BETEADO POR: Natzhieli Viridiana Ibarra Galvan
Disclamer: Los maravillosos persojanes pertenecen a Stephenie Meyer y solo la historia es completamente mía.
Llegando a ti
-¡Isabella! Apúrate niña que a la señora Esme no le gusta la impuntualidad- mi madre gritaba con toda la fuerza que sus pulmones le permitían, aun sabiendo que nuestra casa era tan pequeña que con solo levantar un poco la voy la hubiera oído.
Sin muchas ganas salí de mi habitación pasando mis manos pon las inexistentes arrugas de mis desgastados jeans, para compensarlos escogí la blusa que me había regalado papá en mi cumpleaños pasado era de un bonito color azul y lo mejor de todo es que tenía un ligero escote que la hacía tener un toque de elegancia y para complementar mi atuendo unas valerinas negras que eran los zapatos más presentables que tenia.
Aun íbamos a tiempo pues René entraba a su trabajo a las 9:00 de la mañana y solo eran las 8:10 mas sin en cambio la puntualidad podía darme un punto a favor con los señores Cullen y es que el encontrar un trabajo se estaba volviendo algo fundamental si quería seguir estudiando y por lo menos ayudar un poco en casa.
Desde que tengo memoria tanto René como Charlie han tenido que trabajar para poder mantener nuestra casa en pie pero principalmente para poder mantenerme a mi; Mamá después de estar por mucho tiempo en distintos trabajos conoció a la familia Cullen y fue cuando la señora Esme le ofreció trabajo como la ama de llaves. Sin duda eso ha sido una de las mejores cosas que nos han pasado ya que dejando a un lado que la paga es demasiado buena, tanto la señora como su esposo Carlisle son personas muy humanitarias y no los típicos snobs asi que ahora junto con mi mamá nos dirigimos a su mansión para que me permita trabajar ahí.
Decir que me encontraba frente a una casa digna de revista es quedarse corto, pues aquel hogar parecía ser sacado de mis fantasías; los enormes jardines le daban un toque único pero la entrada y el imponente diseño en conjunto la hacía parecer una construcción moderna con toques clásicos, demasiado asombrada intentando captar hasta el mínimo detalle fui siguiendo a René hacia el recibidor. Sin percatarme por dónde íbamos llegamos a la entrada principal de aquella casa y no me sorprendió que el interior fuera aun más hermoso, un piso de mármol de un color un tanto aperlado cubria la habitación haciendo acorde a las paredes de un color champagne, por ambos lados de las paredes había dos ventanales por los cuales se podía observar un colorido jardín lleno de tulipanes y demás flores que no supe distinguir, entre los ventanales destacaba un espejo de media pared enmarcado en un cuadro de madera oscura lo cual provocaba un muy buen contraste con las paredes, dándole un toque muy mono en el centro de la habitación había sillones individuales de un color un poco más oscuro que el de las paredes y para finalizar distintos objetos de colores un poco más llamativos complementaban la decoración.
Me encontraba tan perdida analizando todo que no me di cuenta cuando una mujer de cabello color caramelo llegaba
-Oh René pero ¿Qué te trae tan temprano por aquí? Y con esta linda señorita- La que suponía yo era la señora Esme fue la que hablo
-Señora esta aquí presente es mi hija Isabella, le hable de ella hace algunos días y finalmente el día de hoy está aquí para confirmar el puesto en el que va a trabajar- Decía mi madre en un tono muy seguro.
-Pero claro, aunque pareces muy joven linda ¿que no debería ella estar en el instituto?-
-Es por eso que estoy aquí señora Esme, yo quiero continuar estudiando pero a mis padres se les va a hacer imposible continuar pagándome mi carrera y tal vez si usted me da la oportunidad de trabajar mientras estudio pueda finalizar mis estudios- Un tanto apenada supe responder.
Estaba esperando una respuesta positiva pues de lo contrario no sabría que hacer, y doña Esme parecía estar meditando su respuesta.
-Nada de señora, no me hagas sentir tan grande solo dime Esme; eres una persona que demuestra mucha fortaleza Isabella no muchas jovencitas pelean por lo que quieren así que es un hecho que de ahora en adelante vas a trabajar auxiliando a tu madre pero principalmente atendiendo a mi hijo Edward-
la sonrisa con la que finalizo estoy completamente segura que no se comparaba con la que adornaba mi rostro y es que todas mis esperanzas estaban puestas en la confirmación que acaba de recibir, después de todo que tan difícil podía ser el estar al pendiente del pequeño Edward.
Hola niñas bonitas! Esta es mi primera historia espero y les guste.
Me dejarían un bonito review
