Capítulo I: La evacuación de Lordaeron No soy dueño de los personajes del Warcraft, éste pertenece a Blizzard Entertainment, solo de mi OC.
El Príncipe Gabriel Halcón Negro, heredero al trono de Dalaran, miró por la ventana del castillo en donde se encontraba recluido, los estragos de la Plaga y luego la muerte del Rey Terenas Menethil, a manos de su propio hijo, el Príncipe Arthas, quien corrompido por la espada Frostmourne, la muerte del Paladín Uther El Iluminado, quien murió protegiendo la urna con las cenizas del Rey Terenas y que fue robada por Arthas para revivir a Kel´thuzad, la caída de los Altos Elfos y luego, la destrucción de la Alianza de Lordaeron, muchos Paladines, Caballeros y gente que él había conocido estaban muertos, otros pudieron sacar a los pocos Humanos de las tierras de Lordaeron: Arthas había ganado, ahora unido al Rey Lich, nada lo iba a detener.
Todo estaba perdido y la evacuación seguía, Jaina Proudmore había mandado a dos mensajeros para que fueran a informarles a los sobrevivientes que fueran para Theramore, en las costas de la desértica Kalimdor, donde los Orcos de la Horda habían establecido su reino.
Gabriel recibió el mensaje y supo que antes de irse, debía salvar los libros de magia y los artefactos, además de llevar a las fuerzas que tenía bajo su mando, mientras que se encontraba en la habitación del castillo, asegurando sus pertenencias, se escucharon dos golpes en la puerta.
Eso le preocupó y tomó su espada, la mítica "Relámpago", cuya espada había dado muerte a varios Señores del Terror y se había ganado el respeto y el temor, tanto de los Humanos, como de los agentes de la Legión del Fuego. Caminó hacia la puerta y la abrió, allí se encontraba el Capitán de sus fuerzas, luciendo su armadura dorada.
- Disculpe, Mi Señor, pero tenemos prisa, debemos ya iniciar la evacuación de este destacamento ahora. Le dijo cordialmente el militar, Gabriel hizo una seña de que estaba bien, que empezaran y decidió dar una última vuelta por el castillo, mientras que miraba hacia la lejanía, en el horizonte, las Tierras Plagadas, supo de parte de unos Enanos fusileros, los cuales habían escapado tras la muerte del Mariscal Garithos, supo que la Ciudad Capital había sido conquistada por una facción llamada "Los Perdidos", dirigidos por Sylvanas Windrunner y Varimathras, lo cual implicaba que ahora había divisiones en el Azote de los Muertos Vivientes.
- "Hace días que no hay combates, los Muertos Vivientes masacraron a toda la población, profanaron las tumbas y cometieron cientos de atrocidades, solo ahora hay bandidos y tribus que guerrean mucho" Pensó Gabriel, mientras que sus fuerzas iban moviendo material y cargando todo a los barcos.
- Última vez en las murallas, Mi Señor. Le dijo uno de los Soldados Rasos al joven.
- Lamentablemente, extrañaré este sitio, pero no nos queda otra alternativa, irnos o rendirle obediencia a "Los Perdidos". Le respondió, mientras que veía como llevaban los libros que él había rescatado de Dalaran.
- Hubiéramos conquistado todo, pero el maldito de Garithos nos causó pérdidas incalculables, debimos haberlo despojado de su cargo. Respondió otro de los Soldados Rasos, con furia por la evacuación.
- Ya no sirve culparlo: Está muerto. Dijo Gabriel, mientras que se retiraba de las murallas.
Las fuerzas militares de Gabriel consistían en Soldados Rasos con un Capitán y el Sargento, pocos Enanos Fusileros, un batallón de equipos mortero, un pequeño escuadrón de Caballería, varios Sacerdotes Elfos y Hechiceras y unos tanques a vapor, sumado a los Campesinos que tenía bajo su cargo y los Grifos, pero aún eran muy pocos frente al número creciente del Azote dividido.
- Lleven la comida y los tesoros, de prisa. Pidió Gabriel, sabiendo que el ultimátum se les estaba venciendo, en la lejanía vieron venir a un grupo de mensajeros de Sylvanas y sus Ejércitos.
- ¡Mensajeros, bajen las puertas! Pidió uno de los Campesinos Vigías.
Bajaron las puertas y entraron los mensajeros.
- Se les está terminando el tiempo, Caballeros: La Dama Oscura ha pedido que este lugar quedara vacío para el Atardecer y aún no han terminado. Les dijo uno de los Nigromantes.
Los Soldados Rasos casi sacaban sus espadas y preparaban los escudos, pero el Príncipe intervino.
- Pido disculpas por la demora, pero hemos tenido problemas con los Bandidos que están al Noreste de aquí. Por favor, solo necesitamos más tiempo para completar la evacuación. Les pidió Gabriel lo requerido.
Los Nigromantes se quedaron pensativos.
- Está bien, les daremos más tiempo en nombre de la Dama Oscura, pero no más. Respondió otro de los enviados y se retiraron de allí.
- Debimos haberlos matado. Alegó molesto uno de los Fusileros Enanos, mientras que le ponía el seguro a su arcabuz.
- Basta de andar jugando, continúen con la labor, nos tenemos que ir ya. Pidió más atención y desempeño en las filas, mientras que llevaban la artillería, municiones, pólvora y hasta la madera a los barcos de carga.
La labor terminó justo antes de que finalizara el pacto con Sylvanas, estaban a tiempo aún y entonces, el Príncipe de Dalaran mandó a dos Caballeros para informarle a la Dama Oscura que el trabajo de evacuación había terminado. Allí se presentó, escoltada por las Banshees y sus Lacayos.
- Bueno, con que el Príncipe Gabriel de Dalaran ha terminado a tiempo su trabajo, jeje, ya veo por qué todos confiaban en ti para heredar la Corona de aquella ciudad de Magos. Le dijo Sylvanas, cosa que para Gabriel, quien tenía sangre de los Altos Elfos corriendo por sus venas junto con la de los Magos de Dalaran, sentía ira al saber de que una Alta Elfa era ahora una traidora, un monstruo que comandaba a sus fuerzas y ahora ellos perdían su hogar.
- Este lugar no será tocado. Cumplí con mi palabra, ahora tú me prometiste que cumplirás con la tuya, Oh Dama Oscura. Le pidió serio el joven, mientras que ella iba pensando, en un modo de burlarse del joven.
- Está bien, es una promesa de mi parte: El Castillo de la Resistencia no será destruido ni tomado, tienes mi palabra. Le prometió Sylvanas, Gabriel estrechó su mano con la de ella y se dirigió hacia los barcos.
Pronto fueron subiendo las tropas suyas y zarparon, dejando atrás las Tierras de la Peste del Oeste y del Este, cuyo nombre antiguo había sido Lordaeron.
El sueño de toda una vida en aquellas regiones, ahora estaba en manos de "Los Perdidos", el Príncipe Gabriel, inmediatamente, dirigió una última mirada hacia aquella región y cerró los ojos, hundiéndose en un silencioso minuto de silencio por todos los caídos en la Tercera Guerra.
Pronto, Lordaeron desapareció ante la mirada del joven, tras volver a abrir los ojos, luego de eso, se dirigió hacia sus fuerzas, ahora él estaba a cargo como Comandante de las Fuerzas Militares suyas.
- Señor, ¿hacia dónde debemos ir? Preguntó uno de los Enanos Fusileros.
- Nos vamos a Theramore, pongan rumbo a las naves hacia la Isla de Theramore, todo al Oeste. Ordenó el Príncipe Gabriel, dando su primera orden a su flota de barcos.
Y aquí termina el capítulo 1, esta será una mini-serie de cinco capítulos y con un epílogo, donde se mostrará poco a poco la guerra que terminará con el ahora Rey Lich Arthas. Como dije, no soy dueño de Warcraft, solo de mi OC.
Nos vemos en el capítulo que viene :D. Saludos para Jaimico Plauto y AARA941. También para Mailimon.
