Ya estoy aquí de nuevo con una historia. Esta, como las demás que subí, ya está acabada en mi ordenador y a no ser que tenga más problemas la iré subiendo a lo largo de los próximos meses.

Agradezco los comentarios como cualquier otro escritor, incluso si es para corregirme una falta de ortografía XDD

Como siempre recomendar música para los que les gusta de fondo mientras leen:

Partes de pelea o cierta emoción: Jet. Are you gonna be my girl? / Jet. She's a genius (Hay un vídeo genial con esta canción sobre Clarisse. Buscád en youtube y lo encontraréis. Es de "AshRain114) / The Heavy. How you like me now / Fall Out Boy. Light 'em up.

Partes suaves: Edward Sharpe and the Magnetic Zeros. Home / Blue Swede. Hooked on a feeling / My Chemical Romance. I don't love you. / Bonnie Tyler. Have you ever seen the rain.

Y si se menciona alguna canción más en el texto (que lo hace XDD) pongánla también.

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Disfruten.

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Clarisse's Pov

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Observé al chico nuevo. Era alto, tenía el pelo castaño y se movía despreocupadamente para ser tan mayor. En el campamento Mestizo si entrabas con su edad lo más probable es que lo hicieras cubierto de cicatrices y con la cabeza medio tocada.

Consiguió llamarme la atención así que decidí acercarme y darle mi propia bienvenida. Conforme me acerqué pude comprobar que tenía los ojos de un azul antinatural, el color del mar cuando el sol se está poniendo. Me resultó irritante pero al menos eso dejaba que no era un hijo de Ares y eso significaba vía libre para experimentar de qué pasta estaba hecho. Era delgado, podría tirarlo al suelo con solo soplarle. Sonreí para mí, iba acompañado por Annabeth, ella nunca me daba problemas cuando quería patear a alguien nuevo.

-¿Te han enseñado ya los lavabos, chico?- Le pregunté tanteando que tipo de personalidad tenía.

Para quién no lo sepa aún: Nunca ataques sin haber cómo suena la voz de alguien. Es de las pocas cosas útiles que aprendí de los hijos de Atenea. El motivo es fácil, algunos de los mejores semidioses han acabado muertos por lanzarse a pelear contra un Dios menor que sólo iba a hacerles alguna oferta. Si les hubieran escuchado no habrían caído en ese error, hay algo en las voces de los dioses que no encaja con un mortal, por no hablar de que su jerga no es exactamente cómo la de los norteamericanos.

Me miró extrañado y no respondió, dejó que Annabeth farfullara algo que sonó como "Clarisse, no…". Le clasifiqué sobre la marcha "Pringado absoluto".

Le agarré del brazo y le hice entrar a la fuerza en el servicio de chicas. El se resistió todo lo que pudo, que no fue mucho. Abrí la puerta de uno de los servicios y le empujé dentro. Agarrándole del pelo le fui acercando la cabeza al agua azul del inodoro mientras me reía:

-No te resistas, te va a gustar- Podía notar la resistencia que oponía a mi mano y oírle gruñir.

Me encanta ese momento en el que están a punto de suplicar, me hace pensar en los peones de un tablero de ajedrez cayendo bajo el avance magnánimo de la pieza clave del juego: la reina. Sí, me gusta el ajedrez. Por supuesto no me refiero a jugarlo, la hiperactividad es incompatible con los juegos de mesa, pero me gustan sus reglas, la estética de las casillas, las piezas… Todo. Es el juego que mejor representa una batalla. Habrá quien piense que el Risk es mejor pero esas personas no han luchado en su jodida vida. El azar de tirar unos dados no pinta nada en una guerra y el número de soldados no es lo más importante.

Ya lo creo, el ajedrez es mejor. Hay dos colores que representan dos bandos, sin infiltrados o espías, nada de ases ocultos ¿Quieres pelea? Entonces tienes que ponerte cara a cara con el rival y ser implacable, no existe la piedad, ni se retiene a nadie, sólo puedes eliminar al rival. Aun así reconozco que preferiría que el juego buscara como objetivo dejar al rival sin figuras y no darle jaque al rey. Mientras quede un soldado en pie que no sea de tu bando nada está terminado.

El caso es que me divierto. Voy despacito para mantener el interés, como dando a entender que sus esfuerzos no son inútiles pero el final será el mismo siempre. Me río pensando en lo bien que combina el agua del retrete con sus ojos. Esto va a estar genial, ya lo creo que sí.

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THE END

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