Las Doce Audiencias
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Las cartas de Saori
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Tatsumi llevaba días esperando a su ama con impaciencia sin tener ni rastro de ella como para ir a buscarla como solía hacer en situaciones de peligro pero ahora era diferente porque la Señora Kido se había marchado hacía varios días para tener una junta muy importante con su padre Zeus ya que debía tocar puntos cruciales respecto al destino de sus caballeros dorados.
—Es de vital importancia que vaya al Monte Olimpo cuanto antes —le dijo una tarde casi llegando de la batalla contra Apolo—, sino aclaro varias cosas con mi Padre y el resto de los Dioses esto no terminará nunca. Quiero que te quedes a cargo mientras no estoy.
—Como Usted ordene Señora pero ¿cuánto tiempo estará fuera? —para el mayordomo era imposible ocultar su preocupación ya que era la primera vez que veía a su jefa tan molesta y determinada.
—Tal vez una semana o quizás menos, aún no lo sé pero mientras estoy fuera hay algo que voy a encargarte.
Lo que ella le encomendó fue la compra de una propiedad ubicada a medio camino entre la zona norte de Atenas y el pueblo de Rodorio, ella no le dio más detalles solo le dejo indicado que fuera un chalet a su gusto de ella pero que luciera lo menos llamativo posible. Tatsumi sabía a la perfección que clase de inmuebles le gustaban a su jefa pero no entendía el por qué comprar una propiedad en esa ubicación exacta en vez de adquirirla en la zona lujosa al sur de Atenas.
Así que los últimos días los dedicó a la búsqueda de dicho inmueble. El chalet en cuestión tenía dos pisos, de paredes blancas y altos techos de teja roja además una barda lo rodeaba y estaba equipado con un complejo sistema de seguridad difícil de detectar ya que deseaba que se viera lo más común y corriente sin dejar la seguridad de su ama de lado.
Contrató a un profesional que lo ayudara con la decoración de la casa así como con la compra de muebles ya que estaba seguro de que su jefa no querría perder el tiempo con esos detalles y conociéndola habría contratado al mismo hombre también. El interior de la casa debía lucir como el palacio que habitaría una dama de alta sociedad como ella.
Todo debía quedar perfecto antes de que la Señora Kido volviera de su audiencia.
Tatsumi estaba listo esperándola en la puerta de la recién adquirida propiedad ya que la última indicación fue hacer el registro de salida del hotel y esperarla en la ubicación acordada. Todo estaba listo y solo quedaba esperar no importaba cuantos días habían pasado ya.
Saori Kido llegó de improvisto una mañana luciendo tan elegante como siempre analizando con cuidado el interior de la propiedad mientras Tatsumi lucia su mejor porte esperando que fuera del total agrado de la joven, no podía ocultar lo mucho que se había esmerado en encontrar el chalet más apropiado y a la altura de una dama como ella.
—Es perfecto —dijo ella rápidamente—, sabía que no podía esperar menos de ti y la decoración es exquisita.
—Me alegra mucho que sea de su agrado mi Señora.
—Estupendo y esto concluye la primera parte del plan que tengo en mente. Ahora necesito que convoques a Seiya y los otros, tengo mucho que discutir con ellos y contigo.
—Muy bien llamaré al Hospital enseguida, debieron darlos de alta hace un par de días.
—Excelente.
Mientras Tatsumi hacía lo propio ella subió a la que sería su habitación para descansar un poco ya que la Audiencia con los Dioses había tomado más días de los planeados pero al final había valido la pena ya que su punto quedó demostrado y su deseo sería respetado siempre y cuando ella misma respetara los requisitos para que la muerte y resurrección de sus caballeros dorados terminara. Sería muy doloroso dejarlos partir pero era indispensable o siempre estarán al servicio de cualquier dios sin ningún respeto por sus vidas.
—Ha llegado el momento de redactar una carta a cada uno de ellos —tomo un papel y pluma dispuesta a escribir el primer borrador de esa carta de despedida que indicaba tres cosas importantes: reunir sus pertenencias y objetos personales, dejar la armadura dentro de su caja de Pandora y salir de forma definitiva del Santuario—. Sí, es la mejor forma de garantizarles protección y anonimato de ahora en adelante.
La carta que le dejaría a cada uno de ellos diría más o menos lo siguiente:
"Apreciable…
Por medio de la presente le comunico que es necesario que tome las pertenencias que tenga en su templo y abandone el recinto al… del día de hoy. Así mismo deberá renunciar a la posesión de la armadura de oro y a su rango. Deberá dejar la armadura en el templo dentro de su caja de Pandora y salir del Santuario a la brevedad posible sin dejar nada atrás.
La razón de esta decisión le será informada en la audiencia que tendrá conmigo el día de… justamente al... La ubicación del lugar donde se encontrará con ella está descrita en el mapa contiguo.
Se le pide de la manera más atenta que no llegue tarde a la cita puesto que es indispensable su presencia para discutir temas importantes relativos a su futuro.
Atentamente,
Athena"
Una lágrima resbaló por su rostro al leer el documento que acababa de redactar, sabía que era una decisión difícil pero lo hacía por ellos. Fue directo a su nuevo despacho para escribir las doce cartas ya que debía organizar doce citas para los siguientes días sin perder ni un minuto; la operación que tenía en mente debía quedar completada antes de que terminara la semana o los Dioses no respetarían el trato que tenía con ellos. Apolo dejo libres sus almas y cuerpos no hacía mucho, por lo que seguramente, los doce ya debían estar en sus recintos o lo estarían dentro de poco tiempo.
El único que no quiso participar en esos tratos o bien saber más del tema fue Shion. Él le dijo desde un inicio que prefería el camino de la muerte y regresar al mundo como una persona diferente ya que había estado más de doscientos años en servicio y lo único que deseaba era un merecido descanso.
—Será como desees —ella se despidió de él y lo vio partir en medio de una estela de luz.
El otro caso especial era el anciano Maestro de los Cinco Picos pero él accedió a tener una audiencia con ella ya que quería hablar un par de temas importantes antes de tomar la decisión que ella ya conocía.
—Es importante que hablemos Atena —le dijo cariñosamente—, ha pasado mucho tiempo desde mi nacimiento pero no puedo irme sin dejar concluidos mis pendientes.
— ¿Entonces ya tomaste tu decisión?
—Así es. No se preocupe yo sé por qué está haciendo todo esto.
En realidad serían solo once audiencias complejas.
—Mi Señora, los caballeros de bronce ya fueron notificados y estarán aquí dentro de poco tiempo.
—Perfecto, ¿también convocaste a Jabú y los otros?
—Sí, vendrán hasta aquí para el mensaje importante que quiere darles.
—Estupendo, ahora quiero que envíes a unas tres personas al Santuario, necesito saber el estatus de cómo están las cosas por allá y si ya estarán los doce caballeros dorados en sus templos.
—Muy bien. ¿Quiere que les demos algún mensaje de parte de Usted?
—Así es. Entregarán un sobre cerrado a cada uno de los caballeros, adentro está una carta escrita por mí en la que los convocó a una Audiencia personal. En la siguiente semana tendremos mucho movimiento en este chalet así que date prisa.
—A la orden.
Mientras Tatsumi reunía al personal adecuado para la misión ella se dedicó a terminar las cartas, habría sido más fácil escribir solo una plantilla en el computador y cambiar el nombre del destinatario pero no quería hacerlo así porque prefería que fueran de su puño y letra. Sería una despedida pero debía ser lo más apropiada posible aunque tuviera mucho de qué hablar con cada uno de ellos.
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Seiya, Shun y Hyoga fueron los primeros en llegar aquella soleada mañana, los tres no entendían del todo a qué se debía el llamado urgente de Saori pero como era una petición de su diosa acudieron casi en seguida sin preguntar. Para ellos el llegar a una residencia nueva no era ninguna sorpresa ya que sabían que ella solía comprar casas aquí y allá por lo que aquello paso desapercibido para ellos pero lo que no les paso por un lado fue la expresión de seriedad que tenía la joven en su rostro al verlos.
—Tomen asiento mientras llegan los demás porque tenemos muchas cosas que discutir respecto a lo que sucederá en este chalet en los próximos dos días.
—Pero Saori…
—Allá está la sala —ella no dijo más dejándolos perplejos con su actitud tan estresada y poco cordial por lo que los tres se sentaron sin decir más pero sin quitarle los ojos de encima a la joven que iba de aquí para allá con un asistente cambiando sillas y mesas de lugar.
—Quiero que todo quedé listo en menos de media hora.
Tatsumi llegó en ese momento acompañado por tres jovencitos quienes esperaron a fuera sin decir nada.
— ¿Ya entregaron las cartas? —preguntó ella con impaciencia.
—Así es, le fue dejado un sobre a cada uno de los caballeros dorados. Los encontramos dormidos en los doce recintos tal y como Usted lo anticipó.
— ¿Los despertaron?
—No.
—Muy bien ahora dame estatus de la situación en el Santuario.
—Está totalmente desolado, tal y como Usted ordenó todo aprendiz y habitante ha dejado el lugar. Recorrimos todo el territorio para corroborarlo.
—Perfecto y ¿qué sabes de Jabú y los otros?
—Vienen en camino, estarán aquí en cualquier momento así como Ikki y el caballero dragón.
Se le pagó a los tres jovencitos por su apoyo llevando las cartas y por recorrer el Santuario y se marcharon de ahí.
Los tres caballeros de bronce vieron como Saori se sentaba delante de ellos visiblemente más tranquila y pidió les ofrecieran algo de beber. Seiya fue el primero en hablar ya que no entendía nada de lo que estaba pasando en esta casa.
—Queremos que nos expliques por qué hay tanta conmoción en este lugar, ¿hay alguna nueva amenaza en puerta?
—No Seiya, no hay peligro en puerta solo que habrá cambios muy fuertes en el Santuario y esos cambios van directo sobre los caballeros dorados. Los convoqué a todos Ustedes ya que deben estar al tanto de lo que se avecina y como procederán de ahora en adelante respecto a ellos.
— ¿Qué le pasará a los Caballeros Dorados Saori?
—Nada malo Hyoga, eso te lo puedo garantizar pero ya lo sabrán apenas lleguen Jabú y los demás. Necesito que estén todos reunidos para poder dar el mensaje sin tener que repetirlo.
—De acuerdo…
De nuevo se habían quedado con dudas pero no podían hacer nada más que esperar.
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Shiryu fue el primero en llegar seguido del grupo de Jabú. Saori no había dicho ni una palabra ya que quería que todos estuvieran sin falta pero antes de que llegara Ikki apareció otro invitado que no se esperaban.
—Es Kiki.
El joven aprendiz de la casa de Aries entró muy desanimado al chalet y tomo asiento sin decir nada. No obstante no pudieron hacerle preguntas ya que Ikki, el último invitado, llegó de improvisto y ahora fue Saori quien tomó la palabra delante del grupo de hombres que la miraban ansiosos por saber qué estaba pasando. Tatsumi cerró la puerta del salón y se quedó dentro.
—Me alegra mucho que estemos todos reunidos y perdonen por mi rudeza pero hemos tenido varios días agitados por lo que está por venir. Les pido por favor que no pregunten nada hasta que haya terminado de hablar ya que es mucho lo que tengo que comunicarles.
Se reacomodó en su silla bebiendo un poco de su té y continuó.
—Como bien saben después de que la batalla contra Apolo y Artemisa terminara tuve una audiencia muy larga con los Dioses del Olimpo a causa de los daños hechos a todos nosotros y al Santuario. Varios de Ustedes sabían de esa audiencia y otros seguramente no pero no lo haré muy largo e iré al grano.
Hablé con mi padre Zeus respecto a cómo cada Dios que viene a la tierra toma las almas de mis Caballeros y hace con ellas lo que les plazca sin consultarme, esto no lo tengo que afirmar ya que Ustedes han visto como sucede, de repente tenemos caballeros dorados resucitados en bandos opuestos; como se está volviendo un problema de grandes proporciones los convoqué para avisarles de la decisión que he tomado respecto a los caballeros dorados y lo que harán Ustedes de ahora en adelante.
El salón estaba en total silencio, todos esperaban las palabras de la diosa quien había tomado una decisión muy trabajada que los afectaría de alguna forma positiva o negativa.
—Los caballeros dorados han vuelto a la vida gracias a mí. Yo los traje de regreso para relevarlos de sus servicios al Santuario.
— ¿Qué dices Saori? Están vivos y vas a relevarlos.
—Así es, durante esta semana estaré ofreciendo dos tratos a cada uno ellos —esta vez Saori se puso de pie muy seria y se dirigió al centro del grupo—. Para garantizar que nadie tenga poder sobre ellos necesito sellar sus cosmos y rearmar sus memorias, por consiguiente ellos no sabrán que estuvieron en el Santuario, que los dioses y el cosmos existen.
— ¡No puede ser! —Esta vez Hyoga interrumpió el discurso de la diosa horrorizado por sus palabras— Quiere volveros personas normales borrando todo rastro de sus glorias en batalla y de nosotros también.
—No Hyoga, no es así. Por favor escucha antes de gritar.
—Lo siento…
—Ellos podrán recordar que los conocieron a Ustedes pero no en batalla sino en cualquier otra situación ajena al entorno del Santuario. La misión que les voy a pedir es que jamás les mencionen lo ocurrido, les pido de la manera más atenta que si los llegan a ver en el pueblo más cercano no mencionen que los dioses existen o el cosmos ni ningún tema relacionado a eso.
Entiendan que tengo que garantizarles a los dioses que ellos no tendrán acceso al cosmos ni intervendrán en ninguna batalla futura. Es de vital importancia que lo asimilen y acepten.
—Es imposible lo que nos estás pidiendo Saori… —Seiya se levantó muy consternado antes de dejarla continuar—, son nuestros hermanos de batalla como podríamos pasarles por un lado en la calle sin… —Seiya no pudo continuar por que alguien lloraba, era el pequeño Kiki quien derramaba lágrimas sin poderse contener.
—Kiki no perderás el contacto con tu Maestro Mu —indicó Saori en un tono mucho más amable— solo cumple con lo que estoy solicitando. Por favor todos entiendan que esto me resulta muy difícil a mí también pero lo hago por ellos para que tengan un mejor futuro luego de haber padecido tanto.
Saori se dejó caer envuelta en lágrimas y hasta ese momento todos se dieron cuenta de lo complicado que era para ella. Todos sabían que tendrían que dejar ir a sus colegas y tratarlos diferente de ahora en adelante pero les resultaba difícil asimilarlo en especial al pequeño Kiki. Sería como lidiar con alguien que tuviera amnesia sin poderle revelar su verdadera identidad.
—De acuerdo —dijo Shiryu muy resignado pero sin perder la compostura— si es por el bien de todos no veo por qué no podamos tratarlos como a cualquier persona. Creo que lo único que queremos todos los presentes es que ellos estén vivos y con una nueva oportunidad entonces habrá que hacer el Sacrificio. Kiki podrá venir conmigo para que no esté solo, yo seré su maestro.
—Shiryu…
El pequeño lo observó sorprendido aun sin asimilar cuantos giros había dado su vida en pocos días.
— ¿Qué pasara con Shaina y Marin?
—Las amazonas han salido del Santuario también. Shaina estará bajo mis órdenes hasta nuevo aviso y Marín… bueno ella decidió tomar otro camino aprovechando que estaré ofreciendo esta alternativa.
— ¿Y qué hay de Shion y el anciano Maestro?
—Dohko estará aquí dentro de unos días, puedes venir a charlar con él Shiryu dijo que tenía varios pendientes que arreglar y creo que tú estás en esos temas.
—De acuerdo aquí estaré.
—Respecto a Shion pues bien él no quiso tomar esta alternativa y se despidió de todos. Aceptó el camino de la muerte sabiendo que el mundo y yo estamos en buenas manos así que estas serán mis órdenes para Ustedes: Podrán tomar un merecido descanso en los días o semanas que vienen pero deberán estar atentos a mí llamado en caso de emergencia ¿de acuerdo? Mu estará aquí mañana así como Aldebaran por si gusta venir a despedirse de ellos.
—Muy bien.
Todos asintieron pero no dejaron de comentar entre ellos lo que acababan de escuchar. Habría muchos cambios sin duda y esas doce audiencias solo eran el primero de ellos. Todo estaba pasando muy rápido pero como bien había dicho Saori era indispensable hacer toda la operación en a la brevedad posible.
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Continuará…
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*Notas: En varias historias he hablado acerca de que los caballeros dorados son revividos y tienen una Audicencia con Saori para discutir el futuro, pues bien he aquí esas doce audiencias. Gracias por leer.
