Crepúsculo pertenece a Stephanie Meyer, yo solo me divierto con los personajes, inventando nuevas historias.

Es mi primer fanfic de Crepúsculo.

Espero les guste y no se les olvidé escribirme un review, acepto cualquier clase de comentario o crítica.

Personajes principales: Edward Cullen, Bella Swan, Angela Bennett, Jessica Andrews, Victoria Sinclair, Alec Milne, Jane Smith, Emmett Cullen, Rosalie Hale, Mike Newton, Bree Tanner.

Advertencias:

1.- Es una versión algo distinta a la saga.

2.- Hay elementos de la mitología vampiríca que he recuperado en esta historia.

3.- Los que son vampiros en la saga original no tienen porque serlo en mi historia. A ustedes queda el reto de descubrir quienes en realidad lo son. Algunos personajes no son lo que aparentan.

CAPITULO I: VERANO EN PORTSMOUTH

- Jessica no me dejara ir a la fiesta.- insistí una vez más a mi amiga, que estaba detrás del teléfono.- mucho menos si es en una isla privada de alguien, que ni conoce.

- Dile que será en la casa de verano de mi familia.- me propuso mi amiga algo impaciente.- Además será solo un par de días.

- No lo sé, déjame pensarlo.

- Conozco esa respuesta, eso significa que no irás, ¿verdad?- insinuó, enojada.

- Sabes que no me entusiasma la idea.

- Eres una aburrida. ¡Ven, atrévete una vez en la vida!, hasta Angela va a venir.

Vacilé por unos segundos acerca de cual sería mi decisión.

- Lo pensaré.- respondí al final.

Se oyó un resoplido detrás del teléfono.

- Si claro. Dile a Angela que le espero mañana en el puerto a las seis y media de la tarde, espero que vengas.

- Aja, Vale.

Colgué, me acosté y cerré los ojos, en una de las dos camas de la habitación de que compartíamos mi amiga Angela y yo, después de un agotador día de playa. Era muy sencilla y cómoda: dos camas individuales de edredones y sábanas de colores claros, dos mesitas de noche de madera, un balcón con una pequeña terraza y un pequeño televisor que se había traído mi amiga, que descansaba sobre una mesa al frente de nuestras camas.

Pasábamos el verano, en un campamento reservado para los estudiantes del Instituto St. Louis. Era un conjunto de cabañas de madera con forma circular, de varias habitaciones y estábamos separados por sexo y por curso. Jessica se encontraba en otra cabaña muy cerca de la nuestra, ya que era de un curso superior al nuestro. Compartía habitación con una amiga, llamada Rosalie Hale, que Angela y yo no conocíamos hasta este verano.

Mi amiga salió del baño con un pijama corta de dos piezas. Teníamos la misma edad: diecisiete años; era morena, de grandes ojos oscuros, tez bronceada y con un rostro de aspecto dulce.

- ¿Se lo dirás a tu padre?- me preguntó mientras iba a la cocina por un poco de jugo, después que le dije el mensaje de Jessica.

- A Charlie.- murmuré más para mi misma.- No lo sé. Creo que no.

- ¿Quieres un poco?

- No… realmente no me gusta mucho.

- Entonces… ¿no irás?- me preguntó algo triste, cuando regresaba de la cocina y se sentaba sobre el borde de su cama.

- Pensaba no hacerlo, pero tampoco quiero quedarme aquí sola.- le contesté, indecisa. Nuestras compañeras de curso nos habían hablado durante semanas que no se perderían la famosa fiesta de Victoria Sinclair en la isla privada de sus padres, Sinclair Island, para celebrar su graduación.

- Entonces ven con nosotras y olvida que es una fiesta. Nos divertiremos conociendo la isla.

- ¿Se lo has dicho a tus padres?- le pregunté con interés mientras se bebía un poco de jugo.

Negó con rapidez, terminando beber todo el contenido del vaso.

- Le hice caso a Jessica.- me contestó al acabar, algo avergonzada.- Mis padres ni en sueños me dejarían ir, y menos con diecisiete.

Me quedé pensando: ir o no esa era la pregunta. Angela prendió el televisor le encantaba ver películas durante toda la noche.

- ¿Sabes si va ir más gente del instituto?- le pregunté con curiosidad, cuando nos cubríamos con las mantas porque el frío procedente del aire acondicionado había aumentado.

- Si, según Jessica va ir casi todo el curso.- me contestó mientras cambiaba de canal.- Es una exagerada.

Estuvimos toda la noche viendo una película de acción hasta que nos quedamos dormidas. Nos despertamos en las primeras horas de la tarde, después de desayunar Angela se dedico a empacar un poco de ropa para el viaje a la isla; se sorprendió cuando me vio hacer lo mismo, había decidido ir: un par de vestidos de verano, un pijama, algo de ropa interior serían suficientes.

Llegamos caminando, justo sobre la seis. Había muchos turistas por el muelle observando la imponente puesta de sol. Esperando junto a uno de los yates anclados, vimos varios grupos de jóvenes de rostros conocidos. Eran compañeros del instituto.

Jessica y Rosalie cuyas largas melenas, eran despeinadas por el fuerte viento estival y con vestidos vaporosos de colores llamativos, hablaban con Mike un joven rubio, delgado y de aspecto agradable; con Félix un moreno, reservado y parco de palabra y Eric de rasgos asiáticos y tez aceitunada. Mike era el único que no estaba pasando sus vacaciones en el campamento, sino en la casa de verano de sus padres.

- Hola, chicos.- saludamos y dimos par de besos al grupo.

- No me lo puedo creer.- manifestó Jessica encantada al verme y quitándose sus gafas de sol, incluso Rosalie que siempre me había observado con total indiferencia, ahora su rostro de porcelana expresaba cierto agrado por mi presencia.

- ¿Qué tal, la están pasando vosotras?- nos preguntó Mike muy entusiasmado.- Este lugar es perfecto para pasar el verano.

- Muy bien.- le contestamos las dos tímidamente.

Mike parecía no poder controlar su estado de excitación, su cuerpo no paraba de moverse. Dio un ágil salto hacia el yate que nos dejo impresionadas a Angela y a mí.

- ¡¿Qué les parece mi yate, ah?¡- Exclamó Mike con orgullo.- A que no está guay.

La verdad es que tenía razones para estar emocionado era un auténtico yate de lujo.

- Querrás decir el yate de tu padre.- le corrigió Rosalie de forma agria.

- Rosalie en mi familia lo que es de mi padre, es mió también.- le contesto sin dejar de sonreír.- No seas tan envidiosa.

- Creí que no vendríais.- dijo Jessica con el rostro de satisfacción, desviando nuestra atención hacia ella.

- Nos retrasamos un poco.- le contesté.

- Así que, logré convencerte después de todo.- se jactó Jessica al tiempo en que Rosalie entraba en el yate seguida por Bree, Carlotte, James, Eric, Félix; Leah y Lauren, con las que compartíamos la cabaña.

- No hagas que me arrepienta en el último momento.- le advertí al sentir una nueva oleada de indecisión. En el último segundo parecían salir a flote todas mis preocupaciones: No había llamado a Charlie para decirle donde iba estar, no me gustaban mucho las fiestas, no sabía bailar y relacionarme con los chicos me ponía aun más nerviosa.

- No seas tonta.- me comentó de forma rápida.

- Chicas, nos vamos a ir sin vosotras.- bromeó Mike, que estaba parado sobre la proa.

- Te aseguro que lo pasaremos bien.- nuestra amiga nos agarró del brazo a Angela y a mí como si nos estuviera arrastrando hacia el yate. Tuve que soltarme de ella cuando dio un salto acrobático hacia él. Un salto como ese y seguro terminaría en el hospital. Era demasiado torpe. De modo, que entre con toda la tranquilidad, aunque al final necesité un poco de ayuda de Angela porque estuve a punto de caerme por culpa de mis nuevas sandalias plateadas. Esto produjo la risa de las demás chicas y de James.

CAPITULO II: LOS HERMANOS CULLEN.

El viaje a la isla duró más de dos horas, tiempo que dedicaron Leah, Lauren en cotillear por un lado y Jessica y Rosalie por otro. Jessica y las demás se habían declarado la guerra desde hace varios meses, y en medio estábamos Angela y yo jugando con cartas y sin tener muy claro de que lado debíamos estar.

Anochecía cuando bajamos del yate, el oleaje del mar era algo tempestuoso y numerosas ráfagas de viento fresco nos sacudían. La isla resultó ser más grande de lo que esperaba, un conjunto de palmeras rodeaban toda la playa y a lo lejos se podía observar la moderna mansión de los Sinclair de paredes de cristal, que ocupaba la mayor parte de la isla y estaba por encima del anillo de árboles.

Caminamos por la playa, pasamos por su amplia terraza. En el vestíbulo principal nos recibió Victoria Sinclair, una joven de largo y ondulado cabello cobrizo; elegante con un largo vestido azul celeste de corte romano, acompañada por su novio Alec Milne, un apuesto joven de traje plateado, media melena castaña, alto y esbelto.

Tomados en todo momento de la mano, dieron la bienvenida a sus invitados e informaron en poco tiempo estaría todo listo para el comenzar la fiesta y que no había problema con aquellos que prefirieran bañarse fuera de la mansión, tendrían permiso para hacerlo en la playa.

Angela y yo nos quedamos conversando con Mike, después de que Jessica y Rosalie nos abandonaran para conversar con el selecto grupo de amigos de Victoria: Bree Tanner, Charlotte Townsend y su novio James Anderson.

- Hay gente que no es del instituto.- comenté a mi amiga en voz baja, al percatarme que habían muchos de los invitados no me eran conocidos.

- Como el novio de Victoria.- susurró ella, mientras Mike saludaba a un grupo de chicos que pasaban.- Se ve que es mayor que ella.

Mi atención, de pronto, se fijó en dos jóvenes altos y atractivos que se dirigían hacia nuestra dirección. Angela y yo nos quedamos mirando por unos segundos la una a la otra, extrañadas, pero pronto nos dimos cuenta que se trataba de otros amigos de Mike. Les saludo de forma efusiva apoyando sus brazos sobre los hombros de ambos.

- Tíos, les presento unas amigas.- dijo Mike con rapidez.- Son Angela Bennett y Bella Swan.

Los nervios comenzaron ha surgir, al sentirme blanco de sus miradas. Uno de ellos, moreno, fornido y de aspecto encantador nos dio un breve beso en la mejilla.

- Emmett Cullen.- se presentó con una sonrisa muy pícara.

El rostro de Angela se ruborizó.

Desviando por un momento la mirada con un gesto nervioso, noté que mis manos empezaban a sudar.

- Edward Cullen.- se presentó el otro joven de llamativo cabello cobrizo algo despeinado, de enigmática sonrisa torcida y profunda mirada de ojos verdes.

Oír su atrayente y armoniosa voz con un marcado acento inglés, hizo que mi corazón comenzara a latir de forma cada vez más rápida, tuve miedo de que fuera a notarlo.

Le dio un beso en la mejilla a Angela que le miraba atontada. Sonriendo se acercó a mí, le extendí la mano de forma automática, gesto que le produjo una risa que no pudo reprimir. Estaba molesta, ya había metido la pata, lo único que me tranquilizaba era que Mike y Emmett platicaban sin prestarnos mucha atención.

- Es un placer conocerte, Bella.- me dijo Edward de manera seductora, tomó mi mano y la beso con mucha delicadeza, como si fuera muy frágil y cuidara de no hacerle daño.- Tienes unos hermosos ojos.

Angela nos veía boquiabierta.

No era tan estúpida como para creerme semejante adulación.

- Gracias.- le conteste con algo de indiferencia, liberando mi mano de la suya.

Sonrió de nuevo, parecía hacerle mucha gracia mis reacciones.

- Es su vena de artista romántico, no le hagas mucho caso, le ha dejado chiflado.- me dijo Mike.- Me alegro de que se hayan solucionado, las diferencias entre tú y tu familia.- siguió hablando, dirigiendo esta vez sus palabras a Edward.

- Todo ha quedado solo, en un mal entendido.- contestó el aludido sin quitarme el ojo de encima.

- Sí, todo ha vuelto a ser como en los viejos tiempos.- añadió Emmett con una risa pícara y explorando con la vista el vestíbulo abarrotado de adolescentes.

Algunos invitados comenzaron a subir por las escaleras de mármol que luego bifurcaban hacia las dos alas de la primera planta.

- Parece que estamos algo perdidas.- me comentó Angela en voz baja.

- Vamos.- le anime enseguida a seguirles, era mi oportunidad para irme ya que Edward me estaba poniendo de los nervios.- Nos vemos.- nos despedimos con prisa.

Al subir por los primeros escalones nos topamos con Leah, Lauren y Jane, la ex amiga de Victoria, rubia, muy delgada, de pequeña estatura y semblante impasible.

- Vaya, han logrado escapar de Mike.- bromeó Leah.- Ese tío es un pesado, no se como lo aguantáis.

Cambié una mirada con Angela, a la vez que nos reímos del comentario de nuestra compañera.

- ¿Por qué suben?- le pregunté después, a Leah.

- Vamos a cambiarnos en las habitaciones de los invitados.- obvió, mientras seguíamos subiendo.- No pensaran quedarse con lo puesto.

Nos dirigimos hacia el ala derecha, donde entramos por un largo pasillo en los que habían colgados varios cuadros de paisajes realizados en acuarela y en al final un amplio balcón.

- Me gustan las pinturas.- dije fijándome en especial en una de ellas, era un ocaso visto desde una playa.

- Es precioso.- opinó Angela.- Se parece a la playa de la isla.

- ¡Chicas!, es por aquí.- nos indicó Leah haciendo que saliéramos de nuestra contemplación.

Nos esperaban junto a una puerta en la mitad del pasillo. Apresuramos el paso y entramos a través de ella a un amplio salón que tenía muebles tapizados de color blanco impoluto, con un gran balcón al final y donde había varias puertas de madera a un lado, que daba a los dormitorios de los invitados.

Estábamos impresionadas por aquel lugar, menos Jane y Lauren que seguían hablando como si nada.

- Vieron los amigos que se gasta el Alec.- nos comentó Lauren con fascinación.- Son muy guapos.

- Lo dices por los Cullen.- añadió Leah.

- Aunque Alec tampoco está nada mal.- siguió Lauren, emocionada y chillando un poco.

- Prefiero a los Cullen, Alec es un idiota.- opinó Jane, algo molesta y con el ceño fruncido por los chillidos de su amiga.

Jane abrió una de las puertas y entramos. La habitación era amplia, con varias paredes de cristal que daban vista a las piscinas, había una amplia cama en el centro y una pequeña mesa circular de caoba junto a dos sillones.

Colocamos nuestros bolsos sobre la cama y la mesa.

- Están muy calladas, ¿saben quienes estamos hablando, no?- nos preguntó Leah a Angela y a mí, cuando se recostó en uno de los sillones.

- Si, Mike nos los acaba de presentar.- le respondí algo ocupada, mientras buscábamos en nuestros bolsos que ponernos para la fiesta. Leah y Lauren nos miraron sorprendidas, no parecían esperar esa respuesta.

- Son muy majos y simpáticos.- añadió Angela, muy sonriente.

- No me lo puedo creer.- dijo Lauren, abriendo sus ojos con exageración.- Han hablado con ellos.- comenzó a chillar, emocionada.- ¡Tienen que contármelo todo!

- Realmente solo les saludamos.- le aclaré de inmediato.

Su expresión de euforia se trasformó en desilusión.

- ¡¿Qué solo les habéis saludado?- chilló, atónita.

- Lauren, cálmate un poco ¿quieres?... no es para tanto- le dijo Jane con seriedad, viéndose en un espejo pegado en la pared llevando puesto un vestido de escote corazón y hasta las rodillas de color malva.

A diferencia de mis compañeras, no tenía mucho que buscar ya que había traído poca ropa para estos dos días. Pero, ya que tenía que cambiarme e insistieron en que me pusiera un vestido, me puse uno sencillo de encaje y de color hueso que me llegaba por debajo de las rodillas y unas bailarinas de color plateado.

- Se ve que esta loquita por Alec.- dijo Leah, peinándose frente al espejo.- Da hasta vergüenza ver lo empalagosos que se ponen.

- Victoria ha cambiado mucho desde que le conoció.- insinuó Jane con preocupación, cuando también alisaba su larga cabellera rubia.- Es una mala influencia para ella.

- ¿Por qué lo dices?- le pregunté, curiosa.

- ¿No has oído los rumores?- me preguntó Lauren, extrañada.

Negué con rapidez.

- Ese tío está metido en drogas…- comenzó Leah

- Y cuando le conoció, ella empezó a tener problemas con el alcohol… Más de una vez le conseguí escondida bebiéndose una botella de whisky- terminó Jane con un rostro inexpresivo.

Jane y Victoria habían sido unas amigas muy unidas desde que empecé la secundaria en St. Louis, pero se separaron desde hace varios meses y Jane se unió al grupo de Leah y Lauren, cosa que me pareció curiosa por que ellas no eran para nada populares ni de clase alta, conociendo el tipo de amigas que siempre le rodeaban.

- ¿Le conoció el año pasado?- le pregunte, intuyendo la respuesta.

- Sí, yo le advertí sobre ese tío… es un manipulador, un hipócrita y además drogadicto, pero ni siquiera me escuchaba. Desde comenzó a salir con él, le controla: quienes deben ser sus amigos, cuando sale, a donde sale… Yo ya no le soportaba, ni a el ni sus amigos, así que me fui del grupo, a Victoria ya no le importaba como amiga.

- Esto es una bomba.- comentó Lauren, boquiabierta y escuchando con tanta atención que todavía no había decidido que ponerse.

- Es el típico novio abusador, entonces.- añadió Leah, retocándose el maquillarse.

- No me extraña que los padres no sepan nada de la fiesta.- comentó Lauren.

- ¿No lo saben?- dijimos atónitas Ángela y yo, casi al unísono.

- Estas de coña.- le manifestó Leah, incrédula.

- Es verdad, me he enterado por Charlotte.- nos aseguro Jane.- Y también… de que todo esto ha sido idea Alec.

Ya estaba totalmente arrepentida de haberle hecho caso a Jessica. Cambie una mirada con Angela que se mostraba preocupada y arreglaba de forma nerviosa el final de la falda, de su vestido rosa pálido.

- Teníamos que, habernos quedado en el hotel.- le dije, algo nerviosa.

- Entonces, esto va ser del tipo alcohol, drogas y rock and roll.- comentó Leah, algo molesta.- O hay algo más que no me habéis contado.

- La noche promete, la gente se desinhibe cuando consume esas cosas, seguro habrá más de uno que haga espectáculo.- dijo Lauren con excitación.

Las demás, excepto Jane, nos miramos con incredulidad las unas a las otras por su actitud.

- Eso te da morbo.- le insinuó Jane mostrándose impasible.

- No será una fiesta aburrida, por lo menos.- le contesto ella.

- Estas loca, Lauren.- replicó Leah, malhumorada.

- Pueden tratar de drogarnos, sin que nos demos cuenta, en la fiesta.- nos dijo Angela con preocupación.

- Yo no pienso tomar nada.- le contesté.

- No seas exagerada.- dijo Leah.- Nos sentamos en una mesa, solo para nosotras y que Angela o Bella que no baila, cuiden de las bebidas cuando no estemos, eso es todo.

- ¿Y Jessica? ¿No estaba con ustedes?- nos preguntó Lauren, con mucho interés.

- Si…

- Pero Jessica prefiere estar con Rosalie.- me interrumpió Jane.

- Si ella es más compatible con Jessica, nosotras no somos tan sociables.-admití- Además, creo que a Rosalie no le caemos muy bien.

- ¿Qué se puede esperar de una de las amigas de Alec? Es una clasicista y una engreída.- comentó Jane con seriedad, y se notaba algo resentida con Rosalie.

- Ya estoy lista, nos vamos ya.- nos dijo Leah, impaciente, mientras salíamos Angela y yo de la habitación y nos dirigíamos al palco.

Lauren que todavía no había terminado de arreglarse, llamó a Leah que volvió a entrar en la habitación de mala gana.

La noche era clara, con un viento fresco y un mar tranquilo a lo lejos, que reflejaba la luz de una luna. Desde el palco no pudimos ver si había gente en la playa, solo observábamos las amplias terrazas de la mansión y sus dos piscinas, una pequeña circular y la otra amplia y rectangular, en las que ya había invitados bañándose y bailando de forma atrevida por sus alrededores al ritmo de música dance.

- Lástima, que no trajimos bañador.- bromeó Angela.

- Elijó quedarme en el salón.

De pronto, escuchamos un fuerte silbido detrás de nosotras,

-Jacob - exclamé al voltear y verle de forma imprevista. Era un joven de tez bronceada, moreno, de ojos oscuros y algo rasgados, de alta estatura y contextura atlética. Tenía nuestra edad y era nuestro amigo desde que viniera de los Estados Unidos para estudiar en el Instituto St. Louis con una beca.

- Os veis bastante bien.- nos halago, divertido, entrando al palco.

- Gracias.- le contesté.

- Nos diste un susto.- le dijo Angela, de manera risueña.

Llevaba una camiseta sin mangas de color metálico y unos pantalones cortos de color negro y con muchos bolsillos.

- Casi ni les reconozco.- manifestó Jacob acercándose hacia nosotras. Cuando de pronto se escuchó un chillido.- Esa es Lauren.- reconoció con rapidez.

- Es algo… escandalosa.- le dije, demorando un poco en buscar un adjetivo adecuado para ella.

- Querrás decir, que es una histérica.- replicó Jacob.

- Jacob, ¡¿Qué haces aquí?- le grito Lauren, saliendo de la habitación junto con Jane y Leah.

- Lo siento Lauren, me han invitado - le contesto, molesto.

- ¡No!, ¡Aquí no podéis entrar, que nos estamos cambiando!- le chilló ella, muy irritada.

- ¿Quién lo dice?, ¿Tú?- replico Jacob en un tono desafiante.

- No peléis.- les pedí a los dos.

Lauren gruñó y Jane le pidió que se calmara.

- Lo acordamos con los chicos antes de venir, por si no te has enterado.- le dijo Leah en voz alta y malhumorada.

- A nosotros no nos habéis dicho nada.- negó Jacob.- Paul y los demás subimos y nadie nos dijo nada.

- Lo que ha pasado, es que os habéis salvado por pura suerte de recibir un buen bofetón.- les advirtió Leah.- No les queremos ver por aquí otra vez.

- Venga, vale.- aceptó mi amigo, de mala gana.

- Vamonos.- nos llamó Jane, esperándonos junto con Lauren, algo tensa.

Angela se sobresaltó de repente.

- Espérenme, que se me ha olvidado algo.- nos pidió mientras se volvía entrar de forma apresurada a la habitación. Me acordé en ese momento, que ella había pensado grabar con su cámara la fiesta.

- Estaba con Paul, Jared y Seth en Newport, cuando enteramos de la fiesta por un mensaje de Tyler.- comenzó a hablarme Jacob para romper el hielo.- No íbamos a ir, pero al final, alquilamos un bote con Laurent, era el único quién sabía donde quedaba está isla.

- Nosotras vinimos con Mike, estaba también en Porstmouth.- añadí, justo antes de que volviese Angela.

- ¿Y los demás?, ¿Dónde están?- le preguntó Leah con curiosidad, a mi amigo mientras salíamos del salón.

- Seth y Jared deben estar ya instalados en la fiesta.

- ¿Y Paul?- le pregunté.

- Él y Emily fueron a la playa, nosotros no fuimos con ellos, no queríamos cortarles el rollo, ya saben.- me contestó un poco incomodo, al explicar porque no les habían acompañado.

Ya Jacob me había contado, que ambos comenzaron ha salir desde hace unos meses y que Paul se había alejado un poco del grupo ya que Emily quería que no pasase tanto tiempo con ellos.

- Ya me imagino que estarán haciendo eso dos.- comentó Leah.

De pronto escuche un portazo, seguido de lo que pareció ser un grito ahogado, cuando cruzábamos la puerta que daba al largo pasillo de antes.

- ¿Oyeron eso?- nos preguntó Angela, alerta.

Jacob y yo asentimos.

- ¿Oír que?- preguntó Leah, malhumorada. Tampoco parecía que Jane y Lauren lo habían escuchado.

- Me pareció escuchar gritar a alguien.- les dije a mis compañeros, buscando con atención donde provenía el sonido exactamente.- Creo que viene de arriba.

Leah hizo un gesto de impaciencia.

- Yo también escuche a alguien.- añadió Angela con preocupación.

- Solo oí una puerta.- nos dijo Jacob algo despreocupado.- No es nada… seguro otra como Lauren.

Lauren fulminó a Jacob con la mirada.

- Ya le oyeron, vamonos.- nos exigió Leah fastidiada de esperarnos.