Título: I may like the feeling, not the idea
Fandom: The Mortal Instruments
Claim: Jace Wayland. Alec Lightwood. Jace&Alec.
Disclaimer: Podría jurar que son de una tal Cassandra, no míos.
Summary: Es que hay ciertas veces en las que Alec no se entiende ni siquiera él mismo. —Drabble, Alec&Jace. Para Analu.
Nota: Gracias a mi R por betearlo y por el nombre :D
Nota2: No me convence del todo pero meh. Para Analu, porque la amo, fin.
:-:
Si Alec se pone a pensar detenidamente en ello, se dará cuenta de que quizá (sólo quizá) sus sentimientos hacia Jace (que sí, ¿vale? está enamorado de él ¿y qué?) hayan estado siempre ahí desde pequeño. Porque, si se pone a hacer memoria y repasar cada uno de los recuerdos que tiene (porque sí, la mayoría incluyen siempre a Jace), se dará cuenta de que, desde aquellos días ya le gustaba su mejor amigo.
Y es que tal vez el sonrojarse cuando Jace ponía su brazo alrededor de sus hombros al tiempo que revolvía su pelo en aquel tiempo pudo parecerle no normal, pero tampoco algo como para hacer un escándalo; pero ahora se da cuenta de que, igual y sí, un poco extraño sí era. Pero es que, vamos, Alec nunca se imaginó que esa sensación de ni-siquiera-sabe-qué en su estómago (se rehusa a pensar en mariposas, que no es una niña, gracias) fuera por ello, no. O que el que le sudaran las palmas cuando estaba cerca de él no fuera a causa de cualquier otra cosa. Claro que no, ¿cómo iba a saberlo? (Aunque tal vez sí, porque verás, Alec era ridículamente inteligente a la edad de nueve, no digamos ya cuando creció un poco más).
Tal vez el que Alec no se diera cuenta del todo se debía a que nunca imaginó que pasaría, porque para él todo era normal, porque Jace era su mejor amigo, su parabatai, su, bueno, su Jace. Porque (y es que eso tal vez fuera lo que hizo que hasta Isabelle se diera cuenta de lo que Alec no), si Alec era algo, eso sería posesivo. Porque si Jace no estaba con él, hacía berrinche, gritaba y pataleaba un poco (pero nunca lloraba, claro que no); pero cuando Jace regresaba con él, actuaba un poco indiferente, como si el que volviera no significara tanto como realmente lo hacía. Porque eso le molestaba mucho en aquel entonces (y lo sigue haciendo ahora, claro), el hecho de que parecía no poder estar tranquilo a menos que el rubio estuviera cerca, que esa ansiedad se apoderara de él cuando no sabía dónde se encontraba Jace y esas cosas que para Alec eran la cosa más estúpidamente importante que pudiera haber.
Es que hay ciertas veces en las que Alec no se entiende ni siquiera él mismo. En las que el pensar en su infancia le hace feliz y puede que un poco triste a la vez. En las que no sabe ni qué pensar. Porque, verás, puede que se haya admitido que está enamorado de Jace, pero no por eso le agrada la idea.
