Advertencia: mpreg (yes, leyeron bien), gayness (but that shit is obvious) y angst (porque me gusta el sufrimiento)

(Also, no hay sido editado, son las 7:45 am y aún no me ido a dormir)

Parejas: Viktuuri (por ahora)

Publicado también en AO3

Yuri! on Ice no me pertenece, sólo me gusta tomar los personajes y ponerlos en historias para hacerlos sufrir : )


Toska

"Vladimir Nabokov debe ser individuo quién describe de la manera más ideal está palabra,que ninguna palabra en inglés o en el idioma que sea, puede describir todas sus facetas.

Es su sentido más profundo y doloroso, la sensación de gran angustia espiritual; esa que a menudo no tiene causa específica.

Es un dolor sordo del alma, un anhelo sin nada que nada haya que anhelar, una añoranza enferma.

Una vaga inquietud, agonía mental, ansias.

En ocasiones, puede ser el deseo por algo o alguien en particular, la nostalgia, una pena de amor"


Yuuri Katsuki tenía 25 años y había perdido por tercer año consecutivo la final del Grand Prix.

Bueno, no es como que haya perdido encontrándose en el último lugar: estaba en el segundo puesto de hecho. Había subido dos lugares a diferencia del año anterior, lo cual en cierta manera, no era tan terrible. Había mejorado notablemente desde que Viktor era su entrenador y eso estaba reflejado en sus puntajes. Cielos, sí incluso había sacado un resultado histórico a lo que interpretación se refería.

Pero no fue suficiente.

A pesar de todos los esfuerzos, de los entrenamientos, de las lágrimas derramadas, el drama y las peleas, no fue suficiente.

.

..

O quizás de alguna manera, todo ese entrenamiento le fue necesario, cuando fue la premiación.

Mantenerse calmo, sereno. Sonreír tranquilamente, manteniendo todo bajo control, sus emociones escondidas en una caja al fondo de su ser. Ignorar los ojos del mundo entero, aunque hubiera millones de cámaras dispuestas en enfocar su rostro. Hacer reverencias respetuosamente, responder justo y conciso en la conferencia de prensa, mantener un aura de tranquilidad inquebrantable.

Yuuri Katsuki tenía 25 años, había perdido la final del Grand Prix por tercera vez en su patética existencia humana pero no permitiría que nadie viera cuan destrozado estaba.


"El japonés Yuuri Katsuki ha perdido por tercer año consecutivo la final de Grand Prix de patinaje artístico, cuya sede este año fue en Detroit, USA- ¿No crees que es lamentable, Robin? Considerando la excelente temporada que tubo, su antesala previo al Grand Prix, y tomando en cuenta el sólo hecho de que el ruso Viktor Nikiforov sea su entrenador un-"

Yuuri apago la televisión. No quería ni podía seguir escuchando un segundo más lo que se comentaba de él. Sólo habían pasado un par de horas desde la final, pero todo su mundo ya había sido sacudido. En todos lados estaba publicado, todos lo comentaban, todo el mundo hasta quienes no tenían ni idea respecto el patinaje artístico ya sabían su historia.

Y era jodidamente frustrante. Él no era la primera persona en este condenado planeta en que un jodido premio se le escapara de las manos. ¿Acaso hasta un par de años no era ese actor estadounidense el motivo de burla por nunca ganar un Oscar? ¿Y qué pasaba con los autores que nunca ganaron un Nobel?

Frustrado tomo su celular que descansaba en la pequeña mesita debajo del televisor, para revisar que cosas importantes se había perdido en un par de horas. "Bendito seas modo 'no molestar'" pensó para sí mismo, ignorando las miles de llamadas perdidas de números desconocidos, los correos electrónicos y los mensajes de texto que seguramente eran de periodistas u otros metiches. Se dio el tiempo de leer pausadamente los mensajes de sus padres y Minako-sensei, que partían desde la preocupación hasta el consuelo. Como su estado anímico no era el mejor, sólo les tecleo respuestas breves pero "alentadoras": quería que creyeran que todo iba bien, que no estaba emocionalmente quebrado.

"Es sólo una competencia… el otro año lo lograré, lo sé" se alentó a si mismo mientras tecleaba pausadamente su respuesta para su maestra, escogiendo sabiamente que palabras usar. "Sí, el otro año puedes lograrlo, pero… no perdiste cualquier cosa: era el Grand Prix" una vocecilla al final de su cabeza agregó, ese duende molestoso que tendía a recordarle lo que deseaba olvidar o ignorar.

Yu-chan [enviado a las 2:45 a.m]

Estás bien? Como se lo ha tomado Viktor?

Al leer los mensajes de Yu-chan, le hizo recordar a su entrenador. No lo había visto desde que llegaron al hotel después de la rueda de prensa la noche anterior, ambos demasiados agotados en todos los sentidos por lo cual se fueron directamente a dormir. Gracias a la mención del ruso en el mensaje de su amiga, recordó que al despertar él no estaba a su lado como tampoco no se encontraba en los otros espacios de su habitación, como la pequeña sala de estar o la cocinilla. Y en todo ese tiempo que llevaba despierto, no lo había escuchado regresar.

"Viktor…" su corazón se estrujo en pensar en él. Podía sentir como un leve temblor tomaba sus manos, su corazón se aceleró y sin darse cuenta estaba ya nervioso. Tuvo que recordarse a sí mismo tomar bocanadas de aire si no quería sufrir un ataque de nervios.

Porque Viktor no era tan sólo su entrenador, o el amigo cercano que en una instancia el ruso trató a la fuerza ser (puesto que no hay otra manera de decirlo). Oh no, él con el tiempo, se transformo en su amante. ¿O más bien pareja? La verdad es que no había una palabra adecuada para explicar la relación que ambos mantienen. Encasillarlo en palabras tan fuertes como "novio" le huele algo muy serio pero decir que era su "amante" le deja una sensación agria, de algo clandestino y fugaz.

Y no era algo así.

Para nada.

Estar con Viktor era… era como encontrar un alma gemela. Era como ese mito griego dónde decían que los humanos tenían dos caras, cuatro brazos y cuatro piernas, pero que Zeus los había separado condenándolos a buscar su otra mitad hasta el fin de sus días. Bueno, él sentía que el ruso era su otra mitad, esa otra parte de él que buscó desde que sintió que su amor por el patinaje se le iba como el agua entre los dedos.

Porque el ruso había despertado una chispa en él, un sentimiento que su momento tampoco pudo ponerle una etiqueta, salvo englobarlo en algo tan grande como la palabra amor. Ahora eso sí, estaba 100% seguro que lo sentía por el ruso era amor, un amor que se expandía a todos los tipos que se existían; sentía un amor storges por el arduo compromiso y los lazos que formaron, era amor pragma porque claro que sí compartían intereses en común, en ocasiones cuando actuaban como un par de adolescentes ludos relucía en todo su esplendor, y eros… Viktor sabía muy bien que su amor eros era fuerte, pasional y sensual, ya que él mismo despertó esa parte de él.

¿Y ágape?

Dios, Yuuri desde el día 1 le entregó su amor ágape. Paciente, amoroso, sin esperar realmente nada a cambio y así se ha mantenido todo el tiempo intacto. Podrá demostrarle todos los tipos de amor al ruso, pero ágape siempre está ahí, dirigiendo su actuar. Es como el director de una orquesta en cierta manera. Podrá decirle "Ah sí, ludos puedes salir", "Oh, ¿con que es tiempo de eros, eh?" pero siempre ahí al fondo ágape esta –como el duende odioso de sus pensamientos, pero irónicamente más amoroso—recordándole que de todos los tipos de amor que pueda profesarle al ruso él era el amor más fuerte.

Viktor era más que la palabra novio, amante o pareja… era su alma gemela, su otra mitad, tal cual como aquel mito griego.

Yo (enviado a las 9:33 a.m)

Estoy bien, no te preocupes por mí.

Titubeo brevemente, antes de enviar otro mensaje.

No he conversado con Viktor aún… pero sé que estará bien.

"Ojalá sea así, Katsuki" agregó burlón ese duende de sus pensamientos.

Después de haber revisado su celular y respondido los mensajes a quienes sí valía la pena, asegurarse por cuarta vez que el modo 'no molestar' se mantuviera, decidió tomar una siesta. Porque fuck it, se lo tenía merecido, aunque fuera un día en su estresante vida de patinador darse el lujo de dormir hasta que le diera hipo.

Fue a la cocinilla a calentar una taza de leche, para poder después dormir.

(Aunque la verdad, hacía tiempo para ver si Viktor llegaba)

Bebió su taza de leche tibia, que siempre le ayuda a calmar sus nervios de alguna manera, y partió a la cama, la cual se mantenía igual desde que se había levantado hace casi ya dos horas atrás. Se metió en ella y se arropo hasta las orejas, pudiéndose ver sólo una mata oscura de cabello sobresalir de las sabanas.

"¿Dónde estás Viktor?" pensó cuando los ojos le pesaban, y sus pensamientos divagaban entre lo racional y lo onírico. "Te necesito."


oh my gods, no puedo creer que haya publicado esto . png

Hola soy Minka y esto es jack- okay no. Sinceramente, no creí que me iba surgir una idea para escribir en este fandom, pero mi mente me demostró lo contrario. Fanfic un poco inspirando en una de las primeras teorías que rondaron en este fandom (la de un Viktor "malo"), puesto que cuando comencé a escribir esto aún no me creía/encariñaba del todo del personaje. Ahora... ¡¿LA PARTE MPREG?!... no tengo ni la menor idea que mierrr- paso por mi cabeza. Ups. Ni me pregunten más adelante como el milagro de la vida es posible... porque ni idea. No se me ocurre ninguna teoría, salvo que sea Trans!Yuuri (dejaré esa interpretación abierta para quién desee c: personalmente, prefiero creer eso(?) ) Also, creo que varias veces esta cosa se pondra OoC porque: 1)Me es un poco difícil tomar estos personajes y 2)El anime sigue en transmisión por lo tanto estos personajes seguiran evolucionando.

(Por ello consideren todas las basuras dichas aquí como un AU: Línea alterna, ah [?])

Espero que les agrade, bueno, este intento de "algo". No prometo milagros (porque la uni me consume;;) pero probablemente actualicé el próximo fin de semana (viernes, sábado o domingo). Críticas, tomatazos y cartas de odio son aceptadas /3

Los reloveo, con mucho cariño

-Minka (*´▽`*)