"Esperandote"
Capitulo 1. Tristeza, soledad y recuerdos
Estaba una chica sentada en su habitación, frente a la ventana, contemplando un punto muerto en el horizonte, parecía triste pero en sus ojos se podia observar un ápice de esperanza e ilusión, era joven y hermosa, tenía 21 años y se encontraba pensando en el chico que le había robado el corazón hace tanto tiempo, 10 años para ser exactos...
----------------------- Flashback -----------------------
Dos personas en un aeropuerto se encontraban despidiéndose, las lágrimas en los ojos de ambos eran de absoluta tristeza y dolor, el tipo de dolor que sientes cuando no sabes cuándo vas a volver a ver a la persona que más amas ...
– Sakura, no llores. Te prometo que volveré por ti. Te amo, eres mi vida Sakura. Prométeme que nunca vas a olvidarme – dijo un chico de unos 16 años, luchando con todas sus fuerzas por no llorar
– Te lo prometo, Shaoran. Y tú nunca olvides que te amo más que a mi propia vida y ... – Pero Sakura no pudo más y su voz se quebró, las lágrimas en sus ojos comenzaron un deslizarse por sus mejillas, y ante tal imagen Shaoran no resistió y rompió a llorar de igual manera, ni el mismo sabía por cuánto tiempo se iria, pero sí sabía lo que haría a su regreso, iria por Sakura ...
Sakura comenzó a abrazarlo fuertemente y él hizo lo mismo, no dejarla quería, pero ese asunto en China era de suma importancia, y si quería que Sakura y él tuvieran un futuro juntos, tenía que acudir, así que aprovecharía el poco tiempo que les quedaba Juntos ... pegó a Sakura más hacia su cuerpo - si es que eso era posible - y tomo suavemente su barbilla para alzarla, y la besó tiernamente en un principio, pero el beso se torno pasional y lleno de necesidad, una necesidad incesante que a cada segundo aumentaba y los iba consumiendo ...
----------------------- Fin Flashback -----------------------
Un toquido en la puerta sacó a Sakura de sus recuerdos, se paró de la silla lentamente, dirigiéndose hacia la puerta, pero justo cuando iba a poner la mano en la manija, la puerta se abrió dejando ver a una sonriente chica.
– Buenos días, Sakura – dijo la chica
– Muy buenos días, Tomoyo – dijo Sakura, sonriéndole de igual manera y preguntó – ¿Ya has desayunado?
– No, aun no. Venia a preguntarte si querías que desayunáramos juntas o, ¿tienes algo importante qué hacer? – Preguntó Tomoyo, sabiendo de sobra la respuesta
– Sabes que no ... y sí ... – Y quedaron en silencio unos instantes – Tú sabes qué día es hoy Tomoyo, hoy se cumplen 6 años desde que ... - Pero fue interrumpida
– Sí, lo sé ... desde que ambos se fueron – y ambas volvieron a quedar en silencio
Ésa era la verdadera razón por la cual vivían juntas, era cierto que la casa que le había regalado su madre a Tomoyo era muy grande para que viviera ella sola, y también lo era el hecho de que a Sakura le quedara bastante retirada la Universidad; pero la soledad y tristeza que a veces las invadían, eran inmensas y con el paso de los años se volvían más insoportables, y la única compañía que en esos momentos les venía bien era la de la una a la otra; no era que no tuvieran la compañía de sus familias y amigos, era mejor dicho todo lo contrario, y era por ellos que habían luchado con todas sus fuerzas para seguir adelante y ser las mismas niñas dulces y optimistas de siempre, pero la verdad era que al caer la noche, las invadían los recuerdos, y qué decir en sus sueños… y es que hace 6 años, el destino les había arrebatado los más valioso e importante de sus vidas…
– Sakura, es mejor que bajemos a desayunar, se va a hacer tarde y no nos dará tiempo de arreglarnos para ir con… – pero fue interrumpida
– ¿Ya vamos a desayunar? – preguntó un adormilada voz que entraba a la habitación
– Buenos días, Kero – saludaron alegremente Sakura y Tomoyo
– Lo siento, buenos días – dijo un apenado Kero y preguntó – ¿Ya te levantaste Sakura? Pero si todavía es muy temprano y hoy no vas a la universidad… – pero no terminó de hablar al ver la reacción de ambas chicas, y más por miedo que por duda, revisó la fecha en el calendario… ¿Miedo? Pues sí, esa fecha era la más temida por Kero en todo el año, no es que maltratan al singular guardián, por supuesto que no, pero el modo casi automático y agónico en que ambas chicas actuaban todo el día era de temer, Sakura y Tomoyo eran alegres, sí, claro que lo eran, pero desde hace años que el brillo en sus ojos había disminuido notablemente; y ese día parecía no existir. Él, año tras año, intentaba alegrarlas, incluso ese día estaba establecido un horario un tanto extraño: hoy los tres desayunarían juntos – y no entendía por qué Tomoyo seguía yendo a la habitación de Sakura para preguntarle si desayunarían juntas –, irían a casa de Yukito – a Sakura le tranquilizaba bastante su presencia, y también había sido exigencia de Yue, quien estaba preocupado por el estado de su dueña –, después, irían a comer con Toya y el padre de Sakura, para finalizar con una merienda en casa de la madre de Tomoyo, todo lo posible para evitar que estuvieran solas; pero ellas siempre iban al aeropuerto, bueno, en realidad iban muy seguido, aunque con el paso de los años habían reducido sus visitas, nada del mundo impedía que fueran ese día.
– ¡Vamos a preparar el desayuno! – dijo alegremente Sakura, cosa que sorprendió un poco a Kero
– ¡Sí, yo digo que hagas tus deliciosos hot cakes, Sakura! – respondió alegremente Tomoyo, provocando un leve sonrojo en Sakura y la peculiar gotita de sudor en cabeza de Kero; y es que en realidad no habían cambiado esas dos, Tomoyo seguía admirando profundamente a Sakura, e incluso seguía grabándola y haciéndole conjuntos, bueno estos últimos de vez en cuando; y Sakura no acababa de acostumbrarse a la singular admiración de su amiga, y a que le pidiera posar y ponerse sus trajes ante la cámara.
– Este… yo... bueno… – Sakura no sabía dónde meterse, pero Kero saltó a su rescate
– ¡Vamos, Sakura! Hay que apurarnos, o ¿querrás hacer esperar a Yukito? – e instantáneamente Sakura sacó todo lo necesario para hacer hot cakes
Estuvo preparando el desayuno en silencio, sabía la receta de memoria, así que no debía poner tanta atención. Y comnezó a recordar, por supuesto, lo único que podía hacer ese día era eso: recordarlo, recordar los momentos más felices de toda su vida.
----------------------- Flashback -----------------------
Sakura estaba en la cocina, preparando sus tradicionales hot cakes, lo hacía apresuradamente ¿la razón? Shaoran la esperaba en la sala, y no quería pasar ni un segundo separada de él. El sueño que había tenido, la había asustado lo suficiente para no separase de él en todo el día; su sueño había sido bastante confuso y lo cierto es que no había entendido mucho, pero lo que le asustó fue el final del sueño. Se encontraba en varios escenarios, parecía una película: primera imagen, Shaoran y ella tomados de la mano caminando por el parque de Tomoeda, segunda imagen, ella y Shaoran besándose frenética y desesperadamente en un aeropuerto, tercera imagen Shaoran compartiendo una habitación con Meiling, cuarta imagen Shaoran peleando contra un hombre de avanzada edad, pero por lo que podía sentir de poderes invencibles, y quinta y aterradora imagen Shaoran terriblemente herido y a punto de morir, esforzándose de manera inhumana para decirle: Te amo
No había estado tranquila en todo el día, se lo había contado a Shaoran para ver si él podía descifrar algo, pero nada, le había dicho que se tranquilizara y que tal vez sólo había sido un sueño, y no significaba ninguna visión del futuro. Sakura quiso creerle con todas sus fuerzas, pero había sido tan real…
– ¡Aaaah! – gritó al sentir que unas manos le rodeaban la cintura
– Tranquila, sólo soy yo – dijo Shaoran terriblemente cerca de su oído y Sakura dio un respingo
– Perdón, es sólo que no consigo calmarme – y se volteó para quedar justo enfrente de Shaoran
– Así que no consigues calmarte, ¿eh? – y sin darle tiempo de reaccionar, la besó, el beso fue dulce, tierno, al mismo tiempo que pasional e intenso y de verdad que Sakura se tranquilizó, mejor dicho, dejó de pensar
– Y, ¿ya estás más tranquila, amor? – y Sakura no pudo estar más feliz, no era que Shaoran fuese frío pero a veces, sí le molestaba el hecho de que fuera bastante reservado y ante la mirada de los demás fuera algo ¿cómo decirlo? ¿Distante, quizá?
– Por supuesto que sí, amor – y ésta vez fue ella quien no dejó reaccionar al castaño…
----------------------- Fin Flashback -----------------------
– ¡Sakura! ¡Se están quemando los hot cakes! – dijo un alarmado Kero, y Sakura salió de sus recuerdos algo asustada, un poco por el hecho de haberse desconectado totalmente del mundo y otro tanto por lo que había recordado…¿Y si el sueño era real? ¿Si de verdad era una premonición? Pensando comenzó a limpiar el pequeño desastre sin percatarse de que Tomoyo, quein estaba parada a su lado, tenía los ojos cristalizados al borde del llanto, y es que su cabeza era un verdadero lío ¡Odiaba ese día! ¡Odiaba ver a Sakura de esa forma! Tan mecánica, tan agónica, tan… tan… tan igual que ella, y es que al verla, sentía que estaba frente a un espejo, sabía lo deprimente que era actuar así, sabía que no podía hacer nada ni ayudar a Sakura, ¿de qué forma podría ayudarla, si estaba igual o peor que ella? ¿Peor? ¡Sí, peor! Sakura ya sonreía, se notaba más alegre y optimista al paso de los días, pero – ¿por qué siempre tenía que existir un pero? –, todo el avance que Sakura lograba en el año, se venía abajo ese día, y era como volver a escribir la historia de nuevo; sin embargo, ella no avanzaba lo más mínimo, tal vez sonreía y se alegraba, sí, pero las alegrías no le duraban el tiempo que ella deseaba, siempre tenía que buscar algo con qué entretenerse para no recordarlo demasiado, pero en este momento, ya era demasiado tarde…
----------------------- Flashback -----------------------
Tomoyo estaba sentada en un hermoso campo verde, contemplando la maravillosa vista que había, cuando de pronto sintió como alguien le cubría los ojos
– ¿Esperó demasiado, Srita. Daidouji? – preguntó un chico de unos 16 años con un cabello negro azabache
– La verdad es que sí, Sr. Hiragizawa. Me comenzaba a preocupar por usted y su salud – contestó Tomoyo muy alegre
– ¿De verdad, Tomoyo? Yo creo que no tendrías necesidad, porque podría utilizar mis poderes sin el menor problema, y… – pero no pudo terminar de hablar, porque Tomoyo se abalanzó sobre él, quedando encima de él
– Sí, sobre todo. Como si en tu mundo existieran las casualidades, Eriol – dijo Tomoyo en un tono alegre, pero a manera de reproche
– Pues, aunque no lo creas, sí existe una, una bastante hermosa y alegre, que puede hacer que mi mundo se voltee de cabeza con tan solo sonreír – dijo Eriol felizmente, haciendo que su acompañante se sonrojara gravemente
– Este… bueno… yo… – pero Tomoyo no tena ni las más remota idea de qué decir, algo que a Eriol le pareció bastante adorable, y la besó tiernamente y con adoración, como si de una diosa de tratara, algo que a Tomoyo le provocó, bueno no exactamente le provocó algo, porque en el momento que Eriol posó sus labios sobre los de ella, Tomoyo ya había visitado las estrellas y había dado una vuelta entera al espacio, porque no importaba que llevaran de novios 4 años, a ella siempre le parecía que cada vez que él la besaba, era la primera vez, y todo a su alrededor desaparecía…
----------------------- Fin flashback -----------------------
– Tomoyo, ¿te sientes bien? – preguntó Kero, haciendo que Tomoyo regresara bruscamente a la realidad
– Este… sí Kero me encuentro perfectamente, no te preocupes – le contestó ella en un tono poco convincente, y con una sonrisa claramente falsa, pero Kero no le podía decir nada, ni a Sakura, no les podía recriminar el hecho de que estuvieran tristes porque día con día intentaban no estarlo y sonreír. Porque ya no oía los gritos de Sakura a media noche a causa de las pesadillas que tenía, ni el llanto de Tomoyo en la madrugada, pero como había dicho por enésima vez en el poco tiempo que llevaba despierto ¡Odiaba ese día! Pero no sólo eso, temía algo más que el actuar de esas robots, algo le decía que ocurriría algo importante, al menos para ellas…
¡Hola! Bueno este es mi primer fanfic, y espero que le haya gustado este primer capítulo. ¡Saludos!
