Ridículo, absolutamente, ridículo.
Chloé volvía a estar en su cama.
¿Eran sus ojos azul que le hacía ver el cielo? ¿Eran las patéticas notas que tocaba en su guitarra, que calaban en su corazón? ¿Era su voz calmada y sensual? ¿Bebió demasiado, otra vez?
No tenía idea, pero se encontraba atrapada en la cama de Luka, de nuevo.
Desnuda.
Sabe que debería tomar su ropa, regada por el suelo e irse. Pero cuando lo ve a su lado, profundamente dormido.
Su piel en su piel. ¡Agh! Honestamente, no había otro lugar en que Chloé preferiría estar.
Lo abraza cerca de ella y desea que la ame, pero no se enamore. Y cuando siente sus brazos a su alrededor, desea que la abrace, pero no por mucho tiempo.
Porque no fue hecha para amar.
¡Era tan complicada!
Se separa y como puede -ya que no quiere irse- se levanta de la cama, toma su ropa y se va.
...
¡Ridículo, absolutamente, ridículo!
¿Otra vez?
Se está hundiendo en este lio, Luka era el ancla que la estaba llevando al fondo del agua.
Sabe que no debería desvestirse, sabe que no debería besarlo, acariciarlo, que no debería entregarse. Sin embargo, al final volvía a meterse en su cama y enredarse en sus sabanas.
Y lo peor ¡Agh! No quería salir de allí.
