Hey! Un saludo a todos los que se tomen su tiempo de leerme. Hacía un tiempo que no veía nada de Ulquiorra y Orihime, hasta hace unas semanas atrás que vi unas imágenes muy bonitas en Pinterest que me hicieron recordar lo mucho que amo esta pareja.

Acabo de terminar de leer el manga y estoy SIN COMENTARIOS (aún lloro de la decepción)

De la historia puedo decir se sitúa en un Universo Alterno y ya xD. Sin más que decir… a leer :D

Disclaimer: Bleach le pertenece al señor Kubo, si fuera mío, Orihime ya habría hecho volver a Ulquiorra para hacerle cositas malas xD xD *ay que perversaaaa*

Capítulo Uno: El fantasma

El silencio inundaba aquella habitación, de vez en cuando, era rota por trémulo rugido del viento de septiembre que acariciaba con fuerza los árboles que rodeaban el recinto.

La joven de lacio cabello naranja observaba por la ventana de la cocina la quietud del ambiente. Apenas eran las seis de la mañana y en la calle no había ni un alma. De vez en cuando le echaba un vistazo rápido al reloj con la esperanza de que avanzara más rápido y volvía nuevamente su vista hacia la avenida.

Luego de unos minutos logró divisarlo a la lejanía. Ese alborotado cabello naranja lo reconocería en cualquier lugar. Como era usual en ella cuando lo veía, su corazón empezó a latir con fuerza en su pecho amenazando con escaparse en cualquier momento.

Lo amaba desde que estaban en la escuela, pero nunca había tenido suficiente valor para acercarse a él. Fue gracias a su mejor amiga, Tatsuki, que finalmente pudo ponerse en contacto con él al iniciar la preparatoria, ya que ambos practicaban Karate en el mismo Dojo. Cuando empezaron a frecuentarse más, llegó a albergar la esperanza de que él se fijaría en ella. Pero fue cuestión de tiempo para darse cuenta que para Kurosaki Ichigo, ella nunca sería nada más que la pequeña Inoue Orihime, su amiga, casi hermana. Este hecho le dolía profundamente, pero era feliz al saber que al menos tenían una fuerte amistad con él y con sus demás amigos Chad, Tatsuki y Uryuu, con los que seguía en contacto a pesar de haberse graduado de preparatoria hace 3 años.

El sonido de alguien tocando la puerta la sacó de sus pensamientos y rápidamente se dirigió hacia la puerta, no sin antes chequear su ropa, cara y cabellos para estar los más presentable posible ante su amado. Su corazón no dejaba de palpitar. Abrió la puerta.

_ ¡Hey, Inoue!_ le saludó Ichigo con su acostumbrada sonrisa, aquella que le robaba el aliento_ Disculpa la hora.

_ K-Kurosaki-kun_ titubeó ella_ Entra, por favor_ dijo Orihime haciéndose a un lado para dejarlo pasar.

El joven vestía una chaqueta militar, con pantalones de jean y zapatos que hacían juego con la camisa. Situó su mirada en el pequeño altar que se encontraba en una esquina de la pequeña sala y una punzada de tristeza lo inundó por unos segundos. Orihime se colocó delante de él agitando su mano frente a su cara con una leve sonrisa, que lo sacó de su ensimismamiento.

_ Lo siento ¿Qué decías?_ preguntó Ichigo mirándola

_ Decía que si quieres desayunar.

La verdad iba retrasado, si comía con ella no llegaría a su clase a tiempo. Pero Ichigo sentía que ella lo necesitaba, después de todo lo que había pasado en los últimos meses…

_ Si, thanks you_ contestó él_.

_ ¡Yay!_ exclamó Orihime alegremente mientras caminaba saltarinamente hacia la estantería_ Tengo panqueques con salsa de mostaza, miel y ajoporro. ¡Ah! Los libros que me prestaste están en el estante al lado de la habitación de Sora…_ hizo un silencio al nombrar a su hermano, las heridas no sanaban tan rápido_ ¿Café con azúcar o sal?

_ Azúcar, por favor_ contestó Ichigo dirigiéndose al estante para recoger los libros y meterlos en su mochila_.

Mientras tanto, Orihime llenaba la mesita de la cocina con varios platos, la jarra de café, panqueques y diversas mermeladas para untar. Cuando la mesa estuvo finalmente preparada, ambos se sentaron a disfrutar del desayuno. Ella optó por mezclar algo que parecía cebolla, con mermelada de fresa y otro de sus panqueques con salsa de mostaza que antes había mencionado. Ichigo solo usó mantequilla y queso, que era lo más normal que había sobre la mesa. La comida de Orihime era deliciosa, siempre y cuando no juntara cosas no combinables.

_ Oye, Kurosaki-kun, ¿Qué tal está Sado-kun?_ preguntó Orihime.

_ Bien, de hecho estamos trabajando juntos_ comentó Ichigo

_ ¿¡Que!? Ay… que envidia. Ojalá pudiéramos trabajar todos juntos_ la joven decía esto mientras hacía un leve puchero_ ¿Dónde están trabajando? ¿Con quién?

_ Mmm… es este sujeto que es primo de un tío de un conocido del abuelo de Chad. Lo mejor de todo es que nos da permiso para salir temprano cuando tenemos clases y sabe muchas cosas_ respondió Ichigo introduciendo en su boca un pedazo bastante generoso de su panqueque.

_ Me alegra que te esté yendo bien, Kurosaki-kun_ dijo Orihime con una sonrisa.

Continuaron hablando amenamente de sus amigos, de las clases y de planes que tenían. A pesar de que Orihime estudiaba arte e Ichigo ingeniería mecánica, ambos siempre compartían de las actividades que realizaba.

_ ¿Ishida-kun? ¿Lo has visto?_ preguntó curiosa mientras lavaba los platos.

_ Ese traidor…_ dijo Ichigo frunciendo el ceño_ Mira… no estoy seguro pero, está detrás de una chica. Me corto un brazo si no es así

Orihime rió, no se imaginaba al metódico de Ishida Uryuu coqueteando con una chica.

_ Si llego a pasar por la facultad de medicina hoy y los veo juntos te enviaré una foto.

_ ¿Quién es la chica?_ preguntó Orihime curiosa secando sus manos, preparándose para la partida de Ichigo.

_ Eso es lo más curioso. Resulta que es la hija de…_ sus palabras se quedaron a mitad, ya que el sonido de la puerta al abrirse lo distrajo por completo.

Por el umbral de la puerta cruzó un hombre de aproximadamente 25 años, muy pálido… como si su piel nunca hubiese visto la luz del sol, cabello negro azabache y unos penetrantes ojos verde jade que los observaron por unos segundos. Vestía con una chaqueta blanca, con una camisa verde que combinaba con sus ojos. Ichigo quedó paralizado ¿Quién era esa persona? ¿Acaso había forzado la puerta? Dirigió su mirada a sus manos y vio un manojo de llaves.

Orihime sintió los nervios en la boca del estómago. Ichigo y el hombre se miraban fijamente. Nadie decía nada… ella decidió intervenir.

_B-B-B-Buenos días, Ulquiorra-kun. ¿Qui-Quieres café?_ preguntó forzando una sonrisa.

Ulquiorra dejó de ver a Ichigo, la miró a ella y contestó con una profunda voz:

_No.

Seguido de esto siguió su camino hasta la habitación que había pertenecido al hermano mayor de Orihime, Sora. Cerró la puerta tras él y la sala de estar/cocina se quedó en el silencio más sepulcral…

_Inoue…. ¿Tu….?_ Ichigo no encontraba las palabras _ ¿Quién es ese sujeto?

_ Es Ulquiorra Ciffer y ahora vive conmigo. Es mi inquilino._ respondió Inoue con la mirada gacha, sabía que tarde o temprano pasaría esto

_ ¿Estás loca? ¿Estás consciente que tienes un hombre DESCONOCIDO viviendo contigo?

_ Si, pero…

_ Podría ser un delincuente, un asesino, un secuestrador.

_Si, pero…

_ ¿Por qué no nos consultaste antes?

_ Es que… _ Ichigo no la dejaba continuar, estaba muy impactado por lo que acababa de ver.

_ Sabes que estás sola acá y te pue…

Ahora fue Orihime quién le interrumpió perdiendo un poco los estribos.

_ Sora murió, debo empezar a valerme por mi misma, Kurosaki-kun. Nuestra cuenta bancaria está por llegar al límite, si no trabajo no podré seguir estudiando, es por eso que yo estoy trabajando con Urahara-san y alquilé la habitación de Sora, yo lo necesitaba..._ las lágrimas empezaron a salir de sus ojos_

Ichigo la atrajo hacia si en un abrazo. Le preocupaba que ese tipo pudiera hacerle daño, pero en cierta forma entendía su situación.

Sora, el hermano mayor de Orihime había fallecido un año atrás en un fatídico accidente de tránsito dejándola completamente sola. Con todo lo que eso implica. Evidentemente su amiga estaba desesperada y él no logró prever esta situación, ni él ni los demás.

Orihime lloró silenciosamente en los brazos de Ichigo, tranquilizándose con el aroma de su amado. Pensaba que podía permanecer así eternamente, eso le traía paz.

_ Solo me preocupo por ti, ¿si? Discúlpame por todo…_ dijo Ichigo

_ No, soy yo quién debe disculparse_ dijo Orihime, secándose las lágrimas con el dorso de la mano_ Debí haberles comentando antes, para que no se sorprendieran.

_ Cuéntame algo de él… ¿Cuánto tiempo lleva aquí?_ pregunto Ichigo esperando que las respuestas de su amiga lograran brindarle algo de tranquilidad.

_Lleva unos dos meses y medio viviendo conmigo_ Ichigo alzó las cejas en señal de sorpresa_. Es alemán… creo. Eso es lo único que sé de él, realmente Ulquiorra-kun no está cuando yo estoy… es un fantasma, prácticamente.

Con esas últimas palabras, Ichigo se quedó un poco más tranquilo. Sin embargo, pensaba que los 3, Uryuu, Chad y él, tendrían que ir a casa de Orihime más seguido, para que aquel desconocido supiera que la indefensa joven no estaba sola.

_ Por cierto, Inoue_ comentó Ichigo cambiando de tema drásticamente_ Hoy en la noche vamos a salir a tomar algo, deberías venir.

Orihime dudó… tenía mucho tiempo que no salía con sus amigos gracias a la depresión. Quizás cambiar de ambiente le haría un poco de bien. Una leve sonrisa se dibujó en su rostro.

_ ¡Uhmmm ok!_ respondió la chica enseñando sus blancos dientes_ ¿A dónde iremos?

_ ¡A Las Noches!_ contestó el hombre_ Es un nuevo sitio. Hay tragos, pista de baile. Keigo dice que es el lugar más cool del momento.

Hablaron durante un cuarto de hora más, hasta que Ichigo finalmente tuvo que irse a sus clases. Pero no se fue sin antes hacerle prometer que lo llamaría si el tipejo ese comenzaba a actuar extraño con ella.

Orihime se quedó mirando la puerta unos instantes sin hacer nada, sabía que la reacción de sus amigos sería esa cuando se enteraran que un hombre desconocido vivía con ella. Caminó unos cuantos metros hasta posicionarse frente a la antigua habitación de su hermano, ahora de Ulquiorra Ciffer, y alzó la mano para tocar la puerta. Quería ofrecerle al joven algo de desayunar, o tal vez solo quería hablar con alguien, porque al irse Ichigo, comenzó a sentirse sola nuevamente. Al final decidió irse a su habitación, Ulquiorra nunca atendía a sus llamados.

Entró en su habitación y se recostó en la cama poniendo su almohada en la cara y abrazándola con ambos brazos. De un momento a otro había cambiado su vida drásticamente. Había perdido a su hermano, no lograba coordinar sus estudios con el trabajo, estaba ahogada en deudas... y además vivía con un desconocido.

Fue la psicóloga de la Universidad, Unohana Retsu quién le dio la idea. Luego de la muerte de Sora, había comenzado a acudir a sesiones de terapia con la doctora hablándole de la etapa de depresión que se encontraba experimentando. El dolor de la pérdida la abordaba cada noche al regresar a casa, sentía que se ahogaba, lloraba hasta desfallecer, y en sueños le encontraba de nuevo. Posteriormente, las cosas fueron mejorando en el área sentimental, había aprendido a aceptar la pérdida como algo temporal y se aferraba a la idea de que algún día se encontraría con su hermano en el otro mundo. Fue allí cuando la situación económica empezó a golpearle… condominio atrasado, pago de universidad atrasado, y un sinfín más de cuentas.

Flashback

_ ¿Inoue-san?_ dijo interrogante Unohana tras su escritorio. Era una mujer muy hermosa y elegante, calmada y en extremo amable _ ¿Has pensado recibir un inquilino en tu casa?

_ ¿Un inquilino en casa?_ contestó Orihime sin entender muy bien a que se refería_.

_ La habitación de tu hermano se encuentra desocupada, y estas atravesando por este problema económico_ mientras decía esto observaba a la pelinaranja con detenimiento a fin de analizar cada una de sus reacciones_ Podrías desligarte de las cosas materiales de tu hermano al ceder esa habitación, aunado a que recibirías una compensación pecuniaria por ello. Por otro lado, tendrías una persona a la cual acudir de forma inmediata, un apoyo. ¿Entiendes lo que digo, Inoue-san?

_ Pero… Sora se sentirá triste si me deshago de sus cosas… E-El…_ titubeó con los ojos llenos de lágrimas_ pensará que lo olvidé muy fácil.

Unohana sonrió con gesto maternal. Había visto esa reacción muchas veces en otros pacientes. Se aferraban a las pertenencias de sus seres amados obligándose a pensar que así los mantendrían con ellos por siempre.

_Inoue-san, tu hermano te amaba, y no existe mayor prioridad para él que el hecho de que puedas mantenerte por ti misma, que vivas tu vida y seas feliz_ tomó la mano de la joven y la sujetó con el fin de trasmitirle fuerzas_ es un gran paso que debes dar, el cierre...

Fin del Flashback

Ese mismo día, al llegar a su casa, decidió que la doctora Unohana tenía razón y por ello comenzó a distribuir en cajas las pertenecías de su hermano. Toda su ropa la donaría a la caridad, a excepción de la chaqueta favorita de su hermano, aquella que le entregaron al graduarse en la Universidad. Sus amados libros los guardaría y atesoraría por siempre. Eran su legado. Cada libro de Sora tenía anotaciones realizadas por él a los costados, interpretaciones, que para Orihime eran una ayuda para recordarlo tal y como era: un hombre lleno de bondad e inteligencia. Esa noche se quedó dormida en la cama de su hermano después de haber llorado hasta que no quedaran lágrimas en sus ojos.

A la mañana siguiente, se despertó con el cuerpo adolorido y lo ojos hinchados. Encendió su computadora y redactó un anuncio con letras bastante llamativas que decían "Se busca ROOMMATE" y que contenía la ubicación del departamento y cómo contactarla para pedir más información. Luego de ello, tomó una ducha muy larga, se vistió con una falda larga amarilla y una camisa morada, se cepilló su cabello y colocó las horquillas que su hermano tan amorosamente le había regalado.

Salió del departamento para entregar la ropa de su hermano a la caridad y para ir al centro de copiado y pegar los carteles que hizo en los alrededores. Una vez terminada su tarea, regreso a la casa donde nadie esperaba.

Los días pasaron rápido entre el trabajo en la tienda de Urahara y las clases en la universidad. Finalmente las llamadas comenzaran a llegar. Varias chicas estuvieron interesadas en alquilar la habitación que Orihime estaba rentando, pero al final ninguna terminó por convencer del todo a la chica. Acordó que les llamaría cuando hubiera decido, aunque eso era mentira. Ninguna de ellas le habían inspirado confianza.

Dos semanas después de haber puesto los carteles, y habiendo entrevistado a siete chicas, llegó el correo de él. Era muy puntual. Orihime abrió el correo y leyó.

Flashback

_ ¿Urukiora? ¿Chifaru?_ dijo con voz de confusión_ Que nombre más raro… Debe ser una chica que viene del extranjero.

"Buen día, quisiera ver su apartamento. Estaré pasando por la dirección indicada a las 2 de la tarde"

_ ¿Dos de la tarde?_ exclamó Orihime con impacto_ ¡Eso es en 10 minutos!

No podía creer que esa mujer hubiera concertado una cita sin siquiera acordarlo. No preguntó si tenía disponibilidad. Dado que aparecería en cualquier momento, Orihime trató de ordenar el pequeño desastre que había en su mesa de la sala/comedor, ya que estaba esculpiendo un rostro masculino (que se parecía mucho a Ichigo) para su clase de anatomía y posición de los objetos en un plano tridimensional. Justo cuando estaba limpiando la mesa con un paño húmedo, sonaron dos golpes secos en la puerta.

Caminó hasta el espejo de su cuarto y se vio hecha un desastre. El cabello, partes de la cara y cuello estaban llenos de arcilla. La camiseta blanca estaba también manchada. Tardaría mucho en ponerse presentable así que decidió salir así con su camisa sucia y parte de sus esbeltas piernas también.

_ ¡Buenas tardes!_ exclamó con una sonrisa al abrir la puerta, pero al fijarse detenidamente en la persona que estaba tras la puerta se encontró con unos intensos ojos color verde esmeralda.

Nunca en su vida había visto unos ojos tan hermosos como esos. El dueño de esos espectaculares orbes le devolvía una fría mirada. Orihime se detuvo unos momentos para analizar al hombre frente a ella. Debía medir un metro setenta más o menos, de piel muy pálida. Su rostro estaba impasible, no podía distinguir ninguna emoción en él. A primera vista parecía una persona muy triste… no supo por qué pero esos ojos removieron algo en su corazón.

_ Disculpa… Entra por favor_ dijo finalmente Orihime haciéndolo entrar. El hombre llevaba consigo una enorme maleta negra, y una mochila bastante grande también._ Mi nombre es Inoue, Inoue Orihime_ completó tendiéndole la mano con una sonrisa.

El hombre la observó hasta que decidió tenderle su fría y pálida mano _ Ulquiorra Ciffer_ Tan rápido como la sujetó la soltó.

_ Uhmmm. Ven y te enseño la casa. Esta es la sala de estar/cocina_ dijo señalando el sitio donde estaban con ambas manos_ La cocina, la nevera, la despensa, el lavaplatos_ comentaba rápidamente indicando donde estaban las cosas_ Por acá está el baño, sólo hay uno. La habitación de la derecha es la mía, la de la izquierda es la que está vacante_

Abrió la puerta del cuarto de su hermano y le enseñó la habitación, era pequeña pero cómoda. La cama estaba en la esquina superior derecha, justo al lado de una de las ventanas. Había un escritorio en la otra esquina, al lado del armario vacío.

Ulquiorra entró en la habitación, quitó el morral de su espalda y extrajo de él una billetera bastante larga, de esas que generalmente se usan para guardar cheques. La abrió y sacó un fajo de billetes que le extendió a Orihime mientras decía:

_ Ten dos meses por adelantado. Trabajo de noche. Espero tener mi propia llave de la puerta de entrada y de mi habitación_ tan rápido como la chica tomó el dinero, él comenzó a desempacar sus cosas.

Orihime no entendía muy bien lo que acababa de pasar, pero parecía que acababa de cerrar el trato con Ulquiorra Ciffer.

Durante los siguientes dos días, la pelinaranja trató de conversar con él, al respecto de la situación que los mantenía unidos. Sin embargo, era como si continuara viviendo sola. El hombre no salió de la habitación en ningún momento, ni siquiera cuando ella llamaba a su puerta. En ocasiones, la joven pensaba que quizás había soñado lo ocurrido y que realmente no había más nadie con ella en la casa, lo único que le confirmaba que Ulquiorra Ciffer no era producto de su loca imaginación era los ruidos procedentes de la habitación de su hermano que se escuchaba en algunas oportunidades.

Orihime continuó su rutina como de costumbre: se levantaba, hacia el desayuno, le oraba a su hermano, se daba un largo baño, iba a trabajar o a estudiar, hacia las compras en caso de que fuera necesario, regresaba a casa, organizaba las compras, salía a trotar, regresaba, se daba un largo baño de nuevo, cenaba y finalmente dormía… sus días eran exactamente igual desde la muerte de su hermano, salvo por pequeñas excepciones, pero básicamente no había nada que alterara su rutina significativamente.

Ahora lo único distinto era que pensaba en cómo decirle a aquel hombre-fantasma que no podía seguir viviendo en su casa porque nunca lo había aceptado. Está bien. Había aceptado el dinero, pero solo había sido porque la tomó por sorpresa.

Al tercer día después de la llegada de su no-acordado-inquilino, el ruido de la puerta de la habitación sacó a la joven de sus pensamientos y seguidamente un ruido a su espalda. Inmediatamente se dio la vuelta para encarar a Ulquiorra. Por un momento solo se vieron… él estaba completamente vestido de blanco, salvo por la camisa y corbata que eran negras. El frío verde esmeralda de sus ojos taladraba los almendrados castaños de ella haciéndola sentir un poco extraña ¿Miedo, tal vez? ¿Tristeza? ¿Incomodidad porque esos ojos parecían leer sus pensamientos? No lo sabía con certeza.

_ Buenas noches… Ulquiorra-kun.

_ Mujer. Las llaves_ exigió el hombre.

Orihime se aclaró la garganta y contestó con un deje de nerviosismo en la voz:

_ Verás, Ulquiorra-kun… Estuve pensando que quizás no sea buena idea que compartamos casa…_ el rostro del hombre permanecía inmutable_ Es que un hombre y una mujer viviendo solos y juntos... ¿Qué pensarán los vecinos? No es que esté diciendo que seas una mala persona ni nada…

Su voz, inicialmente alta, terminó en un susurro. Ulquiorra, contra cualquier pronóstico, dejó asomar una leve sonrisa en sus labios antes de continuar con voz amenazadora.

_ Me gusta el apartamento. Me gusta la zona. Estoy completamente instalado. No voy a dejar la habitación. En tanto no me molestes, no notarás mi presencia… moléstame y desearás no haber nacido, mujer.

El labio de Orihime tembló mientras sus ojos eran inundados por el terror.

Supo claramente que la estaba amenazando y no solo porque lo escuchó, sino porque cada fibra de su ser los sintió.

Extendió el manojo de llaves al pelinegro y este desapareció dejándola completamente sola.

Fin del FlashBack

Tras ese suceso, pensó en poner una denuncia a la policía, pero nunca reunió el valor suficiente para hacerlo. La semana primeras semanas fueron un suplicio para la joven, ya que solía imaginar que su roommate era un asesino serial de mujeres y/o un traficante de órganos y solo esperaba que la joven bajara la guardia para matarla y/o vender sus entrañas en el mercado negro. No obstante, tal como Ulquiorra había prometido, si no era molestado ella no notaría siquiera que vivía con alguien.

Poco a poco fue bajando la guardia, hasta sentirse "normal". Con el pasar de los días, notó que el hombre era bastante ordenado y limpio. Las áreas compartidas que utilizaban, es decir, el cuarto de baño, permanecían siempre en perfectas condiciones.

Sin darse cuenta siquiera, transcurrió un mes y luego otro… Continuó viviendo con Ulquiorra Ciffer.

Fin del capitulo.

¿Qué tal les pareció este capítulo? Algo cortito pero bueeeno.

Es una historia que tengo escrita desde hace tiempo, espero que les guste!

Cualquier crítica o comentario será muy bien recibida!

Los quiero! :D