Bueno, ya tenía tiempo que no escribía un fic, y aquí estoy de nuevo. Les advierto que esta historia es algo aburrida durante los primeros capítulos, así que intentaré llegar lo más pronto posible a la acción para entretenerlos.
Pero a pesar de eso, espero sus reviews para saber que opinan de este capítulo, donde se empiezan a presentar lo personajes de la historia.
1. En El Expreso De Hogwarts
Harry vio alejarse el tren. Una vez que este hubo desaparecido, se dispuso a salir de la estación.
Harry volteó a ver hacia el muro por el cual se salía del andén, y se quedo paralizado.
-Harry, ¿qué sucede? -le preguntó preocupada Ginny.
-Juraría haber visto a Dudley -respondió Harry, dándose cuenta de lo extraño que sonaría para todos.
-¿Dudley? ¿Te refieres a tu primo Dudley? -inquirió Ron.
-¿El hijo de tus tíos, los Dursley? -cuestionó incrédula Hermione-. Pero eso no puede ser. ¿Qué estaría haciendo un muggle como él por aquí?
-No lo sé -contestó Harry.
Sabía que aquello era muy extraño, pero hubiera jurado que aquel a quien había visto era Dudley.
Albus y Rose se quedaron un momento parados a mitad del pasillo.
-Creo que debemos ir a buscar un compartimiento -comentó Rose.
-Sí, vayamos.
Los chicos pasaron por varios vagones, hasta llegar al último vagón, donde encontraron un compartimiento más o menos vacío. Solo lo ocupaban dos chicos. Uno era alto, delgado y de cabello negro, mientras que el otro era rubio y de complexión recia. Rose abrió la puerta y se dirigió hacia ellos.
-Disculpen, ¿les molestaría que ocupáramos esos sitios? -preguntó en un tono un poco mandón, el mismo que su madre-. El tren ya está lleno.
-No, no hay problema. Siéntense -exclamó el chico delgado.
Rose y Albus pusieron sus baúles en la rejilla portaequipajes, y acto seguido se sentaron.
-Hola, mi nombre es Jacot, William Jacot -dijo el chico de cabello negro.
-El mío es Weasley, Rose Weasley. ¿Tu apellido es inglés? -le preguntó la chica.
-No estoy seguro -respondió el chico-. He vivido en tantos lugares con mi madre que no estoy seguro de donde somos.
-¡Eso es cierto! -añadió el chico rubio-. Antes de que entraran me estaba contando de cuando vivió en París. ¡Ah, por cierto, no me he presentado! Soy Dursley, Harry Dursley (Adivinen de quien es hijo).
-¡Vaya! Te llamas igual que mi padre.
-¿Y cómo te llamas tú?
-Yo soy Potter, Albus Potter.
-¿Eres hijo del famoso Harry Potter? -preguntó sorprendido William- Yo lo sé todo sobre tu padre. Toda su fascinante historia. En mi casa tenemos como quince de sus biografías. Aunque he de decir que mi favorita es la escrita por Julia Katherin Rawling (OK, es un poco de adulación).
-¡Mi madre opina que esa es la mejor escritora que existe actualmente! -dijo Rose en un tono con el que parecía decir: "Y como lo dice mi madre, es verdad".
-¿Acaso es una escritora de libros mágicos? -preguntó Harry Dursley.
-¿Qué, no la conoces? -preguntó incrédula Rose.
-No -respondió de inmediato Harry-. Lo que pasa es que soy hijo de muggles.
-¡Ah! Eso lo explica.
-Pero no piensen que nuestro amigo no sabe nada de magia -interrumpió William-. Antes de que llegaran me estaba contando lo que sabe, y es más de lo que cualquier muggle debería saber.
-Lo sé gracias a mi padre y mi abuela -dijo Harry-. Aunque no me explico de donde lo aprendieron ellos.
-Bueno, tal vez conocen a algún mago -sugirió Al.
-No, no lo creo -dijo pensativo Harry.
-Bueno, me parece que no lograremos descifrarlo a menos que les preguntemos a tus padres, y como esto no es posible, mejor cambiemos de tema -sugirió Rose.
Los cuatro chicos siguieron charlando de otras temas, como por ejemplo:
-¡Son unas espectrogafas! -exclamó William mientras se ponía unas psicodélicas gafas que había sacado de su baúl.
-¿Y para qué sirven? -cuestionó Harry Dursley.
-Pues el mismo nombre lo dice -explicó William-. Si nos remitimos a la palabra espectro…
-¿Seguro que no eres pariente de Luna Lovegood? -interrumpió Rose.
-¿Luna Lovegood?
-Es una conocida de la familia -explicó Albus-. Tiene unas ideas algo… Bueno, fuera de lo corriente.
-¿Acaso se refieren a la directora de "El Quisquilloso"?
-Sí, a ella.
-¡Ya quisiera yo ser familiar suyo! -exclamó emocionado William, todavía con las espectrogafas puestas-. ¿Y ustedes la conocen? ¡No puedo creerlo!
Albus estaba a punto de decirle que cualquier día se la presentaría, cuando se abrió la puerta del compartimiento. Dos chicas entraron y ocuparon los lugares restantes como si nada, y de inmediato se voltearon hacia los demás.
-Por favor, actúen normal. Estamos huyendo de un maldito casanova.
La chica que había hablado era de complexión delgada y estatura media. Tenía finas facciones y ojos de color castaño claro, del mismo tono que su cabello, el cual era largo y en aquellos momentos lo traía suelto. Su acompañante era más baja y un poco llenita, pero su rostro parecía bondadoso y amable.
-¿Un casanova? -inquirió suspicaz Rose.
-¡Sí! -contestó la chica que había hablado anteriormente-. Lo encontramos mientras se intentaba ligar a una chica, al parecer llamamos su atención y la otra chica aprovechó para escapar.
-¡Ay! Y pensar que es nuestro primer día -dijo la otra chica.
-Esperen ¿Son de primer curso?
-Sí. Pero esperen, no me he presentado. Soy Rawling, Alice Rawling -dijo la chica más delgada.
-Y yo soy Smith, Sandy Smith -dijo la otra.
Los demás chicos se presentaron, y cuando el último lo hizo, se volvió a abrir la puerta del compartimiento. En la puerta había dos chicos, uno era rubio y de angulosas facciones, mientras que el otro era idéntico a… William.
Albus, Rose y Harry se quedaron con la boca abierta, mirando alternativamente a William y al chico que se encontraba en la puerta. Mientras tanto, Alice y Sandy miraban al chico de la puerta con una mezcla de repulsión, asco y miedo.
-¡Con que aquí estaban, preciosas! -exclamó el chico. Aunque físicamente era igual a William, su porte era diferente, así como su tono de voz. Sin lugar a dudas lucía mucho más seguro que cualquier persona que cualquiera de los presentes hubiera conocido jamás.
-Todavía no inicia el curso y ya estás pensando en conseguirte una novia -dijo William desde su rincón.
-¡Ah, con que aquí estás! Y tú ya estás quedando como un idiota con esas estúpidas espectrogafas.
-Bueno, al menos no estoy espantando a estas chicas.
-Yo no diría eso -respondió fríamente el otro-. Aunque eso ya lo deben de juzgar ellas.
-Mejor ya vamonos -le pidió el chico que le acompañaba.
-Espera. Tú eres Malfoy, Scorpius Malfoy, ¿cierto? -preguntó curiosa Rose.
-Sí -respondió el otro, sorprendido por el hecho de que la chica conociera su nombre.
-Así que conoces al amigo Scorpius. Pues yo soy Justin Jacot. Con un poco de suerte nos veremos en Slytherin, preciosa.
Y dicho esto, se fue.
-¿Acaso es tu hermano? -inquirió Harry.
-Sí, mi fabuloso hermano Justin -contestó en un tono un tanto amargado William, mientras se quitaba las espectrogafas.
-¡Ay! Pero si son idénticos -dijo sorprendida Alice.
-Si -dijo William como si tratara de cerrar un asunto desagradable-. ¿Intentaron pedirle a mi hermano que las dejara por favor?
-No, no lo hicimos -respondió sinceramente Sandy.
-¿Qué acaso es tan sencillo? -preguntó recelosa Alice.
-Sí, tan sencillo como pedirle eso. Muchas veces es molesto, pero si le pides por favor las cosas las hace. En cambio, cuando intentas hacerlo por las malas…
-Espera -interrumpió Rose-. ¿Realmente hace eso? Normalmente, cuando una persona desea algo no se va a detener aunque se lo pidas.
-Bueno, no sé que opines tú -le contestó un poco molesto William-, pero yo llevo viviendo con él once años, así que creo saber de que hablo. Además, no es que las desee, simplemente es su manera de divertirse. Le gusta coquetear con las chicas, pero si ve que a estas les molesta, se detiene. Aunque si se lo hacen ver por las malas…
-Okey, entonces se lo pediremos amablemente la próxima vez que lo veamos -dijo Sandy sonriendo.
En ese momento llegó el carrito de los dulces, y se hizo un pequeño revuelo, ya que todos querían comprar algo. La señora se alejó con el carrito un poco menos lleno, y los bolsillos bastante más llenos.
-¡Vaya, no me imaginé que todo saliera tan caro! -exclamó Harry, el cual había sido el que menos había comprado; exceptuando a Alice, la cual, según sus propias palabras, estaba a dieta.
-Bueno, si te quedas con hambre puedes comer un poco de lo que yo compré -le dijo William, el cual parecía que aunque era delgado, era de buen comer, pues había comprado más que bastante.
En ese momento se abrió la puerta del compartimiento, y por ella entró nada más y nada menos que James.
Alice y Sandy abrieron la boca, aunque al parecer solo Albus se dio cuenta de ese detalle.
-¡Vaya! Veo que ya hiciste varios amigos Al. Ahora háganme un poco de espacio.
Alice empujó a Albus contra Harry, al parecer sin ninguna consideración. Parecía desesperada porque James se sentara a su lado.
-¡Gracias! -exclamó el chico mientras tomaba asiento-. Y ahora las presentaciones. Soy el hermano mayor del pequeño Al, James Potter.
Los demás se presentaron, Alice y Sandy muy emocionadas al parecer. El último en presentarse fue William, quien se había vuelto a poner las espectrogafas.
-¿Jacot? ¿No tendrás que ver con…?
En aquel preciso instante se volvió a abrir la puerta. Dos chicos se encontraban parados en el portal. Uno era alto, ancho de hombros, de cabello negro y con unos rasgos faciales muy atractivos. El otro chico también era alto, aunque un poco más enano que el otro. Tenía los ojos rasgados y su piel era bronceada.
-¡Con que aquí está el famoso Potter! -exclamó el primer chico
-¿Haciéndote amigo de los de primero? -inquirió el otro-. Una táctica muy buena, tal vez a ellos si les entiendas cuando te hablen.
Los dos chicos se comenzaron a carcajear, aunque nadie más encontró gracioso el chiste.
-Miren, Jacot y Towers, este año no pienso aguantarles nada. Así que…
-¿Y qué vas a hacer? Para lo único que sirves es para capturar la snitch.
-Yo opino que entonces son solo celos -agregó sin más Rose.
-¿Celos? Mejor cállate estúpida -dijo el chico de hombros anchos-. No tenemos nada que envidiar de Potter. Los dos provenimos de familias de magos muy antiguas.
-¿Y eso qué tiene que ver? -inquirió Harry.
-Por lo visto son de esos idiotas que creen que tener parentesco con muggles es bueno -añadió el chico de ojos rasgados- Afortunadamente mi familia, los Towers, nunca se han mezclado con basura como ustedes.
Hubo una leve tos en el rincón, que más bien parecía una risa disfrazada.
-¿Quieres compartir el chiste? -cuestionó amenazadoramente el chico Towers
-¡Si tú te atreves a hacerle algo a mi hermano te mato! -exclamó una voz detrás de los chicos.
Todos voltearon a ver, y se dieron cuenta de que se trataba de Justin, el cual estaba fulminando a Towers con la mirada.
-¿Y tú qué te metes, mocoso? -le espetó el chico de ojos rasgados.
-¡Hey, cuidado Mark, que es mi hermano! -exclamó el chico Jacot.
-¿Este mocoso es tu hermano? -inquirió molesto Mark.
-Sí, del que me enorgullezco -contestó el otro-. En cambio de ese -señaló a William con la cabeza-, no tengo nada de que enorgullecerme, sino más bien avergonzarme.
William se sonrojó debajo de sus espectrogafas, algo visible para todos los presentes, pero no agachó la cabeza.
-Sabes que no me gusta que hables mal de William, Jason -amenazó Justin-. Así que mejor que te parece si me acompañas.
-¿A dónde? -preguntó interesado Jason Jacot.
-¡Oh, ya lo verás! -exclamó Justin.
-¡De acuerdo! Bueno, hasta luego Yeipi (Es la pronunciación de la J y la P inglesas) -se despidió Jason-. Y espero que entres a Slytherin William. Sería la primer cosa buena que harías en tu vida.
Y dicho esto los tres chicos se marcharon.
James cerró la puerta del compartimiento.
-Así que eres hermano de Jason Jacot -dijo en un tono ambiguo.
-Medio hermano -aclaró William-. Mismo padre pero diferente madre. Para mí es casi un desconocido, ya que mis padres se separaron cuando yo tenía cuatro años. Justin y yo nos fuimos a vivir con nuestra madre, y aunque Justin visita seguido a papá, a mí no me gusta hacer lo mismo. Mi padre opina que me falta mucho para ser un buen mago.
-Al parecer a tus hermanos les gusta Slytherin -comentó Harry.
-Sí, a Jason porque lo único que sabe hacer es presumir su "sangre limpia", mientras que Justin piensa que no hay nada mejor que tener una gran astucia y ambición.
-Pero en Slytherin han estado la mayor parte de los magos tenebrosos -dijo Sandy.
-¡Eso es cierto! -afirmó Rose.
-Sí, pero si quieres seguir con vida no se lo menciones a Jason -comentó William-. En cuanto a Justin, él opina que ese hecho se debe a que muchos no saben encausar de manera adecuada su ambición.
-¿Ya pensaron en que casa les gustaría estar? -cuestionó Alice.
-Gryffindor -contestaron sin dudar Albus y Rose.
-No me pregunten, no sé mucho -fue la respuesta de Harry.
-Pues a mí me gustaría estar en Hufflepuff -respondió Sandy-. Ya sé que no es la casa más famosa, pero me parece un buen lugar para estar.
-Sí yo pudiera elegir iría a Ravenclaw -dijo Alice-. Opino que la inteligencia es la mejor arma que puedes tener.
Albus estuvo tentado a decirles a todos que el sombrero seleccionador tomaba en cuenta las preferencias de cada uno, pero no le pareció oportuno revelar un secreto que le había confiado su padre
-¿Y tú, William?
-No lo sé -contestó el chico-. Me gustaría estar en Slytherin para contentar a mi padre y hermanos, en Hufflepuff porque todos los de ahí son trabajadores, en Ravenclaw porque opino lo mismo que Alice, y también en Gryffindor, porque eso demostraría que no soy un cobarde, ya que ahí van los valientes.
-¡Vaya, tú si que estás hecho un lío! -comentó Harry
-Me parece que tienes que ordenar tus prioridades -dijo Rose.
-Bueno chicos, podría quedarme con ustedes toda la tarde, pero tengo otras cosas que hacer. Así que hasta luego -expresó James, y salió del compartimiento.
-¡Qué hermano tan simpático tienes! -le dijo Alice a Albus, una vez que James hubo salido del compartimiento.
-Se nota que no lo conoces -mencionó Albus.
-Pero los otros dos chicos no parecían tan amables -apuntó Sandy-. Ese Towers y Jason Jacot. Tienen un aura maligna.
-Pues tanto como maligna no creo -expresó Rose-. Pero si parecían la clase de chicos con los que es mejor no tener problemas. El problema es que el primo James parece ya tener problemas con ellos. ¿Porqué no nos habrá contado nada?
-Supongo que por hacerse el duro -dijo Albus-. ¡No te preocupes Rose! Mi hermano sabe cuidarse solo.
El resto del viaje fue mucho más ameno. Los chicos siguieron charlando hasta la hora en que se apearon en la estación de Hogsmeade, aunque una media hora antes Alice y Sandy se dirigieron hacia donde se encontraban sus baúles.
-Bueno, nos veremos más al rato- dijeron al despedirse.
