SCANDIA

_(Prólogo)_

(Siglo IX, Oeste de Asía) Scandia, representante de Escandinavia y sus mas fieros soldados, los vikingos. Un albino alto, de ojos violetas, con un cuerpo delgado y ejercitado. Un poderoso guerrero que año antes había sido abatido, por la muerte de su esposa, Aestii. Iniciando un viaje para hallar la tranquilidad que tanto deseaba, dejando atrás al cuidado de sus hijos al mayor, Dinamarca.

-Hijo, quiero que cuides a tus hermanos por mi...Necesito estar...solo por un tiempo- Apenado y con la voz rota le ordenó a Dinamarca, este suspiró

-Está bien... vuelve pronto, padre- agachó la cabeza

-Lo haré- frotó su cabeza -Y recuerda, nunca pierdas la sonrisa. El chico sonrió muy tenuemente -Mas grande- El chico hizo una amplia sonrisa -Esa es la que quería ver-

-Si...- El niño abrazó al mayor fuertemente, llegaba por el pecho de este. Hundió la cabeza en su cuerpo y con una voz tenue dijo -Te voy a echar de menos papá...- lo abrazó mas fuerte, no quería separarse de su padre.

-Eh, tranquilo no me voy a morir, solo viajaré, cuando vuelva os contaré todo lo que he visto ¿Vale?- Acarició la nuca de él y lo obligó poco a poco que lo soltara -Me tengo que ir, me están esperando. Ya me he despedido de tus hermanos-

-Vale... Adiós papá...- se apartó de el y sonrió ampliamente como su padre le pedía.

-Adiós, Den...- Se dio la vuelta y salió por el portón de madera, esperándole uno de sus hombres al pie de las escaleras de la gran casa de piedra.

-Señor, ya están los preparativos listos y las velas colocadas ¿Salimos ya?- comentó muy seriamente con una voz bastante grave y ronca.

-Si... salgamos ya- miró al cielo, las nubes empezaron a tornarse de un color negro y le cayó una gota de lluvia en la frente, dejando una sonrisa -antes de que la tormenta comience- Le encantaba navegar cuando el mar y el viento eran violentos, se sentía el amo y señor del mar, tal como respetaban y temían a los Vikingos, por su brutalidad y maestría en la navegación.

Con sus bárbaros llegaron a la costa del norte de la actual Ucrania, nada mas salir el alba, Scandia lo primero que hizo al llegar fue sentir el viento escarcha que le recordaba a su hogar. Sus hombres pisaron la árida tierra desconfiados y con las armas y escudos en mano. Sin moverse, Scandia revisó el lugar con la mirada dando un paso y haciendo un gesto con la mano que la zona, parecía ser segura. Los nórdicos se asentaron en el lugar, usando el barco como refugio mientras que Scandia y algunos de sus hombres inspeccionaron los alrededores.

Sus sumisos vieron a una joven de cabello dorado recogido y ojos morados. Era bastante delicada y de una estatura algo alta para ser mujer. Recogiendo agua de un río, avisaron a su capitán y este se escondió en los matorrales observándola.

-¿Que hacemos Señor?¿Vamos a por ella?- dijo un vikingo, deseoso por tomar a la chica.

-No, dejame a mi...- ordenó susurrando. Scandia salió de su escondrijo y se acercó lentamente a ella, sin que ella se diera cuenta de la presencia del Escandinavo. La joven era inofensiva, solo recogía agua para ella, cargada con una bolsa de piel en la que seguramente guardaba comida y utensilios. Se dio cuenta de que el Nórdico estaba detrás suya por el reflejo del agua en la que se plasmaba el rostro de este, se dio la vuelta asustada y tiró la jarra donde guardaba el agua.

-Tranquila, no tengo por que hacerte daño- Tiró la espada al suelo y alzó las manos -¿Ves?- Aun así guardaba una daga detrás de su espalda por precaución. La mujer retrocedió unos pasos al ver que este se iba acercando -Me llamo Scandia, y estos son mis hombres- Se los mostró con la mano, ellos aun llevaban armas, Scandia les hizo una mueca para que soltaran las armas, así lo hicieron -¿Cual es su nombre?-

-...Rus...M-Me llamo Rus...- Dijo entrecortada y aun aterrada de que los fornidos hombres pudieran hacerle algo, temblaba. Apartó la mirada para mantener el menor contacto visual posible con el albino, si le miraba se ponía aun mas nerviosa-

-Encantado, Rus...- Hizo una pequeña reverencia y le sonrió levemente para amansarla.