Aclaración: Los personajes pertenecen a Hajime Isayama, yo sólo utilizo sus personajes para satisfacer mis imaginaciones perversas.
Canción que inspiró a la escritura de este capítulo: Time to dream-Hiroyuki Sawano.
Esta historia tiene lugar en el año 2017.
Débil, es así como siempre se ha considerado y siempre se considerará, alguien incapaz de hacer frente a las situaciones difíciles que se le presenta en la vida, se sentía como un niño pequeño asustadizo de este mundo cruel.
Aún temía a la oscuridad.
Aún sentía miedo a caminar sólo en medio de la noche.
Armin Arlert, ese era su nombre, uno al cual todos denominan estúpido y este nunca contradecía esa opinión, pero, él no pensaba lo mismo, adoraba el nombre por más de que suene idiota, ya que se lo había puesto su abuelo quien era la única familia que le quedaba.
-Sólo una más- con los brazos increíblemente agotados se dirigió frente a la puerta de entrada de su nuevo hogar, había estado trasladando las cajas en donde se encontraban todas las cosas con la que equiparían la casa ¨nueva¨.
-Armin, ayúdame con esto- su abuelo trataba de cargar con la última caja pero a simple vista se podía deducir que esta era bastante pesada. El rubio aceleró el paso tratando de cargarla por sí mismo, pero le fue imposible. –No te esfuerces, podemos llevarlo ambos, es la última-
-Lo siento- no sólo era débil mentalmente sino también físicamente-Soy más joven, debería poder cargar con esto- su abuelo rondaba los 68 años pero este gozaba de una energía equivalente a una persona de 30.
-No importa, este viejo aún puede hacer mucho- lo regañó suavemente con un tono áspero- ¿O crees que por mi edad ya soy un inútil?
Rápidamente intentó contradecir, pero tropezó con la pequeña elevación del marco de la puerta desequilibrándose completamente, para su suerte, y la de su abuelo, no llegó a caer.
-N-no era mi intención hacerte creer eso- nerviosamente por la posibilidad de volver a tropezar y no gozar con la misma suerte, replicó aquello que su abuelo había reclamado.
-Tranquilo hijo, sólo bromeaba- lo sabía, sí, pero aun así no deseaba que pensara de esa forma, ni de broma.
Depositaron la caja en el piso, el abuelo de Armin comenzó a quejarse de su espalda estirándose un poco y el rubio flexionaba los brazos intentando mitigar un poco el dolor y el cansancio.
-Supongo que no estaría mal descansar un poco- sugirió el anciano, a lo cual Armin respondió asintiendo, apenas habían terminado de descargar las cajas y estaba que se morían de cansancio.
Era la décima vez en 3 años que se mudaban, a su abuelo le era bastante difícil conseguir un empleo estable, sólo sobrevivían de lo que él ganaba arreglando máquinas industriales.
Habían decidido mudarse a la ciudad céntrica de Mare, veían eso como una oportunidad, la mayoría de las fábricas y renombradas Universidades se encontraban allí, una oportunidad de empleo estable para el abuelo y un futuro para Armin quien acababa de finalizar el secundario.
Aun así consideraban los riesgos, por la avanzada edad del abuelo era aún más difícil poder encontrar un empleo, no querían ancianos trabajando en las industrias, ya que, según los empresarios, no generarían suficiente producción.
Armin en varias ocasiones había propuesto trabajar medio tiempo, ya contaba con 19 años, le sería más fácil encontrar un empleo estable, su abuelo siempre se negaba diciendo que tendría que estudiar.
Necesitaron de casi tres días para poner todo en orden dentro de la casa, era pequeña pero acogedora, una pieza que compartía con su abuelo, un pequeño baño y una sala de entrada que hacía la función de cocina y comedor.
El anciano tomó asiento frente al rubio quien se encontraba desayunando y leyendo la parte trasera de la caja de cereal, como si no hubiera nada más interesante en este mundo.
-Las inscripciones comienzan hoy- le recordó, sabía que su nieto no lo olvidaría pero aún sentía algo de temor que este se arrepintiera y optara por trabajar. Armin asintió levemente.
Abandonó la lectura y se concentró en su abuelo.
-Me encontraré con Eren hoy, de ahí iré a la Universidad- Llevaba 9 años sin ver a su amigo de la infancia, ambos había crecido en el distrito de Shingashina dentro de la isla Paradi, pero tuvieron que separarse debido a que el gobierno de Mare le había ofrecido empleo al padre de su mejor amigo, Grisha Jaeger, era uno de los inmunólogos más respetado de Paradi, se había encargado de erradicar unas de las peores epidemias dentro de la nación de Mare, por supuesto tendría que trasladarse a la ciudad capital junto con su familia.
Habían estado siempre en contacto por Skype o cualquier red social, aun así, cuando Eren se enteró que Armin viviría a unos 20 minutos de la capital, la felicidad inundó todo su ser. Había propuesto que vivieran juntos en un apartamento que su padre había comprado para él, pero se había negado puesto que no quería dejar sólo a su abuelo y no le comentó a este de la propuesta, seguro le diría que acepte y que importa si quedaba sólo, podría valerse por sí mismo.
-¿Te decidiste por la Universidad de Liberio?- preguntó el anciano para luego devorar con pasión aquel sándwich.
-Sí, creo que es la más conveniente, cuentan con almuerzo a bajo costo y servicio de salud para estudiantes- Gracias a su gran pasión por los libros desarrolló una inteligencia inigualable, en varias ocasiones fue el más sobresaliente de su salón, esto le valió una beca completa en la universidad, deseaba estudiar ingeniería en sistemas, pero debido a la situación en que se encontraba optaría por ser Analista de Sistemas. No creía tener la capacidad para poder aplicarse a algo alto como la ingeniería.
-Bien- es la única respuesta que obtiene de su abuelo, por más que este quiera lo mejor para su nieto, no es mucho lo que puede ofrecer, conocía la reputación de esa universidad, no era muy buena, al menos no mejor que la Universidad Wall Sina, creía que él se merecía estudiar en un mejor lugar, que tendría que aspirar a más, lastimosamente la beca no alcanzó para que él pudiera ingresar a un lugar mejor.
Terminando el desayuno limpió los utensilios y el tazón que utilizó, seguidamente fue a la habitación, cogió la mochila y procedió a despedirse de su abuelo para dirigirse a la estación de tren.
Por más que se encontraban a 20 minutos de la universidad y la ciudad central de Mare, el tráfico era un caos, por eso prefería el tren, encontraba emocionante viajar en ellos, en Paradi no existían los trenes, eran los autobuses los que colmaban las calles junto a los autos.
¨Café Rosse, a 5 cuadras de la Universidad Liberio frente a una librería¨
Menudas indicaciones eran las que su amigo le había dado, de igual modo lo había consultado en la aplicación de Google Maps, era un café bastante conocido y bonito por las fotos que habían saltado.
-Línea E- susurró para sí mismo ya frente al tablero de recorrido de los trenes.
Era impresionante el flujo de gente que había a esas horas, se sentía ligeramente emocionado, nunca había estado en una ciudad tan grande. Al subir en el tren a duras penas debido a la cantidad de personas pudo ¨respirar tranquilo¨ dentro de lo que cabe.
Eran las 09:55, había acordado encontrarse con Eren las 10:30, aún estaba con tiempo, meditó unos minutos sobre lo que haría en caso que llegase temprano, Eren nunca llegaba tarde, pero tampoco se daba el lujo de llegar media hora antes.
Al parar para en transbordo a la línea A, las personas comenzaron a descender rápidamente, un tumulto de gente intentando salir rápidamente antes de que las puertas se cerrasen, arrastró al rubio casi fuera del tren.
Con miedo a quedar fuera luchó en vano contra la corriente hasta que sintió como era tomado de la mano y jalado nuevamente dentro del tren cuando se encontraba dentro finalmente, comenzó a sonar el aviso de cierre.
-¨Eso estuvo cerca, si quedaba fuera llegaría 20 minutos tarde¨- frente a él se encontraba una chica, un poco más alta que él -Gracias-logró articular en medio del nerviosismo, era lo menos que podía decir ante aquella situación, sentía algo de vergüenza por no haber sido capaz de sostenerse de algo y no ser llevado por aquel tumulto de gente.
-No es nada, ten cuidado- una pequeña y casi imperceptible sonrisa de amabilidad iluminó su rostro, aquella actitud se le asemejaba mucho a la de una madre, cosa que consideró algo raro para alguien que pareciera de su edad.
Desvió su vista y trató de concentrarse en lo que diría cuando por fin se reencuentre con su mejor amigo de la infancia, cosa que se vio frustrada cuando pudo divisar a una mujer con una expresión bastante incómoda, primeramente dedujo que quizá fuera por la aglomeración de gente de gente en esa parte del vagón, estarían por llegar a la línea C por lo que fueron acercándose a las puertas para bajar lo más rápido que pudieran. Sin embargo, había un hombre cerca, de espaldas y al costado de esta mujer.
Siempre había visto en varias series que era muy común el acoso en los trenes, no creía que eso estuviera fuera de la realidad, sin embargo, no tenía forma de probar lo que estaba pensando, intentó acercarse un poco para poder confirmar sus sospechas ganándose un poco de la atención de la pelinegra que lo había ayudado un poco antes.
Lo más disimuladamente que pudo, el rubio fue aclarando más el panorama, sus sospechas eran ciertas, aprovechando la cantidad de gente y lo apretados que se encontraban todos, un degenerado de pelos castaños se encontraba manoseando descaradamente el trasero de aquella mujer, quiso intervenir, pero, que podría hacer él en caso que este fuera más rápido que él y lograra sacar ¨las manos de la masa¨ literalmente, no tenía nadie que le creyera y so este reaccionaba violentamente, no tendría la capacidad de poder reducirlo.
Un grito de dolor, un hueso roto, un rostro, delicadas facciones contrastando con una cicatriz en la mejilla, y todos los presentes mirando con gran asombro incluyendo al rubio de ojos azules. Es lo que sucede en menos de cinco segundos…
N/A: ¡Buenas!, este es mi primer fic dentro de este fandom y en general.
Quise dejar como incógnito la pareja principal de este fic pero creo que es mejor aclarar todo desde un principio para que no hayan ilusiones.
Shippeo con todo mi ser el Eremika, pero, desde la página del mar que me dio Isayama con este par sonriendo , no puede resistirme, son demasiados hermosos y deseo de todo corazón que sean felices juntos.
No soy muy buena escribiendo y quise hacer este primer capítulo más largo, pero no pude, no me salió mucho que digamos y decidí no exigirme demasiado si lo hago por hobby :v
No prometo actualizaciones seguidas, pero trabajaré por ellas.
Por lo pronto, gracias por leer y perdón si esto se tornó algo lento o tedioso.
Agradecería si me avisan en caso de que se me haya escapado en error ortográfico.
Si tienes dudas, sugerencias o críticas constructivas, las recibiré con gusto.
