Momentos
Capítulo uno: Sick Little Games
Ellos son cuatro; Scorpius Hyperion Malfoy, el fiestero narcisista de la sonrisa perfecta y los ojos grises, el del pelo rubio platino, el capitán del equipo de Quidditch, la serpiente rompecorazones; su mejor amigo desde los once años, Albus Severus Potter, el segundo hijo del matrimonio Potter, el niño de mamá, el de los ojos verde esmeralda y el pelo desordenado, el buscador estrella del equipo de Quidditch, la oveja negra (en este caso, verde) de la familia; la prima de éste, Rosemary Weasley, la perfecta prefecta, mandona, obsesiva compulsiva, ratón de biblioteca, princesa de papá, la chica dorada de Gryffindor, la de los rizos cobrizos y los ojos azul oscuro, la que ha comenzado a llamar la atención en el alumnado masculino de Hogwarts; y como añadido nuevo, la mejor amiga de esta, Katherine Harrison, la del pelo rojo fuego, la de la voz cantarina, la mejor alumna de Herbología, la del acento escocés, la del carácter impredecible.
A veces no son cuatro, sino dos y dos; las chicas por un lado, con sus pláticas típicas de "mira lo bien que le ha hecho el Quidditch a Thompson", "deberías escuchar esta canción", "¿te has leído ya este libro? Es genial", "¿Crees que debería comprarme esos zapatos?" y… bueno, esa clase de conversaciones de chicas…Los chicos por otro lado, hablando de deportes, de fiestas, con algún que otro "mira que buena está esa", de las bromas que quieren gastarles a sus compañeros. Siempre es así, si se separan, los chicos por un lado y las chicas por otro.
Por ejemplo, nunca verás a Scorpius hablando a solas con Kate, y no es que se lleven mal, pero nunca han tenido suficiente confianza como para entablar una conversación sin que Albus o Rose estén presentes; y eso está mal, porque aunque llevan desde quinto viéndose casi todos los días, ella no sabe que a él le gusta hacer surf o que de pequeño vivió en la cuidad donde ella nació, y él no sabe que ella adora la música de los Beatles y los días lluviosos, tampoco saben que ambos comparten una casi obsesión por los comics muggles. Y es triste, porque ninguno se atreve a dar el primer paso a conocerse mejor.
Tampoco verás muy seguido a Kate y Al hablando a solas. Porque él se pone nervioso. Porque ella se desespera. Porque él no sabe de qué hablar con ella, y ella se siente intimidada por la mirada traviesa de él. Porque cuando logran tener una conversación larga, estando a solas, no es más que de algo banal y sin sentido, como el clima, los estudios o los pasteles de chocolate. Y aunque saben bastantes cosas el uno del otro, sus conversaciones no durarán más que un recorrido por un pasillo o unos minutos del desayuno.
Ver, en cambio, a Albus y Rose juntos no es tan raro. Se lo cuentan todo, se aconsejan, son uña y carne, se pegan, se insultan, se abrazan, se quieren. Son como hermanos. Si Albus hace una locura Rose estará ahí para apoyarle, no sin antes echarle una buena bronca. Si Rose está triste o enferma Albus no se cansará de preguntar cómo está hasta que se asegure de que está bien. De todos modos, no suelen tener muchos momentos juntos, por el mero y simple hecho de que apenas tienen tiempo.
Scorpius y Rose hacen todos los intentos por no quedarse solos nunca. N-U-N-C-A. ¿Por qué? Porque es extremadamente incómodo. Porque cada vez que se quedan solos no pueden evitar mirarse. Y cuando se miran… todo se vuelve… ¿cómo decirlo? ... extraño.
Y extraño es decir poco.
Porque cuando Rose siente su mirada gris sobre ella, su cara se enciende, quedando más roja que su maldito pelo. Y ni siquiera sabe por qué puñetera razón le pasa eso. La mirada del rubio le pone los pelos de punta, hace que se sienta pequeña y eso la irrita. La irrita profundamente, porque nadie, N-A-D-I-E puede intimidarla, mucho menos un niñato engreído, ególatra, narcisista, pedante, insoportablemente guapo, con su insoportable pelo reluciente y su insoportable porte de soy-mejor-que-nadie y su maldita manía de morderse el labio… esos malditos e insoportables labios que son insoportablemente finos y que se curvan en esa insoportable sonrisa jodidamente perfecta. Sí, el muy cabronazo la saca de sus casillas. Y lo peor, lo realmente jodido, es que no sabe por qué.
Scorpius por su lado, adora ponerla nerviosa. Aún no ha decido cual es la razón por la que ese se ha convertido en su nuevo pasatiempo favorito; porque a) le encanta que se ponga roja como un tomate, b) le hace gracia la cara de mala leche y de para-o-te-mato, o c) porque le fascina ver el efecto que tiene sobre la "increíble" Rosemary Weasley.
Sí, definitivamente es la última. Porque no es para nada d) porque piensa que se ve estúpidamente adorable con la cara roja y con mirada de niña enfadada. Para nada. Y él obviamente NO se pone nervioso cuando ella clava sus ojos color mar en él. Para nada… solo que sus manos se vuelven increíblemente interesante cuando lo hace. Y tiene que asumirlo, se siente gilipollas. Se siente gilipollas por caer en ese juego… en el de "te miro-me miras-te enfadas-me río-me gritas-te pico-me gritas más".
Quizás les gustaría llevar una relación mejor. Una en la que al menos ella no intentara matarlo cada vez que están solos. Una en la que él no se sienta tan idiota por hacer lo que hace. Una en la que Rose deje de obsesionarse por su estúpida manía de morderse el labio de ese modo que la atrae tanto. Una que haga que Scorpius no se sienta tan tentado a pasar sus dedos por su pelo cobrizo, para saber si es tan suave como se lo imagina.
Pero… ¿de verdad estarán dispuestos a cambiar?
Hohoho ^^ Primera viñeta :3 No sé por qué, pero me encanta la tercera generación de HP, así que la mayoría de mis fics son así xD
No sé cada cuanto tiempo actualizaré, pero intentaré, repito: INTENTARÉ, ser constante (a ver si puedo e.e)
El título significa literalmente "pequeños juegos enfermizos" y es el título de una canción de All Time Low ^^
Y recuerda: Por cada review no enviado muere un gnomo de jardín, así que si quieres salvarlos…. Dale al botón de abajo :P
Chocolates y cambios drásticos de humor para todos,
con cariño
-Swigen-
