-¡Peeta! -Gritaron- Te necesitan para el pedido de la mesa diez. Por favor.
Sonreí. Agarré la pequeña libreta y me saqué el lápiz que tenía puesto detrás de la oreja, para caminar zigzagueando entre las mesas llenas de gente. La mesa diez estaba en la esquina del ventanal, y de ahí se podía ver absolutamente toda la ciudad. Era como estar encima del mundo.
-Hola, soy Peeta -Me presenté a la chica que estaba dada vuelta mirando la ciudad- ¿Qué vas a pedir?
-Nada. -Me contestó. ¿Nada? Estaba en una de las mesas más solicitadas del restaurante más solicitado de la ciudad y no va a pedir ¿nada? Siguió observando la ciudad, como si buscara algo en ella. Ni siquiera me miró, aunque pude ver en el reflejo de la ventana unos ojos grandes, bastante grandes.
-Eh, bueno... -Comencé a tartamudear- No fui entrenado para que me contesten "nada". ¿Qué le voy a decir a mi jefa...?
-Dile que -Se giró hacia mí- Katniss ha llegado.
