-Tienes una nueva hermana- dijo con energía Ned Stark mientras agitaba a Jon con entusiasmo.

Jon pestañeó al oír eso, no con emoción, sino con cierta pena. Al fin y al cabo, no era su hermana de verdad : era su nueva hermanastra, y por otro lado, las niñas no eran demasiado interesantes. Para muesra, un botón, y su hermanastra Sansa ya le había demostrado lo crueles , altivas y despectivas que las niñas eran, por tanto, Jon tampoco tenía demasiadas expectativas con este nuevo miembro familiar. Las mujeres, no solo su hermana Sansa, sino también su madrastra, Catelyn, lo habían apartado de la familia.

Intencionadamente,por supuesto.

Jon era para Catelyn algo que debía soportar por estar casada con Ned, un invitado permanente, pero no deseado. Así se lo había transmitido a su hija, y Sansa, deseosa por complacer a su madre, se había convertido en una maestra de hacer sentir a Jon algo ajeno al clan Stark.

A pesar de todo , cuando su padre le instó a entrar en aquella habitación para conocer a su nueva hermana, Jon no pudo resistirse. Adoraba a su padre, y por el haría cualquier cosa, incluso afrontar otra hermana.

Suspiró y entro en la caldeada habitación, y se aproximó a la enorme cuna que estaba en el centro de la estancia.

Entonces, todo sucedió en un instante.

Jon dobló su cintura, y entonces, todo sucedió en un simple instante.

Unos enormes ojos grises se posaron en los suyos, y una manita agarró la suya. Jon contempló a la criatura. No era hermosa como Sansa, de hecho, su rostro era extrañamente alargado, un tanto extraño para un bebé, y su cabello castaño no tenía ningún destello rojizo que la marcase como Tully. Pero hubo algo en ella que conmovió a Jon. Tal vez su aspecto desprotegido, o aquellos rasgos tan parecidos a los propios.

Tal vez el latir de esa pequeña muñeca pegada a sus dedos, la pequeña sonrisa desdentada que iluminó aquella carita, tal vez los descumunales ojos grises, que lo miraban con alegre disposición.

Jon sonrió, un sentimiento cálido invadiendo su corazón.

- Se llama Arya - replicó por detrás su padre.

Y Jon sonrió, una sonrisa genuina , de verdad.

"Por fin tengo una hermana" pensó.

- Te protegeré contra todo, pequeña- le aseguró con amor.

Y Ned Stark sonrió satisfecho, al ver por primera vez a Jon tan unido al clan Stark.