ACLARACIÓN: Los personajes de esta historia no me pertenecen, los uso a modo de diversión y sin intensión alguna de lucrar con ello.


Luna Roja

Historia basada en "Sailor Moon"

Por

Mihll

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Capítulo 1: La Princesa de la Luna Plateada

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Lo había conseguido, derrotar a Beryl y acabar con la amenaza del mal y, contrario a lo que se esperaba que sucedida, despertar todo el poder del cristal de plata no la había matado como sucedió en otrora ocasión con la reina Serenity.

Caminaba si noción de todo el dolor físico en su cuerpo; avanzaba en línea recta, directo en hacia donde reposaba el cuerpo maltratado y frío de su amiga Rei.

Y repentinamente sucedió, frente a ella un resplandor cálido precedió la aparición de una figura fantasmal que lentamente comenzó a tomar forma de un cuerpo, de una chica, una muy hermosa que extendió sus brazos invitándola a tomar de sus manos mientras sonreía complacida.

Serena entendiendo que podría tratarse de una alucinación producto de lo vivido en forma reciente detuvo su andar para restregarse los ojos, pero luego, ella seguía allí, seguía sonriéndole y eso no era posible.

– Lo hiciste Sailor Moon– susurró la aparecida –Ahora ven acá, deja que te abrace y contenga, porque has hecho mucho, más allá de lo que siempre esperé y salvaste al mundo de la perdición frente al mal.

Serena negó con la cabeza. – Esto no es posible. Tú…

– Soy yo, ¿acaso no eres capaz de reconocerme?

–Eres yo, pero…

La aparecida sonrió cálidamente.

–Mi adorada Sailor Moon, veo que aún no eres capaz de recordar.

–No es posible, no lo es.

Poco a poco la rubia Sailor iba sintiendo como el mareo se hacía inevitable; sus ojos comenzaban a cerrarse y sus piernas perdían la fuerza para mantener su cuerpo erguido.

Con el último esfuerzo y desde el suelo divisó el cuerpo de Sailor Mars a escasos metros. Su mano derecha instintivamente soltó el cetro y la otra trató de alcanzar a su amiga inútilmente.

La voz de la aparecida llegaba a sus oídos tan suaves como su susurro.

–¡Sailor Moon! ¡Sailor Moon!

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El aroma a una mezcla de medicamentos le indicó a Serena que estaba en algún recinto hospitalario.

Abrió sus ojos y lentamente comenzó a identificar la figura de una gata negra que la miraba con mucha expectación. La enfermera a su costado derecho que terminaba de reponer la bolsa de suero la miró y sonrió.

–Me alegra que abras los ojos. –dijo ésta.

–Y yo…–su mano se estiró hasta alcanzar el rostro de Luna–.Hola. –Sabía que su amiga no iba a responderle.

–Es muy terca–la enfermera dijo en tono resignado–.La hemos echado de aquí en cada oportunidad y no hemos conseguido que no regrese. De alguna forma se las arregla para escapar de las jaulas y volver. Debe quererla demasiado.

–Es una de mis mejores amigas–respondió Serena sonriendo.

–No puedo pasar por alto el hecho de que esté aquí, eso implica que estamos fallando a las reglas básicas de sanidad de este hospital. Ya llamé a seguridad y en breve vendrán por ella, sólo no dejes que escape antes que ellos lleguen.

La enfermera salió rauda, entonces Luna suspiró con frustradamente.

–Si no me apresuro terminaré otros cuantos días en una jaula.

–¿Cuánto tiempo? –Serena preguntó algo confundida.

–Dos semanas–desviando su atención hacia la puerta, temía que se abriera en cualquier momento. –Verás que es probable que salgas pronto de aquí, hay muchas que debemos aclarar y creo que será un poco confuso para ti, como lo ha sido para todas nosotras.

–¿Todas nosotras? –Serena repitió extrañada, Luna la encaró.

–Las chicas: Amy, Rei y las demás. Están vivas Serenas–su tono fue de emoción pura–. Gracias al Cristal de Plata ellas pudieron volver a la vida y aún mejor que eso, rápidamente han recobrado su pasado como Sailor Scouts.

–Sí, imagino quien hizo el milagro–desvió su mirada hacia la ventana, no podía con lo último que recordaba tras la batalla con Beryl, se sentía confundida, fuera de lugar, torturada por no tener claridad de lo ocurrido.

– ¿Serena? –Luna llamó la atención de la rubia.

–Lo sé…no comprendo nada, pero lo sé.

En ese momento se sintieron ruidos tras la puerta y Luna saltó al piso y se impulsó a la ventana donde hizo equilibrio; volviendo su rostro hacia Serena, dijo: –Hablaremos luego de esto–Saltó.

Pero no eran quienes esperaban, sólo se trataba de su emocionada familia que ingresó al cuarto llevando un enorme ramo de flores. Sonrió para ellos y mamá se apresuró en llegar a su lado para darle un beso y regalarle su más hermosa sonrisa.

–Estamos felices que hayas vuelto con nosotros. –dijo su padre, cogiéndole de la mano izquierda. –Te amamos Serena.

Serena no hizo más que sonreír y se dejó mimar por ellos. Luego de un rato llegaron dos personas buscando a Luna, sólo tuvo que decirles que escapó por la ventana para que se retiraran presurosos, pero entonces el doctor y la enfermera que venían de regreso les indicaban que el tiempo de visita terminaba.

Fue examinada. El doctor realizaba sus observaciones y la enfermera se dedicaba a tomar nota de todo, finalmente él movió la cabeza afirmativamente, Serena supo que eso era muy bueno porque no quería estar allí.

–Si continúas como ahora, en dos o tres días más estaré en condiciones de darte el alta.

–Me alegra saberlo–musitó Serena.

Después de la visita del doctor las horas pasaron una tras otra, lentamente. Serena tuvo tiempo para pensar en muchas cosas y sumó demasiadas interrogantes, tanto que la jaqueca parecía superarla, y aunque deseaba que le dieran algo para combatir el dolor calculaba que si lo comentaba el doctor podría cambiar de opinión y eso no le convenía.

Al día siguiente recibió nuevamente la visita de sus padres y hermano, estuvo con ellos durante gran parte del día y cuando pensaba que tendría que resignarse con entretenerse un rato con la enfermera que se asomaba por allí durante cada hora, la puerta se abrió dando paso a la persona menos esperada: Darien.

El corazón de Serena comenzó a latir rápida pero dolorosamente.

–Darien–susurró.

–Serena…–acercándose a ella, tomó su mano entre la suya y la miró a los ojos–. Tenía que verte. Necesito saber que estás bien.

La rubia retiró sus manos–No entiendo nada, Darien. Desearía que no hubieras venido.

–Vine porque eres importante para mí–intentando acariciar su rostro. Ella giró su cabeza en sentido contrario. –Serena.

–Apenas logro recordar, pero lo sé…yo no soy ella, y ella es quien debe estar junto a ti. –Él sólo dio un paso atrás, su palidez era extrema. –Después de pensar toda la noche, después de unir cada recuerdo de mi vida como Sailor Scout, después de recordar mi verdadera misión…lo supe y nadie tiene que decirme nada–las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos–. Fui la Sailor Scout más leal de nuestra princesa, su amiga, su protectora; ella me confío su vida y el deber de protegerla fingiendo ser ella…Sucedió como se planeó, ella reapareció en este mundo sólo cuando el mal fue erradicado.

–Pero yo no entiendo, no logro entender–Sentándose en el pié de la cama bajó la cabeza fijando su vista en sus pies–.Cuando estaba junto a ti, cuando te besaba, tú eras mi mujer amada, te recordaba a ti.

Serena sonrió con tristeza. –Pues somos muy parecidas físicamente, es lógico que haya sucedido. Lo ilógico es que al final de cuentas Luna, yo, el mismo Cristal de Plata me convenciera de que yo era ella.

–Yo no sé qué pensar, no sé qué hacer. El que hayan dos Serenas lo cambian todo.

–No. –respondió secamente sentándose en la cama–Hay una sola mujer a la amas, sólo tienes que recordarlo.

Darien guardó silencio y se mantuvo pensativo por un largo rato hasta que se marchó sin volver la vista atrás.

Serena se bajó de la cama tras quitarse la cánula de suero. Se paró frente a la ventana en un intento de distraerse viendo el panorama exterior, y sólo se encontró con su reflejo en el cristal, era como verla a ella, a su verdadera princesa, y saber que no era otra cosa más que su imitación física, tomó una decisión.


Notas de Autor: Partí con la idea de realizar un one shot, sin embargo la idea original comenzó a tomar un rumbo desconocido. Nos leemos en el próximo capítulo. Gracias por leer.