Esta historia va a ser de Ed Edd y Eddy, los personajes no me pertenecesn y va a haber yaoi/slash. Si no te gusta este género será mejor que leas otra historia.


Flases. Aplausos. Suspiros de "amor" y una sonrisa de oreja a oreja que provoca todo lo anterior. Ahí estaba, Eduard Spanky, más conocido por sus fans como Eddy, famoso actor, modelo, y auto-representante.

Estaba a punto de firmarle un autógrafo en el escote a una despampanante rubia cuando-¡Eduard, cuantas veces tengo que repetirte que no te duermas en los laureles!-la potente voz de su jefe le despertó e hizo que por poco tirase el bote de bolígraos-di-disculpe... No era mi...-el jefe le cortó dejando una pila de hojas de casi veinte centímetros de alto sobre la mesa. -Quiero que acabes todo antes del viernes o te juro que no vulves a trabajar en ningún otro banco de esta entidad.- Eddy solo pudo suspirar de una forma claramente cansada. ¿Cuantas veces le había hecho ya lo mismo? Ya podía contar las horas dormidas en una semana con los dedos de una mano.

Pero ¿qué más podía hacer? Sus padres hacía años que le habían empezado a ignorar, le debía demasiado dinero a su hermano y ese trabajo parecía ser lo único con lo que conseguir suficiente dinero para poder devolvérselo... En un plazo de cinco o seis años.

No, nada positivo de momento. Lo único bueno es que había logrado tener un cuerpo más o menos atractivo : delgado pero ligeramente fuerte, con el pelo corto y una ligera cresta que quedaba con tres puntas hacia delante. Estaba planteándose seriamente el raparse ya que le recordaba a una época no demasiado feliz. Pero bueno, le quedaba bien. Aunque claro, ¿a quién le gustaban los enanos de apenas 1´60? Esa era otra buena razón para deprimirse. ¿Porqué su estúpido hermano mayor tenía que ser tan alto? ¿Porqué tenía que haber salido a su madre?

-No, Eddy, no es momento de pensar en eso-se dijo a si mismo asintiendo y empezó con los malditos informes. Agh, demasiados clientes. Estaba deseando que el banco se fuese a pique y verlo él. Ojalá.

...

Pasaron casi cuatro horas, dando así ya las cinco de la tarde y apenas llebaba la mitad del montón. Solo tres horas más para irse a casa. Tendría que volver a hacer horas extra y encima ya estaba agotado, bebiendo café cada dos por tres para intentar mantenerse despierto. Lo bueno es que mañana era ya fin de semana. Podría descansar, por fín. Se le empezaba a hacer la boca agua de pensar en las cervezas y los chupitos de tequila que iba a meterse en el cuerpo esa misma noche. Se centró y siguió trabajando, viendo al rato como sus compañeros empezaban a irse, sin despedirse de él ya que ni él mismo quería hablar. Necesitaba toda su concentración para acabar al menos a las diez de la noche.

Y así fue, dieron las diez y cinco y ya había apagado el ordenador.-Joder ¡si!-dijo recostándose en la silla con una sonrisa de satisfacción. Dejó todo medianamente ordenado, guardadno los papeles en sus respectivos ficheros y pudo levantarse casi a y veinte. Ya estaba a punto de salir cuando de nuevo, su jefe le llamó a voz en grito -¡Eduard! ¡Ven ahora mismo!-pero su voz parecía apurada. Fue a ver lo que quería sin saber que sus extrañas ojeras blanquecinas estaban bastante más notables del cansancio.-¿Si? ¿Ha pasado algo?- miró a los ojos de su jefe desde abajo y este le empezó a explicar-ha venido un cliente justo ahora y yo no puedo atenderle. Es alguien importante para nosotros, encárgate de él y más te vale hacerlo bien-acabó con la amenaza de siempre "o te juro que no vulves a trabajar en ningún otro banco de esta entidad". Eddy ya tenía pesadillas con esa jodida frasecita.

Pero fue hasta la oficina colocándose algo la ya arrugada camisa. Dentro estaba esperando el "importante cliente", un hombre de rasgos duros, espalda ancha, vestido con un traje de Hugo Boss de los más hermosos y caros, y, lo que más llamó la atención de Eddy : un brillante pelo totalmente naranja y recogido hacia atrás acentuando aún más sus ojos verde esmeralda que le miraron como si le conociese. -Hola, soy Eduard, el señor Spinter no puede atenderle ahora mismo, espero poder estar a la altura-las palabras salían atropelladas, como si lo único que quisiera fuese irse a casa, y eso es lo que deseaba, pero, para incrementar su cansacio, estaba la impresión al darle la mano de ver que acilmente el hombre pelirrojo enfrente suyo podía rondar el metro noventa. -¿Como puedo llamarle?- El pelirrojo se dio cuenta en ese momento de que Eddy no le reconocía, y solo pudo sonreír-K. Simplemente, no es de tu incumbencia mi nombre ni mi apellido.-Eddy estubo a punto de lanzarle la silla del despacho, pero solo se sentó frente al ordenador ofreciéndole asiento. -Bien, pasando a la cuestión importante, ¿porqué desea dejar nuestro banco?-miró en la pantalla. Mierda, no podía ver el nombre completo, solo la "K", necesitaba la contraseña. Pero vio la fecha, llevaba casi cinco años con ese banco en esa sucursal. -No me gusta este banco, ya no me dan nada. Mi dinero crece demasiado lento en las cuentas y los que me atienden son cada vez más desagradables tanto a la vista como al oido. ¿Porqué debería quedarme?-Todo lo dicho lo dijo mientras se miraba las uñas con desinterés, pero la última pregunta la hizo mirando directamente a los ojos del moreno que dejaba ver su molestia, pues su ceño estaba fruncido, pero respiró hondo ants de contestarle para no sonar como un asesino en serie. -Bueno...-comenzó-podría encargarme de que le den un regalo acorde con sus gustos o simplemente podría cambiar el tipo de cuenta a una que le diese mejores beneficios.- Dijo con una calma algo rara dado que le había insultado poco antes. -Ya, pero la cuestión es que el cambiar todo mi dinero, que no es poco, va a salirme más caro que sacarlo y cambiarme de banco.- Vaya, había dado en el clavo. Eddy suspiró. -Bien, entonces hábleme del regalo que desea, así hablaré con mis superiores y trataré de facilitárselo.- "K" sonrió ante eso. - No creo que sea muy ético para un banco propocionarme algo de compañía, no se si me entiende...- Eddy notó un leve rubor subirle a las mejillas y carraspeó tapándose la boca. -No, lo siento... No creo que me dejen hacerlo- "K" levantó una mano para callarle y se inclinó hacia delante haciendo sonar el cuero bajo sus pantalones. -Se me ocurre una idea, ponte TÚ a mi disposición y me quedaré en este banco hasta que me arruine, si es que ese día llega.- Eddy abrió los ojos con incredulidad y su boca hizo casi lo mismo pero la pudo frenar mordiéndose los labios. Si, eso le había pillado totalmente desprevenido. -B-bueno... Creo que...-pensó mejor antes de decirle "ni de coña" y respiró hondo algo ruborizado -bueno... Dependiendo del tiempo... - dijo y "K" respondió rápido -descuida, un par de días y ya soy feliz.- Eddy estaba desconcertado, ¿acaso no acaba de decir que eradesagradable? ¿Para que le necesitaba? Bueno... Así al menos no perdería el trabajo... -Está bien, encantado-dijo finalmente con una voz algo aguda de los nervios. Ambos se levantaron, dieron la mano y "K" le pasó una nota con una dirección junto con un número de habitación... Empezaba a ponerse turbio el asunto. -A las dos, de la mañana, por si quedaban dudas. No llegues tarde.-

Eddy fue hasta su casa a toda prisa. Debía cenar, ducharse, dormir un rato y, finalmente... Reunirse con "K". Al mirar en su portátil, vio un correo de su amigo Doble D comentándole que ha logrado que le den una subvención bastante sustanciosa. Bien, se alegraba por él, siempre le había gustado eso de trabajar en laboratorios y mecánica. En cuanto a Edd... Desde que escapó del manicomio estatal, nadie sabía nada de él.-Ese maldito cabezón...-dijo preocupado. Pero ya bastaba de tonterías. El lunes respondería a su amigo, ahora tenía muchas cosas que hacer.

...

Sobre la una y cuarto de la mañana sonó su despertador. Soltó uno de los suspiros más agotados de toda esa semana y se levantó. Al menos había podido dormir, solo espera no ser explotado por "K"... Espera, ¿y si resulta que es gay y lo que quiere es hacerlo con él? ¿¡Cómo no había pensado en eso antes!? No no, si es eso se dará media vuelta y se irá. Asiente un par de veces algo nervioso. Prefiere morirse de hambre que tener el trasero dolorido-eh eh eh, ¿y quién dice que sea yo el de abajo?-se dijo en alto frente al espejo ya vesitdo con sus pantalones azules vaqueros algo desgastados por los muslos y con la camisa blanca. -Tché, que sea bajito no significa que sea el de abajo, no soy una chica- dijo sin querer mirarse pues empezaba a sonrojarse. Se peinó con algo de gomina y se bebió tres cafés solos antes de salir e ir en taxi dándole la dirección.

Ya casi a las dos llegó y al salir pudo ver un hotel-rascacielos. Sus ojos volvieron a abrirse como platos y entró teniendo la sensación de que solo respirar iba a costarle dinero. Le pararon con dar tres pasos-he sido invitado a la habitación 223.-Dijo pero no le creyeron ya que no supo responder al nombre del inquilino-ehm... solo me dijo "K"...-respondió y llamaron a la habitación rapidamente antes de llamar a la policía por si fuese cualquier loco.

Eddy odiaba sentirse como un criminal, más si no ha hecho nada malo. Cuando pasan cinco minutos, un ascensor abriéndose suena a su espalda y "K" salió disparado diciendo de todo al recepcionista. El invitado solo pudo quedarse callado esperando que la discusión acabase hasta que "K" le empujó al ascensor entrando con él y metiendo una llave para que le llevase a su piso.-Estúpidos...-dijo mascullando la palabra y miró a Eddy de reojo-al menos ha llegado puntual, bobo.- Bobo... Bobo... Pelirrojo, "K", rico, engreido...-¡Kevin!-dijo Eddy pegando la espalda a la pared del ascensor provocando una risotada en el mayor por un año. -Vaya, ya pensé que no te acordabas de mí, Eddy.- No podía ser, no podía ser Kevin. No podía, simplemente NO. Eddy estaba hecho un manojo de nervios. Iba a pasar un fin de semana entero con Kevin. No, ni de broma, iba a irse a casa. Miró pero no había botones en el ascensor, solo una ranura y una pantalla. Sin llave, solo espera encontrar las esalaeras de emergencia. -No puede ser...-murmuró y notó que tiraban de él cuando las puertas se abrieron y le metían en una habitación claramente preparada para una parejita... Velas, un cubilete de metal con hielo y champange... Bombones y una cama de matrimonio, no, era más grande que unade matrimonio y lo mejor de todo, era redonda, como la antigua cama de Eddy.

-Eh... Yo... Mejor me voy-dijo y Kevin le cerró la puerta en las narices poniéndole contra la pared.-tu no te vas a ninguna parte...- Le agarró de la camisa y empezó a besarle como si estuviese desesperado, impidiendo que el menor pudiese separarse lo más mínimo de él al tenerle encerrado entre su gran cuerpo y la sólida pared. Eddy ya era un nervio andante. No podía pensar, no podía empujarle, no sabía lo que le estaba pasando.¿Porqué Kevin le estaba besando?-Bobo...-dijo al separarse de sus labios con una leve y sensual risilla. -Tienes un aspecto bastante más delicioso que antes... Me alegro de haberte dejado madurar...- -como si fueses mucho más viejo-replicó Eddy volviendo a tener esa chispa respondona que tantos golpes le valieron hace casi ya diez años, pero Kevin no le pegó, le mordió en el cuello haciendo que Eddy gimiese. -Joder, para...- ¿Hacía cuanto tiempo que Eddy no estaba con nadie tan intimamente...? Y para colmo con un hombre. No, peor que estar con un hombre, estaba con Kevin, KEVIN, el que tantas veces le humilló de pequeño y le negó el simple hecho de comer unos caramelos juntos.

-¿Porqué?-preguntó el pelirrojo torturando poco a poco el cuello de Eddy-n-no me dijiste que era para esto-dijo a modo de queja el menor y Kevin le miró a los ojos levantando una ceja-creo que eres lo suficientemente mayorcito como para saber a lo que me refiero cuando digo "compañia". Que tu hayas ofrecido tu culo tan amablemente no es mi culpa.- Eddy frunció el ceño-ah no, eso si que no. A mi no me metes nada ¿entendido? Yo camino en la otra acera, tío.-Dijo tratando de separarse y Kevin le agarró del trasero con fuerza pegando ambas cinturas pudiendo notar Eddy que el mayor empezaba a tener un ligero problemilla en sus partes bajas... -Como no me dejes meterla esta noche te juro que te voy a violar por TODOS y cada uno de tus putos agujeros, ¿me escuchas, bobo?- dijo Kevin notablemente molesto por la negativa del moreno-¡Jah! Te vas a comer una denuncia como te atrevas-le respondió. Eddy se había vuelto aún más respondón con los años, y sabía que decir y cuando para que doliese o asustase... O que el otro se ría. La risa del pelirrojo no pasó seapercibida, Eddy estaba mirándole como si acabase de ver un fantasma. ¿Porqué se reía?-¿Qué es tan gracioso? Violar es-es casi peor que asesinar-dijo con un hilillo de voz y Kevin le emepezó a frotar de arriba a abajo, una y otr vez, tratando de al menos excitar un poco al moreno que tan raramente no sucumbía a sus encantos. -¿De verdad crees que vas a ser capaz de denunciarme? Dudo que puedas llegar a mover un solo dedo cuando acabe, pedazo de bobo.- Dijo lamiendo la mejilla del menor que empezaba a sonrojarse pues su miembro, tan olvidado ultimamente, estaba despertando por culpa de Kevin... Eddy suspiró un poco con los ojos cerrados. -Kevin, en serio, a mi no me van nada estas cosas, para antes de que sea tarde...-dijo y sintió una mano en su entrepierna que le acariciaba haciendo que se arquease de golpe al no esperarlo. No quería abrir los ojos, se esforzaba por imaginar que era cualquier persona menos él...

-Mírame. Me gusta que me miren.- -¡A-a mi no me gusta mirar!- -Eddy... Estoy siendo delicado... No me cabrees.- Presionó más su miembro y Eddy gimió alto acabando por abrir los ojos con una expresión que facilmente podía ser terror como placer, algo raro, pero en fin, era Eddy.

Sin saber como, diez minutos después estaban ambos semidesnudos, tirados en la cama, Eddy abajo, por supuesto, pero estaba respondiendo bastante bien. De todas formas, Kevin había despertado siempre cierto interés en él... Negó esos pensamientos por cada vez que le vinieron a la mente. Pero los labios de Kevin... Se sentían tan bien... Tan calientes... Tan demandantes... Tan... Perfectos.

No quería deshacerse de esas sensaciones. Puede que no fuese una idea del todo mala el probar a hacerlo con un hombre, ¿no?. -A... Ah...-Kevin mordisqeaba y lamía los pezones rosados de Eddy sin dejar de frotar ambos miembros. Eddy no se quedó atrás y le desabrochó el pantalón escuchando un suspiro de satisfacción y placer escaparse de la boca del pelirrojo que le miró con sus ojos verdes, con una expresión depredadora. -He, veo que cuanto más te toco más te va gustando...- Kevin lamió sus labios y Eddy se medio apartó algo molesto por la afirmación, pero poco tardó en recaer en el placer cuando el experto pelirrojo le masajeó el miembro mientras desabrochaba sus pantalones de una forma tortuosa y sensual, haciendo a Eddy sentirse como algo delicado y pervertido... Más femenino que nunca. Pero no era como él pensaba, realmente le estaba gustando eso de no tener que hacer demasiado.

Tan metido estaba en sus pensamientos, que no vio cuando "K" bajó hasta su vientre pellizcándolo un poco en un pequeño michelín-¿Y esto? Veo que las camisas engañan, sigues tan fofo como siempre.- Sonrió y se llevó una mirada entre asesina y dolida del moreno. -¡Y un jamón! ¡Llevo semanas sin poder hacer otra cosa que dormir y trabajar! ¿¡Te crees que todos podemos estar todo el día en el gimnasio como tu!?- Kevin se tapó la boca pero empezó a reirse sin demasiado desprecio en su voz, algo realmente raro, pero Eddy no dijo más hasta que dejó de reirse. -Mira, déjame. Paso de esto.- Dijo levantándose y escapando de sus manos sin saber como, pero de poco le valió pues le abrazó, si no es más correcto que le atrapó, por la espalda, juntando ambos cuerpos, aunque Kevin necesitó agacharse para quedar más o menos a la misma altura. -No seas infantil, no puedes irte solo por un comentario, Spanky.- La boca de Kevin se torció en una sonrisa maliciosa viendo como Eddy trató de soltarse en cuanto dijo su segundo nombre. -¡Que me sueltes!- Una mano fujitiva fue hasta el miembro del moreno y otra le juntó aún más desde el vientre - Yo no he dicho que no me guste que estés medio gordo, bobo.- Eddy sintió sus mejillas ponerse como tomates y dejó de pelear notando besos por su cuello y nuca.

Kevin le giró con un rápido movimiento y tirón, viendo la adorable expresión desconcertada de Eddy. El pobre llevaba desde el principio reprimiendo esa admiración que sentía hacia Kevin, pero después de que le parase así... Es como si Kevin también sintiera interés, o admiración. El pelirrojo sonrió de lado y le empezó a besar sin darse cuenta que su flequillo naranja se había separado del resto del pelo quedando algo hacia delante. Edduy respondió al beso acabando por abrazarle por el cuello dando rienda suelta a su admiración e imaginación dejando a Kevin sorprendido pues el resto de la noche transcurrió más apasionado de lo que se esperaba. Aunque al llegar a la parte importante...-¡Que no!- Eddy cerró las piernas teniendo a Kevin enfrente perdiendo la paciencia. -Te voy a preparar...- -¡Que NO!- dijo de nuevo haciendo que la vena del cuello de Kevin se hinchase poco a poco. -Eddy, tengo lubricante... No duele tanto como piensas.- -¡QUE NO! ¡Mi culo es mío y yo decido si entras!- -...- Kevin le abrió las piernas como el que abre un libro y se colocó en medio para no permitirle cerrarlas. -Tienes dos jodidas opciones, uno, deja que te prepare y así puede que mañana puedas sentarte sobre cuatro cojines, y dos, entro a lo bestia desgarrándote hasta lo más profundo de tu ser y luego te mando al hospital de una patada. Elije y no me hagas esperar.- Ante eso, Eddy se encojió y suspiró temblando, totalmente aterrado-l...La uno...-dijo en bajo viendo la expresión asesina de Kevin suavizarse para besarle y empezar con las preparaciones.


Que majo es Kevin ¿eh?

Nos vemos.

~~Lady Vamp~~