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-bien…- caminaba por los pasillos con la vista baja, odiaba estar ahí, odiaba tener que obedecer, pero no tenía muchas alternativas, David era por mucho, más poderos que ella, aunque sabía que si era paciente su recompensa tarde o temprano llegaría, algo, algo debía de haber que pudiera usar a su favor para vencer a ese monstruo; solo tenía que esperar. Siendo maga eso no era problema, aunque se preguntaba si su camino era el que Illah deseaba que siguiera-Arba…- era difícil de saber, desde que recordaba siempre escuchaba una especie de voz en su cabeza que la guio hasta que termino donde estaba - Arba – y su magia, había mejorado su magia desde que supo que era maga, aunque aún sentía que le faltaban algunas cosas por aprender- ¡ARBA!- escucho gritar

-señor- contesto inmediatamente inclinado el rostro y haciendo reverencia, no podía ser nadie más ni nadie menos quien la llamaba que David, después de todo estaba a su lado, ella le estaba entregando un reciente informé sobre su última misión; en algún punto de su charla se perdió en sus propios pensamientos

-levanta la cabeza- ordeno, ella simplemente obedeció, tenía que hacerlo o probablemente terminaría siendo un sacrificio más de parte de la ortodoxia a illah; David estaba serio aunque no podía decir que molesto, él era alguien difícil de leer- ¿en qué pensabas?

-nada importante, lo lamento- sintió el impulso de hacer otra reverencia pero sabía que era mala idea, podía provocar que David se molestara

-bien- no pareció darle importancia ya que prosiguió su camino, lo odiaba con toda su alma- en fin resumiendo lo que te decía ya que probablemente no escuchaste, necesito que entrenes, eduques y – se giraba asía ella- ayudes a alguien

-con todo respeto señor, ¿de quién hablamos?

- su nombre…- rio un poco- es interesante, se llama Uraltugo Noi Nueph

-¿Quién?- el solo nombre parecía un trabalenguas o adivinanza, David volvió a reír

-o como empezaron a llamarle los demás "Ugo"

-Ugo- repitió con algo de curiosidad- ¿y quienes este Ugo?

- lo encontramos hace poco en una de las ciudadelas cerca del territorio de Manticolas, la ciudadela fue destruida por completo él fue el único sobreviviente, pero no pierdas el tiempo preguntándole, no recuerda nada de lo que paso

- es una historia algo curiosa

- sí, pero lo más curioso es que apareció otro bastón divino

-¿otro bastón? ¿Acaso la totalidad de los mismos no estaban bajo el control de la ortodoxia?

-el muchacho...- ignoro por completo su pregunta- en cuestión no tiene más de 15 años, es un completo inexperto en cuanto a hechizos o magia avanzada, pero eso no quiere decir que sea incapaz de realizarlos

-es un mago

- sí, y será una muy bueno con una buena instrucción

-entiendo, ¿Cuándo desea que empiece a enseñarle?

-Arba no lo adiestro yo por el momento porque debo irme, revisare algunos Gunud y levantare otros, estarás a cargo de la catedral mientras no estoy

-sí señor- volvió a hacer la reverencia, sabía que esta ves no se molestaría

- bien me marcho, Ugo está en la biblioteca, no sabe tratar con otras personas por lo que debes encontrar la manera de que confié en ti

-sí señor- permaneció allí hasta que escucho los pasos alejarse tras la puerta principal de la catedral, era la habitación de David, no necesitaba corroborarlo, lo sabía, concia esos pasillos muy bien, llevaba cerca de cincuenta años caminado por esos pasillos; se levantó y comenzó a alejarse de allí, aunque le costaba caminar sentí nauseas, le daba completo asco tener que rendirle pleitesía a ese sujeto

Saliendo por completo de la catedral y volando sobre su bastón fue la única manera de responderse un poco y también calmarse, se preguntaba cuanto más tendría que seguir aguantando. Regreso inevitablemente porque debía conocer a este "Ugo" aunque si era honesta consigo misma, también tenía curiosidad por verle, era extraño, David jamás mostraba ningún tipo de preferencia hacia ningún niño, es decir la iglesia se encargaba de enseñarles a usar su magia, bueno a los que tenían tal poder, este chico en específico debía ser realmente bueno para que David la pusiera a ella, su mejor elemento, a entrénalo, porque de eso estaba segura, ella era la mejor maga fuera de David y el consejo de ancianos, en toda la ortodoxia

Cuando se encontró frente a la gigantesca puerta que daba paso a la biblioteca extrañamente se puso nerviosa, sentía mucha curiosidad, una que no había experimentado en mucho tiempo, quizás y solo quizás, este era el primer paso que al fin daría para comenzar con sus planes; toco la puerta pero no escucho nada dentro, supuso que "Ugo" se había ido de ahí, después de todo eran muchos libros juntos, cualquiera se aburriría después de un rato, y sabrá Illah desde cuando David lo tiene allí, aunque no tenía donde más buscarlo y probablemente el pensara de la misma manera, no tenía a donde más ir

Como no obtuvo respuesta decidió entrar, habría una pequeña puerta que se ubicaba al costado derecho de aquella gigante - hola- decía lo más elevado posible, para que si había alguien dentro la escuchara- hola- repetía cerrando la puerta tras sí, era un verdadero laberinto de estanterías llenas de libros y pergaminos, con más de 6 metros de alta cada uno y ni que decir de los que estaban en las paredes, una biblioteca verdaderamente impresionante, claro ella no se sorprendía, ya la había visto muchas veces y a decir verdad los libros no eran lo suyo caminado un par de metros por aquel laberinto hacia su interior había un gran espacio intermedio, con varias mesas

Observo que estaban todas las mesas juntas formando una sola, y que había cientos de libros fuera de sus respectivos lugares en la estantería, regados por la improvisada mesa, también muchos pergaminos tanto en el suelo como sobre la misma, acercándose a estos se percató de que había un en específico que no pertenecía a la selecta colección de David, los bordes estaban siendo sostenidos por algunos libros que estaban abiertos, todos eran de teorías mágicas escritos por David, pero este pergamino en cuestión no era de él, no era su letra y estaba incompleto, pero no podía decir que estuviera mal de hecho por lo poco que veía parecía ser un mecanismo estilo bestia capaz de moverse solo-vaya…-estaba realmente sorprendida

-ouch- escucho sus espaldas, giro rápidamente y por inercia tomo posición de combate con su bastón en mano, se alertó tanto ya que la biblioteca casi siempre estaba sola, nadie parte de David y alguno de los viejos del consejo van allí, escucho posterior al quejido como lo que parecía ser una pila de libros caía, luego otros quejidos más, no pudo evitar sonreír cuando vio a un muchacho salir de entre ese laberinto sobándose la cabeza y con algunos moretones seguramente de los golpes de los libros

-hola- saludo bajando el bastón y enderezándose, el al escucharla y verla, pareció entrar en pánico, ya que retrocedió rápidamente e intento esconderse devolviéndose pero se topó con un estante, el cual golpeo y del cual cayeron varios libros a su lado, algunos le habrían golpeado de no ser porque Arba con su magia lo protegió- no soy tu enemiga- estaba acostumbrada a decir esas palabras, aunque ya las sentía vacías… muchas mentiras en nombre de la ortodoxia, se sentía completamente falsa- solo quiero ayudar

-eh… esto… gracias- decía intentando levantarse un poco, aunque tropezaba con facilidad y nuevamente terminaba contra otra estantería, Arba comenzaba preguntarse si era tan torpe o solo era por su presencia

-¿ne…necesitas ayuda?- preguntaba al verlo cuando por fin llego a la mesa, bastante alejado de ella, se tropezó y arrastró consigo varios pergamino y unos cuantos libros, aunque sabía que no debía termino riéndose y acercándosele, Ugo al verla reír, tímidamente la imito, sabía que se debía de ver muy gracioso-ten- ofrecía su mano para ayudarlo a levantarse, Ugo intentó tomarla pero se arrepintió, termino apoyándose en la mesa y levantándose solo

-mu…muchas gracias- tartamudeo dándole la vuelta a la mesa, claramente tenía la intención de apartarse de ella -¿Quién es usted?

-ah si- decía intentando decidir si molestarse por su actitud o reírse como nunca antes- soy Arba, usuraria de bastón divino- mostraba su bastón el cual aún tenía en su manos- me envía el viej…- se pauso, no debía ser descortés frente a un extraño y menos si este hablaba con David- el rey, el rey David- hablo lo más rápido que pudo intentando disimular- ¿y tú… eres "Ugo"?

-¿Ugo?- ella sonrió

- si al parecer a los que te trajeron a la catedral les pareció complicado tu nombre y te apodaron así, si no te gusta puedo llamarte por tu nombre

-no…- tenía la miraba sobre la mesa, no supo si estaba interesado en algo que vio o si no quería verla a los ojos- no importa, no me molesta

-bien- intento una vez más acercarse pero cuando Ugo la detecto a escasos metros, empezó a caminar en la dirección contraria para mantener la distancia, Arba comenzaba a impacientarse- ¿puedo preguntarte algo?

-¿Qué…?

-¿tienes algún problema conmigo?- al preguntar puso una cara que de inmediato supo le había dado miedo a Ugo, volvió a retroceder y se estrelló con otra estantería, además del hecho de que había colocado de manera muy violenta su bastón sobre la mesa

-e…esto… no… ninguno- se veía muy nervioso, Arba decidió acercarse a él jurando que si intentaba alejarse lo congelaría con su Borg, el pareció entender el mensaje ya que no se movió, aunque la veía atónito-¿p...para que l...la enviaron aquí?

-David quiere que- siendo honesta ya no le interesaba si él le contaba al viejo David como se expresaba de él, estaba lo suficientemente molesta- te enseñe magia

-b…bien- intentaba sonreír-¿po…podría apartarse un poco?

-¿disculpa?- la pregunta pareció molestarla más, se inclinó asía el frunciendo el entrecejo, pero aun con una sonrisa, lo que la hacía ver realmente diabólica -¿no dijiste que no tenías ningún problema conmigo? – seguía acortando la distancia con él, se veía aterrado

-no…no… no…

-¿no que?- estaba impaciente, habría jurado que si tuviera su bastón al alcance se lo habría colocado en el cuello como un espada, es mas no era mala idea buscar una y hacerlo

- no es con usted- grito cubriendo el rostro con uno de los libros que estaban en el suelo, aquellas palabras la desconcertaron, termino sentada en el suelo frente a el

-¿entonces, con quién?

- es mi culpa- hablaba con mas fluidez ya que no la veía- no soy bueno hablando con otras personas, estuve solo mucho tiempo antes de que me encontraran, y bueno… soy especialmente tímido cuando quien me habla es una mujer

-¿te molestan las mujeres?

-¡no!- grito descubriéndose el rostro, pero al ver a Arba tan cerca bajo la mirada, Arba pudo notar que estaba sonrojado-no… no es que me molesten…- el labio inferior le temblaba- es que… es que….- tomo aire- soy incapaz de hablar o comportarme cuando una mujer y más si es hermosa está cerca - ¿mujer hermosa?

-¿ah?- no podía creer lo que escuchaba, noto que se sonrojo más

- inclusive si se acercan mucho podría hasta desmayarme

-¿estas bromeando cierto?

-no…no bromeo- elevaba la mirada, aunque seguía esquivando la de abra, ella no sabía si dar crédito a sus palabras, aunque por lo poco que había visto, parecían ser ciertas, además David algo de eso le había dado a entender. Espera un momento… dijo cuando una mujer… y dijo hermosa… ¿acaso…? ¿Acaso el la consideraba a ella hermosa?

-bueno… esto es extraño- decidió levantarse y dejar de intimidarlo- puedes confiar en mi- dio la vuelta a la mesa hasta llegar con su bastón, tomarlo y luego dirigirse a la salida, antes de irse lo observo, el nuevamente estaba en el otro extremo de la gran mesa- espero que podamos ser amigos- le sonrió- no tienes por qué estar nervioso conmigo- se giró y salió de la biblioteca, aire necesitaba aire, y antes de darse cuenta ya había anochecido, pero no le importaba, una vez más estaba en el cielo sobre su bastón

Sabía que se estaba comportando como una tonta, él no había dicho gran cosa, pero si iba a ser honesta… todos le huían por ser algo ruda y nadie antes por las mismas razones, le había dicho "hermosa", aunque no estaba segura si él le había dicho eso, es más, solo lo había mencionada, igual era un muchacho apenas. Suspiro regresando a una de las torres de la catedral donde solía quedarse sin que David se diera cuenta. Podía observar todo desde ahí, incluida la biblioteca la cual tenía aun luces encendidas

Y así pasaron los años, Arba de a poco decidió irse ganado la confianza de Ugo, mientras le explicaba un par de cosas, si aprender teoría es importante, pero es mucho mejor si hay quien la explica, Ugo agradecía que ella se tomara el tiempo para enseñarle, y así sin darse cuenta fue cambiando su forma de ser con ella, pero solo con ella

-Ugo- Arba entrababa a la biblioteca una vez más, ya lo había tomado por costumbre, además llevaba mucho tiempo, años sin ver a Ugo, David la había enviado a la falla y se demoró más de lo que esperaba- ¿Ugo estas aquí?

-Si- grito desde algún lugar de la biblioteca, Ugo había movido las estanterías para dejar el espacio justo en la entrada y no seguirse tropezando, a David no le molesto la idea, por lo visto le daba más libertad que a los otros magos- ya vo…- no pudo terminar la frase ya que por lo poco que alcanzo a escuchar Arba se había tropezado de nuevo, ella ya estaba riendo a carcajada suelta

-¿es bien?... ¿sigues vivo?

-no es gracioso- lo vio salir con varios pergaminos en una mano y sobándose la cabeza con la otra, y la túnica descolgada, se sonrojo al verlo, ya no era un muchacho, tenía aproximadamente unos treinta y algo años

-bueno deja de ser torpe

- como si fuera elección- ella se acercó donde había colocado los pergaminos y se sentó sobre la mesa, Ugo al verla la obligo a bajarse ya que estaba sobre algunos pergaminos que necesitaba

-hola- saludo ella alegremente después de que por fin busco una silla y se sentó a su lado

-hola- dijo el sin verla

- ¿no me dirás nada?

-¿Qué quieres que diga?

-hace años no nos vemos, ¿y no me vas a decir nada?- Ugo volteo a observarla

-amm… ¿Cómo estás?

-¿es enserio? ¿Es lo mejor que se te ocurre?- Arba nuevamente se sentaba sobre la mesa pero esta vez enfrente de el

-Arba…- Ugo no estaba nada nervioso, le había hecho caso, demasiado para gusto de Arba- baja de ahí, ¿Qué harás si David llega a venir?

-nada- se cruzó de brazos cerrando los ojos, intentaba verse ofendida- no estoy haciendo nada malo

-no, pero ese no es lugar para sentarse- abra abrió los ojos, coloco ambas manos sobre el escritorio y cruzo la pierna, estaba tomando una actitud algo sugerente, pero para su desgracia Ugo no parecía nada impresionado- Arba no quiero que me estén molestando, así que me haces el favor de bajar de ahí- alcanzo uno de los pergaminos que estaba tras Arba acercándosele mucho para lograr llegar hasta el, Arba a diferencia de Ugo se sonrojo

-bien- se bajó de un salto- bueno supongo que no se te puede pedir más- se dirigía a la salida, desde hace mucho que se siente extraña cuando está demasiado cerca de él, pero no entendía bien que era

-discúlpame- Ugo logro detenerla sin moverse, ella se giró asía el, le sonreirá- sabes que no soy muy expresivo y eso

- si lo sé- sonrió- oye hay una especie de festividad por cosechas en la ciudadela… ¿vienes conmigo?

-a…a… ¿afuera? –ella rio

-si afuera, vamos ratón de biblioteca, es bueno salir de vez en cuando

- no me digas así- se recostó en la mesa, lucia preocupado, había sacado de quien sabe dónde una bufanda con la cual acostumbraba a cubrirse el rostro, Arba sintió muchas ocasiones la tentación de ahorcarlo con ella para que dejara esa tonta maña- es… ¿es necesario?

- no es orden de David si es lo que preguntas- se cruzó de brazos- más bien es tu forma de resarcirme por una bienvenida tan simple

-es… es que… Arba, ya sabes que yo no sirvo para estar en sitios donde hay mucha gente

- si también lo sé, no es para quedarnos mucho… solo ver un poco y caminar un poco fuera de la catedral, tu casi nunca sales, deberías estar feliz

-n…no es que no quiera… es que no creo poder resistirlo- casi parecía que su cuello se hubiera hundida tras la bufanda ya que logro cubrir la totalidad de su boca y arte de su nariz

- bien no te voy a obligar así que responde ¿vienes o no vienes?

-eh…- antes de poder contestar entraron a la biblioteca unos cuantos conocidos de Arba, dos intentos de "amigas" y tres sujetos que la habían invitado a salir muchas veces

-hola- los sujetos se quedaron cerca de Arba, dos de ellos el tercero se acercó a Ugo junto con las chicas, al parecer tramaban algo, o eso intuyo Arba, los conocía demasiado bien -¿Qué haces aquí?- intentaba sonar según el interesante, Arba sonreía hipócritamente, le molestaba esa actitud, pero como todo para ella había aprendido a fingir, así que le sonrió- ¿Qué te parece si vamos a la feria?- intentaba mantener la sonrisa pero comenzaba a molestarse, observo de reojo asía donde estaba Ugo, nada nuevo…. Completamente sonrojado y escurridizo cuando ella intentaban hablarle, el único que lo frenaba casi abrazándolo era el tercer sujeto que le divertía molestarlo, luego idearía una forma de vengarse de el

-iré- contesto al final apartando la vista de donde estaba Ugo cuando las otras dos se le acercaron, podía verlo a punto de desmayarse y sabía que debía intervenir- pero no necesito compañía- se apartó de ellos- oigan- y se acercó al otro grupo, ellas se apartaron dejando ver a un muy encogido Ugo- ¿necesitan algo?

-no- contesto una de ella- ¿y tú?

-nada, entonces que les parece si mejor nos vamos y lo dejamos trabajar, tengo entendido que el rey le pidió que hiciera algo

-Oh, bueno – las chicas y los otros chicos salieron detrás de Arba, pero Ugo no se había quedado solo

-Ugo, no logro entender porque te comportas de esa manera con las mujeres

- ni yo- decía sentándose un poco sintiéndose más aliviado- no sé qué me pasa, es que simplemente no sirvo para interactuar con los demás, prefiero mis fórmulas mágicas-él se rio- Ryo no te burles

- lo siento, pero sabes que es más raro

-¿Qué cosa?- intentaba sumergirse en sus libros, calmarse un poco

-que con Arba no eres así

-¿Ah?

-sí, es decir no te pones nervioso ni esas cosas, y eres menos torpe

-bueno, Arba es diferente

-¿Por qué? Sigue siendo mujer, aunque sea algo ruda- volvió a reír

-ella es mi amiga- el soltó otra carcajada- ¿de qué te ríes?

-nada, nada- intentaba calmarse, mientras detrás de la gran puerta estaba Arba, cuando por fin logro hacer que se fueran regreso porque quería escuchar la respuesta de Ugo, ya no necesitaba escucharla, entendía perfectamente que el solo la veía y quizás siempre la vería como su amiga y al final ella lo veía de esa manera, aunque en un principio ella solo había querido manipularlo para lograr ponerlo en contra de David, sabia con la personalidad de Ugo eso era difícil, pero con el tiempo fue incapaz de hacerlo, simplemente quería que fuera el

Sabía que eran amigos, siempre los fueron, entonces…. ¿Qué era ese dolor en su pecho?

Hola, hola si es una historia media rara con personales centrales que nunca se habían imaginado XD, espero les guste, será corta jajaj

Me disculpo por la mala ortografía