Ecos de un pasado lejano.
Capitulo 1
Desperté sobresaltada de mi cama con la respiración agitada, los rayos del sol iluminaban mi lúgubre habitación blanca. Pase mis manos por mi cara para limpiar los restos de las lágrimas que había soltada por la noche, hoy ya era la décima vez que volvía tener aquella pesadilla.
Ese maldito sueño se repetía una y otra vez, no sabía lo que significaba; lo único que sabía es que me encontraba en el Mundo Inexistente yo sola. Y sé que lo único que hacia era correr ya que algo me perseguía, algo que dejaría en ridículo a los sincorazón y a los incorpóreos; una especie de seres con la apariencia de caballeros cuyas armaduras eran completamente negras como la noche más oscura, a su vez del lugar del cual se suponía que miraban había una luz roja. Todos estaban rodeados de una aura oscura.
No sé porque esos seres me perseguían, pero lo que sabía era que no me iba a quedar ahí para averiguarlo, por ello corría sin parar. Pero era como si mi esfuerzo no sirviera de nada ya que esas criaturas sin mucho esfuerzo me alcanzaban cada vez más rápido.
Sé que para intentar despistarlos me metí por un callejón que se encontraba cerca del Rascacielos de los Recuerdos. Pero no funciono, porque justamente cuando me daba la vuelta pensando que los había despistado, uno de esos seres aparecía delante de mi y todo se desmaterealizaba.
Aunque esta vez todo fue diferente, antes de despertar en aquella oscuridad escuche un nombre; fue como un susurro inaudible pero fui capaz de distinguirlo. Dijo "Aldebarán". También sentí un dolor agudo en mi brazo izquierdo, por ello quite lo más rápido las sabanas que tapaba mi brazo y vi que este tenía una marca roja, incluso como si hubieran pequeñas manchas de sangre, justamente donde ese ser me había atrapado.
Pero no le pude prestar más atención, porque tocaron la puerta de mi cuarto.
"Adelante" - Dije lo más calmada posible.
"Hola Naminé"
"Hola Daisy"
"Venía a ver cómo estabas, me sorprendió no encontrar por el castillo a estas horas"
"¿Tan tarde es?"
"Cariño ya son más de las tres pasadas de la tarde" - Me dijo con una risa divertida.
"Oh vaya gracias por avisarme"
"No hay de que" - Me dijo antes de marcharme.
Tras marcharse me pare lo más rápido que pude y fui directa al baño para asearme y ver si me podía deshacer de este horrible sudor frio. Una vez que salí fui directa a mi armario en busca de algo que ponerme, pero encontré algo que no me dejo un buen sabor de boca.
"Creía que me había desecho de esto" - Pensé mientras agarraba aquel estúpido vestido blanco.
Estaba harta de aquella pieza que use hace algún tiempo no tan lejano. Principalmente me decise porque era algo monótono que me hacía lucir como una chica estúpida e inocente; lo mismo hice con aquellas sandalias azules. No es que tuviera nada en contra de aquellos colores, al contrario, en cierto modo me encantaba el blanco por la pureza que reflejaba, solo que en exceso podía resultar horrible.
Por ello decidí buscarme unas prendas que tuvieran ese color, pero no en exceso. Ya al final mi búsqueda me llevo a optar por una blusa blanca de botones y manga larga, con un cuello azul y de borde dorado; también ataba un pañuelo del mismo azul, aparentando una corbata pero con nudo más holgado. Además comencé a usar unos shorts de jean normales, en los que metía dentro mi blusa. Y como sustituto de las sandalias, llevaba unos botas cortas de cuero negro.
Siempre buscando un look formal, pero no tanto, además otro cambio que hice fue en mi pelo; ya que en vez de llevarlo suelto comencé a llevarlo en una coleta alta algo despeinada.
Tras darle una última pasada a mi vestimenta, arreglar mi cama y tirar aquel horrible vestido al fondo del armario, salí de mi habitación. Por si no lo había mencionado antes, ahora vivía en el castillo del rey Mickey, ya que desde todo lo ocurrido con el mundo de los sueños y el regreso del Maestro Xehanort; los chicos consiguieron revivir al Maestro Eraqus y traer de vuelta a Ventus, Aqua y Terra. Así como a Roxas, a Xion y a mi.
Porque una terrible guerra se aproximaba y necesitaran toda la ayuda posible para hacerle frente a la oscuridad. Y si os preguntáis que pinto yo en todo esto, la respuesta es sencilla, nada. Ya que yo no era ninguna elegida de la llave espada, no era capaz de controlar la magia y no tenía ninguna experiencia que pudiera servir en el campo de batalla.
Por ello no me encontraba junto a mis amigos, los cuales estaban todo en Tierra de Partida entrenando para ser maestros de la llave espada, sino aquí en este castillo. Aún así, tome la decisión de no estorbarles y seguir mi propio camino.
Y ese camino era el conocimiento. El conocimiento de todo o casi todo, porque para mi todos aquellos mundos que conectados formaba un universo, eran algo completamente desconocido para mi; por ello pasaba incansables horas en la biblioteca del castillo leyendo cualquier tipo de libro independientemente del tema que trataban, ya que consideraba que cualquier libro guardaba una valiosa lección que esperaba ser hallada.
Aunque estos últimos días me había dedicado exclusivamente en hallar algún significada a aquel sueño que se repetía una y otra vez; incluso llegué a preguntarle a la reina Minnie acerca del significado de los sueños, pero nada.
Una vez que llegué a la biblioteca, comencé con la rutina de siempre.
Iba a la estantería, cogía un libro y comenzaba a leerlo. Pero esta vez decidí subir la escalera para buscar uno de los libros del último peldaño, que eran los más viejos y antiguos.
Empecé a mirar para ver cual llamaba mi atención, mi vista recorría de un lado a otro la estantería en busca de alguno que llamara mi atención. Hasta que mi vista se centro en un pequeño escrito de un tamaño intermedio; se notaba que llevaba tiempo ahí por su avanzado estado de deterioro.
Ya abajo, me senté en el escritorio y comencé a ojearlo, sus paginas eran completamente amarillas y alguna que otra se notaba que había sido arrancada. Pero no le di mucha importancia.
"Un Puente Entre Dos Mundos", era como se llamaba ese ejemplar de no más de cien paginas, que al parecer era un cuento para niños pequeños por los dibujos tan detallados. Se notaba que el libro fue escrito hace muchos años porque al comparar las letras con otro más nuevo, la forma de escritura tan detallada me recordaba a un libro de la edad media.
Sin esperar más tiempo comencé a leer aquel ejemplar que al instante me cautivo. Aunque fuera un cuento para infantes, aquella obra trataba sobre un reino tan antiguo como el mismo tiempo, pero que para su época bastante avanzado, que potenciaba el saber como una fuente de avance; donde sus ciudadanos vivían felices en paz y armonía. Pero lo que hacía especial aquel mundo era algo llamado el "Cristal", una fuente de poder ilimitado que los habitantes de aquella civilización consideraban un puente entre el mundo terrenal y el espiritual; que estaba conectado con toda la vida de aquel mundo.
La lectura se me hizo bastante amena, aquel libro se me hizo corto y entretenido. Pero lo que más me disgusto fueron una serie de paginas que faltaban al final. Aún así no le di mucha importancia y fui a colocarlo de nuevo en su sitio, pero justo cuando iba a hacerlo, una nota calló de entre las paginas.
Al agacharme a recogerla vi que tenía algo escrito en ella.
"El saber es la llave que habré todas las puertas..." - Parecía la típica frase filosófica pero todavía continuaba - "Y una de esas puerta te llevara a Aldebarán"
Cuando termine de leerla fue como espera un momento y mi cerebro empezó a unir información. Tuve que volver a leerla para comprobar si de verdad lo que había leído no había sido una confusión; pero no fue así, en ese papel ponía claramente el nombre de Aldebarán. El mismo que había pronunciado la criatura de mi sueño.
Volví a ojear el libro en busca de alguna relación con el papel, pero lo único que pude averiguar era que aquella nota era un trozo de las páginas que faltaban.
"Tal vez la reina sepa algo" - Pensé mientras salía de la biblioteca.
No tarde mucho tiempo en encontrarla ya que ella estaba en los jardines del castillo, sentada en el césped perfectamente podado, oliendo las rosas.
"Reina Minnie" - Llame su atención.
"Ah, hola Naminé" - Me respondió con su caracterizadora alegría - "¿Deseabas algo?"
"La verdad es que sí" - Le dije sentándome junto a ella.
"Bueno dime haber si yo puedo responderte"
"Me gustaría saber si usted conoce algo relacionado con Aldebarán"
Por un momento su cara cambio de expresión.
"¿De dónde has sacado ese nombre?"
"De este libro" - Le conteste mientras le encellaba el ejemplar.
"Pensé que lo había ocultado mejor" - Dijo más bien para si misma.
"¿Cómo?"
"Nami es mejor que me des ese libro" - Me dijo mientras me lo arrebataba.
"¿Por qué? ¿Qué daño puede hacer un simple libro?"
"Pequeña no es el libro, sino lo que contiene dentro"
"No entiendo"
Ella medito durante un par de minutos para luego dar un suspiro.
"Naminé como sabrás este cuento trata sobre la ciudad de Aldebarán"
"Sí"
"Lo que ocurre es que este cuento es una pequeña parte de la leyenda de la ciudad perdida"
"¿Aldebarán de verdad existió?"
"No se sabe a ciencia cierta, por ello lo de leyenda ya que durante el paso del tiempo la historia de esta ciudad se ha ido perdiendo;pero como cuenta el libro, esta ciudad era avanzada para su época y los descubrimientos que habían hecho en todas las ramas del conocimiento y demás dejarían en ridículo al tiempo presente"
"Uno de esos descubrimientos fue el cristal"
"Correcto, por lo que sé era como una especie de cúmulo de poder ilimitado que como bien dice el título del libro, era un puente entre el mundo terrenal y las criaturas que lo configuraban con el mundo espiritual"
"¿Y qué le paso a la ciudad?"
"Desapareció"
"¿Cómo? ¿Desapareció de la noche a la mañana?"
"Sí"
"Es imposible que una gran civilización como la que es relatada en el libro se esfume así sin más"
"Pero al parecer fue así"
"¿Y entonces por qué el libro es tan peligroso?"
"Es peligroso porque en este hay pistas escondidas, que si son desveladas te llevaran hasta la ciudad y todos el conocimiento y artefactos que esta guarda"
"Entiendo" - Le dije mientras me marchaba.
"Naminé es mejor que el pasado se quede como lo que es, pasado" - Fue lo último que me dijo antes de marcharme.
Estaba tumbada en mi cama, con mi mirada perdida en el techo blanco de mi monótona habitación blanca, pensando en todo lo ocurrido.
Habían cosas que no me quedaban claras, la primera de todas es que en mi cabeza no entraba como una ciudad tan majestuosa podía esfumarse como el polvo. Y la segunda era que probablemente la reina Minnie sepa algo más relacionado con el tema que no desea contarme.
Pero no me iba a quedar ahí parada como si nada, pensaba hacer todo lo que estuviera en mi poder para lograr averiguar todo lo relacionado con mis pesadillas. Y sabía perfectamente donde iría a por más información.
Toqué la puerta un par de veces esperando a que hubiera alguien en casa; para mi suerte, la espera no duro demasiado tiempo.
"¡Naminé cómo tu por aquí jovencita!"
"Hola Merlín" - Le conteste con una de mis mejores sonrisas.
"Pasa, pasa no te quedes fuera"
"Gracias" - Le dije mientras entraba a su casa - "¿Estás tú sólo?"
"Sí, el comité de reconstrucción del nuevo Vergel Radiante se encuentra en el castillo"
"Ah ya veo"
"¿Y bueno qué es lo que deseabas?"
"Quería hacerte una pregunta, pero antes de nada me debes prometer que no se lo dirás a nadie"
"Soy una tumba"
"Bien, me gustaría saber ¿Si sabes algo relacionado con la caída de Aldebarán?"
Al igual que la reina Minnie su expresión facial cambio.
"Sera mejor que nos sentemos" - Me dijo mientras me invitaba a sentarme.
Una vez que nos sentamos, hizo el mismo procedimiento que la reina; medito y luego suspiro.
"¿Cómo es que ese nombre ha llegado a tus oídos?"
Yo sin pelos en la lengua comencé a relatarle la historia de esta mañana, pero adornándola con unas cuantas mentiras piadosas. Que consistían en que yo encontré sin más el libro y dentro mencionaban el nombre.
Entonces le pregunte a Merlín algo al respecto de la desaparición de aquella civilización. Su relato no cambio mucho con respecto al de la reina, solo que esta vez pude averiguar que al parecer una serie de catástrofes ocurrieron en la ciudad durante sus años finales; pero que aún así no explicaban el porque de aquella desaparición tan efímera.
Después de que Merlín termino su relato, le agradecí el tiempo que me había dedicado y me dispuse a marcharme; no sin antes decirme en modo de recomendación que el pasado era mejor dejarlo enterrado.
Una vez fuera intente unir toda la información que tenía de momento en busca de alguna respuesta, pero fue inútil, de momento me encontraba en un callejón sin salida.
"Hola Naminé" - Escuche como me llamaba una vos, pero yo como estaba metida en mi mundo no le di mucha importancia.
"Hola Naminé" - Se volvió a repetir y esta vez me vi en la obligación de mirar que era. Cuando lo hice, digamos que lo que vi o más bien a quien vi no fue nada reconfortante; ante mi se encontraba el mismísimo Ansem el Sabio.
"Hola" - Le conteste de forma arisca.
"¿Te apetecería dar un paseo?" - Me pregunto de aquella forma tan calmada y pacífica que lo caracterizaba.
"¿Tengo otra opción?"
"Me temo que no, vamos así podremos charlar un poco"
"Está bien" - Le dije mientras me dirigía a donde estaba.
Caminábamos en silencio, disfrutando del atardecer de la ciudad. Hasta que decidió abrir la boca.
"No entiendo por qué todo ese odio que sientes hacía mi"
"No sé... tal vez sea por el echo de que cuando cumplí mi objetivo en tu plan, mandaste a Riku a desacerté de mi" - Le conteste en una forma irónica.
"Lo sé y me arrepiento de todo los errores que cometí en el pasado. Pero debes entender que mi odio me segó y la oscuridad de mi interior me consumía"
No pude aguantar la risa irónica que se escapo de mis labios.
"¿No entiendo a que viene esa risa?"
"Me da risa que todo el mundo use la oscuridad como medio para dar una respuesta a todas las maldades que comete. Es más hoy en día la oscuridad es como un tabú que solo produce mal, odio y demás sentimientos oscuros"
"Sigue me interesa tu razonamiento" - Me dijo intrigado
"Lo que quiero decir es que lo queramos o no la oscuridad siempre estará presente, es algo que forma parte de este mundo y que al igual que la luz; ambas se necesitan para coexistir en armonía. Son como los elementos, por ejemplo el agua y fuego; por naturaleza son incompatibles pero son capaces de convivir el uno con el otro en perfectamente"
"Entiendo, no tengo nada encontrar de tu opinión. Más bien estoy de acuerdo contigo Naminé, ya que esta guerra entre la luz y la oscuridad a llegado a tal punto que lo que importa ahora es ver cuál de las dos es capaz de superarla y por tanto perdurar para la eternidad"
"¿De verdad estás de acuerdo conmigo?"
"Sí, además debo decirte que admiro todo lo que has madurado durante todo este tiempo"
"Gracias"
"Además me ha dicho un pajarito que estás buscando respuestas acerca de lo ocurrido con la caída de Aldebarán"
"Es cierto, pero ¿Quién fue?"
"Fue la reina, hoy la visite y se mostraba preocupada por el hecho de que hallaste el libro de Un Puente Entre Dos Mundos"
"¿Y qué me vas a decir? Que es mejor que deje el pasado en su sitio y desista de mi búsqueda"
"Al contrario, me gustaría saber que es todo lo que has averiguado"
"Bueno de momento no es mucho, sólo sé que la ciudad desapareció por arte de magia y que se produjeron una serie de catástrofes que no sé si contribuyeron a su desaparición"
"No vas mal encaminada. El libro que tu encontraste no explica con claridad la desaparición de aquella civilización, pero hace su tiempo escuche otra leyenda que decía que lo que aquellas personas más apreciaban; se volvió contra ellas"
"El Cristal" - Dije casi sin pensarlo.
"Correcto"
"¿Y tú te lo crees?"
"Bueno no exactamente, pero podría ser la teoría más acertada. Ya que si aquel cúmulo de energía era tan poderoso como se describe en el libro, podría ser el responsable "
"Crees qué pudo haber tenido el mismo principio que una supernova"
"Tal vez, si la comparamos con una estrella; llegaría a un punto donde esta colapso y al explotar libero toda su energía de una forma tan brusca que destruyo toda la ciudad"
"Pero nunca lo sabremos"
"No te creas, sino recuerdo mal en Villa Crepúsculo quedaba constancia de algún ejemplar de aquel escrito"
"¡Enserio!"
"Sí, pero no recuerdo precisamente dónde"
"Bueno, al menos es un comienzo. Pero no entiendo, ¿Por qué me ayudas?"
"Porque veo en ti veo esa necesidad de búsqueda de conocimiento, que cuando algo no encaja buscas la manera de que lo haga. El mismo que yo tuve una vez en su tiempo"
"Gracias" - Fue lo que le dije antes de marcharme.
"No gracias a ti por este momento"
Esa misma noche.
"¿Dónde estoy?" - Pensé ya que no me encontraba en mi habitación.
Pero tampoco estaba en aquella pesadilla. Estaba en lo que parecía ser una especie de salón parecido al del castillo, pero todavía mucho mayor; el suelo era de un material gris, posiblemente metal pulido que se encontraba como fragmentado en trozos que se unían mediante cristal, y al igual que este, eran las paredes. También pude contar como cinco columnas a cada lado, del mismo metal y que se encontraban fraccionadas en varias partes como si fueran un rompecabezas; unido de la misma forma que el suelo. El techo de aquella enorme habitación era curvado, del mismo material que toda la habitación. Y enfrente a mi, había una enorme vidriera circular.
Pero estaba tan anonadada observando aquel lugar, que no me di cuento de que algo había cambiado en aquel lugar donde solamente estaba yo.
De repente aparecieron un total de diez personas, hombres y mujeres que aparentaban diferentes edades mirándome como si me conocieran. Y al girarme vi detrás de mi a una multitud de personas, todas en silencio aguardado algo.
Pero lo que más me llamo la atención, fue que cuando me mire mejor llevaba puesto un vestido largo blanco de encaje floral del mismo color, cuya cola caí un poco por los escalones que conducían al la enorme vidriera.
"¿Qué demonios está pasando aquí?"
"Acepto" - Pronuncio una vos masculina cerca de mi.
Al girarme a la derecha, vi a Ventus, pero no al Ven que yo conocía; este era mayor que el otro con una mirada decidida y una expresión que transmitía madures y serenidad ante cualquier situación. Llevaba puesta una armadura blanca con detalles dorados .
"Muy bien" - Dijo uno un hombre de edad avanzada que parecía ser, tal vez, el lider de todas aquellas personas que estaban ante nosotros - "Este consejo os declara marido y mujer, puedes besar a la novia"
"Un momento...¡Qué!"
Entonces todas aquellas personas comenzaron a aplaudir.
"Que, nada de aplausos"
Pero cuando me quise dar cuenta, involuntariamente mi rostro se estaba acercando al de Ven y poco a poco ambos estábamos cerrando los ojos. Yo estaba en pocas palabras histérica, no podía hacer nada, solo esperar el inminente final. Empecé a sentir su respiración cerca de mi y como su mano se posicionaba en mi mejilla, cuando quise que todo parara; ya era demasiado tarde porque sentía una cálida presión contra mis labios y después todo se esfumo.
A la mañana siguiente.
Desperté sobresaltada, como acto reflejo toque mis labios, ya que para haber sido un sueño se sentía bastante real. Pero la pregunta principal de todo ello, era ¿Por qué me estaba casando con Ven?; si ni siquiera me gustaba. Además aquel lugar no me recordaba a la arquitectura de algún mundo de este reino, era mucho más avanzada ya que principalmente los reinos que conocía sus principales materiales eran a base de piedra; pero aquel lugar era casi íntegramente de metal.
Por ello no perdí ni un minuto más y fui directa a cambiarme, ya que si el sueño tenía alguna relación con el otro; debía ir lo antes posible a Villa Crepúsculo en busca de algún ejemplar del libro. No tarde mucho tiempo en arreglarme con mi nuevo conjunto y fui directa a las cocinas del castillo por algo de comer, ya que si no comía ahora no lo haría en el resto del día y digamos que el resultado no sería bueno.
Iba en dirección de los jardines en busca de Chip y Chop que lo más probable es que estuvieran en el hangar de la nave Gumi, para que abrieran un portal. Pero como iba metida en mi mundo choque con alguien cayendo al piso con un terrible dolor de culo al instante.
"Lo siento" - Dijo una vos que era de chico.
"Perdón fue culpa mía, estaba distraída" - Me disculpe, pero cuando mi vista se enfoco mejor pude comprobar quién era; ya que reconocería esos picos castaños en cualquier parte, qué se suponía que haría Sora aquí.
Por su parte,él también se me quedo observando, hasta que al parecer la bombilla se encendió.
"¿Naminé?"
"La misma" - Le dije levantándome.
"Oh lo siento Naminé, déjame ayudarte"
Cuando por fin volví a estar levantada, mis pies no tuvieron mucho tiempo para sentir el suelo; ya que Sora me levanto en un abrazo de oso pardo. No sé si lo mencione antes, pero conseguimos la forma de hacer que aquellos recuerdos donde yo conocí a Sora, no se sabe como se unieron a todos sus recuerdos de una forma normal; permitiendo volver a recordarme.
Y al parecer eso produjo que él de una cierta forma se volviera algo más cercano a mi, y digamos que me agradaba volver a recuperar su amistad, pero el problema de todo esto es que yo en el fondo seguía amándolo; y bueno, que el chico que te gusta este enamorado de la persona que es tu yo completo, cuando tú solo eres un simple doble incompleto que nunca debido existir, no es que precisamente deje un buen sabor de boca.
"No ta había reconocido, en estos meses has cambiado. Me gusta tu nueva forma de vestir" - Me dijo mientras me daba una mirada de arriba a abajo. Y aunque el hiciera todo lo posible para que yo no me diera cuenta, lo hice. Porque su mirada se quedo un tiempo de más mirando mis... bueno mi parte delantera superior.
Esto se puede entender, ya que si me comparas como era antes se puede decir que mis atributos femeninos habían crecido algo al igual que mis caderas; no de una forma exagerada, sino más bien en proporción a una chica de mi contextura; y como la blusa no es que quedara muy holgada las destacaba un poco más; al igual que los shorts que marcaban mejor mi figura. No me enorgullecía de esto, sólo que estaba contenta por no parecer más una tabla de planchar.
"¿Y qué se supone que haces aquí? ¿No deberías estar entrenado para convertirte en un maestro de la llave espada?"
"Sí, pero el rey necesitaba venir al castillo por unas cosas y yo me ofrecí a venir. Más bien vine porque... bueno quería verte" - Dijo eso último nervioso.
"¿A mi? ¿Por qué?" - Le pregunte extrañada, ya que interés podía haber en saber de mi.
"Naminé eres mi amiga y hace tiempo que no te veo y..."
"No sera qué te sientes culpable por haberme olvidado"
"Sí"
"Sora eso fue algo del pasado, además era más importante recuperar tus recuerdos"
"Lo sé, pero no me parece justo el precio que hubo que pagar"
"Da igual, lo importante es que ya me recuerdas"
"Si pero..."
"Nada de peros" - Le dije cortante.
"¡A sus ordenes mi capitán!" - Me dijo adoptando una posé de soldado que me hizo reír -"Has cambiado, se nota que ya no eres aquella chica tímida que conocí, eso me gusta" - Me dijo con una de sus sonrisas.
"Un momento... ¿Qué coño acaba de decir?"
"Por cierto ¿Tienes algo que hacer esta tarde?" - Dijo acerándose más a mi.
"Bueno iba a ir a Villa Crepúsculo ahora, ¿Para qué lo preguntas?"
"Es que era para decirte..."
"¡Sora!" - Escuchamos que alguien le chillaba. Y cuando nos dimos la vuelta, justo delante de nosotros estaba Donald con una cara de pocos amigos - "Te llevo buscando mas de media hora, ¿Dónde te habías metido?, que estamos a punto de partir a la Tierra de Partida"
"Es que..."
"No quiero saberlo, nos vamos ya. Hola Naminé"
"Hola"
"Pero..."
"Nada de peros. Como no muevas tu trasero ahora mismo te prometo que te voy a electrocutar"
El pobre dio un enorme suspiro.
"Esta bien"
"Vale, venga despídete y muévete"
"Adiós Nam"
"Adiós Sora, lo mismo para ti Donald"
"Adiós"
Y entonces cada uno prosiguió su camino. Mientras caminaba,me di la vuelta para darle una última mirada, y pude ver que él también me estaba observando, hasta que tuvo que cruzar por otro pasillo.
Tras perderle de vista, agilice un poco el paso ya que quería llegar lo antes posible a mi destino; pero algo me detuvo.
"Espera" - Me dijo él en un susurro, mientras me abrazaba de la cintura para detenerme.
"Sora ¿Qué haces?" - Le dije nerviosa y roja.
"Es que se me olvido decirte que el maestro Eraqus nos dio la tarde libre y pensábamos ir a Villa Crepúsculo a ver el atardecer, ¿Te apuntas?"
"No sé Sora"
"Oh vamos, si me dijiste que ibas a estar por ahí"
"Lo sé pero... no sé"
"Naminé puedo estar aquí todo el tiempo que haga falta" - Dijo pegándome más a él.
"Esta bien iré, pero suéltame ya"
"Genial espero verte allí. Que conste que si no te veo te buscare" - Me dijo para luego darme un beso en la mejilla.
Después de lo ocurrido, lo primero que me vino a la mente fue ¿Qué coño acababa de pasar? Y segundo, ¿Cuándo nos habíamos vuelto tan cercanos?
En Villa Crepúsculo.
"Bueno por dónde empiezo" - Me dije para mi misma mientras caminaba por las calles de aquella tranquila ciudad - "A lo mejor por aquí hay alguna Biblioteca, pero la cuestión es ¿Dónde estará?"
Seguí caminando hasta que me pare, ya que había llegado a un lugar que conocía. Era el lugar donde siempre Roxas, Olette, Pence y Hayner se reunían. Tal vez estuvieran dentro y podría preguntarles acerca de alguna biblioteca o librería; pero cuando entre aquel lugar estaba más desierto que un desierto. Vaya menuda redundancia había dicho. Por lo que no me quede más tiempo y salí en dirección de las escaleras que daban a la plaza donde se solían celebrar los torneos de Struggle.
Una vez abajo, mire en busca de alguna persona que me pudiera ayudar y se pude decir que encontré a una, o más bien cuatro. Eran ni más ni menos que el Comité de Disciplina de Villa Crepúsculo, formado por Seifer, Fuu, Vivi y un Homo sapiens involucionada llamado Rai; antes que nada de verdad hoy en día existen comités de disciplina.
"De verdad, de todas las personas que hay en esta ciudad, con los únicos que tenía que encontrar era con estos personajes de circo de ambulante... sino quiero estar dando vueltas como una estúpida lo mejor sera ir a preguntar"
"Hola disculpad las molestias, ¿Os podría preguntar una cosa?"
Entonces se dieron la vuelta y se me quedaron mirando, dos de ellos devorándome con mirada, una escaneandome como una futura enemiga y otro que solo me miraba como si nada.
"Por su puesto muñeca ¿Qué es lo que deseas?"
Tuve que aguantarme las nauseas.
"¿Sabrías decirme dónde puede haber alguna biblioteca por aquí?
"Una biblioteca, si estamos en verano... tío" - Dijo el neandertal aquel.
"¡Rai no seas imprudente!" - Le regaño Fuu.
"¿Qué culpa tengo yo de que ella sea una empollona? El verano se supone que es para divertirse tío"
Su comentario iba a hacer que se me hinchara la vena de la frente.
"Vasta Rai" - Le calló Seifer - "Claro que te lo puedo decir, pero a cambio de que me des tu número"
"¿Perdona?"
"Muy buena tío"
"Lo que he dicho tu número a cambio de la dirección"
"¿Y qué te parece si te veas un poquito a la mierda?"
ÉL tío ese se comenzó a reír por mi comentario.
"Me gusta tu coraje"
"Que pena que no sea mutuo" - Le dije cruzándome de brazos.
"No eres de por aquí ¿Verdad?"
"No te importa. Por qué no me pude haber encontrado con Roxas" - Dije eso último para mi misma.
"Así que eres amiga del imbécil ese"
"No te importa"
"Vaya Seifer se notan que son tal para cual"
"Si Rai, un gallina y una estrecha"
Lo siguiente que paso no se explicarlo muy bien, solo sé que se me nublo la vista y para cuando quise darme cuenta, Seifer estaba en el suelo tapándose uno de sus ojos y yo tenía un dolor de mano increíble.
"Gracias por nada imbécil. Y a ti" - Dije señalado al gorila que me miraba con terror - "El instituto de las ciencias ha llamado, se a sorprendido que todavía queden especímenes de hombres de las cavernas bagando por el presente" - Fue lo último que dije antes de marcharme.
No estaba cabreada, sino lo siguiente. Esos malditos me habían hervido la sangre, por qué los hombres no podían ser como en mis libros; chicos amables y gentiles, caballeros; no malditos retrasados. Pero aún así sería indebido condenar de esa forma al sexo masculino, ya que no todos son así.
Entonces escuche como alguien me llamaba; al darme la vuelta vi que venían Fuu y Vivi.
"¿Qué quieres?"
"Primero pedirte disculpas por el comportamiento de mis amigos y segundo decirte que si sigues por esta calle encontraras un edifico grande y antiguo, esa es la biblioteca"
"Vaya gracias"
"No hay de que y de nuevo perdona por el comportamiento de esos dos"
"Tranquila, acepto tus disculpas y gracias por la dirección"
"De nada" - Me dijo ella antes de marcharse junto su amigo.
Al seguir la dirección de Fuu no tarde mucho tiempo en llegar, pero al entrar a aquel edificio nunca pensé lo que iba a hallar ahí. Mi cara no tenía precio, nada más entrar al recibidor había un enorme salón circular con montones de libros, y así durante cuatro o tal vez cinco pisos más, hasta llegar a una bóveda de cristal por donde entraba una gran cantidad de luz natural. Literalmente creo que estaba en el Edén, un Edén lleno de miles de libros con numerosas historias por descubrir y obtener una lección moral; pero muy a mi pesar debía centrarme en mi objetivo.
"Hola" - Salude a la bibliotecaria del lugar.
"Hola joven, ¿Deseas algo?"
"Sí, quería preguntarle si había algún ejemplar de la obra Un Puente Entre Dos Mundos"
"Me suena, ¿sabrías decirme el autor?"
"Sinceramente no lo sé, porque el que yo leí tenía varias paginas arrancadas"
"Tranquila no pasa nada, creo que sino recuerdo mal es el de un cuento que habla sobre una ciudad perdida"
"¡Sí ese es!"
"Esta bien, déjame buscarlo en la base de datos te digo" - Me dijo mientras tecleaba algo en el ordenador - "Lo siento tesoro pero al parecer la edición hace tiempo que no se pública y no tenemos indicios de ningún ejemplar existente"
"De veras, bueno no pasa nada. Gracias por su tiempo" - Le dije desilusionada.
"Pero espera, también te busque por si te interesa un ejemplar de un libro que trata sobre el tema que del tema sobre el que estás interesada"
"¡Enserio! ¿Y me podría decir dónde está?"
"Por supuesto, se encuentra en el último piso, en la estantería que pone relatos fantastícos la segunda balda"
"Muchísimas gracias"
"De nada, ha sido un placer ayudarte"
Y sin poder evitarlo salí corriendo en aquella dirección.
Me encontraba en una de las mesas de la última planta, seguí correctamente las instrucciones que aquella mujer me había dado y satisfactoriamente hallé aquel libro. No sería el que yo buscaba, pero era de gran ayuda, este nuevo libro reunía todas las leyendas conocidas acerca de aquella civilización; no sólo eso, también tenía una serie de recopilaciones de hipótesis de científicos famosos acerca de como fue la vida en aquella ciudad hasta su desaparición. Ye en pocas palabras aquella civilización debió haber sido alucinante, por lo que al parecer contaba este libro su tecnología, arquitectura, ciencia, arte, literatura, democracia y demás; eran muy superiores y avanzadas a las de la actualidad.
Así que en pocas palabras estaba fascinada como un niño que lo llevan por primera vez a un parque de atracciones.
"Disculpa" - Escuche como alguien me llamaba y al girarme era la bibliotecaria.
"Oh si dígame"
"Veras quería decirte que estuve investigando acerca del libro que me dijiste y descubrí que en una antigua librería cerca de aquí puede que quede algún ejemplar"
Toda las palabras que iba a decir se juntaron en mi boca impidiéndome hablar por lo que opte por lo más fácil, le di un abrazo.
"De nada" - me dijo ella.
"Gracias" - Pude decirle una vez que me separe de ella - "De verdad muchísimas gracias"
"No hay de que"
"Bueno lo mejor sera que deje este libro en su sitio y me vaya"
"Sabes que, puedes quedártelo"
"¿Enserio?"
"Sí, creo que ese libro lleva aquí antes incluso de que yo comenzara a trabajar y nadie sabe de su existencia. Creo que tu le darás un mejor uso"
"¿Segura? ¿No se meterá en ningún problema?"
"No tranquila, como te dije lleva tanto tiempo aquí que cuando fue a buscarlo en la base de datos tuve que acceder a un antiguo archivo que casi nadie mira. Además, me he encargado de borrarlo; así que oficialmente es tuyo"
"Gracias " - Le dije mientras la volvía a abrazar.
Una vez que salí de la biblioteca, seguí las indicaciones que ella me indico y ahora estaba justo delante de la vidriera de una librería que se encontraba cerca de la torre del reloj. Empuje la puerta e instantáneamente sonó una campanilla; pero al entrar no había nadie por lo que me tomé mi tiempo para ojear los libros hasta que apareciera el dueño.
Y efectivamente no paso mucho tiempo hasta que apareció una mujer ya entrada en la tercera edad.
"¿Puedo ayudarte en algo jovencita?" - Me dijo con un tono de voz sereno y tranquilo.
"Sí, estaba interesada en saber si por alguna casualidad tenía alguna edición de el libro Un Puente Entre Dos Mundos"
"Ah si ya sé de cual hablas, acompáñame" - Me dijo mientras la seguía a la parte más profunda del lugar donde al parecer se encontraban los libros más antiguos.
Entonces ella agarro de lo más alto de la librería un libro forrado en un hermoso cuero rojo con letras doradas que se encontraba en un estado envidiable.
"Es este" - Me dijo mostrándomelo.
"Sí es ese"
"¿Y dime por qué estás tan interesada en un libro tan antiguo?"
"Bueno la verdad es que yo encontré una copia como esta en la biblioteca del lugar donde vivo, pero aquel estaba completamente destrozado y le faltaban un montón de páginas. Además no entiendo como es posible que una civilización tan majestuosas como esa desapareciera así sin más"
"Tal vez si quieres yo te podía contar todo lo que sé de aquella leyenda, ¿Te apetece?"
"Por supuesto"
"Bueno pues toma asiento" - Me dijo mientras ella se sentaba en el suelo seguida de mi.
"De momento sé que antes de desaparecer se produjeron una serie de catástrofes en la ciudad y también me dijeron que una de las cosas que pudo haberla hecho desaparecer fue el llamado cristal que se describe en el cuento"
"Joven sinceramente debo decirte que no vas mal encaminada, porque en si tal vez las cosas pudieron ocurrir así"
"¿Cómo que tal vez?"
"Porque esta historia es una leyenda y como tal nunca sabremos los verdaderos hechos"
"Entiendo"
"Pero sino recuerdo mal, una vez escuche que se produjo una sublevación por parte de alguno de los ciudadanos de la ciudad; el por qué no sé exactamente. Pero una vez me contaron que la persona que dirigía aquella sublevación era alguien muy importante y querido para la ciudad, pero aquella persona perdió a un ser querido para él por culpa del cristal. Y al parecer intento destruirlo."
"Entiendo... pero como es una leyenda no sé sabe si de verdad ocurrió"
"Quién sabe, yo si pienso que pudo pasar. Porque lo que ocurre con las leyendas es que a medida que pasa el tiempo la historia se olvida o es adornada; pero yo creo que bajo toda esa capa de adornos hay una parte que realmente ocurrió"
"Interesante, nunca me lo había planteado de esa manera. Bueno ¿Cuánto es?"
"Sabes me ha gustado mucho hablar contigo, me harías un gran honor si aceptaras este libro como un regalo"
"¿Segura? ¿No le importa dármelo?"
"No me importa" - Me dijo mientras se levantaba junto a mi y me lo daba.
"Sinceramente no sé que decir además de muchísimas gracias"
"Tranquila no pasa nada, sé que le vas a dar un buen uzo"
"De veras gracias señora"
"De nada joven, sabes me recuerdas a alguien que creo que conocí hace mucho tiempo"
"¡Enserio!, ¿A quién?"
"No sé decirte, fue a alguien que conocí ara mucho tiempo y ahora no sé quién era"
Fue lo último que me dijo antes de que me despidiera de ella.
Una vez que tuve el libro en mi poder, fui al lugar más tranquilo de la ciudad, la colina donde pasaba aquel tren fantasma que Roxas y sus amigos una vez buscaron. Estaba sentada en el banco que había ahí leyendo las páginas que le faltaban al libro.
Era increíble, en las páginas que faltaban el libro no solo hablaba del cristal o la ciudad. En las finales, habían capítulos extras sobre las criaturas que habitan los bosques que rodeaban a la ciudad, de enormes construcciones tan inmensas que en su lugar la torre del reloj de Villa Crepúsculo seria pequeño.
Pero lo que más me llamo la atención fue un pequeño poema que se encontraba en la página final y que sino recuerdo mal, en el otro libro esta página no existía ni había sido arrancada; por lo que tal vez podía tener la edición original. Aún así no desprecie aquel pequeño trozo de poesía y decidí leerlo.
Anoche, mientras dormía,
sentí tu aliento en mi almohada,
me despertó el suave roce
de tus labios en mi oreja,
más fingí seguir durmiendo
para probar el deleite
de tus amores secretos.
Disfruté del jugueteo
de tu lengua por mi cuello,
y de tus dedos expertos
recorriendo sabiamente
mi desnuda anatomía;
uno a uno penetraron
la gruta de mis deseos, y tu piel más y más cerca
cubrió del todo mi cuerpo.
Tuve que hacer un esfuerzo
para fingir que dormía,
mientras arabas mis carnes,
para fecundar mis sueños.
Aquel poema además de ser dedicado aquella persona tan amada, claramente tenía su punto erótico. Pero dejando todo eso a un lado, lo que de verdad me llamo la atención era que justo debajo del poema, había una dedicatoria que decía: "A mi querido esposo, que sé que nuestra relación nunca sera fácil y que normalmente discutiremos con frecuencia; te confieso que aunque aparentara todo lo contrario, siempre te ame desde que te conocí y nunca te podre terminar de agradecer que aquel día me salvaras de una muerte segura. Te ama ahora y para toda la eternidad tu esposa"; y justamente debajo de este, aparecía firmada la dedicatoria con dos iniciales "T.R."
"T.R. ¿Sera la autora del libro?... Probablemente ya que este no aparece firmado por ningún otro lado"
Pero ya era suficiente investigación por hoy, cerré el libro satisfecha de lo que había conseguido hoy; me levante para estirarme y entonces mis ojos se centraron en el hermoso atardecer que había delante de mi. Sin perder un minuto más, guarde el libro en la pequeña mochila que llevaba y saqué, como toda buena artista que se precie, mi cuaderno de dibujos y un estuche con gran cantidad de lapices de colores. Pero cuando me estaba preparando para comenzar a dibujar, un recuerdo volvió a mi mente.
"¡Mierda que había quedado con Sora!" - Dije histérica.
Y cuando estaba a punto de guardar el cuaderno y salir corriendo todo lo que mis pies dieran a la torre del reloj, sentí un fuerte dolor de cabeza y todo se volvió negro.
Mientras tanto. Narra Sora.
"Oh vamos Roxas dame una parte de tu helado"
"Ni en sueños Axel, no es mi culpa que tu helado se halla caído"
"Pero..."
"¡Axel cállate de una vez que llevas ya como diez minutos incordiando con eso!" - Le dijo Xion.
"Hui que miedo te tengo"
"Sabes me pregunto qué si por casualidades de la vida llegaras a caerte de esta torre ¿Llegarías alcanzarías la misma velocidad que el helado y si fuera así, al llegar al suelo acabarías igual?"
"Vale me callo"
Y todos nos empezamos a reír.
Extrañaba un montón estos pequeños momentos donde nos podíamos olvidar de todos los problemas que habían y podíamos ser adolescentes normales, ya que desde que comenzamos nuestro entrenamiento no hemos tenido ni un solo descanso. Pero lo que más preocupado me tenía, es que Naminé no había aparecido por ningún lado.
"Ah no sabéis lo bien que es olvidarse por un momento de toda esta guerra" - Dijo Kairi mientras se estiraba.
"Tienes razón Kai" - Le dijo Riku.
"¿Oigan que os parece si vamos a dar una vuelta? Es que no es por ser aguafiestas, pero desde que llegamos hemos estado aquí" - Nos dijo Ven.
"Me parece bien, me gustaría conocer un poco mejor la ciudad" - Dijo Aqua.
Y Terra, bueno él solo se limito a asentir.
"Es verdad, Roxas incluso los podemos llevar al lugar de siempre"
"Me parece una buena idea" - Le contesto.
"¿Y a ti Sora que te parece?" - Me pregunto Kairi.
"Claro por qué no"
"Pues decidido, nos vamos a la aventura" - Dijo Ventus con la alegría típica de los niños pequeños.
Una vez abajo.
"Sora te encuentro desanimado en comparación con hace un rato que no parabas de divertirte, ¿Te pasa algo?" - Me susurro Riku.
"No tranquilo, no es nada"
"¿Seguro?"
"Sí"
"Y ¿Por qué sera que no me lo creo?"
"Ah... Está bien, lo que ocurre es que..."
"¡Roxas!"
Escuchamos un grito y al darnos la vuelta, ahí estaban Hayner, Olette y Pence. Al instante Roxas salió corriendo a donde estaban y nosotros le seguimos detrás.
"Hayner, Pence, Olette" - Les dijo mientras los abrazaba a los tres - "No sabéis lo que os he extrañado"
"Y nosotros a ti también" - Le dijo Pence.
"Además no sabes de lo que me he enterrado" - Dijo emocionado.
"Bueno él y media Villa Crepúsculo" - Le dijo Olette.
"¡Hey! No seas mala"
"¿Y qué se supones que es Hayner? No me digas que has vuelto ha hacerle algo a Seifer"
"Muy a mi pesar no he sido yo esta vez. Pero es que ha sido algo tan chulo que ni yo mismo podría haberlo hecho; yo el mismísimo rey de las bromas..."
"Al parecer han tirado a Seifer al suelo de un solo puñetazo" - Termino de decir Olette.
"¡Olette que no seas mala!" - Le dijo él.
"Qué quieres que te diga, te estabas hiendo por las ramas"
"¡Enserio! Y yo me lo he perdido" - Les dijo Roxas.
"Sí tío, hace nada nos topamos con su pandilla y Seifer tenía todo el ojo morado, parecía que eso pudiera estallar en cualquier momento"
Todos nos reímos por el comentario de Hayner.
"¿Y sabes quién pudo haber sido?" - Les pregunte yo.
"No pero sea quién sea es mi héroe y en tengo que tomarme una foto junto a esa persona" - Me dijo Pence.
"Bueno yo si sé quién es" - Dijo Olette.
"¿Y no pensabas decírmelo?"
"No me pareció relevante al principio Hayner, pero estuve hablando con Fuu hace un rato y por la persona que me describió se quien es"
"Venga ya Olette, lo más probable es que Seifer cabreara a la persona equivocada" - Le dijo Roxas.
"Eh Roxas que fue Naminé"
Y el silencio se hizo.
"Un momento, un momento, un momento" - Dijo Ven mientras agitaba las manos - "¿Te refieres a Naminé esa chica tan bondadosa y amable que es como un ángel"
"Si esa"
"Ah bien porque me había confundido"
"¡Ventus!" - Le chillo Kairi.
"Lo siento pero es para quitar algo de tensión al asunto"
Pero el pobre solo recibió un coscorrón por parte de Terra que lo dejo en el suelo.
"¿Y cómo se supone que ocurrió eso? Es que no me imagino a Naminé haciendo eso" - Le dijo Kairi.
"Por lo que Fuu me dijo, ella le pregunto una dirección a Seifer y este empezó a coquetear de una forma descarada con ella, y llego un momento en el que él la llamo estrecha y esta se la devolvió"
Al instante sentí como me hervía la sangre y lo único que quería hacer era partirle la cara a ese cabrón.
"Ese se va a enterar" - Dijo Roxas mientras salía corriendo en busca de Seifer al igual que el resto.
Yo también quería hacerlo mismo pero tenía que calmarme y por ello antes de que Olette saliera corriendo al igual que todos la detuve.
"¿Sora pasa algo?"
"Olette necesito saber si Fuu te dijo algo de dónde puede estar Nami?"
"Bueno ella me dijo que la vio irse en dirección a la biblioteca, pero hará un rato la vio camino de las Terrazas del Atardecer"
"¿Y cómo llego hasta allí?"
"Bueno bajando por aquí hay unos túneles que llevan hasta allá, pero te advierto que el camino toma su tiempo recorrerlo"
"No importa gracias Olette" - Me despedí mientras salia corriendo de ahí.
Narra Naminé.
Abrí mis ojos con un terrible dolor de cabeza, me encontraba en el lugar de antes aparente mente normal. No sabía lo que me había pasada, pero cuando mire mi cuaderno mis ojos no se abrieron más porque no pudieron, justamente la hoja donde iba a dibujar el atardecer había otro dibujo. El de una caverna de piedra cuyas paredes tenían lo que parecían ser inscripciones, cuyo suelo era agua; pero lo que más me llamo la atención era una especie de esfera azul celeste con blanco como si fuera fuego, que estaba rodeada por unas enormes caras de piedra que me recodaban a los tikis, la cual estaba suspendida en el aire; pero otro detalle que no se me escapo fue que en una especie de plataforma de tierra había dibujado por muy pequeño que fuera lo que parecía ser una chica blanca, de pelo castaño que llevaba vestido blanco y cuya mirada estaba centrada a aquella esfera.
"Es-Este dibujo... ¿Lo he hecho yo?"
Tenía la esperanza de que la respuesta fuese negativa, pero no fue así. Ya que en el piso encontré varios lapices azules, en las distintas tonalidades del dibujo.
"Pero si entonces fui yo... ¿Cómo?"
"Naminé por fin te encuentro" - Me dijo alguien y yo chillé del susto.
Pero cuando mire quién era, vi a Sora.
"Sora para la próxima vez avisa"
"Perdona" - Me dijo mientras se sentaba al lado mío para recuperar el aliento.
"Parece que has hecho una maratón"
"Es que nos enteramos del puñetazo que le diste a Seifer y quería saber si estabas bien, y por eso me puse a buscarte"
"Ah no os habéis enterado, que vergüenza"
"No tiene que darte, él te falto al respecto y tú se la devolviste"
"Pero es algo de lo que no estoy orgullosa. Por cierto ¿Y los demás?"
"Roxas fue en busca de Seifer para darle su merecido y los demás le siguieron"
"Entiendo"
"¿Nam por qué no viniste con nosotros?" - Me pregunto de un solo golpe.
"Es que vine a buscar una cosa"
"¿Y la encontraste?"
"Sí"
"Entonces ¿Por qué no fuiste a vernos una vez de terminar lo que viniste a hacer?"
"Y yo que quería no tener que llegar a esto" - "Sora es complicado"
"¿Por qué"
"Porque sí"
"No me vale Nam"
"No me importa"
Entonces él me agarro de los hombros y me obligo a mirarlo.
"Dime"
"¡Porque siento que estorbo!" - Le grite y él me soltó.
"¿Por qué?"
"Sora cuando todos nosotros estamos juntos cada uno está con su grupo, tú con Riku y Kairi, Roxas con Axel y Xion; y por último Aqua con Terra y Ventus. Y yo me siento como una intrusa, alguien que no encaja"
"No lo sabía" - Me dijo anonadado.
"No importa, desde que tengo conciencia siempre he estado sola, ya me he acostumbrado a ello"
"Claro que importa Naminé, créeme si hubiera sabido que te sentías así habría intentado hacer algo"
"Créeme cuando te digo que no importa"
"Ah, porque eres tan cabezota aveces, no te das cuenta que todo nosotros te tenemos un gran aprecio. Yo te quiero..." - Me le quede mirando cuando dijo eso - "Co-Co-Como a una amiga, Naminé que sepas que para mi tú eres alguien muy especial" - Lo dijo mientras me agarraba la mano para ponerla en su corazón haciendo que yo escuchar sus latido, me puse como un tomate.
"Te-Te creo"
"Bien" - Me dijo con una de sus mejores sonrisas - "Por cierto tengo algo para ti"
"¿Qué es?"
"Cierra los ojos"
Entonces yo los cerré y sentí como colocaba algo alrededor de mi cuello. Al abrirlos vi un colgante de plata con una llave del mismo material, parecida a la de Sora pero más ornamentada.
"Sora es precioso" - Le dije mientras lo tocaba con mi mano.
"Me alegro que te guste... Nam tu mano"
Mire mi mano y vi que estaba roja y algo hinchada, posiblemente por el golpe pero no recuerdo haberlo hecho con tanta fuerza.
"No recuerdo darle con tanta fuerza"
"Pues lo hiciste, lo mejor sera curarte eso"
"Tranquilo con un poco de hielo se quita"
"No seas tonta" - Me dijo mientras agarraba mi mano e invocaba su llave espada.
Tras haberlo hecho, la apunto hacía mi mano y un resplandor verde se produjo de esta; en nada de tiempo mi mano ya había sido curada.
"Ves ya está, no sé por qué no lo hiciste antes"
"Tal vez porque no todo el mundo es elegido de la llave espada o tiene poderes mágicos"
"Ups, error mío"
"Vaya mira ya está anocheciendo, lo mejor sera que me vaya ya"
"Esta bien y recuerda de ahora en adelante cada vez que estemos reunidos tú vas a estar a mi lado"
"Entendido"
Por la noche.
Una vez que llegué a al castillo, fui a mi habitación a dejar los libros y ahora iba camino de la biblioteca en busca de la reina Minnie ya que me había marchado sin decirle nada. Pero justo cuando iba pasando por la gran puerta del salón del trono escuche un ruido. Fue como un grito y por ello abrí la puerta.
Nada más abrir la puerta delante de mis ojos vi a a la reina y Daisy con caras de pánico. Ambas estaban siendo arrinconadas por alguien, un enmascarado que portaba una llave espada.
No me hizo falta más tiempo para saber que aquella persona no tenía buenas intenciones y sin darme cuenta salí corriendo en su dirección.
"¡Déjalas en paz!" - Le grite mientras me le abalanzaba encima haciendo que perdiera el equilibrio y cayera conmigo arriba de él - "Corred" - Les dije a las dos que rápidamente fueron escaleras abajo para refugiarse en el salón de la piedra angular de luz.
No podía permitir que aquel ser les hiciera daño y si eso significaba sacrificarme lo haría. Fui a donde se encontraba el trono y pulse el botón haciendo que este comenzara a cerrar la trampilla.
"Naminé ¿Qué haces?" - Me dijo la reina preocupada.
"Pedid ayuda, yo lo distraeré todo lo que pueda" - Fue lo último que les dije antes de cerrase completamente la trampilla.
"¡Qué has hecho!" - Me dijo aquel ser lleno de rabia.
"A ti que te parece, joderte un poco la vida" - Le conteste mientras corría en dirección a la salida.
"Me las pagaras" - Me dijo persiguiéndome.
Una vez que salí antes de que él me alcanzara, cerré como pude la puerta.
"Te crees que esto me va a detener"
"¿Y qué crees que está haciendo ahora?"
Como respuesta él golpeo con la puerta abriendo un boquete.
"Cuando te atrape habrás deseado nunca haber nacido"
Pero yo no me quede ahí y corrí hacía mi habitación porque con suerte podría llegar y encerrarme.
Corría como si la vida me fuera en ello, nunca en todo el tiempo que había vivido en el castillo el camino a mi habitación me había parecido tan largo. Sentía como mis pulmones ardían por la necesidad de aire pero no me pararía a tomarme un respiro, ya que escuchaba como la chico ese se acercaba cada vez más. Pero aunque fuera más rápido que yo, puede llegar a mi habitación son ningún problema y sin perder minuto alguno, tranque la puerta como pude.
Los pasos se hacían cada vez más sonoros, pero de un momento a otro el silencio inundo el habiente como si él se hubiera esfumado. Estaba tentada a abrir la puerta y dar una rápida mirada.
"¿De verdad creías que eso iba a pararme?" - Me dijo el detrás de mi, solamente a unos centímetros de distancia.
"¿Qui-Qui-Quién eres?" - Le dije temblando
"Tu peor pesadilla" - Me susurro al oído con voz de psicópata.
Sentí como mis pies dejaron de tocar el piso. Él me llevaba a rastras hacía un portal de oscuridad que había invocado.
"Habras chafado mi plan de secuestrar a la reina, pero me conformare contigo de momento"
"Suéltame maldito imbécil yo no te sirvo de nada" - Me resistía
"Al contrario, he estado vigilando a tus amigos y he visto que cierto elegido de la llave espada siente un apego especial hacía ti"
"Sabrás que ellos te encontraran"
"Créeme, no sabes las ganas que tengo de destruir a uno de esos imbéciles. Pero de momento me voy a divertir haciendo de tu vida un infierno" - Fue lo último que me dijo antes de entrar al portal y que la oscuridad nos engullera.
He aquí el primer episodio de esta nueva historia. ¿Qué os ha parecido?. Por mi parte espero que os halla gustado.
Tengo que decir una serie de cosas acerca de la historia, la primera es que sus actualizaciones serán de vez en cuando, no tan seguidas como Forward Unto Dawn o como espero que lleguen a ser las de In The Sky, aunque creo que ya estará acabada antes de continuar la historia. Además, en cuanto a la ropa que le puse a Naminé que sera la única nueva porque las de los demás personajes son las del videojuego; les dejo a vuestra imaginación el short y los botines, pero la blusa que le puse solo tenéis que poner en imágenes de google Elizabeth Bioshock Infinite y en las imágenes que veáis la blusa blanca es esa.
PD: ¿Qué os parece la portada?
