DISCLAIMER: Los personajes de InuYasha y Co. no me pertenecen, son propiedad intelectual de Rumiko Takahashi. Esta historia es invención mía, sólo tomo a los personajes para situaciones hipotéticas, sin fines de lucro, sólo para entretenernos.
Fic participante de la actividad "(30) days of shipping" y del reto "Camino al infierno", ambos del foro "¡Siéntate!" (Link en mi perfil~)
— Peccātum—
— I —
— Lujuria (del latín luxus): amor a la carne.
Deseo carnal que nunca duerme. —
Cerró los ojos, dejando que el calor del agua y el vapor que emanaba de ella le envolviera por completo. El clima era frío, había caído una nevada un par de días atrás y todo estaba teñido de blanco. No era el panorama ideal para salir a realizar un trabajo, porque la nieve siempre dificultaba el trayecto y muchas veces les costaba encontrar refugio si la noche los sorprendía en medio del camino. Esta vez, sin embargo, habían tenido suerte: las aguas termales que ahora bañaban su cuerpo habían aparecido justo frente a sus ojos cuando estaban por buscar alguna cueva para pasar la velada, y junto a ellas había una pequeña construcción de madera que ofrecía resguardo de la helada intemperie, desocupada. Sonrió, eso pintaba mejor que cualquier otro viaje que hubiesen emprendido hacía tiempo.
Escuchó el sonido del agua al mecerse cuando su acompañante se aventuró a entrar, abriendo los ojos para observarlo con detenimiento al tiempo que sentía sus mejillas encenderse levemente. Pese a que ella seguía comportándose debidamente frente a todos, ya llevaban tiempo como un matrimonio bien consolidado y algunas costumbres de cada uno, las iba adquiriendo el otro sin mucha dificultad, unas más rápido que otras. Miró con detenimiento los astutos ojos azules, la pícara sonrisa ladina, y se aventuró a bajar su trayecto, apreciando los firmes hombros y brazos, los definidos pectorales y el atlético abdomen hasta lo que el agua le dejaba ver. El resto de la anatomía no era necesario que la imaginara, la conocía bastante bien y sólo pensar en ella, provocaba que el calor de las aguas termales fuera ínfimo al lado del propio.
En otras circunstancias, habría hecho a un lado los pensamientos que ahora atravesaban su mente. Habría ignorado ese cosquilleante deseo que aparecía en su vientre, el evocar el recuerdo de esos brazos rodeándola, esas manos recorriéndola hasta los lugares más íntimos, su boca saboreando cada rincón al que tenía acceso; la idea de tener el cuerpo de Miroku junto al suyo, al alcance para también tocarlo, disfrutar agarrarse de sus nalgas y piernas marcadas, de la misma forma en que él hacía con ella, pronto dejó de ser un simple pensamiento para convertirse en su deseo.
Mordiéndose el labio, se acercó a él juguetonamente, logrando despertar el deseo también en su carne, pudo notarlo fácilmente en el brillo lascivo que desprendió su mirada al encontrarse con la de ella, para luego escrutar alrededor en busca de algún intruso que pudiese interrumpirlos.
— Sabes que estamos en un lugar público, ¿no, Sanguito? Si alguien apareciera...
— Lo sé... Pero nadie en su sano juicio saldría de su hogar con este clima — acotó ella, dibujando un travieso e incitante círculo en su tórax.
— Somos los únicos tan locos como para hacerlo, ¿eh? — Sonrió de medio lado, intercambiando una mirada cómplice con ella. — Está bien, pero prométeme que no vas a contenerte.
Ahora Sango le regaló una sonrisa juguetona, insinuante. — No quiero hacerlo.
En ese punto, el deseo y la atracción que ella sentía por su esposo y que lograba provocarle a él sin mayor esfuerzo, habían llegado a un nivel sobrenatural que le nublaba un poco el juicio, pero no le importaba. A ninguno de los dos, en realidad, porque ése era un placer al que, una vez probado, ambos se habían vuelto adictos.
Miroku atrapó con su boca la de su mujer, besándola de una forma tan apasionada que logró un gemido ahogado en su garganta mientras sus manos se aventuraban a buscar esos lugares tan secretos y anhelados más de lo que era moralmente correcto admitir. Ahora no les importaba si alguien los descubría, el apetito naciente en sus entrañas sólo iba a saciarse de una forma, y agradecían que la noche apenas comenzara. Porque de seguro no dormirían, al igual que ese ferviente deseo que los consumía.
Prompt: Lujuria. (¿A que no se nota? xD)
Bueno, como es habitual en mí, no puedo resistirme a las actividades del foro y esta es muy tentadora - sí, invita a pecar, yeah~ - así que aquí vamos. Pequeñas viñetas que van describiendo esos momentos en los que este par va a dejar ver algo más allá de su moral, donde se dejarán guiar por el placer del pecado de turno y arrastrar al otro en ese viaje, para llegar juntos al infierno... no es una mala propuesta, ¿no?
En esta ocasión, le di la oportunidad a Sango de explorar ese lado que no va a mostrarle a nadie más, pero dejándola olvidar por una noche la moral bajo la que siempre se presiona. Vamos, que estoy segura de que ella desea con más pasión de lo que quisiera admitir, a su hombre y de seguro ya se le pegó lo pervertida.
En fin, nos leemos en el siguiente, abrazos y besos para todos (L)
Yumi~
A favor de la campaña "Con Voz y Voto", porque leer y/o dar favs/follows sin review es como agarrarme una teta y salir corriendo.
