Hola chicas!

Bueno, ya se que nos normal en mi que salga de mis historias Edward y Bella de Crepúsculo. Sin embargo, también hay una serie manga que me encanta llamada Bleach y bueno tras darle muchas vueltas a la cabeza, decidí lanzarme a escribir esta pequeña historia. No se de cuantos capitulos constará. Aún así, espero que le deis una oportunidad y si la leeis dejeis un review. Recuerdo que es el único pago a las que escribimos las historias.

Disclaimer: Esta historia esta basada en el manga Bleach. Los personajes pertenecen a Tite Kubo y la historia es de mi invención, yo solo juego con los personajes.

En la historia, escribo completamente en español. Los terminos están en mi idioma: Capitán, teniente... los nombres de los objetos, de las puertas, las ropas etc... si están en japones tal y como los llaman.

Bueno nos vemos y ya me dais vuestra opinión. Nos vemos pronto. Kiss Desam.


Contra el clan Kuchiki

El cielo estaba oscurecido. Las estrellas aquella noche parecían apagadas. El ruido de la batalla se podía escuchar a kilómetros de distancia. La paz, no era en aquel instante un nombre con importancia. Los ojos azules de la mujer miraban con temor al agresor. Aquello no podía estar pasando. Ella sentía su corazón palpitar en el pecho y aquello no era una buena señal. Desde hacía meses le habían advertido de que aquello pasaría.

Entre sus dedos, apretaba fuertemente el pañuelo del viejo. Un paso tras otro la llevaban cada vez más y más lejos de aquella habitación. Un grito se escuchó en la lejanía y supo a ciencia cierta que el clan estaba acabado. Ginrei Kuchiki acababa de ser asesinado.

La mujer entró en la habitación con las paredes azules. Tras una caja de madera, se encontraba su único hijo. Se acercó despacio y volvió a mirar a sus espaldas. El agresor no estaba, había conseguido perderle de vista. Caminó despacio y estiró su fino brazo hasta alcanzar la diminuta mano de su hijo. Tras un instante de duda y miedo, el niño, al fin cogió los fríos y delgados dedos de su madre.

-Tenemos que salir de aquí.- Susurró la madre al niño cuando lo alzó contra su pecho.

Asomó la cabeza por el trozo que quedaba de puerta y divisó a su marido a lo lejos. Una suave luz la envolvió de pronto y sintió como la sangre fluía desde sus pulmones hasta su boca. Ese era su último aliento. La mujer desesperada, lanzó al pequeño niño por la ventana salvando así su vida. Sus respiraciones fueron haciéndose lentas y así su vida llegó a su fin.

Sojun Kuchiki corrió hacía su hermosa mujer y tras desenvainar su katana, cortó la cabeza de aquel que segó la vida de su mujer. Tras colocarse de rodillas en el suelo, comprobó que ya era tarde para salvarle la vida. Se levantó del suelo y salió del pasillo con un Shunpo. Debía llegar cuanto antes ante su hijo.

El joven apareció tras el pequeño niño y lo apretó fuertemente contra su pecho. Las lágrimas que el pequeño derramaba, eran trozos de su alma. Jamás se perdonaría la muerte de su mujer y jamás se perdonaría si le llegara a pasar algo a su único hijo.

Los ojos grises del niño se clavaron en los suyos. El pequeño al reconocer ese intenso color violeta que lo observaba, sonrió a su padre. Ahora estaba a salvo. (Una mano se aferró al hombro de Sojun y este se giró con su katana en mano mientras seguía corriendo.

-¡Sojun!- Un hombre alto y de cabellos blancos le perseguía.

-Debo salir de aquí.- El joven observó al hombre y señaló a su hijo.- No puedo permitir que maten a mi hijo.

-Urahara te esta esperando.- el hombre de cabellos blancos le señaló la otra parte del jardín.- Nadie sabrá que estaréis en el mundo real, excepto yo.

-Esto no es asunto de la sociedad de almas.- Sojun observó al hombre con el ceño fruncido.- Me denegaron la ayuda.

-Solo actuo como amigo.- El hombre de cabellos blancos, le tendió el pañuelo que llevaba la difunta mujer de Sojun entre sus dedos.- Llevaté el Ginpaku Kazahana no Uzuginu. Recuerdale al niño en un futuro, quien es.

-Gracias Ukitake.- Tras aquellas palabras, el joven salio por la puerta Sekai y desapareció dentro de aquel caos que se había formado en el clan Kuchiki.

La sociedad de almas se había negado a ayudar al clan Kuchiki. Los clanes de la nobleza siempre habían tenido su guardia personal y jamás habían necesitado la ayuda de los Shinigamis. Sin embargo, como teniente de la 6ª división, había pedido la ayuda al Gotei 13. Sojun caminaba por una calle estrecha, pensando una y otra vez en las palabras de negación.

"Sabes que nosotros no estamos aquí para proteger a los nobles"

"Mi familia esta en peligro. El capitán y el teniente de la 6ª división, están en peligro"

"No tienes pruebas"

Aquellas palabras estaban grabadas a fuego en su mente. Bien era cierto que no tenia pruebas materiales, sin embargo tampoco se preocuparon en el Gotei 13 de ayudarle a recogerlas. El niño se removió dormido entre sus brazos. El agua caía con furia del cielo, parecía que estubiera llorando su gran perdida ¿Que haría él con un niño de tan solo un año?

Urahara apareció de la nada en aquel jardín bajo la lluvia. Sojun conocia a ese hombre por las historias que se contaban en la sociedad de almas, pero no por ello le transmitía la suficiente confianza. Sojun sacó su Katana y observó al hombre del gorro a rayas y el abanico que tapaba su cara.

-¿Es Urahara?- Preguntó despacio.

-Así es Teniente Sojun.- Urahara se acercó a él y con un movimiento de muñeca le arrebató la Katana.- No saque esto aquí, podría dañar al pequeño.

-No se acerque más.- Le pidió el joven.

-Tranquilo.- Urahara lo observó unos segundos.- Dentro estaremos mejor.- y señaló una pequeña tienda.

-Ukitake...- Sojun calló en el mismo intente en que el hombre abría la puerta.

-El capitán Ukitake habló conmigo.- Urahara entró y le indicó que pasara al calor de la tienda.- No tienes de que preocuparte.

Tras aquellas palabras, al fin Sojun entendió que allí su único hijo y heredero del clan Kuchiki estaba a salvo.