Disclaimer: Los personajes no me pertenecen son de la gran señora Stephanie Meyer. La historia si es mía.
Había decidido mudarme a Phoenix, comprar mi propia casa con los ahorros de la universidad –no me quedaba otra– y conseguir un trabajo de medio tiempo o tiempo completo. Mi madre, Renée, y Phil me ayudaron a comprar la casa, a invertir en ella, pero no me quedó ni un centavo para pagar mis estudios. Renée me había dicho que luego de comprar la casa los demás gastos serían mi responsabilidad, como por ejemplo: el agua, el gas, la electricidad, mis necesidades, etc.
Charlie se había opuesto a mi mudanza, estaba lastimado por la decisión que había tomado, pero ya tenía más de dieciocho años y no podía vivir más con él, ya estaba grande y podía tomar mis propias decisiones. A Charlie me había dicho un montón de veces que no le molestaba si yo me quedaba a vivir con él, pero ya no podía vivir enjaulada como un león en esa casa.
Tampoco podía vivir con Renèe, ella estaba viviendo con su esposo Phil y sus tres hijos: Oriana, con sus tres añitos, era muy dulce y tierna. Yo la adoraba, pero ¿quién no se podía enamorar de esa dulzura?; Ryan, él tiene quince años y, cuando yo iba a la casa de mi madre, no nos llevábamos tan bien; y Hilary, tiene catorce años y era la princesa de la casa, suerte que no es rubia. Esos tres chicos juntos –y más Hilary y Ryan– son unos dolores de cabeza, lo digo por experiencia, los conozco bastante bien para poder juzgarlos.
No me había arrepentido de mi decisión, si yo quería mudarme a Phoenix lo haré, no me voy arrepentir, y ya estoy aquí así que no me puedo echar para atrás.
La parte de crecer es dejar el nido –como dicen casi todos los padres–, volar hacia otro nido y procrear hijos.
Podía visitar a Renée cuantas veces se me diera la gana, hasta podía molestar un poco a Ryan sólo por diversión. Reí entre dientes.
Estaba desempacando todas mis cosas de las cajas y maletas que había traído de Forks; por la tarde había llegado al aeropuerto de Phoenix y mi madre y toda su familia me habían recibido gratamente, excepto Ryan. Cuando él me vio rechinó los dientes, algo que disfruté mucho, me gusta hacerlo enojar.
Toda la familia estaba en el jardín delantero, excepto mi madre, ella me estaba ayudando a desempacar; Renèe, en un principio, me había insistido en que fuera a vivir con ella, que sus hijos se acostumbrarían a mi presencia, un discurso para ser exactos, pero yo me opuse, no quiero invadir su casa. Soy como una intrusa y no soy bienvenida a esa casa.
Espero que Charlie esté bien, me devastara el corazón si él estuviera sufriendo.
Mañana iría a comprar el periódico, por la mañana, a conseguir trabajo o hacer llamadas. No debe ser tan difícil, ¿o me equivoco?
Yo había estado comprometida con Jacob Black, él era un importante empresario, pero por desgracia, él murió por cáncer en el cerebro. Èl tenía veintisiete años, era joven. La muerte de Jacob me traía un profundo dolor en mi corazón, un vacío en mi pecho. En Forks me abrazaba las piernas con fin de protegerme de la muerte, cosa que ahora me avergüenzo, mi alma sangraba, botaba lágrimas de sangre, me habían arrancado el corazón, me habían arrancado a un ser querido por la fuerza. Es una de las cosas por las que también me quiero alejar de Forks.
Flash back
Había escapado de la casa de Charlie, a mediados de las nueve de la noche, sólo para ver a mi prometido Jacob. Estábamos comprometidos, qué suerte la mía, ¿no? Jacob me había dicho que tenía una sorpresa para mí, una velada romántica, ya quería llegar, no aguanto más.
Para esta ocasión me había puesto un vestido blanco que me llegaba hasta la mitad del muslo, tenía el escote de forma de corazón y tenía brillos por todas partes. No quería llamar la atención, por decirlo así. Y también me había puesto unos tacones negros que me había regalado Renée en navidad del año pasado. Son muy bonitos.
Ya había terminado la secundaria en Forks, ya me había graduado a mis dieciocho años, solo me faltaba completar la universidad –cosa que aún no lo he hecho– y mis estudios están completos. La escritora Isabella Swan, suena lindo.
Cuando había llegado a la casa de Jacob había notado que la puerta de la casa estaba abierta. Mmm, qué raro, Jacob nunca deja la puerta abierta. Entré a la casa con discreción, sin hacer el más mínimo ruido, o sea, caminaba en hurtadillas. No cerré la puerta de la entrada.
–¿Jacob? –grité cuando pasé el alumbrar de la puerta. Nadie contestó. Clavé la mirada al techo, no sé por qué diablos lo hice pero lo hice.
Por favor, que nadie haya entrado a la casa, me repetí una y otra vez. Por favor, que Jacob esté bien.
–¿Jacob? –volví a preguntar. Nadie contestó como la primera vez–. Jacob, esto no es gracioso, me estás asustando.
Ahora sí. Me estaba poniendo nerviosa, mis manos sudaban, mi respiración era entrecortada, me invadió una oleada de pánico y mi corazón palpitaba desembocada mente. Bum, bum, bum. Esto no era bueno, para nada bueno.
–Jacob, es enserio –el nerviosismo inundó mi garganta y el resto de mi cuerpo. Cerré mis párpados y traté de inspirar y exhalar en el aire. No pude, estaba demasiado nerviosa. Y en esas inspiraciones olí a ese horroroso olor de óxido y sal. Me sentí mareada.
Mientras iba caminando tropecé con mis pies y caí al suelo, ay, genial. Abrí los parpados y me devolví para ver con qué diablos me había tropezado. Y… ¡oh!
Jacob estaba tirado en el suelo de medio lado. ¿Sería sólo una broma de él para asustarme? ¿Èl estaría bien? ¿Estará respirando? Lo sacudí pero no reaccionó, pero causó que se volteara boca abajo. Jacob estaba escurrido en sangre. Mis ojos se abrieron como platos y mi sangre se me heló, más bien, mi sangre dio un grito ahogado.
¡OH! ¡Que no sea cierto!
–¡Jacob! ¡Ayúdenme, por favor!
Fin del Flash back
Cuando había dejado de sentirme mareada había llamado a la ambulancia.
A Jacob se lo habían llevado al hospital esa misma noche. Le habían diagnosticado cáncer en el cerebro, pero no sé supo cómo se partió el cráneo, con razón la sangre. ¡¿Pero por qué nunca me dijo que tenía sangre? Yo lo había podido ayudar.
Tanto Phil como Renée sentían mi dolor por Jacob, pero no era culpa de ellos. No quería que se sintieran de ese modo, tristes, deprimidos y culpables. No podía ni quería que se sintieran así, se los decía muchas veces. La forma en que ellos se sienten tristes, me causa un vacío en mi pecho, no puedo explicarlo…
–Listo –Renée me saco de mis cavilaciones cuando terminamos de acomodar las cosas, de mi última maleta, en mi habitación–. Cariño, ¿estás bien?
–Emm, si, ¿por qué?
Nunca se me daba bien mentir, se me roncaba la voz y me ponía nerviosa, pero parece que este no es el caso.
–Porque estás soltando lágrimas. Es por Jacob, ¿no?
Odiaba admitirlo, pero sí, estoy así por Jacob. Asentí y comencé mi hilera de lágrimas.
–Ay, cariño –ella me puso contra sus brazos y me apretó con fuerza contra su pecho–. Bella, no es bueno que estés pensando en Jacob; este nuevo cambio te conviene mucho, conocerás a gente nueva, harás amigos nuevos y puedes conocer a otros chicos.
–Yo no quiero a otros chicos, quiero a mi Jake –rugí contra su pecho.
–Bella –me apartó de su pecho y me sujetó por los hombros. Ella ya estaba enojada–. Eso fue hace más de cinco años, tienes que dejar eso en el pasado y ver hacia al futuro, te aseguro que Jacob preferiría verte feliz que desdichada, eres joven y hermosa –aprovecha la vida–me limpió las lágrimas que caían sobre mis mejillas y continuó–: Vamos con Phil y los demás, ¿sí?
Asentí.
Salimos de mi habitación, bajamos por las escaleras y fuimos al patio delantero de la casa; Phil estaba sosteniendo a la pequeña Oriana y éste le hacía cosquillas a la niña y a pocos metros Hilary y Ryan… ¿conversando? No, no creo que estuvieran conversando. ¿Esos dos están enamorados o qué?
–Bella, ¿no quieres algo? –prosiguió Renée. Sus facciones de la cara estaban tristes y preocupadas.
–No, estoy bien… Ustedes, sólo, sigan con sus cosas de familia.
–¿Segura?
–Totalmente –sonreí a medias.
–Entonces nos vamos, si necesitas algo llámame o a Phil.
–Sí, mamá –le di un pequeño abrazo. Ese abrazo no tenía fuerzas, no tenía cariño, no tenía amor, no tenía nada. Fui donde estaba Phil; agarré a Oriana entre mis brazos–. Cuídate mucho, mi Orianita –le di un besito en la mejilla, ella me dio otro. Tan linda–. Cuídate tú también, Phil, y a mamá.
–Siempre lo hago –me sonrió. Èl tomó a Oriana. Phil llamó a Hilary y Ryan y fueron hasta su carro, con los chicos enamorados pisándoles los talones.
Me despedí con un gesto en la mano cuando partieron. Entré de nuevo en la casa.
Se sentía tan sólo estar aquí, una casa desierta, creo que es peor aquí que en Forks viviendo con Charlie. Allá tenía compañía: mis amigos y mi papá. Pero ya estoy aquí y no puedo hacer nada.
Renée, creo que, tenía la razón. No podía seguir sufriendo por Jacob, pasado pisado.
Aún conservaba el anillo de compromiso que Jacob me había dado hace más de cinco años, lo tenía guardado en una cajita con seguro, conservaba la pequeña llavecita de plata en alguno de mis pantalones. No quería que nada ni nadie tocaran esa llave y mucho menos el anillo. Algún día tendría que liberar ese anillo, arrojarlo a un río o algo así.
Atravesó una ráfaga de viento helado en la casa, yo me sobresalté haciendo un saltito por el susto. En Phoenix la temperatura era de treinta grados, a veces hasta muchísimo más, era muy raro que hubiera una ráfaga de viento helado y más aún si llovía.
Me encaminé hacia el baño a tomar una ducha fría, la necesitaba con urgencia. Casa nueva, vida nueva. Suspiré.
Hola!
Nuevo fic en marcha, jeje. Qué les pareció, les gustó? Espero que sí, trabajé mucho en este primer capítulo, lo reescribí como dos veces, fue agotador. A mí me encantó el capítulo, ya voy escribiendo el cuarto.
El otro fic que también está en proceso, el de Lo que pasa en Las Vegas, se queda en Las Vegas, creo que lo voy a borrar o a reescribir, cualquiera de las dos, porque lo odio, no sé.
Este capítulo de Fantasma de Amor me inspiré fue en las canciones The Way I Loved You, Ghost Of You y Fantasma de Amor de Selena Gómez. Oí todo el día esas canciones para poder escribir el capítulo.
Like a first love, my one and only true love, Wasn't it written all over my face? I loved you like you loved me, like something pure and holy, like something that could never be replaced and it was wonderful, it was magical, It was everything I've waited for, A miracle, And if I should ever fall in love again, with someone new, (Ohh,) It could never be the way, No it will never be the way, I loved you.
One of these days, I'll wake up from this bad dream I'm dreaming, One of these days I pray that I'll be over, over, over you, One of these days, I'll realize that I'm so tired of feeling confused, But for now there's a reason that you're still here in my heart.
Voy a reír y a soñar, Te tendré que superar, Viviré la señal que me da el destino, Me cansé de llorar, Se acabó tu tempestad, Serás o que un fantasma del amor que olvidaré.
Esas son las partes que me encantan de cada canción, la tiene que escuchar, las pondré en mi perfil.
Reviews, Reviews, please! Se los agradecería de todo corazón!
Bye ;)
