que se fueran, así que ambas nos escondimos en el auto donde viajaban- rio suavemente al recordar aquella época pero luego su expresión cambio a una de total tristeza que el español capto en ese instante manteniéndose atento a la historia – Cuando llegamos a Silicia, bajamos del auto y nos escondimos en la casa donde ellos se quedaban. No paso mucho tiempo cuando escuchamos golpes cosas romperse… -ella mantenía la mirada baja en todo momento
-Y que paso después?- pregunto Antonio tratando de no presionarla pues se veía que sufría por eso
-Fuimos a la sala y observamos a mi padre que estaba sosteniendo un arma apuntándole a un hombre que estaba haciendo lo mismo…
Flashback
El padre de Isabella estaba junto con su madre en la sala, siendo amenazados con un arma.
-Idiota! Nosotros no tenemos nada que ver con esto! –grito el padre de la pequeña italiana
- Il capo me dio órdenes de acabar con los traidores de la familia Vargas
-No somos traidores! Sabes perfectamente que el jefe es mi padre! El no pudo haberte dado ordenes! – el hombre que le apuntaba estaba apunto de disparar cuando Isabella y Felicia atravesaron la puerta, corriendo hacia su madre. Ella vio al hombre apuntarles a ambas niñas, por lo que corrió a apartarlas, recibiendo un certero disparo en la espalda.
-Mama!- grito Isabella al escuchar el disparo y ver a su madre tirada en el suelo. Felicia no podia moverse por la impresión. Su madre ahora estaba muerta. Isabella no podía creerlo y su shock era tan grande que no se dio cuenta cuando aquel hombre la tomo del brazo, apuntándole directo a la cabeza.
-Déjala ir!- grito su padre
-Si mato a tus hijas se termina la grandiosa familia Vargas….Aunque quien sabe… Tal vez pueda divertirme un poco con Bella…
-Cazzo! No te atrevas a tocarle un solo cabello o te mato!
-Hubiera sido algo divertido que el abuelo en serio hubiese ordenado que los asesinara, no lo crees así?
-Así que tu eres el traidor? – saco su arma y apunto al sujeto
-Yo no haría eso si fuera tu…- dijo poniendo en claro que si movía un solo dedo Isabella moriría
Ella no tenía miedo. De hecho solo aparentaba tenerlo para distraer al tipo y cuando encontró el momento perfecto, tomo el arma y se la quito, soltándose y tirándolo al suelo. Felicia simplemente estaba aterrada y temblando en un rincón de aquella casa. La pequeña Isabella le apuntaba con el arma a aquel sujeto dispuesta a matarlo y cuando estuvo por tirar del gatillo, se dio cuenta de que tenía el seguro puesto. El hombre aprovecho y tomo el arma quitándole el seguro.
-Hay niños en casa- dijo con una sonrisa burlona
-Ya basta! Un traidor no pasa desapercibido! Tu serás perseguido hasta que estés muerto, Carriedo!- y dicho esto el padre de Isabella recibió un disparo directo al corazón. Ella abrió los ojos desmesuradamente siendo tomada del brazo por el sujeto al igual que Felicia. El llevo a ambas niñas de vuelta a Italia con su abuelo, contándole que habían asesinado a su hijo y nuera, mas nunca dijo que había sido el. Fue entonces cuando se retiro, no sin antes mirar a Isabella.
-Nos veremos pronto, Bella… - fue lo último que dijo
La italiana olvido todo lo que concernía al hombre que había matado a sus padres, todo excepto aquel rostro en el que se dibujaba una gran sonrisa burlona.
Fin Flashback
-Después de eso, no volví a ver a ese tipo…. Años después, yo tuve que ocupar el lugar de mi abuelo en ese trabajo… Mientras el se quedaba aquí en Roma con mi hermano – dejo salir un largo suspiro, dándole un sorbo a su café
-Lo siento… No creí que eso hubiese pasado- contesto el español
-Tch…. Eso quedo en el pasado… No me gusta demasiado reparar en cosas pasadas – y dicho esto termino de beber su café al mismo tiempo que el español- Pero hay algo que me aqueja desde ese día…. Cada vez que trato de recordar el nombre con el que mi padre se refirió a el simplemente todo se vuelve borroso… -dijo ella tomando una pose pensativa y jugando con el vaso vacio- Pero en fin…. Se que ese bastardo desapareció hace tiempo, así que por eso prefiero dejarlo en el olvido… Ahora cuéntame de ti…
-Pues podría decirse que tu infancia es mas emocionante que la mía… -contesto Antonio sonriendo- Desde que era pequeño, siempre he vivido con lujos y demás, gracias al trabajo de mi padre- luego su sonrisa se borro- Después, mi madre murió…. El se casó con una mujer de Holanda. Ella tenia una hijo que me hacia la vida imposible, pero yo jamás lo tome en serio. En cuanto cumplí 18 años mi madrastra comenzó a buscarme una esposa porque yo le parecía el mas apto para heredar la fortuna de la familia, pero yo nunca acepte aquella propuesta. En venganza, hizo que su hijo me quitara a cada novia que yo tenia, así que decidí irme de España, escapando de las ganas de esa mujer de casarme a la fuerza. Recorrí Francia y Alemania donde conocí a mis dos mejores amigos. Y pues… Heme aquí –termino de contar con una enorme sonrisa en el rostro
-Vaya, tu vida es bastante interesante- dijo soltando una leve risa- Yo ni de broma iría a Francia o Alemania o ambas
-Pues deberías… Es muy lindo- dijo el español riendo de la misma manera- Oye…. Te parece si vamos a caminar un rato? – pregunto Antonio esperando que la italiana aceptara
-Me parece buena idea- le contesto sonriendo
-De acuerdo! Entonces vamos! – pagó la cuenta y tomo de la mano a la italiana haciéndola sonrojarse
-Oye bastardo! No tan rápido! –grito ella pues literalmente era arrastrada por Antonio fuera del local
Durante toda la tarde estuvieron paseando por las calles de aquella bella ciudad. Antonio compro cuanto helado se le antojo a la italiana. Ese día le sirvió para darse cuenta de que al fin había encontrado a la chica perfecta y que se estaba enamorando de ella. Solo quedaba saber si ella sentía lo mismo por el.
Isabella se sentía completamente feliz. Sonreía como nunca lo había hecho y por primera vez reía a carcajada limpia. Ese español había logrado sacar su lado amable y la había hecho sentir como si tuviese un verdadero amigo. Aunque había algo que ella aun no entendía y era que cada vez que Antonio de le acercaba, su corazón latía con fuerza. Si eso era lo que su hermano describía como amor, entonces ella lo estaba sintiendo por aquel chico.
Regresaron al lugar donde habían empezado. En ese momento era de noche y las luces iluminaban las calles. Ninguno de los dos quería dejar ir al otro pero tenían que hacerlo. Isabella para ir a Silicia y Antonio para regresar a España. Ambos se quedaron callados por un momento sin mirarse hasta que Isabella soltó un suspiro.
-Mañana me voy a Silicia…. – hablo casi en un susurro
-Yo me voy a España…- dijo el de la misma manera, mirando todo el tiempo al suelo
-Gracias por este día, Antonio…. En serio, me divertí mucho… -dijo mirándolo con una sonrisa
-Yo también me divertí! Espero que algún día podamos repetirlo- contesto sonriendo ampliamente
-Ya se que podemos hacer… - se quito la pulsera que tenia: Una pequeña pulsera de plata con un dije en forma de tomate –Toma…- dijo y se la dio al español – Úsala todos los días… Y cuando volvamos a vernos, regrésamela… -le sonrió y luego le dio un suave beso en la mejilla, haciendo que un leve sonrojo apareciera en el rostro de Antonio
-De acuerdo… En ese caso...Nos vemos pronto- contesto haciendo lo mismo que Isabella había hecho
-Espero verte pronto- dijeron ambos al mismo tiempo, dándose la vuelta y caminando hacia sus casas. Lo que no sabian era que se reencontrarian en diferentes circunstancias.
Yo: Y? Que les parecio?
Yuki: *miles de corazoncitos a su alrededor*
Yo: Esto es solo el primer capitulo xD Pronto subire el nuevo... Y les prometo que actualizare cada fic que tengo pendiente owo
Yuki: Mas te vale... Ademas debes subir el fic que prometiste... ¬¬
Yo: Dx lo se! Pero prometi que lo subiria! Solo falta el epilogo!
Yuki: Pft... como sea... Sayonara!
