Hola!
Una pregunta antes que sigan leyendo para los escritores ... es normal sentir nervios antes de subir algo nuevo?
Soy algo nueva por estos lugares, y desde toooda la vida me ha gustado Digimon hasta Frontier; y me siembra la curiosidad el personaje de Kouchi Kimura xP (A que no es lindo) Y hace tiempo escribí algunas cosas sobre él con un OC, pero que nunca subí por falta de inspiración...
Y ahora, ordenando y viendo cosas antiguas que habían en la memoria de mi PC me encontré con esta historia... así que lo quise retomar, en cierto sentido... les explico, no les prometo que haré una historia lineal en el tiempo, me cuesta mucho hacerlo, pero trataré de apegarme lo más posible al tiempo cronológico normal; a veces me saltaré a cosas del pasado que pudieron hacer ocurrido antes y es posible que deje en blanco algunas situaciones... pero haré lo que pueda xP
La verdad es que no escribo esto esperando que me lleguen miles de reviews, sino como desahogando algo del pasado y que, a lo mejor, alguien llega a leer...
¿El Título? Primero que nada, porque justo estaba escuchando este tema xP... además, creo que a muchas personas les gustaría tener esos amores tan únicos que son los de adolescentes... además que nuestros protagonistas bordean los 17 años... o sea, están en plena adolescencia xDDDDDD
Tiene un poco de OoC, y algo de UA, así que me perdonarán por algun que otro desliz que pueda tener xP
ATENCIÓN: Digimon no me pertenece, he pedido prestado a sus personajes para hacer esta historia.
La felicidad es definida muchas veces como un estado de ánimo que supone una satisfacción, un estado en el que la persona feliz se siente a gusto, contento y complacido. Esta satisfacción se debe a que se han cumplido con metas deseadas, o porque se ha visto algo hermoso, o porque ha recibido una sorpresa agradable. Pero hay personas que piensan que la felicidad crece aún más si se haya a ese alguien especial… esa media naranja que te corresponde y te complementa… Y Kouichi Kimura se había integrado a este selecto grupo de personas: estar con la persona que se ama es en definitivo lo más exquisito en el mundo.
Un chico peliazul de ojos azules profundos se encontraba recostado cómodamente en el sillón de un departamento, solamente iluminado por un par de velas en la mesita al lado suyo, mientras contemplaba la ciudad de noche. Pero la alegría que le inundaba el pecho no se debía en la vista privilegiada que tenía de la ciudad; sino que la causa era la chica que tenía recostada en su pecho. Usando la luz que desprendían aquellas velas para leer, tarareaba y marcaba con un lápiz unas hojas, haciendo borrones y correcciones, mientras que, de vez en cuando, se acurrucaba más y más en el pecho del chico, y él la abrazaba más, sujetando su cintura con dulzura. El cabello de ella, ondulado y castaño, emanaba el olor a almendras que siempre le encantaba. Besó su cabello por tercera vez en la noche, y sintió como la chica reía.
-Entiendo que soy tu adoración, Kouchi, pero necesito concentrarme – le dijo media divertida, media en serio
-Sabes que me es inevitable hacer esto, Sakuya – le respondió el chico, haciendo que la chica lo volteara a ver. Sus ojos violeta, hermosos y expresivos, lo observaron con curiosidad – por lo que no me pidas hacer algo que no puedo hacer.
-No es que me moleste en verdad, pero con el dolor de mi alma… ¿al menos puedo pedirte que hagas una pausa por unos 5 minutos? Ya me falta poco para terminar – le miró suplicante, sabiendo que el chico accedería. Esta vez no fue la excepción, y ella volvió a acomodarse en el pecho del muchacho, mientras él volvía a acomodar sus manos alrededor de su cintura.
-¿Es una canción nueva? – la chica sólo asintió - ¿la van a ensayar mañana? – volvió a asentir - ¿Es original?- la chica ahora lo negó - ¡un cover! Ya quiero escuchar cómo suena…
-Mañana veremos si funciona la canción y si queda bien en la banda; esto de ser la única mujer en un grupo musical es extraño… sobre todo si soy la vocalista principal
-No te molestará que yo esté presente, ¿verdad?
-¿Molestarme? Lo dudo, aunque sí puedes ser un factor importante de distracción, así que… - el chico se sintió algo ofendido, pero la muchacha volvió a reír, haciendo que el enojo durara poco.
-No es sólo por eso… yo no entiendo de partituras ni notas musicales, por lo que si me muestras las hojas que tanto revisas no entiendo lo que dicen… - Sakuya le mostró las hojas cerca de su cara, pero la mirada de reojo de Kouchi hizo que se las quitara, dejándolo continuar – así que cuando toquen quiero ver cómo se escucha… además que igualmente tengo que mantenerte vigilada entre tanto joven con hormonas alrededor tuyo
-Te recuerdo que tanto ellos como nosotros somos jóvenes con hormonas – rió Sakuya – pero no te preocupes, Kouchi; ya les dejaste a ellos bastante en claro que no pueden verme con ojos distintos – le señaló – ahora, sólo te pido unos minutos, para ver unos detalles del coro, ¿si?
El chico apoyó la barbilla en sus hombros, dándole a entender que aprobaría sus peticiones. Kouchi cerró sus ojos, mientras Sakuya volvía a tararear una canción que el chico no podía descifrar cuál era; pero no le dio mayor importancia. Le gustaba estar cerca de ella, ella le hacía parte importante en su mundo, y él no podía pedir más. Salían hace un año, convirtiéndose oficialmente en novios hace unos pocos meses atrás, y todo era de maravillas. Ninguno de los dos quería volverse dependiente 100% del otro, pero no podían no verse aunque sea 5 minutos en el día, a veces saliendo a otro lugar, a veces juntándose y pasando el fin de semana juntos, a veces, como en ésa ocasión, juntándose en el departamento de ella, pasando la noche juntos, mimándose, disfrutándose en cada momento con el otro, sin dejar de cumplir con sus obligaciones. Ambos cursaban el último año de preparatoria en la misma escuela, y se preparaban para rendir la prueba de admisión a la prestigiosa Universidad de Tokio (él para entrar a la escuela de medicina, ella para ser parte de la escuela de literatura) y ambos dejaban de ser amantes para concentrarse en los estudios. Le encantaba eso de ella: con Sakuya eran amigos, eran cómplices, eran novios, eran compañeros de colegio; pero si era necesario, no mezclaban las cosas lo suficiente: los conflictos que tengan en sus obligaciones no interferían mucho en su relación.
Un beso en la mejilla le indicó que la chica había terminado con su labor. Abrió los ojos, y se encontró con unas amatistas brillantes de la alegría, perdidamente enamorados de los zafiros que observaba. Kouchi no lo resistió por mucho tiempo y la besó. Sus labios carnosos y suaves lo cautivaban, no dejaba de perderse en esa sensación de sentirse completo cuando unían sus labios, las cosquillas en el estómago aparecían y no dejaban de enviarle señales de corriente por todo el cuerpo, señales que le indicaban que estaba con la chica correcta, en el momento ideal…
El beso terminó lentamente, sin que ninguno quisiera desprenderse de los labios del otro; deleitando sus sentidos de esos últimos momentos… hasta que un gruñir de un estómago hambriento hizo que ambos se separaran y abrieran los ojos… y que Sakuya se sonrojara. Kouchi no pudo evitarlo y se rió a carcajadas, contagiando a la castaña, que rió junto a él.
-Al parecer tienes hambre…
-Bueno, mi estómago lo ha dejado bastante claro, ¿no? – le respondió Sakuya, aún sonrojada
-¿Quieres que te traiga la cena? Yo también comienzo a tener algo de hambre
-Por favor… - le respondió, ilusionada. Kouchi besó rápidamente la frente de la chica antes de que ella se corriera del sillón, facilitándole a Kouchi la salida a la cocina.
-Aunque será mejor que me apresure, pues parece que una bestia interna surgirá de tus entrañas si no comes algo – le dijo antes de que le llegara un cojín por parte de la chica, y partió a la cocina.
Revisó en la despensa a ver si podía encontrar algo para saciar rápidamente el hambre, y encontró dos tazas de plástico con comida instantánea, pero se percató de que a la chica no le quedaban muchas cosas para comer. Puso a hervir un poco de agua y mientras lo hacía, se dedicó a ver el lugar.
"Cuando tenga departamento propio tú te encargarás de decorarlo" le dijo de broma un día, en los tiempos en que comenzaban a salir, pues la chica es reconocida por encargarse de la decoración en cada evento que tenían en la preparatoria. Era una habilidad que en definitiva dejó demostrado en su hogar. Perdió a su familia hace un tiempo, por lo que sus tíos se hicieron cargo de ella y de su educación; y como eran parte de una familia adinerada, le regalaron un departamento hermoso cuando cumplió 17 años. Con mano firme Sakuya lo decoró, plasmando su personalidad en él, con colores vivos y refrescantes en las paredes, y mezclando lo tradicional con lo moderno en cuadros, muebles, iluminación, tecnología, entre otros. No pudo evitar recordar que las imágenes del lugar salieron en una revista de decoración muy conocida en Shibuya. Muchas personas llamaron a la muchacha en un mes para pedirle ayuda u ofrecerle trabajos de decoración, a lo que la chica sólo aceptó algunas llamadas; sin embargo, no quiso lanzar su carrera de diseñadora de interiores, sino que espera ser una exitosa escritora; proyecto que sabía que la chica ambicionaba y anhelaba desde siempre, por lo que contaba con todo su apoyo.
Escuchó un 'click' que indicaba que el hervidor estaba listo. Virtió agua caliente en la comida y fue a acompañar a la chica.
-Espero no te moleste un poco de ramen… - le dijo, ofreciéndole un vaso y un servicio
-No te preocupes, igualmente no había mucho en la despensa, ¿o si? – respondió suavemente, mientras aceptaba el ofrecimiento y se dedicaba a revolver su ramen.
-Está casi vacía, Sakuya
-Si… mañana debo ir a hacer la compra después del ensayo si no quiero quedarme sin comida el resto de la semana
-¿No quieres que te acompañe?
-No es necesario, Kouchi… además tengo entendido que después del ensayo que quieres ir a ver, mañana te juntas con tu hermano y tus otros amigos
Si bien él, Kouji y Sakuya estudiaban en el mismo instituto, no ocurría lo mismo con Takuya y los demás; por lo que se juntaban cada semana a organizar un panorama o, simplemente, platicar de los tiempos en que se transformaban en digimons. Por supuesto, Sakuya no tenía ni idea de las aventuras que vivieron en el digimundo, pero sí sabía que estuvo a punto de perder la vida cuando niño al haber encontrado a su hermano gemelo.
-Sabes que las dejaría de lado si tú me lo pides
-Lo sé, y te lo agradezco, pero no quiero quitarte tu tiempo con los demás… no quiero que piensen que soy una novia que absorbe todo tu tiempo y que quiere que estés siempre conmigo
-A lo mejor no me pides eso, pero yo quisiera estar contigo cuando tú me necesites – le respondió el chico – si tú lo deseas, yo haré todo lo que sea humanamente posible por cumplirlo
-Nunca dejas de ser tierno, ¿verdad? – sonrió la muchacha, para darle un casto beso en los labios – mmm… sabor a curry – se saboreó, sensual y provocativa
-¿Quieres seguir probando? – le susurró, cerrando los ojos, sintiendo la calidez de su cercanía, cómo el calor de ella atontaba sus sentidos. Pero de la nada, sólo sintió el frío del aire nocturno, por lo que abrió los ojos extrañado. Sakuya, apartada de él, le miró, divertida.
-Lo siento, niño de los ojos profundos, pero a pesar de que los besos sabor curry son deliciosos, no alimentan en este momento a… ¿cómo lo dijiste?... "mi bestia interna" – se burló, haciendo que Kouchi se irritara un poco por hacer uso de su chiste de antes. Iba a seguir comiendo cuando escuchó las risas de Sakuya, y cómo unos brazos le envolvían el cuello en conjunto a una barbilla que se apoyaba en su hombro. Dejó el ramen en una mesita cercana para abrazar a la muchacha, ver de nuevo los ojos que tanto adoraba.
-Oye, niño de los ojos profundos…
-¿Qué pasa, niña de la eterna sonrisa?
-Me gustas mucho… - le dijo, mirándolo tiernamente
-Yo creo que estoy perdidamente enamorado de ti… - le susurró Kouchi, acariciándole una mejilla. Sakuya cerró los ojos, disfrutando el contacto, sintiendo como su piel se estremecía
-¿Puede ser que estés igual de perdidamente de enamorado que yo de ti?
-Así parece… te amo…
-Yo también te amo – le respondió con una sonrisa, antes de que el chico se acercara a atrapar sus labios en un beso. Una corriente de viento apagó la vela, dejando el departamento en la oscuridad completa, pero eso no les importó. Se tenían uno al otro y con eso bastaba, si estaban juntos lo demás, todo lo demás estaría bien…
*con miedo*
y? qué les pareció?
Ojalá no quieran golpearme xP
Bueno, muchas gracias por leerme, querido lector o lectora ^^
Si quiere darme un review, se aceptará con amor...
si no... no importa xDDDDDDDDD
En fin, saludos!
