Ensayo de Confesión.
El atardecer empezaba a hacer su aparición, mientras dos jóvenes se encontraban frente a frente en la salida de la escuela. La chica tenía el cabello color rubio, recogido de lado y sus ojos eran de un bello color dorado, el chico también era rubio y tenía el pelo recogido, pero sus ojos eran color azul.
Después de eternos minutos para el joven, la chica por fin alzó la mirada armándose de valor para decir las siguientes palabras:
—Lo siento por llamarte aquí, pero t-tu m-me has gustado desde hace mucho tiempo— confesó de repente sintiendo su corazón latir fuertemente. Dentro de su cabeza se preguntaba si el chico podía escuchar su fuerte latir. ¡Sentía que iba a morir en ese momento!
Len parecía sorprendido ante esta confesión y de verdad lo estaba ¿quién diría qué su amiga estaría diciéndole este tipo de cosas? ¿Esa de verdad era Neru? Era imposible, no recordaba que ella fuera tan linda.
Neru cerró los ojos esperando una respuesta por parte de él, la ansiedad la estaba matando ¿por qué Len no decía absolutamente ninguna palabra? Mientras los segundos que parecían eternos para ella seguían pasando, su miedo a ser rechazada comenzó a crecer más, así que dándose cuenta de que su plan fue un error, soltó una carcajada sorprendiendo aún más al chico.
—Idiota, solo era un ensayo— admitió con una sonrisa burlona que el contrario no notó como falsa. Len parpadeó varias veces intentando saber que acababa de pasar ¿esto sólo había sido una broma? Oh genial, ahora se sentía como un verdadero idiota por esto, ya debía saber que de antemano Neru nunca se le confesaría a un chico por cuenta propia.
—Deja de bromear, deberías tomártelo más en serio— regañó con un tono que demostraba que de verdad estaba molesto, comenzó a caminar hacia su hogar mientras Neru lo seguía de cerca haciendo un puchero por su comentario anterior.
—Sí claro, pero Len ¿en verdad lo creíste?— preguntó esperanzada de poder hacer sentir algo al rubio con esa confesión, pero esas mismas esperanzas se fueron al ver la mirada de odio que le dedicaba. —L-Lo siento necesitaba ensayar. ¿Te pareció lindo?— indagó nuevamente ganándose un sorpresivo golpe en la frente.
—No, eres mala mintiendo. Parecía muy irreal— contestó toscamente haciendo sentir peor a la rubia a su lado.
—Entonces mañana me le declararé al chico que me gusta— comentó fingiendo indiferencia mientras revisaba su celular.
—¿Quién es el chico que te gusta?— preguntó Len mirándola de reojo. Neru se quedó en blanco. ¡Qué idiota! No había preparado ninguna excusa para esa pregunta, ahora sólo debía recurrir al plan B: hacer de tsundere.
—¡No hay manera de qué te diga! Idiota— lo golpeó fuertemente en el brazo.
—¿Tomamos un desvio?— se detuvo señalando otro camino. Posiblemente esta sería la última vez que volviera con Neru a casa, después de todo si ella se declara y este chico misterioso la acepta es obvio que no podrán pasar tanto tiempo juntos como antes.
—¡Claro! Quisiera ir a esa estación de ramen— sugirió ella con una emoción casi infantil, ante esa actitud el rubio soltó un suspiro de cansancio.
—Pero fuimos allí la semana pasada— replicó él poniendo sus manos en su nuca dándole una apariencia despreocupada a la vez que retomaba el camino que antes había señalado.
—Pero es que es tan delicioso— insistió ella mirándolo como un pequeño cachorro, ante esa mirada él no podía hacer nada y Neru estaba muy consciente de eso.
Ya estando en casa, Neru se encontraba tomando su merecida ducha pensando en todo en lo que había pasado esta tarde y entrando a la conclusión de que había sido una total idiota. ¿A quién se le ocurría ensayar una confesión con su amigo? Oh claro sólo a su brillante mente, aunque al menos eso la había salvado de vivir un gran momento incómodo.
Cuando salió, lo primero que hizo fue mandarle un mensaje a su amigo de la infancia:
"Será mejor que me apoyes, promételo"
Mandó el mensaje y segundos después recibió una respuesta:
"Sabes que siempre te apoyaré"
Al ver esa respuesta apretó fuertemente el celular entre sus manos para luego lanzarlo sin muchas fuerzas hacia la pared.
—Idiota, date cuenta de que el "ensayo" era una mentira, de verdad me gustas, tonto Len— susurró ella para sí misma. Tenía mucho miedo por la reacción de esta tarde por parte del lento de su amigo, y ahora su lado cobarde salía a la luz para decirle que retrocediera y que no hiciera nada más. Tal vez podría hacer eso, después de todo a Len no le importaba mucho con quien saliera ella o eso era lo que le había demostrado cuando se "confesó". Se sentía tan confundida en ese momento, no sabía si dar su declaración definitiva mañana o si debía rendirse para no echar a perder su amistad.
—¿Qué pasa? Onee-chan— Nero entró a su cuarto al verla en ese estado en deprimente que se notaba a kilómetros, así que como buen hermano debía ver que le pasaba.
—¿Crees que sea buena idea declararme a Len?—soltó esa pregunta para sorpresa de Nero. Los únicos que sabían de su enamoramiento hacia el Kagamine era su hermano y Rin, la cual se había convertido en su mejor amiga o algo por el estilo.
—Yo creo que le gustas— respondió intentando levantarle el ánimo, pero antes de poder dar un gran discurso de por qué no debía rendirse su celular comienza a sonar, al ver de quien se trataba un no tan discreto sonrojo aparece en su rostro.
—Es Rin ¿cierto?— asintió algo avergonzado. —Vete y habla con tu novia— le dio permiso de irse mientras el sonrojo de Nero se hacía mayor, el chico aún no se acostumbraba a usar el término "novia" con Rin. Sin más preámbulos salió de la habitación.
—Incluso Rin se pudo confesar— aun recordaba ese día que Nero llegó tarde pero con una gran y torpe sonrisa en su rostro. Al final descubrió después de mucho insistir de que Rin se le había confesado a él de una manera poco convencional, algo que le sorprendió de sobre manera ya que lo que sabía era que Rin era muy gallina en el amor.
Decidió irse a dormir de una vez, se sentía cansada mentalmente pero aun así antes de irse a dormir pensó una vez más en Len, exactamente en como se habían conocido.
Flashback:
Era un soleado día de verano exactamente en un parque se encontraba ella disfrutando de los columpios. Ella era nueva en el vecindario así que era normal que estuviera sola, se suponía que había ido ahí para hacer amigos pero eso no estaba resultando para nada. Y para hacer las cosas peor una pelota se estrelló en su cara…
—Rin te dije que tuvieras cuidado—
—De verdad lo siento mucho ¿estás bien?— lentamente abrió los ojos aún algo mareada por el golpe encontrándose con dos pares de ojos azules mirándola preocupada.
—Sí— respondió secamente.
—¿Cómo vas a estar bien si estas sangrando?— apuntó el chico mientras sacaba un pañuelo de su bolsillo y se lo ponía en su nariz para sorpresa de ella.
—No necesito tu ayuda— habló con orgullo mientras alejaba la mano de Len sin importarle si seguía sangrando por la nariz o no.
—Déjame ayudarte, después de todo fue mi culpa— insistió Rin mientras le quitaba el pañuelo a su hermano y se lo ponía a la chica, al ver que esos dos no la dejarían en paz decidió dejar las cosas así. —Soy Rin Kagamine, mucho gusto— se presentó con una gran sonrisa.
—Yo soy el gemelo de este monstruo, Len— ante esta linda presentación, se ganó un merecido golpe de su hermana.
—Parece que se llevan bien— comentó notando al instante como ambos la miraban extrañados, como si hubiera dicho algo que nunca debe ser dicho.
—¡Nunca me llevaría bien con este/a idiota!— exclamaron al mismo tiempo haciendo sonreír a Neru, tal vez estos chicos no sean tan malos como parece ser.
—Yo soy Neru Akita, un gusto conocerlos—
Luego de eso, los tres chicos comenzaron a jugar y cuando se cansaron comenzaron a hablar hasta que sus madres ya les avisaron que era hora de volver a casa. Así es como todos los días los tres se reunían ahí al menos hasta que los tres comenzaron a estudiar en la misma escuela; técnicamente eran inseparables. Un tiempo después llegó Nero quien había estado viviendo con su padre hasta entonces, y así es como Rin comenzó a juntarse más con este dejando a Len y a Neru un poco más abandonados, pero eso no les importaba mucho a decir verdad.
¿Quién diría que ese mismo niño se convertiría en un chico tan lindo? Para ella fue inevitable no ver los cambios por los cuales había pasado Len, como su estatura, su voz, su madurez, entre otras. Dándose cuenta de que había caído perdidamente enamorada de él cuando menos lo esperó.
Fin Flashback.
Ella suspiró como tantas veces había hecho en el día. Esperaba que sus sentimientos fueran correspondidos aún si él no la amaba tanto como ella a él, pero que al menos sintiera algo por ella. Para Neru todo fue tan espontáneo, no sabía cómo es que se había enamorado de aquel chico, no sabía si era por sus hermosos ojos color mar, su bella sonrisa que solo le dedicaba a ella o tal vez todas esos momentos que pasaban juntos y eran lo más especial para ella. El amor todavía era un total misterio para ella, solo deseaba que en aquel momento de ese "ensayo de confesión" él se hubiera dado cuenta de que hablaba su mentiroso corazón, por dentro no quería salir herida pero era un riesgo que debía tomar.
En cambio con Len, el cual se encontraba experimentando aquellos llamados celos. Cuando recibió el mensaje de Neru sintió como su corazón se rompía, pero no tenía otra opción que apoyarla, aunque la amara sabía que debía dejarla ser feliz. Pero a pesar de que la felicidad de su amada rubia era más importante que cualquier cosa, no podía dejar se sentirse culpable por desear que ese chico la rechazara, por muy egoísta que sonara la quería sólo para él, aun si ella sólo lo usaba como un reemplazo.
Cuando ella "ensayó" su confesión con él había visto una faceta nueva en ella, y odiaba admitirlo pero se veía muy linda cuando se esforzaba por el chico que le gustaba, que lástima que esa expresión no era porque ella estuviera pensando en él.
—¿Qué te pasa hermano?— preguntó Rin quien desde hace rato se encontraba en la habitación de Len para jugar, aunque al ver que el chico estaba tan pensativo decidió que era hora de actuar.
—Neru se va a declarar al chico que le gusta— contestó mientras un aura deprimente lo envolvía.
—Tranquilo una gran sorpresa te llevarás mañana— salió de la habitación con un sonrisa maliciosa que hizo confundir más a Len, ahora no podría dormir esa noche y todo gracias a su querida hermana.
Él se puso a pensar un rato sobre quien sería la persona que le gustaría a Neru. No podía ser Kaito ya que ella lo consideraba un idiota, tampoco Gakupo porque era un idiota pervertido y mujeriego; podría haber sido su primo Rinto pero ellos no hablaron mucho y ella no parecía muy interesada en él. O podría ser Dell Honne un viejo amigo de ella, los cuales parecían ser demasiados cercanos (para su gusto); aunque ella había dicho que solo lo veía como su hermano mayor, pero bueno no podía confiarse Dell podría sentir algo por ella. También estaba Rei, un chico de su misma clase varias veces lo veían hablando y por lo que dijo Neru tenían varias cosas en común.
¿De verdad había tenido tanta competencia desde hace tiempo? Si tan sólo hubiera tomado cartas en el asunto y no hubiera dejado que Neru se juntara con tantos chicos posiblemente él no estaría en esta situación ahora.
—¡Maldición!— exclamó enfadado.
Si seguía pensando en esas cosas tendría que irse del país para evitar un homicidio, aunque bueno no sería tan mala idea, aunque tendría que pedirle ayuda a su hermana para ocultar el cadáver y eso ya de por si era un problema más. Esperen... ¡Él no debería estar pensando en eso! Sacudió su cabeza antes esos pensamientos de una típica yandere.
Lanzó un suspiro y luego a pesar de que él sabía que estaría haciendo el trato con el mismo demonio. Fue al cuarto de su hermana, él sabía que su "querida" gemela ya sospechaba o sabía que a él le gustaba Neru, después de todo habían compartido el mismo vientre conocían todo de cada uno; incluso él sabía que a ella le gustaba Nero antes de que se lo dijera. Aunque lo único que quería ahora era conseguir respuestas.
Tocó la puerta 3 veces esperando unos segundos hasta que una voz le dijo "pasen", cuando abrió la puerta vio a su hermana jugando con el nintendo 3Ds
—¿Qué paso?— preguntó ella sin quitar la vista del juego y Len ya se estaba arrepintiendo de lo que iba a hacer.
—¿Sabes quién le gusta a Neru?— al ver esa sonrisa de malicia de su hermana se arrepintió al instante de preguntar.
—Podría saberlo— fingió ignorancia ante el tema.
—¿Qué quieres?— preguntó frunciendo el ceño era obvio que ella no respondía gratis. Prestó atención a como ella pausaba su juego y luego hacía una pose pensativa.
—¿Sabes? hay un nuevo juego que quiero, bueno varios—
—De acuerdo, entonces responde— aquellos minutos en que ella se acomodaba le parecieron eternos, sólo quería saber de una jodida vez quien era el chico que le gustaba a Neru.
—Es alguien que conoces muy bien— ante esa respuesta tan vaga una vena apareció en su frente.
—¿Nada más?— cuestionó enojado.
—¡Claro que hay más! Sólo que no puedo contártelo, lo siento, se lo prometí a Neru— negó con la cabeza mientras tomaba de nuevo la consola. —Aunque podría haber otra forma de que no te preocupes tanto por eso….—
—Hermana ¿serías tan amable de decirme cómo?— pidió él con amabilidad, sabía como era Rin: una princesa caprichosa y orgullosa, todavía no sabía cómo Nero la aguantaba.
—Bueno es muy fácil, enamórala, conoces todo sobre ella ¿no? Entonces debe ser fácil para ti— claro que sabía todo sobre ella, sólo había un pequeño problema: Neru jamás le comentó que tipo de chicos le gustaban. Ahora si se sentía jodido.
—Gracias— dijo algo desanimado haciendo preocupar a Rin.
—Espera Len— dijo Rin y Len volteó a verla
—¿Qué te gusta de Neru?— preguntó con interés.
Ante esta pregunta a Len le pasaron varias cosas por su cabeza: ella era muy hermosa especialmente esos ojos dorados que lo atraían tanto, aquellos ojos eran tan cálidos como el cielo vespertino. Estaba también esa sonrisa que mostraba pocas veces, pero que de alguna manera casi siempre eran provocadas por él. Y a pesar de que ella fuera demasiado Tsundere, guardaba una gran amabilidad y timidez que ocultaba tras esa faceta. Amaba el hecho de que él fuera una de las pocas personas en entender casi todo de ella y viceversa.
—Digamos que me gusta todo— contestó con un ligero sonrojo y una pequeña sonrisa, ante esta respuesta tan sincera Rin se mostró sorprendida.
—Bueno eso era todo lo que necesitaba saber. Buena suerte mañana—Len asintió y salió del cuarto.
Rezaba a todos sus dioses conocidos que Neru pudiera comprender un poco aquellos sentimientos que lo atormentaban desde hace mucho, quería que supiera lo mucho que lo alegraba su sonrisa de ángel, o lo tierna que se veía la primera vez que se vieron a pesar de que ella estaba herida. Simplemente deseaba poder expresar sus sentimientos de una vez.
Mientras tanto una rubia hablaba animadamente con su novio contándole cada detalle de lo que pasó con Len hace unos minutos atrás.
—El plan va a ser perfecto— celebró animada.
—Eso espero, mi hermana ya se estaba arrepintiendo—
—¿No se suponen que los hombres deben declarase?—
—E-Esto no importa ahora— replicó intentando evitar ese tema que lo hacía sentir como un fracasado. —Alguna vez tendrán que darse cuenta que son el uno para el otro— continuó él. Desde siempre Rin se había burlado de su masculinidad por no dar el primer paso, pero la próxima vez le demostraría lo contrario.
Era un nuevo día y Neru no había podido conciliar muy bien el sueño, ya que se quedó pensando en todas las posibles respuestas que él podría decirle. Después de todo muchas chicas más hermosas que ella estaban enamoradas de Len; bueno pasó de ser a un shota a un chico muy maduro y sexy, y eso significó un gran problema para ella que él fuera endemoniadamente sexy. Esas malditas arpías solo le importaban las apariencias en cambio ella lo amaba desde hace más tiempo.
Tal vez empezó a gustarle cuando tenían 14 años, se sonrojaba sin razón cuando él le hablaba o la miraba fijamente, incluso se ponía extremadamente feliz con solo verlo, solo supo que era amor cuando Rin le explicó que era.
—Debería fingir que estoy enferma— susurró para sí misma. No se encontraba lista para el rechazo, tal vez sería mejor sino se declarara y dejara las cosas como están. Pero algo la hizo cambiar de opinión, ella no solía creer en esas cosas pero su horóscopo decía que era una buena oportunidad para el amor, eso le hizo cambiar su ánimo al menos un poco; aun si fuera sólo una estúpida predicción debía creer en las más mínimas oportunidades. Pensó que sería buena idea maquillarse, el problema era que no sabía cómo, así que solo decidió usar un labial de color rosa sabor a fresas. No hizo nada más, simplemente arregló su coleta y salió a la escuela, no debía pensar tanto en eso.
—Hola Neru-chan—cuando salió de su casa Rin ya se encontraba afuera esperándola y no había ninguna señal de Len.
—Hola Rin— le devolvió el saludo mientras comienza a caminar sin notar que la rubia cambia su sonrisa a una más pícara.
—¿Qué paso ayer? Por lo que Len me dijo parece que te declararas a otro chico— soltó un suspiro de cansancio ante la mirada reprobatoria de Rin así que se puso una mano en su hombro con un aura derrotada.
—Déjame contarte acerca de eso— de camino a la escuela Neru comenzó a contarle todo el estúpido teatro que había formado cuando se había declarado, siendo interrumpida únicamente cuando Rin hacía alguna especia de pregunta. Para la sorpresa de ambas, cuando la chica terminó su relato ya habían llegado a la escuela.
—Neru-chan de verdad eres una idiota— comentó Rin algo molesta, recibiendo un "lo sé" de Neru.
—¿Cómo van las cosas con Nero?— decidió cambiar el tema al ver que no quería seguir más con sus dramas adolescentes.
—Bien te deseo suerte, adiós— huyó literalmente de la pregunta dirigiéndose rápidamente a su salón dejando a una Neru confundida. Ahora reafirmaba que Rin era una gallina en el amor el igual que ella.
—Me las pagarás— amenazó en su mente a la Kagamine mientras que con pasos rápidos ella también se dirigía a su salón. Se sentó en su puesto con una mirada de "aléjate de mí o te mato" algo que ya era normal en el salón, pero como siempre no faltaban los típicos murmullos.
—No puedo creer que ella sea la novia de Len—
—No, ellos solo son amigos— ahora si la habían hecho enojar. Ante de poder decirles algo a esas chicas, llegó Len llamando la atención de casi todas las mujeres que rápidamente fueron hacia él.
—Len, ten una cita conmigo— y ahí iban otras veces todas esas proposiciones al pobre rubio quien miró suplicante a su querida amiga pero este sólo se limitó a ignorarlo. Estaba enfadada y no dudaría en demostrárselo.
Después de unas largas horas donde Neru se debatía sobre si declararse o no, incluso llegando al punto en que evitó a Len todo el día, por fin acabaron y eso significaba que su tiempo también. No podía sentirme más nerviosa que en ese momento.
Len estaba igual o peor que la rubia, se sentía mal por el hecho de ser evitado por ella todo el día incluso estaba dispuesto a declararse también aunque se dio cuenta de que sería una terrible idea. Así que sólo podía despedirse, desearle la mejor suerte y tratar de olvidarla.
—Buena suerte, te estaré apoyando siempre— intentó animarla a pesar de sentirse mal por eso, pero simplemente debía dejarla ir y ya, ahora incluso le estaba costando formar esa sonrisa.
Este momento era decisivo, ella debía actuar rápido o sino no tendría otra oportunidad. Debía armarse de valor y decírselo, era hora de dejar de ser una cobarde.
—Espera…— pidió ella mientras tomaba la manga de este, se supone que ahora debía decirlo pero simplemente las palabras no quería salir, era como si se atoraran en su garganta y esto la hacía sentir aún peor por no poder decir sus sentimientos tan abiertamente.
Se alejó un poco mientras mantenía la mirada gacha, sería mucho más difícil decirle de frente, así que tomando el poco valor que le quedaba, le dijo las siguientes palabras:
—S-Sé que no soy muy femenina, soy muy celosa, no me gusta estar rodeada de personas, incluso miento muchas veces solo para no demostrar lo que siento por miedo a que me lastimen. Nunca pienso en mis palabras por eso lastimo a las personas, incluso te mentí acerca del ensayo— ante cada palabra que ella decía él se encontraba más atónito. —¡El único que siempre me ha gustado eras tú! A pesar de que tal vez parezca una idiota ahora, de verdad ¡me gustas!— confesó mirándolo por fin a los ojos sintiendo de repente ganas de llorar, ni siquiera ella sabía por qué estaba reaccionando de esa manera tal vez era por el estrés de toda esta situación.
—Creo que yo también soy un idiota—admitió para sorpresa de ella con un leve sonrojo en sus mejillas, se acercó a ella y la abrazó dulcemente dejando paralizada a la Akita. —También te amo Neru, me sentía igual que tú con respecto a tus sentimientos— ambos se miraron a los ojos con dulzura mientras los últimos rayos del sol comenzaban a desaparecer.
Ese momento era muy especial para ellos, después de todo se trataba de la primera vez que decían sus sentimientos de una manera tan sincera y eran correspondidos. Después de todos esos años de un amor oculto bajo una amistad podían estar de esa manera tan especial. Sin darse cuenta, ambos comenzaron a acercarse cada vez más a tal punto de que ya comenzaban a rozar sus labios, ahora por fin Len podía permitirse decir que no dejaría que ningún chico robara a su Neru.
—Me hace feliz saber que eres solo mía— susurró en su oído mientras iban a casa haciendo sorprender a la rubia.
—¡No digas esas cosas!— lo regañó ella mientras comenzaba a golpearlo. Neru podía ser la persona más agresiva, menos sincera con sus sentimientos y ser una de las personas más cortantes y frías que jamás había conocido, pero aun así amaba todo de ella.
Lo que ninguno de los dos sabía era que cierta rubia de ojos azules había tomado una foto de esa confesión mientras pasaba por ahí. Y si se llegaban a enterar, que alguien la salvara de su muerte….
Fin.
Haruka: Este regalo fue para AkitaCami02 por agradecimiento por seguir mi historia SEPV, y también para que te dieras cuenta de que no somos tan malas xD
Rin: Al ver esta canción pensamos en ella ya que su actitud tsundere la haría decir algo así.
Luka: Este fic ha sido corregido el 14/07/2015 por si algún nuevo fan de la pareja decide ver este fic, ya no tendrá que aguantar los muchos errores que teníamos antes.
Haruka: Aún así sigo sintiendo que no me quedó tan bien.
Haruka-sama se despide~
