RECUERDOS

Ben Miyanoshita, de cinco años, estaba jugando en el patio. No tenía muchos amigos, pero, ¿Quién los necesitaba cuando se tenía una pelota en manos? Aunque a veces, el pequeño veía a sus compañeros correr, jugar y reír, y deseó, por un momento no ser tan tímido.

Ese día parecía ser un día cualquiera. Hasta que el colegio recibió una mala noticia. Y le tocó al inspector, el señor Wahanobi, comunicárselo a Ben.

El hombre canoso salió al patio. Con cuidado de no ensuciarse, caminó por entre esas crías humanas que correteaban entre sus piernas, riendo. Ben jugaba solo con una pelota de fútbol.

-Hola, Ben- le dijo el señor Wahanobi. Los otros niños se habían alejado para seguir con sus juegos.

-Hola- dijo el pequeño, tímidamente.

-Tengo una mala noticia-

-¿Una mala noticia?-

-Sí, es del hospital. Tu madre fue internada-

-¿Mi mamá?- gritó el niño, asustado.

-Sí-

-¿Por qué?-

-No nos han dicho específicamente. Lo único que sé es que tiene una enfermedad muy grave-

-Y… ¿Se va a recuperar?-

-Lo más seguro. Sólo hace falta esperar-

Ya era hora de irse a casa. Ben esperaba en su sala de clases a su papá, Richard. El señor Miyanoshita vino a buscar a Ben unos minutos más tarde. En el auto los esperaba Claire, que estaba impaciente por ir al hospital para ver a su mamá.

No tardaron en llegar al Hospital Florblanca, donde estaba Karen Miyanoshita, acostada en una camilla. Ella, al ver a sus dos hijos y a su esposo entrar, se puso muy contenta.

-Mamá, me preocupé mucho- dijo Claire.

-Yo más- comentó Ben.

Karen rió.

-Pase lo que pase, no deben asustarse nunca. El miedo no es la clave de ninguna solución. Tienen que ser fuertes- dijo, sonriendo cariñosamente.

-Creímos que ibas a morir- lloriqueó Ben.

-Oh, pequeño. Ven acá.

Ben se sentó a los pies de la camilla. Claire se situó al lado de su mamá, para darle un abrazo.

-Niños, necesito decirles algo-

-¿Qué, mamá?- preguntó Claire.

-Esto no va a ser fácil. Estoy muy enferma, y lo más probable que me quede aquí por mucho tiempo-

-¿De qué te enfermaste, mami?- quiso saber Ben.

-Es complicado de explicar. Los sabrás cuando seas más grande, cariño. Pero lo que sí deben saber, es que ahora más que nunca deberán sacar la fuerza y el valor que ustedes tienen. Como les dije, no será fácil. Ni para ustedes ni para mí-

Claire volvió a abrazar a su mamá.

-Madre, quiero saber una cosa- dijo Ben.

-¿Qué, cariño?-

-Volverás a casa, ¿Cierto?-

Karen rió.

-Si algo es cierto, es que nunca me apartaré de ustedes-

-¿Nunca?- preguntó Ben, con un brillo de felicidad en los ojos.

-No. Nunca me apartaré-

Ben fue a los brazos de su mamá, se acurrucó, y se quedó dormido.

Abrió los ojos. El despertador lo había despertado. Ben se levantó, y se dirigió al baño para lavarse la cara. Ahora no era el pequeño que se apegaba a su mamá. Después de todo, ya no la tenía. "Eso de soñar las cosas del pasado… Es frustrante. E hiriente" pensó.