Hola estoy de nuevo por aquí con una nueva historia, aun sigo siendo principiante espero que me brinden una oportunidad, espero que les guste. Este va a ser un two-shot, sin mas que decir a leer.
Ya saben los personajes no son mios solo los utilizo para fines creativos y sin fines de lucro.
NO DUDES SOLO CONFÍA.
Ella una vez más estaba llorando por él, por el chico de sus sueños por esa persona que por alguna razón no se había dado cuenta de sus sentimientos, todos ya sabían o por lo menos lo suponían, todos menos el.
Kagome Higurashi una chica común y corriente de 16 años, cabello azabache, ojos de un color muy parecido al chocolate, muy linda y como cualquiera de su edad tenía amigas, personas que la apreciaban y a la vez tenía un gran problema llamado Inuyasha Taisho, su mejor amigo, del que estaba profundamente enamorada desde hace ya algún tiempo; y es que ellos había sido mejores amigos desde que tenia 5 años.
Recordaba con cierta melancolía el día en que se conocieron, eran apenas unos niños, no es que ya fueran viejos ni nada por el estilo, pero se le hacía tanto tiempo el que habían compartido juntos que le parecía que se conocían de toda la vida.
La pequeña Kagome se encontraba sola en el parque meciéndose en uno de los columpios, ella era la típica niña tímida que por vergüenza no se atrevía a hablar con nadie, estaba tan ensimismada en sus pensamientos que no se percató de que un balón de fútbol se dirigía hacia ella de manera impresionante, solo supo que alguien se había interpuesto entre ella y el balón, salvándola de aquel "casi" terrible accidente.
Ella aún se encontraba en shock, y no precisamente por el "casi" golpe, sino más bien por aquel niño de ojos dorados que se encontraba preguntándole si se encontraba bien, su corto cabello plateado, un color muy original pensaba ella, hondeaba en el viento; después de varios minutos que a nuestro pequeño héroe se le hicieron eternos por la preocupación kagome reacciono saliendo del estado de ausentismo en que se encontraba, estaba tan agradecida con el que no paraba de agradecerle provocando un leve sonrojo en el niño.
-Gracias, en serio, muchas gracias; mi nombre es Kagome Higurashi, gusto en conocerte-
-De nada, no te preocupes, mi nombre es Inuyasha Taisho, y es un gusto también, pero ¿segura que estas bien? -
-eh… si... Estoy bien, gracias nuevamente.-
Y así fue como nació la mejor amistad entre dos aun chiquillos, al siguiente día, Inuyasha comenzó a estudiar en la misma escuela de Kagome porque a él sus padres lo había cambiado de escuela por la simple razón que ellos también se habían mudado de casa.
Recordaba claramente ese día, justo fue esa situación y la acción de Inuyasha para salvarla de aquel balón que la hizo comenzar a enamorarse de él, ella lo veía como a su héroe y le gustaba su forma de ser, a pesar de que era un poco altanero, chistoso e impulsivo, fue precisamente conocerlo como a nadie tanto defectos como virtudes lo que la hizo quererlo aún más.
Pero debía recordar ella era su mejor amiga, aquella que siempre estaba para el para aconsejarlo, para acompañarlo y como decía el mismo Inuyasha para "aguantarlo".
Kagome siempre quiso ser más que la amiga incondicional, había otro cierto "problemita", la novia de Inuyasha, Kikio, Inuyasha siempre le contaba sus problemas con Kikio a ella, y a pesar de estar profundamente enamorada de él, Kagome nunca le dio un mal consejo.
Ella sabía la famita que se daba Kikio en el colegio, era la típica popular, capitana de las porristas, niña fresita y a la vez que andaba de novio en novio, pero si Inuyasha la había escogido ¿qué podía hacer ella?
Lo que el ojidorado no sabía era que Kikio detestaba a kagome por ser su mejor amiga, la veía como a un obstáculo, una amenaza, como algo que en cualquier momento podría dañar su "maravillosa" relación.
Cierto día de verano Inuyasha iba a cumplir 3 meses de salir con Kikio, por lo tanto la iba a ir a buscar para llevarla al cine y luego llevarla a cenar, pero lo que no esperaba era encontrar a Kikio con Naraku, un tipo también del colegio pero que era enemigo declarado de Inuyasha, en una situación muy comprometedora.
Fue tanta su decepción, y todo saltaba a la vista, que no fue necesario esperar explicaciones y se le fue encima a Naraku, después de que tuviera suficiente para desquitarse todo el coraje que tenía, le grito unas cuantas verdades a la recién descubierta arpía de Kikio, entre ellas que la única razón por la que había salido con ella era el pequeñísimo parecido que tenía con Kagome, palabras que no solo sorprendieron a Kikio sino también a el mismo.
Como era de esperarse Inuyasha se dirigió rápidamente a casa de su mejor amiga, debía contarle y aclarar ciertas dudas.
-hola Inuyasha, que gusto que hayas venido a visitarme, pasa-
-si tienes razón, hace cuanto ya, ¿3 meses? ….-
-si eso creo, pero dime ¿Qué te paso?-
-eeehhh no nada tranquila ¿está tu mama?-
-No, no está salió a comprar las cosas para la cena, pero no evadas el tema estoy segura que te pasa algo, te conozco muy bien soy tu mejor amiga después de todo-
-tienes razón, lo que pasa es que termine con Kikio-
-¿en serio? ¿Por qué? ¿Qué paso?- la verdad es que kagome estaba emocionada por eso pero no podía mostrárselo a Inuyasha, tal vez el pensaría mal.
-pues la fui a buscar a su casa para "celebrar" nuestros 3 meses, pero cuando llegué ella estaba en "plena acción" con el imbécil de Naraku-
-lo siento mucho Inuyasha, jamás pensé que Kikio llegaría a tanto, sabes que siempre puedes contar conmigo-
-sí, lo sé, y te lo agradezco pero tú no tienes por qué sentirlo después de todo no es tu culpa-
-está bien, pero que vas hacer a partir de ahora-
-no lo sé-
-qué te parece si por el momento salimos a distraernos esta noche a la disco, para que te diviertas- dijo Kagome con una de sus mejores sonrisas
-me perece una excelente idea-
-entonces nos vemos esta noche-
-Ok, paso por ti a las 8-
Y así Inuyasha salió de la casa de kagome, la verdad es que él tenía la esperanza que su amiga sintiera algo por él y que por lo tanto al momento de contárselo ella se pondría feliz, pero ella solo se puso triste por él.
Pero eso ahora no importaba, ahora que se había dado cuenta de sus sentimientos iba a hacer todo lo posible para conquistarla, ella era el amor de su vida, no la dejaría escapar.
Por otra parte, Kagome se encontraba en su casa preguntándose ¿qué haría?: arriesgarlo todo por Inuyasha ahora que tenía la oportunidad o solo seguir siendo la mejor amiga, decidió simplemente no pensar en nada, que las cosas surgieran solas y que si Inuyasha al fin iba a estar con ella seria inmensamente feliz, pero no lo iba a forzar.
Por las noche exactamente a las 8 un feliz Inuyasha se encontraba llegando a la casa de su mejor amiga dispuesto a hacer todo lo posible porque ella se fijara en él, al tocar la puerta fue Kagome la que sin demora fue a abrirle e Inuyasha casi se cae de la impresión ella era notablemente hermosa.
Kagome al notar la mirada penetrante de su amigo, no pudo hacer nada más que sonrojarse y sentirse muy nerviosa.
-hola Inuyasha, ¿puedes dejar de mirarme así? Me haces sentir muy nerviosa-
-eehhh… si lo siento, es que te ves muy bonita, ¿nos vamos?-
-si gracias…. ¡mama ya nos vamos!
En ese momento la madre de Kagome salió de la cocina y vio a su hija junto a Inuyasha, por lo cual solo atino a sonreír.
-está bien hija, Inuyasha, cuida de kagome por favor-
-si señora, no se preocupe, está en buenas manos-
-me alegra, diviértanse chicos-
-tu mama es increíble-
-Solo contigo, cuando viene algún otro chico ella actúa como si fuese a echarlo en cualquier momento, da miedo, uufff, cuesta convencerlos de que ella es adorable y no muerde-
-jajaja, eso me hace pensar que es aún más genial-
-si claro, ríete, como no es a ti a quien le hace eso-
-jajajaja, ya disculpa sabes que lo digo de broma-
-si lo sé, te conozco lo suficiente para darme cuenta- suspiro- te alejaste de mi tres meses, eres un mal amigo, casi y nos veíamos a escondidas, ¿tanto te gustaba Kikio como para dejarme así?-
-no, no lo hice así, ella me dio a escoger entre tú y ella, te escogí a ti, eres importante para mí-
-¿en serio?, Nunca me enteré de eso, entonces ¿porque seguían juntos?-
-ella me dijo que iba a aprender a aceptarte, ¡ja!, casi me rogo, pero yo quería ahorrar problemas y conversar contigo sin interrupciones por eso mejor te venía a ver a tu casa, de ninguna manera te estaba escondiendo ni nada parecido.-
-Gracias, eres lo máximo - kagome estaba sonrojada.
-¡Lo sé!, además, tú no puedes vivir sin mí-
-¡Que arrogante!, arg no se puede tener una conversación seria contigo-
Era un largo camino de la casa de Kagome hasta la Disco así que en todo el camino se fueron conversando de trivialidades, a pesar de que Inuyasha tenía coche preferían caminar, era algo de lo que ellos compartían, simplemente ambos amaban caminar.
Inuyasha solo tenía unos pocos meses de edad más que ella, pero el actuaba como si fueran muchos, siempre protegiéndola, todo el tiempo junto con ella, tal vez por eso ella se enamoró más de él, su actitud celosa, protectora, arrogante, su forma de ser, aunque pareciera ser indiferente con lo que pasaba alrededor, él estaba allí para ayudar a quien lo necesitaba, amigos, compañeros, profesores, Kagome sabía que él no la quería como algo más que como amiga, pero era tan difícil de olvidar aquel sentimiento y a pesar de eso deseaba que el fuera feliz.
Por eso iban a bailar, a divertirse a olvidarse de todo, a simplemente ser ellos.
Bailaron como nunca, Kagome logro su objetivo, ver feliz a Inuyasha, pero no sucedió lo mismo con Inuyasha, él no fue capaz de contarle a Kagome lo que sentía, pero pudo confirmar aquello que ya sabía, que quería a Kagome con él, que haría lo posible por enamorarla y que ella no lo viera solo como aquel mejor amigo sino como algo más.
Era exactamente media noche cuando Inuyasha decidió llevar a Kagome a su casa, quería llevarla temprano puesto que no iba a dejar que su futura suegra se enfadara con él, la iba a necesitar muy pronto, que mejor aliada que la mama de la chica que quieres.
-¿No crees que es temprano aun?, me dieron permiso hasta más tarde- lo que decía Kagome sonaba más a berrinche, se notaba que se estaba divirtiendo.
-Lo sé, pero es mejor que estés sana y salvo en tu casa, además no quiero que tu mama se enfade conmigo por hacerte amanecer bailando-
-arg, no te entiendo, pero bueno, ¿te sientes mejor?-
-¿Mejor?, ¿de qué hablas?, estoy perfecto, nunca estuve mejor-grito con una gran sonrisa.
-jajá, ya shhh, no grites que los vecinos duermen- dijo Kagome en voz baja, pero muriéndose de la risa- me alegro mucho, Ok, Buenas Noches, descansa ¿si?, Recuerda que todo pasa, y que no hay mal que dure 100 años.-
- Lo sé, Gracias por estar conmigo-
De pronto un impulso nace, los dos se acercan poco a poco, ambos corazones latiendo a un mismo ritmo, acelerado, algo se detiene, saben que no es tiempo aun y por lo tanto solo con un beso en la mejilla se despidieron.
- Todo saldrá bien- dice un restaurado Inuyasha- Ella es lo mejor que me ha pasado.
Kagome entra a su cuarto, no cree lo que estuvo a punto de pasar.
-debe haber sido mi imaginación, el jamás me besaría, pero solo necesito un poco de valor, No sé si todo saldrá bien pero tal vez debo arriesgarme esta vez, tengo que encontrar el momento adecuado, tiene que ser perfecto-
Kagome necesitaba sacarse esa duda, y con la decisión de aclararse se dispuso a dormir.
A la mañana siguiente, domingo, Inuyasha se decide ir a visitar a su mejor amiga, está muy claro sobre sus sentimientos, no puede dejar pasar un segundo más, tenía que decírselo y con ese pensamiento se dirige rápidamente a casa de Kagome.
-Buenas Días, Señora Higurashi, esta Kagome-
-Aah, Buenos días Inuyasha, por favor pasa, gracias por traerla temprano anoche, fue gentil de tu parte, y no, no está salió a hacer las compras, pero regresa en un instante, ¿quieres esperarla?-
-Mmm, no, no se preocupe, yo salgo a buscarla-
"Tengo que encontrarla pronto, o me voy a terminar arrepintiendo" pensaba Inuyasha.
Gracias al destino la encontró muy pronto, ella iba caminando cerca del parque que está cerca a su casa.
- Inuyasha, Buenos días, ¿qué haces tan temprano por aquí? -
-Hola Kagome, tengo que hablar contigo, vamos a sentarnos a aquella banca - dijo Inuyasha con mucha seriedad.
-me asustas, dime que paso, ¿algo grave? -
-No, no te preocupes, jaja, no fue mi intención asustarte-
- te noto nervioso, ¿tienes algo?-
- no, escúchame, yo... Yo... -
-¿Tu?-
-yo quiero que sepas que... -
-¿Si?, estas muy extraño hoy, sabes que hay confianza solo dilo-
"Una acción vale más que miles de palabras" pensaba Inuyasha.
Y se acercó a ella, la abrazo y luego la beso.
Kagome estaba en shock, deseaba ese beso desde hace mucho tiempo, pero ahora no sabía cómo reaccionar, fue muy repentino, solo al cabo de unos segundos pudo comenzar a corresponderle.
"Dios no sé qué pensar, lo que está pasando es increíble, ¿será un sueño?" Pensaba Kagome.
"Quiero que sea así a diario, como pude ser tan ciego, Dios la quiero tanto, ¿qué le digo ahora?"
Fue el beso más largo dado por ambos, o tal vez ellos lo sintieron así, al momento de separarse sus respiraciones eran agitadas, ninguno se atrevía a decir nada, solo estaban ahí, pensando, otras personas hubiesen preferido hablar de algo, pero ellos no, los 2 se sentían cómodos con aquel silencio, pero claro eso no podía durar para siempre.
-Yo- dijeron los dos al mismo tiempo.
-jeje- risa nerviosa- habla tu Kagome- dijo Inuyasha rogando y pidiendo que lo que escuchara no fuera un rechazo.
-mm... Es que etto, yo, ¿Qué querías decirme antes de? bueno, mm..., tu entiendes.-
"Y ahora ¿qué hago? no tengo ni idea de que decirle, parece que ella quiere que le diga con todas la letras que me gusta" pensaba Inuyasha
Mientras que por otro lado Kagome también estaba confundida "Necesito que él me diga que fue lo que paso exactamente, como una cosa llevo a la otra, saber si el beso significo lo mismo para el cómo lo fue para mí, definitivamente él tiene que iniciar la conversación, no quiero decir algo innecesario"
-Diablos- dijo Inuyasha en voz baja- lo que acaba de pasar fue increíble, por favor piensa sobre lo que acaba de pasar, y mañana conversamos, ¿sí?-
-Sí, Esta bien, eso creo, pero en sí, ¿De qué vamos a hablar?-
-De lo que sentiste cuando nos besamos-
-Espera ¿puedo decírtelo ahora?-
-No, mañana en el receso, ¿está bien?, quiero que lo pienses claramente sin presión, ok?-
Y así sin más se fue, casi corriendo, solo no quería escuchar un "Lo siento no significo nada" seria lo peor que podría pasarle.
El regreso a casa de Kagome fue casi un accidente, ella estaba completamente aturdida y confundida, casi la atropellan varias veces, de puro milagro llego sana y "completa"
-Hola mamá, ya regrese-
-oh, Hola hija, vino Inuyasha, ¿lo viste por si acaso?-
-¿Eh?, si, lo vi- y escenas de lo que había pasado momentos antes pasaron por la mente de kagome y la hicieron sonrosar.
-¿Pasó algo?-
-No mamá, tranquila, voy a mi habitación-
-Está bien Kagome, te aviso cuando este la comida-
-Si mamá gracias-
Ya en su habitación, Kagome se puso a recordar cómo sucedieron exactamente las cosas.
"No pudo ser un sueño, estoy totalmente despierta. Tampoco drogas, no he consumido ni una en toda mi vida, y no pienso hacerlo. ¿Más opciones?, tampoco he bebido, no tome ningún medicamento que me haya causado alucinaciones. Mmm, bien entonces eso significa que ¡fue real! Pero ¿por qué lo hizo?, ¿Sera que también le gusto? Rayos, quisiera preguntarle, yo no tenía nada que pensar acerca de eso."
"Su pregunta: ¿Que sentí?, ¡es fácil de contestar!, fue como estar en las nubes, fue como si me salieran alas y pudiera hacer cualquier cosa, fue como si muchas mariposas revolotearan en mi estómago"
-Rayos, parezco una total cursi, Arggg, pero ¡no puedo evitarlo! - Grito Kagome sin darse cuenta.
-¿Que no puedes evitar?- pregunto la mama de kagome.
-Nada Mamá, no me hagas caso- dijo Kagome con una risita nerviosa.
-Mm... ¿Aja?, bueno ya está la comida, tu hermano y tu abuelo están muertos de hambre, así que baja rápido cariño- y le sonrió como una madre solo puede hacerlo.
Fue el Domingo más largo de toda su vida, bueno él nunca fue muy paciente, pero esta vez Inuyasha Taisho sentía unas ganas inmensas que llegara rápido el Lunes, solo a veces, porque por ratos quería que el día no se acabara nunca, si, como lo leen, Inuyasha Taisho tenía miedo, miedo de ser rechazado, simplemente no sabría que hacer si algo así ocurriera.
Continuara...
Hola a ti que lees esto porque significa que me diste nuevamente una oportunidad y te lo agradezco mucho. La segunda parte la subiré en uno días mas, yo se que los reviews no se piden sino que se ganan y eso espero hacer.
Gracias a todas las personas que me dejaron un review o marcaron mis fic anteriores como favorito, ame eso, es inspirador espero que les guste lo que escribí lo hice con mucho cariño para ustedes.
Cualquier critica constructiva la recibo con mucho gusto. Besos.
Gracias por adelantado, se despide de ustedes con mucho cariño Kiss-inukag.
En este momento escuchando: One more time - SS501
