1. Amor a primera vista
Era domingo cuando Atayami fue invitado a casa de unos compañeros de clase, para jugar videojuegos. Él nunca había estado interesado en el tema antes, pero en ese momento se obsesionó por cierto juego de duelo de monstruos. A pesar de perder una tras otra partida, no se dio por vencido en intentar mejorar sus habilidades en el juego, hasta que ya fue hora de volver a casa. Estaba decidido a conseguir el dinero para comprarse una consola del mismo tipo y, los juegos individuales.
Intentó pedirle un préstamo a su hermana menor, pero como ya se esperaba, lo rechazó terminantemente. Pensó en obtener alguna especie de apoyo económico de su madre, pero no pudo atreverse a pedirlo, puesto que, a pesar de vivir bien, el dinero era un tema complicado para la familia.
Sus esfuerzos no dieron buenos resultados al intentar trabajar en numerosos empleos simples.
Historial de empleos de Atayami
Intento de trabajo de niñero. ¡Los niños resultan ser unos endiablados que le causan los peores problemas!
Intento de trabajo de jardinero para una vecina. ¡La mujer resulta ser demasiado coqueta y el esposo de ésta, un enorme tipo celoso que lo amenaza a fuerza física!
Intento de trabajo vendiendo galletas en la escuela. ¡Hay un error en la receta de preparación y éstas resultan saber horrible!
Etc.
Luego de todas las dificultades tanto por, conseguir, como de efectuar estos empleos, logró ahorrar suficiente para comprarse la consola. Pero no era suficiente aún para comprar los juegos individuales de duelo de monstruos.
Tras enterarse del cometido de Atayami, su madre, Gis le ofrece ayuda, diciendo que hacía poco había estado hablando con una vieja amiga del colegio, Anzu Mazaki, y que quizás necesitarían ayuda en el aseo de los pisos de su academia de baile. Finalmente, Atayami consiguió ese empleo.
El primer día trabajando en la academia de baile, fue bastante grato para él. Fue bien recibido por la dueña, Anzu Mazaki y la profesora encargada, quien insistía en que la llamase 'Grace'. Tuvo buena relación con la mujer desde el principio; él le parecía un chico simpático e inofensivo, así que entablaban agradables conversaciones a ratos.
Cuando al fin comenzó la práctica de danza, Atayami pudo ver que el curso se componía de doce jovencitas y cuatro muchachos. Parecía ser que todos dominaban las técnicas de diversos tipos de baile, pero una chica entre todas, destacaba no sólo por su voluminosa contextura corporal, sino también por sus increíbles demostraciones de elasticidad. Esa chica le pareció increíble, podía realizar pasos que las demás no lograban y lo hacía, luciendo tan delicada como una pluma. Definitivamente era un hecho que llamó la atención de Atayami. Curvas bien marcadas, caderas anchas; piernas gruesas; enormes senos sobre una cintura bien ceñida, cabello corto, de color negro. Sin duda, un conjunto de dotes que lo mantuvo adormecido por algunos minutos. Anheló en ese minuto tener la excusa perfecta para acortar la distancia y ver el rostro de la joven. Sólo se limitó a esperar que las prácticas terminaran para poder acercarse, fingiendo sólo asear los pisos.
Cuando estuvo lo suficientemente cerca, derramó de forma torpe una cubeta de agua y las chicas se quedaron viéndole apenadas. Algunas rieron. En ese momento, Grace presentó a Atayami, el chico nuevo que se encargaría del aseo de la academia. Atayami se inclinó hacia delante un poco avergonzado por su torpeza, diciendo que era un placer conocerlas. Las chicas le devolvieron el saludo y al fin tuvo la oportunidad de desviar la vista hacia la bailarina elástica, la que tanto había llamado su atención.
Creyó jamás haber visto ojos más brillantes; su rostro se sonrojó de improviso. Era su misión averiguar todo sobre ella.
