Los personajes de Katekyo Hitman Reborn! No me pertenecen.

Ya no duele.

Puede sentir claramente la presión que él ejerce por abrazarla, intentando embarcar en sus manos el cuerpo delgado de la mujer. Sus ojos se abren lentamente para mirarlo, los ojos verdes de él están dilatados, grandes y asustados.

Sonríe un poco y él le mira como si fuera una alucinación.

No, no, eso no tenía que pasar. Ella tenia que estar en el parque sentada, escuchando música y riendo, no ahí, en medio de su sangre y sonriendo como si despidiera.

La boca de él se abre para llamarla pero ella tose y él se asusta, y en su boca quedan callados los gritos y llamados que quiere hacer.

¿Qué paso?

La sangre cae lentamente de su labio, ensuciando su mentón, los ojos de ella se vuelven más opacos y él sin necesidad de un doctor para verificar el estado de la mujer sabe lo que esta pasando.

¡Maldita sea!

Pasa la mano por el labio de la mujer y siente como ella besa suavemente su dedo, rechina los dientes y aparta la sangre, si la sangre desaparece de su boca tal vez pare la herida, pero nada funciona, a pesar de tener ganas de ayudar no puede hacer nada.

Mierda.

Los ojos de ella se cierran con lentitud, tan lento que Gokudera parece estar viendo una película en modo lento y retroceso.

La boca de ella se curva y él cierra los ojos. En su pecho siente dolor y miedo, sus ojos se abren con sorpresa e impulsa las manos a las muñecas de ella, buscando el pulso.

Joder, joder.

A los lejos puede escuchar el sollozo de la amiga de la mujer, el llanto de Lambo e I-Pin.

¡Joder!

Abre la boca, su voz tiembla pero es concisa.

―¿Qué mierda…?