Título: Egoísta
Extensión: En un principio,387 palabras. Luego de la edición quedó en 372 palabras.
Advertencias: Basado en Kuroshitsuji II (o Monoshitsuji, como más le acomode). Insinuación de homosexualidad (aunque yo no lo vea así). Spoilers del final de Kuroshitsuji II.
Disclaimer: Kuroshitsuji y todos sus personajes son propiedad intelectual de Yana Toboso.
Resumen: Ciel nunca perdía, ni siquiera cuando su alma estaba en juego.
Egoísta
Apenas recordaste la conclusión de esa venganza que tanto habías anhelado, sólo deseaste que Sebastian, ese demonio que fingía estar de tu lado, devorase tu alma. Sabes perfectamente, incluso más de lo que quisieras, que te ve como un platillo más de su larga e interminable lista, aunque cierto dejo de orgullo te corroe, pues sabes que eres el más delicioso de todos ellos.
Te arrepientes de no haber estado más tiempo él o, por lo menos, el suficiente como para convencerlo de que se quede contigo un poco más. Como si Alois pudiese leer tu mente, firma un contrato con Hannah, pero no uno cualquiera: en él te ves beneficiado en demasía. Sonríes dentro de ti e intentas imaginar la reacción de tu mayordomo cuando se entere. Eso te causa aún más gracia.
Lo ves pelear y tratar de arrebatar tu cuerpo de Hannah. Qué divertido. Si sólo supiera lo que ocurrirá después. Al imaginártelo, te ríes aún más, porque sabes que la recompensa de tu mayordomo serás tú, pero no como un exquisito platillo de gourmet, sino como carne putrefacta, maloliente y llena de moscas de alcantarilla.
Sebastian te rescata y te deposita con cuidado en la balsa. Te alegras al ver su semblante de indolencia. Es la primera vez que sonríes de esa forma, mirándolo fijamente, mientras te burlas de él y de la tragedia que te abandona para acompañarlo a él. Sebastian lo sabe pero se limita a guardar silencio: ya no hay nada que pueda hacer, pues ha sido atrapado por la jaula más maldita de todas.
La situación es burda y absurda, pero eso te da igual: sólo te importa el premio final.
Tienes pleno conocimiento que Sebastian nunca desobedecerá tu orden y siempre te acompañará, velando para que tu cadáver no sea consumido por las moscas y los gusanos. Eso está bien: él deseaba devorar tu alma y terminar de asesinarte con ello pero tú, Ciel Phantomhive, nunca pierdes, ni siquiera cuando tu alma está en juego.
Al final ganaste, porque el que ha fallecido ha sido Sebastian y no tú.
Esbozas una sonrisa torcida, por última vez, para seguir vagando por ese infinito sendero llamado eternidad, junto a tu igual de eterno mayordomo, Sebastian.
Fin drabble: Egoísta
N/A: Muchísimas gracias por leer. Comentarios, críticas constructivas y sugerencias son bien recibidos.
Bye bye y cuídense mucho.
