"LA BODA"
Parte 1. "El día antes de la boda"
Era un espléndido día soleado, concretamente era 9 de junio, viernes. Por la calle paseaban, tomados de la mano, una joven pareja.
- ¿Sabes amor? Esta noche los chicos quieren hacer una fiesta. Bueno, les prometí que no te diría nada, pero lo prefiero así... No quiero que después vayas a pensar mal.
- No ¿cómo crees? Me parece bien que os divirtáis, pero eso sí, nada de portarse mal. Me imagino a Ishizaki con vosotros...no sé porqué pero con él nunca se sabe.
- Ni que los digas –los dos pensaron en su amigo, y se echaron a reír con ganas.
Después de su paseo, como buen novio, dejó a su chica a la puerta de su casa.
- ¡Hasta mañana, mi amor! –decía mientras la besaba.
- ¡Hasta mañana! Ah, y pórtate bien –le dijo ella al oído.
Él se alejó de allí, dando pequeños saltitos de alegría. Y es que no era para menos, el día siguiente sería el más feliz de toda su vida (aunque muchos no estaban de acuerdo con que eso diese la felicidad).
Al fin llegó a donde se llevaría a cabo la fiesta: la mansión Wakabayashi.
La puerta estaba abierta así que entró sin más, aún con una gran sonrisa de felicidad.
- Oye, parece que estás flotando entre nubes –escuchó el recién llegado.
- Uy sí, de veras ¿eh? no sé como puedes estar tan despreocupado. Mañana es el día en que dejarás la soltería. Aún no me puedo imaginar que haya alguien que aún se case en estos tiempos.
- Pero si estar casado es lo mejor –dijeron Taro y Tsubasa al mismo tiempo, también con cara soñadora.
- ¡Callaos! –protestaron Wakabayashi e Ishizaki.
- Oíd chicos, ya basta. Cuando se habla de bodas parece que todos rehuyen del tema –rió Shingo.
- Ay amigo, sigo sin creer que tú seas el novio mañana –le dio unas palmaditas en el hombro Genzo.
- Pues sí... Ay, ya sabéis lo ilusionado que estoy.
-Sí, lo sabemos.
- Ryo, no seas aguafiestas, ¿eh? –le dijo Ozhora.
- Hablando de fiestas... ¿dónde están los demás?
- Ah, Ken, Kojiro y Takeshi ya están por llegar. Jun y Nitta están en la cocina –le comentó el portero.
- ¿Cómo es eso de que están en la cocina? –preguntó con cierto interés Aoi.
- Sí, es que se les dio por querer preparar algo de comer y... –dijo Taro cuando se vio interrumpido por algo.
- Ya veo, jajaja, pues con este olor a quemado me parece que mucho no vamos a comer –rió Aoi junto con los demás.
De pronto tres chicos entraron apresurados a la mansión; eran los del Toho.
- Ey, ¿qué es ese humo que sale de la casa? –preguntó preocupado Takeshi.
- Sí, eso, estuvimos a punto de llamar a los bomberos –explicó Ken.
- Jajaja, ya veo donde está el problema –decía Kojiro mirando hacia la puerta de la cocina.
Aquello fue todo un espectáculo: ambos jóvenes (Jun y Nitta) vestidos con mandiles y hechos un desastre de arriba abajo, negros por el humo; y la cocina ni digamos, a Genzo casi le dio un patatús cuando vio todo patas arriba; vamos, que por allí parecía que en vez de entrar dos chicos a cocinar, lo más normal era pensar que había pasado un huracán, a parte del espeso humo que se había acumulado.
- Bueno, será mejor que recojamos y dejemos todo limpio –dijo Genzo sin molestarse; al contrario, le parecía de lo más divertido.
- Vaya fiestita de despedida de soltero que tendré –pensó el protagonista.
· . · . · . · . · . ·
Mientras, en casa de la novia...
Cuando la chica entró por la puerta, se empezó a escuchar murmullos de otras personas. Ella se asustó y encendió la luz. De pronto escuchó a sus amigas:
- ¡FELICIDADES!
- ¿Qué? ¿Qué hacéis aquí? –preguntó contrariada.
- ¿Pues que más? Aquí preparando la casa para una buena fiesta de despedida de soltera –le dijo divertida Akiko tomándola de la mano.
- Ya veo, ¿pero cómo entrasteis? –seguía cuestionando no muy convencida.
- Ah, ¿te olvidas de que me tenías de invitada? Así que mientras te ibas de paseo con tu novio, llamé a las chicas para hacer todo esto. ¿Te gusta?
- Ay Vane, pues no sé qué decir amiga, gracias –dijo llorando la chica, abrazando a una de sus grandes amigas.
- Hoy nada de lágrimas, jajaja eso mejor para mañana que será el día más importante para ti –hablaba con muchas ansias Aly.
- ¿Y qué habéis preparado? –quería saber la chica.
- Pues verás, Mariana, hemos preparado algo para comer, y pues Vane tuvo la idea de que todas nos quedásemos a dormir, así mañana te ayudamos a prepararte...y de paso hoy hacíamos una fiesta toda la noche, hablando y demás –le comentó Silvia.
- Pues muy buena idea.
- Chicas, aquí traemos lo que hemos preparado –decía Vanessa mientras entraba a la salita junto con Akiko y Vicky, las tres cargadas con bandejas con bocadillitos, patatillas y demás aperitivos.
- Jajaja, ¿pero dónde pondremos toda esta comida? La mesa no es lo suficientemente grande.
- Eso no es problema Mariana, comemos en el suelo, además será más divertido.
Mientras tanto las chicas se divertían, comían y charlaban, los chicos no lo estaban pasando demasiado bien.
- Vaya fiestita, ¿a quién se le ocurrió? –preguntó Ken ya cansado.
- Pues la idea original fue de Ryo –contestó apresuradamente Genzo.
- Sí, pero la casa es tuya –contestó Ishizaki.
- Oye que no es culpa mía que la casa esté así de desordenada y sucia... todo por culpa del humo que provocaron estos dos –explicaba Genzo señalando a Nitta y a Jun.
- Oye, yo seguí paso a paso todo lo que he aprendido con Yayoi, así que la culpa no es mía –se disculpaba Jun.
- No estarás intentando decir que la culpa fue mía ¿verdad? –lo interrogó Nitta, "el otro cocinero".
- Pues no lo sé, lo que sí sé es que algo salió mal –le respondió Misugi.
- Si por lo menos hubiésemos comido antes de ponernos a limpiar todo –se quejó Ken hambriento.
Mientras Jun, Nitta, Ken, Genzo y Ryo discutían por tonterías (obvio, ninguno de ellos estaba casado y no estaban acostumbrados a este tipo de trabajos; excepto Jun, pero él sabía de estas cosas, por eso le pareció raro que hubiese salido todo mal en la cocina), los demás se mantenían al margen de todo: Takeshi porque no le gustaba ponerse a discutir, y menos por parvadas como aquella. Taro y Tsubasa ya sabían como eran este tipo de disputas y mejor era no meterse. Aoi, el pobre no sabía qué hacer, dentro de unas horas sería su boda con Mariana y sus amigos ya le metían miedo con todo aquello, pero lo que nunca haría sería no casarse, estaba completamente seguro de lo que quería y no por culpa de sus compañeros se iba a amedrentar. Pues Kojiro como no tenía mucha paciencia, y le hartaban este tipo de discusiones... (y más si él no era el que discutía) no soportó más tanto jaleo y les habló:
- Ey, ya basta –pero al ver que no conseguía nada, no tuvo más remedio que gritarles. - ¡SILENCIOOOOOOO!
En ese momento todos se callaron y recordaron dónde estaban y qué hacían.
- Será mejor que os calméis, voy a preparar yo algo para comer –dijo Kojiro, que ya tenía experiencia en eso de preparar comida para tanta gente.
Al cabo de unos minutos, ya todos estaban saboreando una pasta riquísima. No por nada en especial esa comida, sino que no había nada más que se pudiese aprovechar…por lo visto Genzo no salía mucho a la compra.
- Oíd, yo me quedé con hambre –comentó Ozhora cuando acabaron de cenar.
- Jaja Tsubasa, es que tú siempre tienes hambre –rió divertido Taro. - No sé como hace Sanae para darte de comer a todas horas, y a vuestra hija, ya debe tener paciencia.
- Ey Misaki, no te burles, que por lo que tengo entendido eres igual.
¡Qué vergüenza!, pensaba Taro que no sabía en donde esconderse.
- ¿Y si llamamos a una pizzería? –preguntó Ryo.
- Jaja, ¿no tendrás hambre tú también Izhizaki? Podría haber hecho más, pero aquí el Wakabayashi no va de compras.
- Ey, ¿tú también burlándote de mí Kojiro? –dijo con ánimo de pelea Genzo.
- Oíd chicos ¿qué clase de fiesta de despedida de soltero es esta? –dijo Aoi con poco entusiasmo. - Primero por poco quemáis la casa, después lo de la limpieza, ahora esto... De veras, cuando quiera celebrar algo ya sé a quien no acudir.
- Así que quieres diversión... –sonrió pícaramente Ishizaki. - No te preocupes, que ya me ocupé de eso.
- Mmm...no quiero saber en lo que se ocupó –pensó para sí Taro.
- ¿Y la pizza? –volvió a preguntar Ozhora.
A todos les apareció una gota en la cabeza.
- OK, más tarde llamamos, mientras vamos a esperar... –dijo Ryo.
- ¿Esperar? –interrogó Aoi.
- Sí, esperar la sorpresa –le explicó.
- ¡¿Sorpresa? –exclamaron todos al unísono intrigados.
Parecía que sólo Ishizaki sabía lo que iba a pasar...y esa "sorpresa" los tenía muy preocupados, porque de su compañero se podía esperar cualquier cosa...excepto algo bueno.
· . · . · . · . · . ·
- Jajajaja, ¿en serio le pasó eso a Taro? –rieron las chicas con ganas.
- Eh no es gracioso, pobrecito él –hablaba Silvia seriamente, aunque realmente tenía ganas de reírse como sus amigas.
- Pero mira que pasarle justo eso el día después de la boda –reía Mariana. - Uh, sólo espero que no le pase a mi Aoi lo mismo.
Las chicas seguían charlando animadamente, cuando escucharon tocar el teléfono. Mariana se levantó y fue a atender.
- ¿Diga? –contestó al levantar el auricular.
- "Mariana, ¿eres tú? Soy Sanae."
- Oh, hola Sanae. ¿Pasó algo con Yayoi o contigo? ¿Estáis bien vosotras y la niña? –preguntó preocupada la futura novia.
- "Ah sí, estamos bien las tres. Te llamaba para preguntarte algo. ¿Conoces a unas que se hacen llamar "Las gatitas nocturnas" o algo así?"
- ¿Qué? Jajaja ¿las gatitas nocturnas? –rió Mariana, mientras las demás la miraron y atendieron a lo que decía su amiga.
- "Oye Mariana, no tiene gracia. Es que me acaban de llamar unas chicas que dijeron tenían una fiesta en la mansión Wakabayashi. ¿Aoi te contó algo? Tsubasa y Jun nos dijeron que sólo harían una pequeña fiesta para Aoi pero esto nos intrigó a ambas."
- Pues no sé, Aoi sólo me dijo que haría fiesta. Y por lo que me dices supongo que la fiesta es en casa de Genzo.
- "Pues eso creo..."
- Déjalo en mis manos; las chicas y yo pensaremos en algo. Chao.
- "No, pero...Mariana, no te acabé de contar" –hablaba apresurada la joven señora Ozhora, pero no pudo acabar lo que quería decir porque su amiga ya había colgado.
· . · . · . · . · . ·
- Sanae ¿qué te dijo Mariana? –preguntó Yayoi intentando incorporarse en el sofá, aunque su abultado vientre no le dejaba moverse mucho.
- Ay, no me dejó terminar de hablarle, pero yo tengo la culpa de haberle metido todo eso en la cabeza sin contarle lo más importante.
- Bueno, esperemos que no hagan ningún escándalo... –rogaba Yayoi.
· . · . · . · . · . ·
Cuando Mariana les contó a las chicas lo que le había dicho Sanae, éstas no sabían qué decir. Estaban bastante molestas con sus chicos por no contarles esa parte que según ellas era la más importante y ellos lo habían obviado...
- ¿Y dices que se llaman "Las gatitas nocturnas"? –preguntó Aly, para ver si recordaba algo.
- Pues sí que tienen un nombre horrible, qué mal gusto, como de...bueno, ya sabéis –dijo Vanessa con ganas de reírse, pero como que el tema no era precisamente para reír.
- Ya sé –dijo repentinamente Vicky. - ¿Recordáis cuando fuimos a Alemania a acompañar a los chicos por lo del mundial? –todas asintieron. - Pues me acuerdo que un día por la noche, cuando salimos a cenar, al lado del restaurante se veía un cartel bien luminoso que decía: Gatitas Nocturnas, en alemán. Lo recordé ahora que Vane dijo "qué mal gusto".
- Cierto, me acuerdo de eso, sí - respondió la portuguesa.
- Pero hay algo que no entiendo... ¿Cómo ellas estando en Alemania vendrían aquí a Japón por una simple fiesta de despedida de soltero? –seguían preguntando, esta vez fue Akiko.
- Ishizaki –respondieron al unísono Silvia y Vicky.
- ¿Porqué él? –preguntó Aly sin entender.
- Simple... Es un poco…digamos pervertido. Y si mi memoria no me falla recuerdo verlo hablando con una rubia alemana a la salida del restaurante a las tantas de la madrugada. No estoy segura pero creo que era él –habló Vicky.
- Sí, además que tanto Genzo como Taro fueron amigos de él cuando jugaban juntos. Y tanto Vicky como yo lo conocemos un poco más que vosotras –les explicó Silvia.
- En todo caso, Sanae lo conoce mejor, ya que fueron compañeros de estudio durante tanto tiempo –dijo Akiko.
- Me lo imagino, yo ya lo conozco bien... Sanae, la pobre debe conocerlo mejor aún. El chico no es malo, sólo que tiene esa debilidad por las chicas. No quiero saber lo que tienen preparado, pobre Tarito.
- Mi primo de pobre no tiene nada, sino bien que no le costaría nada contarte algo de la fiesta... Y Kojiro tampoco me dijo nada... Hombres…
- ¿Pero no vamos a hacer nada? –cuestionó Aly, a sabiendas que su pregunta iba a hacer que alguna tuviese alguna idea.
- Yo pienso en que podríamos pasarnos por allí y caerles de sorpresa –comentó Akiko.
- Me gusta la idea... Pero pensándolo mejor, lo haremos de otra manera... Iremos y los observaremos a ver qué hacen, pero de una manera que ellos no nos vean ni se enteren que estaremos vigilándolos.
- Mariana, ya me das miedo –dijo Silvia.
- Ups, perdón –dijo riendo.
Así ella se lo comentó a las chicas paso a paso, y no podían ni siquiera imaginar lo que escuchaban.
- Es muy buena idea –dijeron todas con brío.
- Aunque yo no sé ¿eh? –dijo Aly. - Como que eso que contaste es algo... No sé como decirlo.
- Nah Aly, simplemente es genial, jajaja –rió Vicky.
- Definitivamente estas dan miedo a veces –pensó para sí Akiko.
· . · . · . · . · . ·
- Ya deben estar a punto de llegar –decía ansioso Izhizaki, quien ya estaba cerca de la puerta.
- Yo ni quiero saber lo que estará tramando –respondió Taro con miedo, situado en el centro de la sala con los demás.
- Sí, además en mi propia casa –refunfuñó Genzo.
- Lo peor es lo mío...estoy a punto de casarme y no quiero ver la sorpresa que éste nos tiene preparada –hablaba con pesadez el futuro novio.
- Yo sí quiero saber qué va a pasar –reía divertido Ozhora.
- Bah Tsubasa, tú siempre fuiste un curioso –rió Sawada.
- Pues yo no quiero estar aquí.
- ¿Y cómo lo vas a hacer si Ryo no deja salir a nadie de aquí? –le preguntó Nitta.
- Oye Genzo –Jun se quedó con la duda por la pregunta de Nitta - ¿cuál es el balcón más cercano?
- ¿Piensas fugarte? –preguntaba divertido Ken.
- Fugarme no, pero esconderme no estaría mal.
- Eres un cagado Misugi; pero bueno, si quieres irte pues subiendo las escaleras, a la derecha está el balcón más grande, y el más alejado de aquí –le explicó Genzo.
- Genial, pues que os vaya bien con la sorpresita porque yo me piro.
- Yo te acompaño.
- Nitta, eres otro cagado –rió con diversión Genzo.
- Sí, ríete ahora... si no me quedo es porque conozco esa clase de sorpresas y ya he tenido problemas.
Los demás chicos acabaron por pensárselo y como que les entró un poco de pánico; pero ni tuvieron tiempo para pensar en nada, puesto que "la sorpresita" estaba entrando por la puerta, y eran nada más y nada menos que seis chicas hermosas, vestidas con ropa bastante sexy.
Los jóvenes jugadores las vieron entrar con un andar seductor. Sin querer tragaron saliva, y es que se les salía el miedo por cada poro de su piel.
- ¡Hola guapos! –habló una de ellas intentado hablar japonés, pero con un acento alemán.
- Hola, hola, pasad –decía Ishizaki, al cual por poco se le caía la baba.
- ¿Esos son tus amigos? –preguntó una de las dos pelirrojas. Ryo sólo atinó a asentir con la cabeza.
Todas, una por una, se fueron acercando a cada uno de los chicos, llevándoselo a otra parte de la salita, donde estuviesen solos.
- Hola, ¿cómo te llamas? –preguntaba una de las chicas pelirrojas, al morenazo.
- Kojiro –le respondió con pocas ganas él.
- No me digas, el famoso Kojiro Hyuga. Oye, eres más guapo al natural que por la televisión...
- Gracias, supongo.
- Aunque... –decía ella acercándosele más y más - cuando juegas fútbol se te ve más atractivo por el esfuerzo que haces y estos músculos que tienes...
- No me has dicho aún cómo te llamas –dijo Kojiro para salir del paso.
- Me llaman Vulcana –le respondió sin más.
- Qué raro nombre.
- No es mi nombre real, es mi nombre artístico, cariño –seguía en plan seductor.
- Pues vaya, esto que hace no creo que se llame arte precisamente –pensó para sí.
. . . . . . . . . .
- Parece que nos han dejado solitos –hablaba una chica rubia.
- Nitta tenía razón –murmuraba con algo de miedo el chico.
- ¿Decías algo precioso? –preguntaba interesada la chica.
- No no, sólo pensaba en voz alta. Nada importante.
- Y a todo esto ¿cómo te llamas? –preguntaba mientras le daba un repasito con la mirada, de arriba abajo.
- Ta...Ta...Taro Misaki –contestó con la voz temblándole.
- Eres muy guapo ¿eh? Por acaso no tendrás novia ¿no?
- Eh, pues novia no –respondió Taro.
- Ah, mejor –decía mientras acercaba su cara a la de él despacito pero provocativamente.
- Oiga señorita... –ahí se dio cuenta que no le había dicho su nombre.
- Samantha, así me puedes llamar –le dijo su nombre volviendo enseguida a lo que estaba a punto de hacer antes.
- Pues mira, Samantha, yo no tengo novia, tengo esposa –explicó para ver si así lo dejaba en paz.
- Ah, ¿pero tu esposa es celosa?
- Cuando se vayan creo que mataré a alguien –pensó al mismo tiempo en que miraba a Izhizaki.
. . . . . . . . . .
- Uh, Genzo, Genzo, ¿ya te han dicho lo guapo que eres? –le hablaba otra de las chicas, también rubia, sentada encima de él.
- Pues sí, mi novia –contestó de mala gana a sus provocaciones.
- Ah, no me digas que tienes novia... Eso es un sacrilegio; los hombres como tú no deberían tener pareja. Además te aseguro que yo soy mejor que cualquiera de esas noviecitas que hayas tenido.
- ¿Ah sí? Pues no creo, además creo que es de mala educación hablar sin decir tu nombre ¿no crees?
- Tienes razón querido, llámame Venus –respondió al tiempo que le echaba los brazos por su cuello, ya sentada encima de sus piernas.
- Uh, creo que debería haberme ido con Jun y con Nitta antes –comentó en voz alta, sin recordar que la otra estaba bien atenta a lo que él decía.
- No me digas que ya te vas... No voy a permitirlo...
Así, impulsivamente lo echó sobre el sofá, y ella sobre él.
. . . . . . . . . .
- Tú eres el más joven de todos ellos, me parece o me equivoco...
- No, no te equivocas, Aoi y yo somos los más pequeños –agregó Sawada.
- Ah, ya recuerdo quien eres... Tú juegas en la selección de Japón junto con aquel chico –comentaba mirando a Kojiro - y os compenetráis muy bien. Sólo que no conozco a ninguno por los nombres.
- Ah, pues yo soy Takeshi Sawada –decía con una sonrisa.
- Yo soy Aggie –le contestó melosamente.
- Ah, extraño nombre...
- Es que no es mi nombre real, es mi apodo de artista.
- Ah, no me digas, ¿eres cantante? –hablaba él sin parar. - ¿Y tus amigas también lo son?
- Todas hacemos lo mismo.
- ¡Qué bien! Tenéis un grupo de música, ¿y cómo se llama? –seguía con la conversación ingenuamente.
- Nos llamamos "Las gatitas nocturnas".
- Es un nombre poco común para un grupo de música, ¿no? –por lo menos el chico caía en algo.
- Es que no somos precisamente cantantes.
- ¿Ah no?... Jijijijiji –reía Takeshi sin parar.
- ¿Te gustan las cosquillas? –decía incitándolo.
- No, las odio... jijiji –pero no paraba de reírse. - Oye, necesito ir al baño, ¿me perdonas un momentito?
- Claro, pero no tardes.
- Que no tarde dice... Ojalá haya ventanas en los baños para salir de aquí de una vez -pensó con miedo al tener que regresar con aquella Aggie.
. . . . . . . . . .
- Si mal no recuerdo, tú eres el capitán de la selección japonesa, Tsubasa Ozhora, ¿no? –preguntaba otra de las alemanas.
- Sí. Parece que soy muy conocido por Alemania, jejeje –reía mientras se rascaba el cogote.
- ¿Y cómo no? Si fuiste el mayor rival de Karl desde siempre... Aunque también eres famoso por lo guapo que eres.
- ¿Ay sí? Eso no lo sabía.
- ¡Claro! ¿Por acaso no tendrás club de fans oficial? –preguntó muy interesada la mujer, ¿quizas por crear ella misma uno en su país?
- No que yo sepa. Sí lo tenía hace años, la presidenta era la que ahora es mi esposa.
- Ah qué interesante. Aunque... –seguía hablando, ahora fijándose en el otro joven - a ti no te conozco.
- Vaya novedad, casi nadie me conoce más que aquí en Japón.
- Pero sois los dos muy monos –hablaba provocativamente, como lo hacían sus compañeras.
- Disculpadme, tengo algo que hacer –se excusó Ozhora saliendo de allí apresurado.
Aoi ya tenía en mente algo: estrangular a Ishizaki (lo mismo que había pensado Taro; aunque por lo visto, en aquellas circunstancias...ya todos tenían eso en mente) y a parte a su capitán por dejarlo justo en aquellos momentos con aquella alemana. Admitía que la chica era muy guapa pero era imposible siquiera pensar en hacer nada con aquella chica. Amaba demasiado a Mariana y no fastidiaría todo aquel sueño de ambos.
. . . . . . . . . .
- Déjame adivinar... ¿Tú eres portero, cierto? –cuestionó bastante atenta al chico.
- ¿Y cómo lo sabes si yo no he jugado ningún partido en el mundial? Todo el protagonismo fue para ese Wakabayashi –dijo molesto.
- Pues no hay que verte jugar para saberlo. Esos músculos tan perfectos que tienes en los brazos es lo principal para darse cuenta de ello –explicaba tocándole los brazos con descaro.
- Oye chica, creo que no deberías... –hablaba nervioso él por culpa de las provocaciones de la pelirroja.
- Dime, ¿no debería qué cosa? –decía sin dejar de seducirlo con su mirada, acercándosele.
- Pues no deberías...hablar con alguien sin saber primero su nombre. Mira que soy estúpido, que excusa más mala he escogido; pero bueno, mejor así, por lo menos he salido del paso –hablaba mentalmente.
- Ah, yo soy Agne. Encantada de estar estos momentos contigo, porterito –le guiñó el ojo.
- Me gusta mi nombre, gracias...Ken, y nada de llamarme porterito –le contestó empezando a irritarse.
- Uy, qué carácter te cargas, no te sienta nada bien con tu rostro tan bello.
- Está claro que jamás voy a ninguna otra despedida, y mucho menos alguna que se celebre en casa de algún compañero o amigo –pensó perdiendo ya la poca calma que le quedaba.
Al final, todos los chicos estaban igual: pensando en que si sus chicas los viesen así, como mínimo los degollarían; sabían lo celosas que llegaban a ponerse sin motivo, y esto estaba claro que sí era un buen motivo para mandarlos a tomar por el saco.
- Takeshi, te juro que hoy mato a Ryo. Jamás participaré en sus "sorpresitas" –se desesperaba Ozhora. - ¿Tú sabes cómo se pondrá Sanae cuando lo sepa? Me mata...
- ¿Y crees que para mí será más fácil? Akiko me hará lo mismo. No sabes, ahí donde la ves tan dulce y tierna...pues bueno, sí lo es, pero como sepa que le he sido infiel hasta con el pensamiento, ya sabes lo que pasaría.
- Pero es que ni siquiera estábamos enterados de esto; y no hemos hecho nada malo y todos, supongo, ya nos queremos ir de aquí.
- Sí, te entiendo; pero conociendo a las chicas, lo normal es que no nos crean nada.
- Pero no hace falta que les contemos nada –dijo Tsubasa.
- No sé ¿eh? No me parece bien ocultarle esto a mi novia. Pero creo que tienes razón, al fin y al cabo estas seis ya se van hoy –suspiró aliviado el jovencito del Toho.
Los dos salieron del baño con dirección a cualquier lado excepto cerca de esas tipas. Tsubasa se acercó al que había montado todo aquello.
- Oye Tsubasa –le habló Ryo, sin dar tiempo a su capitán para ni siquiera abrir la boca - ¿qué tenéis todos vosotros que no tenga yo?
- ¿Porqué lo dices? ¿Por esas de ahí? –cuestionó mirándolas a todas. - Por mí quédatelas, no me interesa...
Ryo iba a responderle, ya que lo había visto enojado, y lo más seguro es que fuese a pedirle perdón, cuando se vio interrumpido por el timbre. Él abrió. Ni Tsubasa, ni él ni ninguno de los chicos esperaban semejante visita a esas altas horas de la noche.
CONTINUARÁ…
…NOTAS DE AUTORA…
Este fic hace ya 4 años que está escrito (y publicado) pero lo he querido rehacer para subirlo a mi grupo y aquí en ff. Está dividido en 2 partes más el epílogo (el cual nunca lo he llegado a escribir).
La idea original era escribir sólo el día de la boda (lo que será el próximo capítulo), pero me gustó la idea esta de la fiesta de despedida…jajaja no sabía que me había salido tan loco.
Y ahora los créditos:
- Los personajes de CT pertenecen a Yoichi Takahashi.
- Silvia es un personaje creado por mi comadre Silvita Misaki.
- Aly es un personaje creado por mi amiga Aly Vieri (Katia).
- Akiko es un personaje creado por mí.
- Vicky es un personaje de mi hermanita Esther.
- Mariana es un personaje creado por PatySanae.
- Vanessa es mi personaje.
- Y con respecto a los nombres de las chicas alemanas, no se me ocurrió nada mejor.
Espero que os haya gustado, cualquier comentario es bienvenido ^^
En los próximos días el día de la boda =)
