Disclaimer: Los personajes de CDM (Amour Sucré o My Candy Love) pertenecen a su creadora, ChiNoMiko.
NOTAS: Lo cierto es que me he debatido mucho en si publicar o no esta serie de relatos, pero finalmente, y teniendo en cuenta que Papilio Efectum avanza gracias a la decisión de los lectores (que la espera puede ser larga o no), me he decantado por, al fin, lanzarme a la piscina y recibir las críticas hacia estos pequeños "cuentos" o historias cortas (muy cortas) de terror centradas en los personajes de CDM (Amour Sucré o My Candy Love). [Algo así como un entretenimiento mientras continuo Papilio Efectum].
Espero que lo disfruten y, si es posible, que dejen algún review (ya que a todo "escritor" le gusta saber la opinión ajena).
Argumento #01: A veces le gustaría que simplemente desapareciese, solo para no sentir miedo.
Personajes #01: Iris, Thomas, Isabelle (mención y ligera aparición)
Género #01: Horror/Supernatural
Palabras #01: 295 palabras.
#O1 Desaparecer
[Thomas e Iris]
Cuando Thomas nació, Iris se sintió afortunada, incluso feliz, de tener un hermanito al que podría cuidar y también vestir de princesa para sus juegos de casitas (mamá se lo había prometido). Pero aquel día, Iris deseaba que Thomas—literalmente—desapareciese.
-Iris, por favor, sal de mi cuarto-pidió el chico, leyendo distraídamente el nuevo libro de astronomía que su madre le había comprado de rebajas, sin prestar atención al rostro asombrado y aterrorizado de su hermana mayor, clavado en la pared del fondo-. Iris-advirtió otra vez, desesperado, aun aparentando ser serio y maduro (como siempre)-, no le mires fijamente. Vete.
Temblando, Iris cerró la puerta lentamente, sin desquitar la mirada del cuarto en la que la figura de su hermano ya no era la única presente. De hecho, de vez en cuando estaba ahí, observando todo a su alrededor como si fuera la primera vez que había venido, cuando en realidad, llevaba con Thomas desde que ambos tenían memoria (su madre ni siquiera lo veía rondar como vagabundo por calle).
Iris pensaba en ocasiones—y muy a su pesar—que, si Thomas no hubiese venido a este mundo, quizá la criatura tampoco estaría haciéndola morir de miedo en su propio (dulce) hogar.
Ya fuera de aquel espectáculo, la muchacha se balanceó por el pasillo, dispuesta a dar un paseo y respirar un poco.
Si, sin duda, deseaba que Thomas no hubiera venido con ese horror debajo el brazo que, al darse la vuelta, vio al final del pasadizo, susurrándole como si estuviera a su propio costado:
-Pronto será verdad.
En un principio no lo comprendió ni quiso comprenderlo, saliendo disparada de su casa para regresar pasadas las diez, donde su madre lloraba y la ambulancia se llevaba a Thomas: había dejado de respirar mientras dormía.
