Paparazzis en Karasuno
ArokuRaita
Disclaimer: 'Haikyuu!' pertenece a Haruichi Furudate y este fanfic fue escrito sin fines de lucro.
1. Relámpagos de tormenta
Un nuevo día comenzó en la preparatoria Karasuno y Hinata iba atrasado, la campana ya estaba sonando mientras pedaleaba con todas sus fuerzas. Bajó de un salto, la estacionó en el bicicletero y corrió hacia su sala. Jadeando, llegó a su puerta y se detuvo para recuperar el aliento. Como iba a la clase 1 del primer año, pudo ver a Tobio dos salas más allá, en la clase 3. El moreno estaba en las mismas condiciones, pero aún le quedaban fuerzas para mirarlo desafiante y abrir la puerta. Entraron a sus salas al mismo tiempo.
La jornada escolar pasó lenta, pero por fin llegó la hora de las actividades del club de vóleibol. Los chicos se prepararon para dar todo de sí y comenzaron su entrenamiento.
- Hey, Kageyama, ¿préstame tu botella? Necesito beber- exclamó Hinata, acercándose al setter de un salto. Este último se alejó.
- ¡Busca tu propia botella! No pienso permitir que babees la mía.
- ¡No seas así!
Mientras Hinata saltaba para tratar de quitarle el agua a un cada vez más furioso Kageyama, un flash desde lo alto lo desconcentró.
- ¿Eh? ¿Relámpagos? ¿Habrá tormenta?- gritó. Abrió la puerta del gimnasio y se asomó. Aún había sol y estaba despejado.
- ¡De qué estás hablando, idiota!- exclamó Kageyama. Dicho esto, le tiró la botella en la cabeza: -Toma y bebe un poco, ya estás imaginando tonterías.
El extraño hecho fue olvidado de inmediato. Sin embargo, una persona vio todo. En silencio, esperó a que la clase terminara y se acercó a quien había causado eso.
- Esteee... ¿Kiyoko-san?
Hitoka Yachi se notaba nerviosa. Aún se sentía intimidada por la belleza de la manager del club de vóleibol de Karasuno.
- Dime, Yachi.
- Eh... ¿Por qué estabas tomando fotos a los chicos?
Hubo una tensa pausa, hasta que Kiyoko suspiró.
- Es mejor que te lo cuente...
Sacó un cuaderno lleno de números y anotaciones y se lo mostró a la más joven.
- Observa la fila que tiene más ingresos. Dice "Otros", ¿verdad? Pues... Nunca le he contado a nadie cómo he logrado llegar a esas cifras. Una vez dije que eran 'donaciones anónimas', pero la verdad es que todo ha sido posible gracias a... las fotos.
- ¿Oh? ¿Vendes fotos de los chicos a sus admiradoras?
- Algo así. La verdad es que, por separado, los muchachos no tienen muchas fans. Pero cuando ellos se juntan, surge la magia, ¿entiendes?- sonrió Kiyoko.
Al parecer, Yachi no había entendido, así que Kiyoko metió la mano a su bolso y sacó un pequeño álbum de imágenes. En todas habían chicos del club de vóleibol en parejas: Hinata y Kageyama, Tanaka y Nishinoya, Sugawara y Sawamura, Tsukishima y Yamaguchi... Los ojos de Yachi se abrieron de par en par.
- Pero... sólo están haciendo cosas de amigos, ¿por qué...?
Shimizu entrecerró los ojos con astucia.
- Nunca subestimes la imaginación de una fujoshi. Acá en Karasuno hay muchísimas y también tienen una excelente capacidad de pago. Por supuesto, no pido tanto dinero. Sin embargo, se venden muchas imágenes.
Aunque a Yachi no le gustaba pensar en Shouyou junto a otra persona que no fuera ella, se extrañó al descubrir que no le molestaba verlo junto a Kageyama. "De hecho, se ven muy lindos juntos... Quizás yo también sea una fujoshi", se dijo.
- Por favor, no le digas a nadie, Yachi. Siempre hago que las clientas firmen un compromiso de no compartir, subir ni fotocopiar las fotos. Si los chicos se enteraran, sería mi fin.
La niña se sonrojó al ver el rostro acongojado de su senpai.
- Ah, esteee... ¡No te preocupes, Kiyoko-san! Es más, me preguntaba si podría, no sé, ayudarte a tomar fotos. Sé cómo hacer que salgan bien sin flash y sería discreta...
- ¿De verdad? ¡Muchas gracias, Yachi-chan!- exclamó Shimizu.
Al día siguiente, Yachi se presentó con su cámara, afirmando que era para crear nuevos pósters. En parte, era verdad.
A la salida, Kiyoko y Yachi se reunieron en una calle medio escondida con un grupo de chicas de la escuela. Entregaron sobres café a todas las muchachas, quienes les pasaron billetes y monedas a cambio.
- Recuerden, nada de compartirlas ni subirlas a internet. Cúidenlas como un tesoro. Si alguien lo descubre, no podremos seguir.
Todas las jóvenes asintieron enfáticamente. Una abrió su sobre y exclamó, llena de alegría:
- Wow, ¡estas fotos están excelentes!
Las managers del equipo de vóleibol sonrieron, satisfechas.
Las semanas pasaron rápido, gracias a los entrenamientos y partidos de práctica. Luego del último -en el que ganaron por un amplio margen- los jugadores de Karasuno se vieron con más tiempo libre.
- Hey, Ryuu, ¿quieres acompañarme a comprar algo a la cafetería?
- ¡Claro, Noya-san! Y así aprovechamos de ver chicas lindas en el camino, jejeje.
Los dos muchachos se dirigieron felices hacia su destino, entre saltos y risas. A su lado pasaron unas jóvenes que los miraron, sonriendo. Envalentonados, se acercaron a ellas, pero no les fue muy bien.
- ¡EEK!- gritó una.
- ¡Tanaka idiota, la asustaste!- exclamó Nishinoya.
-No- respondió la otra - Es sólo que está emocionada por verlos jun...- En ese minuto, la joven que había gritado le tapó la boca a su amiga con la mano. El gesto fue tan brusco, que algo salió volando del bolsillo interior de su chaqueta: un sobre café.
- ¡Oh, deja, yo lo recojo!- dijo alegremente el libero del equipo, estirándose para tomarlo en el aire. Logró atraparlo por el lado equivocado, así que su contenido se desparramó por el suelo.
-¡NOOO!- chillaron las colegialas.
Tanaka se acercó a recoger los papeles caídos y se puso pálido. Miró a Nishinoya, quien estaba paralizado mientras se veía a sí mismo en papel fotográfico, abrazando a Tanaka de manera amigable. Todas eran similares, con ellos dos. No había nada turbio en sus acciones y, sin embargo, sintió un escalofrío.
¿Qué es esto...?- preguntó, volteándose hacia las chicas.
Ellas habían desaparecido.
Continuará...
